🟠 Bernardo Montoya declarado CULPABLE por el asesinato de la profesora Laura Luelmo, en Huelva.

Manuel Montoya, el padre del asesino, visita a su hijo querido. Va en un Mercedes.

Todas sus declaraciones a la tv han sido una mentira como una catedral, bueno, como una enorme boñiga mejor.

Los Montoya son así. La sociedad necesitamos q el Estado nos proteja de gente así. Lo q se está haciendo en este caso, no lo permitirá.

INDIGNACIÓN es la palabra.

¿lo has creído por un momento a este padre, hijo y hermano de asesinos? Que Dios sabrá lo que él mismo esconde.
No entiendo como este clan es tan poco conocido, aquí en Extremadura los tenemos calaítos. Los Montoya son los reyes del trapicheo con droga y de los robos de mercancía de camiones en nuestra comunidad. De aquí los exportamos a la provincia de Huelva, a Barcelona a Madrid, donde siguen el negocio. Cada tanto a redadas. La última fue hace poco.
La especialidad del clan son las gitanas que venden droga, y fíjate que ya han dicho que ambas hermanas se dedican a tan noble menester.
 
Ahora resulta que este discapacitado emocional tiene miedito de salir al patio.

Dispone de 4 horas, con sus minutos dándolo todo, para tomar el aire mientras fuma su piti.

Pero dice que nanai. Que para llegar al solete debe aguantar abucheos e insultos de otros malotes y eso es muy muy desagradable.

Mira, hijo de put*, lo que es desagradable es saber, que para tí, la vida es ver pasar coches. Y hacer el mal.

Yo sí que te iba a hacer pasar por un corredor y encenderte tu último piti. Cagón.
 
Si yo soy de ése pueblo, formo grupo de vecinos y arde la casa. Ahí ya no iba a vivir mas ningún asesino.
Vaya que no...

Pues al poyete ese le tengo yo unas ganas...
Ahí ya te digo yo que no planta su culo peludo.

Depilao puede.
Si el chulazo del módulo que le ha echado el ojo le convence claro.

Que los Montoya son muy machos, ahí donde ves esta piltrafa humana. Culo peludón, güevetes como un león.
 
Montoya, el asesino confeso de Laura Luelmo, renuncia a salir al patio

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EFE
Informativos Telecinco

04/01/201910:40 h.
Bernardo Montoya, en prisión preventiva acusado de la muerte de Laura Luelmo, ha renunciado a salir al patio de la cárcel, según ha podido saber Informativos Telecinco. Hasta ahora salía cuatro horas diarias solo pero cada vez que lo hace el resto de presos lo abuchean.

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El asesino confeso de Laura Luelmo permanece en la cárcel de Sevilla II, en la localidad sevillana de Morón de la Frontera, aislado en el módulo que alberga a los presos más peligrosos. Bernardo Montoya pasa todo el día en su celda, salvo cuatro horas que puede salir al patio, solo acompañado de un funcionario por su seguridad. Sin embargo, cada vez que lo hace el resto de presos lo abuchean y le gritan desde las ventanas y ha decidido renunciar a esas cuatro horas de patio.
Montoya ya ha pasado por el equipo técnico, compuesto por un jurista, un psicólogo, un educador y un trabajador social, que evalúa a cada preso en su ingreso. Durante el recorrido por la galería hasta el lugar de la entrevista, los presos le volvieron a increpar.
En las cárceles, los presos suelen hacérselo pasar mal a los agresores sexuales. Por eso, Montoya permanece aislado del resto de presos.

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Los funcionarios de prisiones aseguran que no muestra arrepentimiento y mantienen una actitud “desafiante y distante”. Conoce muy bien la cárcel y sabe qué puede y qué no puede hacer. “Si nos considerarán agentes de la autoridad, Montoya seguiría en la cárcel por haber agredido hasta tres compañeros y hoy Laura cenaría en su casa”, han asegurado los funcionarios.
 
Ni de coña...
para esa fecha, alrededor del 1O de enero lo que deberían estar son los resultados de la segunda autopsia...
Pero ya te digo yo, que si a estos tíos se les ocurre no devolver el cuerpo hasta el 9 de enero, arde Troya...
El cuerpo espero que sea entregado antes de que finalice esta semana, y así y todo, es una VERGÜENZA Y FALTA DE SENSIBILIDAD ABSOLUTA...
Pues parece que ha terminado la semana laboral y el cuerpo de Laura sigue en el anatómico forense de Huelva.
 
Que fuerte que el padre vaya a ver al hijo, si es tan mentiroso!!!. Decía que no lo había visto cuando estaba en el punto de mira y que no quería saber nada de él, ¡¡¡mentiroso!!!
 
La vida de Montoya en la cárcel: amenazado de muerte por yihadistas y etarras, ya ni sale al patio
  • Presos etarras, yihadistas y bandas organizadas intimidan a Montoya desde que le trasladaron a la prisión sevillana.
  • La actitud del asesino de Laura Luelmo en la cárcel es "fría, seria e indiferente" ante los funcionarios y los presos.
  • Bernardo Montoya, trasladado de Huelva a Sevilla por miedo al preso senegalés
4 enero, 2019 02:36

Enrique Recio @RecioEN


Insultos, amenazas de muerte y abucheos. Así fue la bienvenida que los reos más peligrosos, entre ellos etarras, yihadistas que perpetraron el atentado de Las Ramblas y bandas organizadas, le brindaron a Bernardo Montoya, el asesino confeso de la profesora zamorana Laura Luelmo, mientras avanzaba esposado y cabizbajo por el pasillo que comunica las diferentes galerías de la zona de aislamiento del centro penitenciario de Sevilla II, en Morón de la Frontera, al que acababa de llegar.

Caminaba por un callejón prácticamente sin salida. Los funcionarios abrían reja tras reja de ese módulo, mientras a ambos lados los presos le advertían. El final del camino era el que sería su hogar durante al menos tres meses: una galería de aislamiento de la que saldría solo cuatro horas al día al patio y sin más compañía que la que él mismo podía darse.





Esto ocurría tan sólo hace ocho días. El 28 de diciembre, Instituciones Penitenciarias autorizaba el traslado del asesino de Laura Luelmo de la prisión provincial de Huelva, donde había entrado el 22 de diciembre, a la cárcel de Morón de la Frontera. Las razones: en el módulo de Huelva Montoya había coincidido con Balla Mousa, un peligroso recluso senegalés. De haberse quedado allí, la cárcel onubense podría haberse convertido en "un polvorín", alertaban los sindicatos prisiones. Algo en lo que coinciden también desde la prisión sevillana: "Se le cambió de cárcel para salvaguardar su integridad", señalan a este diario.

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Bernardo Montoya entra en prisión. EFE

Aunque, tal vez, no era el único motivo. El modulo de Enfermería de la prisión provincial, en el que estaba al principio Bernardo Montoya, también podía ser "otro polvorín" de consecuencias imprevisibles. Había una "falta alarmante" de personal sanitario tras el intento de envenenamiento de seis enfermeros el pasado mes de noviembre. Lo que había provocado que más de la mitad de la plantilla del servicio estuviese en situación de incapacidad laboral.



Lo tienen amenazado de muerte
Bernardo Montoya ya ha cumplido una semana en el penal sevillano y según revelan fuentes penitenciarias a EL ESPAÑOL, el reo mantiene una actitud fría, seria e indiferente hacia los funcionarios y los presos, a pesar de que estos últimos lo tienen amenazado de muerte desde el día que llegó. "Va a lo suyo, está adaptado a vivir en la cárcel porque es reincidente. No sabe vivir en la calle", explican.

Los primeros días de Montoya en la prisión, sin embargo, fueron más tensos, justifican, después de haber confesado que había matado a la joven profesora Laura Luelmo. El preso mostraba una actitud desafiante, pero "siempre acataba las órdenes" que los funcionarios le daban y, por el momento, no se ha producido ningún incidente.

Aunque los funcionarios de prisiones tienen que tener "especial cuidado"cuando lo trasladan de un sitio a otro porque los demás presos "quieren agredirle". Aunque él se mantiene o intenta, al menos, ser frío al respecto, Montoya, según explican desde la prisión sevillana, sí que "busca que lo lleven al módulo de enfermería" -dónde estaba en la cárcel onubense- para "tener más libertad que en aislamiento y que los presos no se metan con él".

Su vida se reduce básicamente a estar entre las cuatro paredes que forman su celda. Allí desayuna, come y cena cuando los internos, que se encargan de cocinar en la prisión, acompañados de funcionarios, le llevan los platos. Al principio, Montoya sí que optaba por salir solo al patio para que le diese el aire, ya que allí no podía relacionarse con nadie. Pero, según apunta un funcionario a este diario, ayer renunció a esas cuatro horas de tiempo libre.

El equipo técnico de la prisión le hizo una visita el segundo día para valorar su conducta, hacerle un examen psicológico y advertir, si se daba el caso, de que el preso podía quitarse la vida. Sin embargo, el médico descartó por completo que se tuviese que aplicar un protocolo de su***dio. "El preso ha estado 16 años en la cárcel, no va a atentar sobre sí mismo y si lo hace, se lo hará a otro, no a él mismo", cuenta un funcionario.

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Bernardo Montoya, autor confeso del asesinato de Laura Luelmo.

Cabe recordar que sobre Bernardo Montoya pesa un gran historial delictivo y penitenciario: fue condenado en 1995 a 17 años y 7 meses de cárcel por asesinar a una anciana, intentó matar y violar a otra mujer durante un permiso en 2008, fue condenado de nuevo por quebrantamiento de condena y en 2016 cometió dos robos con violencia tras lo que regresó a prisión. Salió a principios de octubre del pasado año y dos meses después mató a la profesora zamorana de 26 años, Laura Luelmo.

Ha vuelto a su realidad, la cárcel
Una experiencia -Bernardo Montoya tiene 50 años y 20 de ellos los ha pasado entre rejas-, señalan funcionarios penitenciarios a este diario, que hace que el preso esté completamente adaptado a vivir en prisión. "Cuando ingresó por primera vez en la cárcel, era un interno agresivo y conflictivo, pero después cambió su conducta, se adaptó al medio y el trato con los funcionarios era correcto". Ahora, 24 años después, "aunque su actitud es indiferente hacia nosotros, Bernardo Montoya ha vuelto a su realidad, porque no sabe vivir en la calle".

Antes de entrar en la prisión de Huelva, tras decretarlo la titular del Juzgado de Instrucción 1 de Valverde del Camino, Elvira Mora Pulido. Bernardo Montoya pidió disculpas a la familia de la joven zamorana por lo que había hecho, ante la presencia de las cámaras de televisión. Lo hizo instante antes de meterse en el vehículo policial que le conducía a la cárcel y después de declarar ante la jueza. "Pido disculpas a la familia. Lo siento", fueron las palabras del asesino.

En cambio, Montoya no ha vuelto a repetir esas palabras o algo similar respecto al crimen que perpetró. "No nos consta arrepentimiento alguno por su parte", cuentan. Eso sí, prosiguen, seguro que "en su momento" cuando le evalúe la psicología dice arrepentirse "para tener beneficios penitenciarios"
 
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