The beautiful people / el grupo it europeo

Yo con ellos tengo un dilema, me parecen interesantes por su medio, por lo que hay alrededor de ellos, por la historia de sus antepasados, pero al mismo tiempo aburridos porque salvo algunas excepciones me parecen faltos de personalidad, gente que se la pasa de fiesta en fiesta y no sabes más excepto eso, sus cócteles, sus vacaciones -de qué hahahaha- y sus relaciones de pareja casi endogámicas.
 
Muy bueno este hilo.
Me interesa en cierto modo que hace esta gente en la vida aparte de ser modelos ellas y fundirse el dinero con las modelos ellos.
En serio , que hacen ?
Trabajan ?
Al menos administran/ invierten su dinero? Se han interesado en formarse ?
Por el hecho de nacer rico , no van a la universidad?
Veremos....
Yo he leído que casi todos han ido a la universidad pero pocos la han acabado. Y si, sus trabajos siempre son dudosos
 
Bianca Brandolini: "Dentro de unos días celebraré mi cumpleaños en Ibiza con todos mis amigos"
Tiempo de lectura: 4 minutos

Recién llegada de la boda de Carlota Casiraghi, anoche recibió en Madrid el premio #Yosoytraveler.
Por Eduardo Verbo
5 de junio de 2019 · 09:50

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Bianca Brandolini, este martes por la noche en Madrid en lo premios Condé Nast Traveler. GTRES
Belleza, fama y fortuna. Bianca Brandolini (París, 1987) lo tiene todo. Sus orígenes aristocráticos cautivan a los cronistas de sociedad y su vida de lujo y glamour le ha otorgado la dimensión de ser una de las mujeres más seguidas en las redes sociales. Y ahí está ella. Son las ocho de la tarde en el hotel Santo Mauro de Madrid y la influencer e it girl aparece con un vestido negro de Alaïa acompañada de su manager, el poderoso Robert Ferrell, famoso por haber trabajado con Kate Moss, Naomi Campbell, Claudia Schiffer, Eva Herzigova o Catherine Deneuve. Brandolini tiene aura de estrella. Me estrecha la mano con una sonrisa y me invita amablemente a sentarme junto a ella. Vive de avión en avión. Este fin de semana ha estado en Mónaco, donde ha asistido a la boda de una de sus mejores amigas, Carlota Casiraghi, junto a Dimitri Rassam. La joven deslumbró con un vestido de Giambattista Valli y bailó con las bandas que pusieron ritmo a la ceremonia, como The Cooks o Alessandro Ristori & The Portofinos. “De esas cuestiones no puedo hablar”, me dice sin perder la sonrisa.

La socialite, nacida en Francia, criada en Italia y con orígenes brasileños, viajó este martes a la capital española para recibir de manos de David Moralejo, director de Condé Nast Traveler, el premio especial #YoSoyTraveler en la tradicional gala de entrega de galardones que la revista organiza habitualmente y que en esta ocasión tuvo lugar en la embajada italiana de Madrid. ¿El motivo? Su pasión por los viajes. Bianca, conocida por sus amigos como B, es una mujer de mundo. “Venir a este país es siempre un placer. He estado muchas veces en España. Madrid, Barcelona, Ibiza… Me encanta esa isla, es muy especial. De hecho voy a celebrar dentro de unos días mi cumpleaños allí. Pasaré una semana en la isla con amigos”, me confiesa. Su habitual grupo de amigos: Margherita Missoni, Eugenie Niarchos o Tatiana Santo Domingo. Mientras tanto me adelanta que este verano viajará a Grecia y también pasará unos días en Los Ángeles. Antes volará a Londres debido a sus compromisos profesionales con Cartier y luego no se perderá la semana de la moda de París.




Hace unos meses, decidió hacer un viaje introspectivo y se desplazó hasta Bután. “Me impresionó mucho lo felices que son en ese país. Parecían incluso más jóvenes y todo era porque no retenían los malos sentimientos como la envidia”. Brandolini tiene una desconocida faceta trascendental. No es una niña rica al uso. Intenta tener los pies en el suelo. Soñó con ser actriz, pero lo dejó apartado, “quizá porque no llegó el momento adecuado”. "Pero no me importaría retomar esa faceta". Se centró en la moda, una industria en la que se ha forjado un nombre propio al margen de su propia familia. Ha participado en las campañas de Dolce & Gabanna y mantiene una gran relación con Valentino, del que su madre, la princesa franco-brasileña Georgina de Faucigny-Lucinge, fue musa. La moda va en el ADN familiar: su hermana Coco ha sido consultora de grandes marcas de lujo.

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Vistorta, la impresionante mansión que su abuela tiene en Venecia. © Jonathan Becker.
Bianca ha vivido siempre rodeada de iconos, como Marella Agnelli, fallecida hace unos meses, su tía abuela y esposa de Gianni Agnelli, l'Avvocato, icónico presidente de Fiat. “He tenido la suerte suficiente de crecer junto a ella. Mujeres así ya no se encuentran fácilmente. Ha tenido una existencia apasionante y un gusto increíble. Es muy triste que se haya ido”. Fue en el funeral de esta leyenda del savoir faire internacional y cisne de Truman Capote donde Bianca apareció de nuevo con su primo segundo, el empresario Lapo Elkann, nieto de Marella y con el que mantuvo una relación sentimental de 2008 a 2010. Los rumores sobre una posible reconciliación se han reavivado desde entonces.



Aunque sobre ese asunto Bianca también prefiere no hablar. De quien no le importa charlar es sobre uno de sus referentes vitales, su abuela Cristiana Agnelli, hija de Edoardo Agnelli, cuyo padre, Giovanni, fundó Fiat en 1899. “Tiene 93 años y está perfectamente. Estuve con ella en Venecia la semana pasada y parece más joven que yo. Como Marella, tiene un gusto increíble para la decoración, el paisajismo, las casas… No para quieta y siempre está haciendo cosas”, dice Bianca sobre Cristiana, hermana de l'Avvocato. Los Agnelli son la familia real de Italia y Bianca una de sus princesas.

Cristiana adoptó el el apellido Brandolini D’Adda tras casarse con el ya fallecido conde Brandolino Brando Brandolini d’Adda. Reside en Vistorta, una espléndida finca de 2.000 metros cuadrados a 72 kilómetros al norte de Venecia que cuenta con viñedos y granja. Allí su hijo, Brandino Brandolini D’ Adda, produce vinos. “Deberías probarlos. Están riquísimos”, me dice Bianca antes de marcharse definitivamente. Han pasado pocos minutos, pero la entrevistada tiene que recoger su premio. Es hora de despedirnos. Parece que hablar de vinos nos ha abierto el apetito. “Espero comer esta noche un poco de jamón y croquetas”, se sincera todavía sentada en uno de los fabulosos sofás del Santo Mauro. Lo dicho, Bianca ha venido a recoger el testigo familiar, pero sin dejarse cegar en exceso por la vanidad. Un piaccere.

https://www.revistavanityfair.es/so...la-suerte-de-crecer-con-marella-agnelli/38593
 
El Palazzo más grande del Gran Canal de Vencia es de los Brandolini, ahora la mitad del palacio es parte de la Universidad.
 
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