A mi me pasó algo parecido, prima. Mis padres no son lectores, no les gusta ni les ha gustado nunca (y no pasa nada, son dos personas que, para no tener estudios, tienen una cultura increible). Mi padre sí que ha leído siempre revistas, pero libros no. En mi casa nunca ha habido muchos libros. Y yo soy una lectora nata. Desde pequeña iba a la biblioteca y me cogía libros adecuados para mi edad, que la bibliotecaria me recomendaba, y siempre me pedía para mis cumpleaños un libro.Prima, con lo de lectura, sí y no. En mi casa yo, de pequeña, no he visto a mis padres coger un libro. No tenían tiempo porque tenían trabajo -un trabajo de verdad, Velcro- y cuando llegaban a casa estaban tan saturados que solo querían descansar. Pero yo sí he salido muy lectora, solo que mis padres no me grababan leyendo para demostrar lo muy lectora y mucho lectora que era. Ellos me llevaban en verano a la biblioteca de mi barrio, yo cogía los cuentos y veía los dibujos y mi madre me los leía. De hecho, incluso me costó arrancar a leer, y mi madre estaba muy preocupada, pese a que a mi hermano le encantaba leer y no le costó ningún trabajo y me llevaban a la biblioteca cada dos por tres.
Lo que quiero decir es que mis padres consiguieron que yo estuviera pegada a los libros permitiéndome ver la televisión solo los fines de semana, y habiéndome inculcado una rutina estricta desde pequeña. Llegar a casa del cole, merendar, jugar o hacer deberes (según la edad que tuviera), ducharme, cenar, lavarme los dientes y libros -NO TELE NI JUGAR A CONSTRUIR TORRES-. Me enseñaron que, después de cenar, era a leer y dormir. Me sorprendió mucho en el vídeo de ayer cuando Gala, después de cenar (dos yogures, que uno tiró xd Mi hija me hace eso y le echo una regañina por haberme hecho abrir un yogur para nada, no como Velcro, que pasó de ella y le dijo "no pasa ná prinsesssss"), dijo que iban a construir una torre. Vamos a ver, con los juegos los niños van a querer más. Hoy será una torre, mañana serán dos, y pasado querrá ponerse a jugar con la cocinita. Y luego, lo de leerle un cuento SIEMPRE antes de dormir... Será que mis padres no me han querido o algo, pero a mí me enseñaron a que los cuentos me los leyera yo. Ellos me contaban, pero de vez en cuando. Como digo, estaban liados -con trabajo de verdad- y cansados, y lo entiendo. Y yo no he tenido ningún problema por coger, por la noche, abrir mi cajón, sacar varios libros y ponerme a pasar las páginas y ver los dibujos. Y como ya me sabía la historia de otras veces que me la habían contado, sin problema.
Estoy de acuerdo en que si lo ves en casa desde pequeño, será más fácil que el día de mañana seas apasionado por la lectura. Pero que hay situaciones distintas, os lo aseguro.