Cuando te vas a tu casa con dolor de cabeza tras haber quedado con un amigo...Le llamaremos Pepe, he hablado de este espécimen alguna vez por aquí, aunque también me ha pasado con amigas.
Pensaba que lo de la cabeza y ese dolor raro, extraño, me pasaba a mi porque las energías del ambiente las empapo bien y me afecta algo más, hasta que me dice un amigo en común, Paco, que él empieza a sentir lo mismo y me dice que encima le da el bajón sin motivo cuando llega a casa. Yo le comenté que en vez de bajón me entraba mala leche, mal humor, y sin motivo suficiente, no estaba bien: descubrimos que nos pasaba lo mismo tras quedar con este Pepe, conseguía amargarnos y jodernos cada vez que le veíamos, era algo habitual en él: joderle la felicidad a su amigos. Como tenemos amigos comunes, pasamos de contar esto, porque les conocemos bien y sabíamos que no nos iban a creer: Pepe tenía fama de bueno construida como una fachada que no era tal porque quería ir de ese plan de tío súper buena persona, si decías lo cabrón que era realmente cuando no estaban los demás (para los que actuaba con su papel de súper buen chico), los malos íbamos a ser nosotros dos, los que solíamos ser los discordantes del grupo.
Paco se lo quita de encima antes que yo, de forma más tajante, y esto le cuesta que Pepe, a modo de revancha, vaya esparciendo rumores muy bestias sobre su persona que son totalmente mentira. Llegué a oír de su boca que Paco era hasta traficante de drogas, ese día casi lo mato, y todo con la frase "como tú bien sabes, yo soy una persona muy noble" (la fama que se había construido de bueno que él pensaba era su baza); ese día le canté las cuarenta pero bien y estuve dos meses sin verle. Me dije a mi misma que a este me lo quitaría poco a poco, el que Paco fuera tajante con él le costó el estigma de ser "traficante" y un pieza cuando era mentira, ¿cómo iba a decir algo así el bueno de Pepe con lo bueno que era?, pues lo de Paco sería verdad, todo el mundo creyó a Paco. Pepe, que está loco y es un psicópata, se empieza a montar la película de que conmigo puede tener algo, porque claro, si de vez en cuando me tomo algo con él y soy amable eso para su mente enferma significa tía disponible; al no tener a Paco ya de amigo empieza a atosigarme, a querer quedar lo menos dos veces por semana, y yo viendo lo que le ha hecho a Paco y la gente encima le cree, paso de ser radical porque algo se inventaría de mi para destruirme. Excusas, más excusas, el tío no cesa en querer verme y preguntarme de quedar lo menos dos veces por semana, más excusas. Hasta que un día me digo a mi misma que algo tengo que hacer para quitármelo de en medio.
Meses más tarde de continuos "no" a todas sus sugerencias de quedar, accedo a tomar algo con un propósito: reventarle la tarde y joderle el día. Lo hice. Fue la última vez que le vi, pero fijaos si el tío es tan sumamente insistente y pegajoso, que seguía preguntándome todas las semanas sobre quedar. Se había hecho la Paj* mental de que algo podría tener conmigo, por otra parte su verdadera cara empezó a salir a la luz y ya la gente se empezó a dar cuenta de cómo era realmente: ya no tenía amigos. Habiendo sido un poco cabrona con él aquella tarde, su desesperación de soledad era tal que seguía preguntándome de salir a tomar algo a una tía que pasaba claramente de él y encima la última vez que le vio no se portó muy bien. Pues siguió hasta seis meses después de aquella tarde erre que erre, y ya con mentiras y excusas disparatadas, no había manera, le daba igual. Hace seis meses recibí su último mensaje, "a ver si quedamos". No le contesté y ahí se perdió el rastro de este tío.
Está completamente solo, depresivo y muerto en vida. Y no me da ninguna pena.
Pensaba que lo de la cabeza y ese dolor raro, extraño, me pasaba a mi porque las energías del ambiente las empapo bien y me afecta algo más, hasta que me dice un amigo en común, Paco, que él empieza a sentir lo mismo y me dice que encima le da el bajón sin motivo cuando llega a casa. Yo le comenté que en vez de bajón me entraba mala leche, mal humor, y sin motivo suficiente, no estaba bien: descubrimos que nos pasaba lo mismo tras quedar con este Pepe, conseguía amargarnos y jodernos cada vez que le veíamos, era algo habitual en él: joderle la felicidad a su amigos. Como tenemos amigos comunes, pasamos de contar esto, porque les conocemos bien y sabíamos que no nos iban a creer: Pepe tenía fama de bueno construida como una fachada que no era tal porque quería ir de ese plan de tío súper buena persona, si decías lo cabrón que era realmente cuando no estaban los demás (para los que actuaba con su papel de súper buen chico), los malos íbamos a ser nosotros dos, los que solíamos ser los discordantes del grupo.
Paco se lo quita de encima antes que yo, de forma más tajante, y esto le cuesta que Pepe, a modo de revancha, vaya esparciendo rumores muy bestias sobre su persona que son totalmente mentira. Llegué a oír de su boca que Paco era hasta traficante de drogas, ese día casi lo mato, y todo con la frase "como tú bien sabes, yo soy una persona muy noble" (la fama que se había construido de bueno que él pensaba era su baza); ese día le canté las cuarenta pero bien y estuve dos meses sin verle. Me dije a mi misma que a este me lo quitaría poco a poco, el que Paco fuera tajante con él le costó el estigma de ser "traficante" y un pieza cuando era mentira, ¿cómo iba a decir algo así el bueno de Pepe con lo bueno que era?, pues lo de Paco sería verdad, todo el mundo creyó a Paco. Pepe, que está loco y es un psicópata, se empieza a montar la película de que conmigo puede tener algo, porque claro, si de vez en cuando me tomo algo con él y soy amable eso para su mente enferma significa tía disponible; al no tener a Paco ya de amigo empieza a atosigarme, a querer quedar lo menos dos veces por semana, y yo viendo lo que le ha hecho a Paco y la gente encima le cree, paso de ser radical porque algo se inventaría de mi para destruirme. Excusas, más excusas, el tío no cesa en querer verme y preguntarme de quedar lo menos dos veces por semana, más excusas. Hasta que un día me digo a mi misma que algo tengo que hacer para quitármelo de en medio.
Meses más tarde de continuos "no" a todas sus sugerencias de quedar, accedo a tomar algo con un propósito: reventarle la tarde y joderle el día. Lo hice. Fue la última vez que le vi, pero fijaos si el tío es tan sumamente insistente y pegajoso, que seguía preguntándome todas las semanas sobre quedar. Se había hecho la Paj* mental de que algo podría tener conmigo, por otra parte su verdadera cara empezó a salir a la luz y ya la gente se empezó a dar cuenta de cómo era realmente: ya no tenía amigos. Habiendo sido un poco cabrona con él aquella tarde, su desesperación de soledad era tal que seguía preguntándome de salir a tomar algo a una tía que pasaba claramente de él y encima la última vez que le vio no se portó muy bien. Pues siguió hasta seis meses después de aquella tarde erre que erre, y ya con mentiras y excusas disparatadas, no había manera, le daba igual. Hace seis meses recibí su último mensaje, "a ver si quedamos". No le contesté y ahí se perdió el rastro de este tío.
Está completamente solo, depresivo y muerto en vida. Y no me da ninguna pena.