Situaciones incómodas, anécdotas de “Tierra trágame” e historietas varias.

Yo una vez, a la salida del instituto, entré en un coche de un desconocido que era idéntico al coche de mi padre, que estaba justo delante :facepalm:
 
Esta vale para el debate de las iglesias también, estábamos en Italia de vacaciones y entramos a una iglesia superbonita, libro abierto en un lado de la iglesia y bolis, yo que soy muy impulsiva voy y firmo con dedicatoria, mi marido que lo ve me dice "levanta la cabeza", ponía algo así como "Peticiones al santo", vuelvo al libro busco lo escrito y escribo "Y pido también por nosotros...por cierto la iglesia muy bonita". Todavía nos reímos.
 
Ayer mismo estaba en la estación y fui a preguntarle una cosa a un empleado, me señaló un sitio y al girarme choqué con mi propia maleta y me caí encima de ella y de una bolsa de viaje que llevaba en la mano. Lo mejor es que, aún en el suelo, yo seguía preguntando al señor mis dudas, mientras él me miraba alucinado.
 
Copio y pego un post que escribí en el hilo de anécdotas en iglesias, porque menuda vergüenza pasé después...

En mi familia se dice que si cuando entras por vez primera a una iglesia le pones una vela a la virgen o santo titular y rezas por una causa, ésta se te “concede”.

Así que yo, por donde voy, entro a todas las iglesias “nuevas”...

Héte aquí que hace un par de años estamos en un pueblito italiano para asistir a una boda. Durante el aperitivo, horas antes de la boda, estamos en una placita de lo más coqueta, con su iglesia y todo, y entre birra y birra me dejo al maromo con los amigos y me voy a hacer mi “visita” reglamentaria.

Para mi sorpresa, me encuentro con que, pese a la hora del día, en la iglesia hay bastante gente, todo el mundo apelotonado en una capilla. Me recorro la iglesia, pongo mi vela, cumplo con mi ritual y todavía me queda esa capilla por visitar, porque sigue estando abarrotada.

Me dirijo allí y veo que no hay forma de entrar, están todas las beatas del lugar y algún caballerete que otro bien entrado en años, todos arremolinados en torno a algo.

Mi tiempo se acaba y yo quiero ver la capilla y qué tiene tanto interés. Haciendo uso de lo que mi maromo define como “estilo español” (empujoncito aquí, empujoncito allá, avances en zigzag...) me abro camino y consigo asomarme a la codiciada meta entre dos feligresas.

Y empiezo a pegar gritos como una loca.

Porque mi nariz y mis ojos están como a diez centímetros de una especie de momia.

Resulta que una vez al año abrían la tumba de cierta santa medieval, a ver si seguía “incorrupta”.

Y allí estaba yo, en primera línea y casi “respirando” a la momia.

El susto me duró horas. Pero lo malo es que las beatas se soliviantaron mucho con mis gritos y me tocaban con sus rosarios, como para exorcizarme.

Salí corriendo de allí, muerta del susto. Y de vergüenza.

Por la noche, en la boda, escuchamos a los lugareños hablar del fenómeno que los viejos del lugar habían presenciado en la iglesia.

Yo, haciendo como que no iba conmigo.

Mi marido y su amigo D, los únicos que sabían de mí aventura, descojonados toda la noche.

(Menos mal que con la edad estas cosas se racionalizan... al menos con esto no he tenido pesadillas, tan sólo he sufrido oleadas de vergüenza).
 
Lo que me parece curioso es que los coches donde muchas os habéis subido por error tenían los pestillos de las puertas abiertos, con lo que cualquiera podía abrir las puertas. Quiero decir que esa gente que se supone que estaba esperando a alguien en la puerta de algún local, o en la calle, etc, no tenían los seguros de las puertas echados, con el peligro que ello supone (al menos para mí). Supongo que era gente muy confiada o nada miedosa.
Yo si me paro a esperar a alguien jamás tengo el coche abierto, siempre con los pestillos cerrados, porque nunca sabes quién puede meterse en tu coche, y no por equivocación.
 
Lo que me parece curioso es que los coches donde muchas os habéis subido por error tenían los pestillos de las puertas abiertos. Quiero decir, esa gente que se supone que estaba esperando a alguien en la puerta de algún local, o en la calle, etc, no tenían los seguros de las puertas echados, con el peligro que ello supone (al menos para mí). Supongo que era gente muy confiada o nada miedosa.
Yo si me paro a esperar a alguien jamás tengo el coche abierto, siempre con los pestillos cerrados, porque nunca sabes quién puede meterse en tu coche, y no por equivocación.
El mío es que se abre solo cuando paras, prima. No sé si puede configurar o algo.
 
Uffff, me has recordado una.
Un 1º de Enero, en un Tanatorio.
Vestida de riguroso luto, gafas de sol incluidas.
Veo a cada uno de los familiares y en vez de dar mis condolencias doy el FELIZ AÑO.:facepalm:
Te agradezco infinitamente que hayas compartido esto...PORQUE A MÍ TAMBIÉN ME PASÓ :oops::oops::oops: Y me toman el pelo cada vez que voy a un velatorio: "No te olvides de felicitarles el año..."
Lo que me parece curioso es que los coches donde muchas os habéis subido por error tenían los pestillos de las puertas abiertos, con lo que cualquiera podía abrir las puertas. Quiero decir que esa gente que se supone que estaba esperando a alguien en la puerta de algún local, o en la calle, etc, no tenían los seguros de las puertas echados, con el peligro que ello supone (al menos para mí). Supongo que era gente muy confiada o nada miedosa.
Yo si me paro a esperar a alguien jamás tengo el coche abierto, siempre con los pestillos cerrados, porque nunca sabes quién puede meterse en tu coche, y no por equivocación.
Pues al final no recuerdo si lo compartí, porque tuve la intención, pero una vez (llovía bastante) esperaba que mi hermano me pasara a buscar a la salida de clases, y demoraba. Cuando vi un Sandero gris que aminoraba la marcha frente al instituto, crucé la calle corriendo y como no se abría la puerta del coche, comencé a golpear la ventanilla como loca, a los gritos "que me estoy empapando, pelotudos" y así...Pues no era nuestro coche, era el de un profe del instituto, y su esposa conducía porque lo traía a clase... La cara de la mujer :cautious::cautious::confused::confused:! Hasta hoy no sé si se habrá creído que era solo una alumna pirada...
Viene al caso porque las puertas tenían seguro, si no sin duda me habría plantando en el asiento trasero chorreando agua.
 
Este "tierratrágameperoya" ya lo conté en Cotilleando, pero lo he estado buscando y debió ser en un hilo de los que han desaparecido con el tiempo.

Mi primer trabajo "serio" en Londres fue en el 'spanish desk' de una agencia internacional de noticias económicas. Se trataba de traducir un poco de aquí y de allá, coordinar lo que se ofrecía a agencias españolas y asistir a presentaciones de productos financieros o de resultados de empresa y escribir una nota corta sobre ello.

Una mañana me enviaron a una conocida agencia de comunicación en la que se presentaban los resultados anuales de una empresa española. Allá que me fui y, como soy como soy, y además entonces era más jovencita y más pava (todavía más!) me entretuve en un par de tiendas y llegué a la presentación cuando ya iba a empezar. Pregunté, me metí al ascensor y llegué a la sala casi cuando cerraban la puerta.

"Menos mal que has llegado, Claudia", me dije. Miré a mi alrededor y ví varios caballeros del tipo jeque árabe.

"Claro, es lo que tiene que el Rey Juan Carlos sea tan amigo del Rey de Arabia Saudí", pensé... "Mucho interés en empresas españolas por parte del petrodólar no está nada mal".

Pero empiezan a hablar y, aparte de que no nombran para nada a la empresa española, resulta que no me entero de nada. "De qué hablan éstos? Qué hace uno de los "jeques" hablando de securitizaciones islámicas?"...

Miro en mi agenda el planning para el día y me doy cuenta de que estoy en otra sala, no en la que me correspondía. Empieza el proceso de tierra trágame.

Me digo a mí misma: "Claudia, tranquila, haz como que todo es muy interesante, y en cuanto se acabe te largas".

Pasan los minutos y cada vez me entero de menos.

De repente oigo una vocecita en mi interior: "Claudia, tienes que IRTE de aquí y llegar a la otra sala antes de que termine; no puedes volver a la oficina sin haberte enterado de nada y SIN el 'press pack', que eres NUEVA y lo mismo hasta te echan".

"Qué hago? Me levanto sin más y me voy? Me espero cinco minutos a ver si esto termina? Se habrá terminado la otra si me quedo aquí más tiempo?"

A todo esto yo ya no escuchaba lo que decían. Toda mi concentración estaba en buscar vías de escape y calcular cuán sigilosamente podía llegar a ellas.

Hay que decidirse.

Ahora! Me levanto y me dispongo a encaminarme a la salida cuando una señorita se materializa delante de mí y me pone delante un micro. Todo el mundo me está mirando.

Resulta que acaba de terminar la conferencia de prensa, empezaba el turno de preguntas y una servidora se había levantado en ese mismo instante.

Miré a la azafata, miré al estrado, centré la vista en la alcachofa y seguidamente en la puerta. Y salí corriendo.

El auténtico significado de hacer mutis por el foro.

Llegué corriendo a la otra sala, cogí la carpeta de la presentación de resultados y me largué corriendo como alma que huye del diablo.

No paré hasta salir a la calle y perderme en la multitud del mediodía de Cannon Street.

Y luego, de los nervios, estuve como diez minutos llorando.

Qué tontita era!
 
Ésta es de una amiga mía española que es muy despistada.

Fallece el padre de una compañera de trabajo y se va por la tarde al tanatorio a acompañarla un rato. Llega y, como es de suponer al ser compañeros de trabajo, no conoce a nadie. Entra, mira a ver si hay caras conocidas (la compañera o los otros compañeros) pero no ve a nadie. Como es muy cumplida, decide presentarse y saludar a la viuda.

Allá que llega ella, saluda a la señora y le dice que lo siente mucho, que es compañera de su hija. La mujer se queda alucinada. De mi hija, de verdad? Ay, pero qué alegría! Y empieza a llamar a otros familiares. Virtudes, Amparito, una compañera de la nena. Ay, qué alegría, eso es que la nena vendrá ahora. Ay, ay. Más llantos.

Mi amiga se queda un poco extrañada. Parece una chica muy normal en el trabajo, pero se ve que es que no se lleva con la familia. Se queda allí una media hora y la compañera sigue sin llegar. Al final dice a los deudos que se tiene que ir. Pues nada, ya saludará a la compañera.

Se encuentra en el parking con otro compañero de trabajo. Fíjate, Fulanito, que no te he visto; he hablado con la madre de Menganita pero a ella no la he visto.

Pero mujer, de qué hablas? Si Menganita está ahí arriba, todo el tiempo con sus hermanos, que su madre falleció hace años.

Momento tierra trágame total para ella. Había estado en otra sala, con otra familia. Y lo peor es que, dado el contexto, parece que la hija de la otra señora sí que estaba distanciada de la familia por la razón que fuera y la pobre señora, recién viuda, y la familia, todos emocionados de pensar que si una compañera de "la nena" había ido es que "la nena" se había enterado y a lo mejor iba.

Mi amiga, que la verdad es que es muy buena persona, hasta se desmayó del "disgusto" y acabó en urgencias esa noche.

Pero no sabemos qué pasó con "la nena".
 

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