🟠 Bernardo Montoya declarado CULPABLE por el asesinato de la profesora Laura Luelmo, en Huelva.

Creo que muchos de los que aquí comentáis,desconoceis que los gitanos cuando se trata de payos ni sienten ni padecen,ni se sienten mal porque su familiar mate a un Payo,todo lo contrario,ellos no se rigen por las mismas leyes que nosotros,ni morales ni sociales...el que los haya sufrido viviendo cerca lo sabe
 
Yo no creo que la pena de muerte o la prisión permanente disuada a este tipo de gente (este, el de Pioz, Bretón, Ana Julia...) y dejen de asesinar o violar, porque son malas personas, y en lo único que piensan es en conseguir sus objetivos y lo demás se la pela. Piensan en hacer lo que ellos quieren y su único pensamiento es que no los pillen, si tienen algún pensamiento aparte del de su acto de maldad. Incluso a lo mejor ven la cárcel como una consecuencia colateral de su objetivo, pero mientras lo consigan...

Por otro lado, los Montoya no sienten que uno de su clan haya asesinado a Laura, sienten que lo hayan pillado y que el caso esté siendo mediático, porque están saliendo toda la mierda de dos de sus miembros y que se esté ensuciando su apellido. Si realmente sintiesen la muerte de una persona, no celebrarían el permiso del otro hermano, por mucho que le hubiesen perdonado y dado otra oportunidad. Puedes estar "contento" por verlo, pero celebrarlo como si te hubiese tocado la lotería? Y encima, cuando el otro está siendo acusado de haber violado y asesinado a otra mujer, dos meses después de salir de la cárcel? Vamos, es que a mí se me caería la cara de vergüenza y lo último que querría sería salir en la televisión y que no se me relacionase con estos dos energúmenos.
Mención aparte los medios de comunicación, que ya están dejando al lado la humanidad, buscando entrevistas con los familiares de él, poniendo unas declaraciones del asesino o sacando a la luz toda la vida tanto de Laura como de su novio, solo para tener más carnaza y vender más y conseguir más dinero. Que informen del caso, me parece bien, lo otro me parece que sobra y bastante.

Sólo dan a la masa lo que esta quiere. O no has visto que en este mismo hilo se han husmeado desde el minuto 1 los Facebook y LinkedIn de la difunta y allegados???

Yo ya dije junto a otra forera- cuyo post fue censurado--que esos detalles sobran pero se ve que la gente que tiene una vida vacía la llena con las desgracias ajenas.
 
El asesino de Laura Luelmo no siguió ningún programa de rehabilitación en prisión

Los tratamientos de este tipo son voluntarios. El 45% de los presos se acogen a ellos. Los expertos aseguran que ninguna terapia “forzada es útil”

Bernardo Montoya, el asesino confeso de Laura Luelmo, ha pasado 20 de sus 50 años en la cárcel. Su comportamiento dentro de prisión era bueno. Pero nunca quiso acogerse a ningún programa de rehabilitación tras asesinar a una anciana. Este tipo de tratamientos son voluntarios y los expertos sostienen que una inclusión forzada no es efectiva. La buena conducta de Montoya dentro contrastaba con recaídas en la delincuencia cada vez que salía de la celda: fugas, robos, amenazas a personas a las que trataba de robar... y, por último, el asesinato de Laura, la maestra que desapareció el 12 de diciembre en el El Campillo (Huelva) y cuyo crimen ha sacudido al país. Montoya había salido de la cárcel en octubre.

“La reincidencia no es imposible de prever”, señala Arturo Beltrán, magistrado de la Audiencia Provincial de Madrid que lleva 22 años resolviendo recursos contra decisiones de juzgados de vigilancia penitenciaria. “En las cárceles”, añade, “hay programas específicos para deshabituación a las drogas, en temas relacionados con agresiones sexuales o violencia machista. Y son programas exitosos, pero no al 100%, eso es imposible”.

“¿Todos los presos son reinsertables? No. No todo el mundo lo es”, señala José Luis Castro, titular del juzgado de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional encargado de controlar a más de 3.000 condenados. “Los equipos técnicos de prisiones hacen un trabajo serio, riguroso y científico. Son excelentes profesionales. Pero a veces los presos se acogen a estos programas, que son voluntarios, con un sentido meramente utilitarista, porque les permiten acceder a beneficios penitenciarios”.

El historial delictivo de Montoya comenzó al filo de la medianoche del 13 de diciembre de 1995, cuando entró por la fuerza en la casa de una mujer viuda de 82 años llamada Cecilia y que vivía sola. El hombre, entonces de 27 años, drogodependiente al menos desde los 22, pretendía evitar que la mujer declarase contra él en un juicio pendiente por allanamiento de morada y lesiones cometidos meses antes. “Agazapado detrás de la puerta del dormitorio de Cecilia, de forma sorpresiva e inopinada y sin mediar palabra, la apuñaló en la región dorsal. Cuando la mujer cayó al suelo, Bernardo Montoya se abalanzó sobre ella y le propinó otras seis puñaladas en el cuello que le causaron la muerte”.

Estos hechos probados se incluyen en la sentencia de la Audiencia Provincial que condenó a Montoya a 17 años y siete meses de prisión por asesinato, allanamiento de morada y obstrucción a la justicia, así como a la prohibición de regresar durante cinco años a Cortegana (Huelva), municipio donde sucedió el crimen. La Guardia Civil le detuvo unos días después. Ingresó en la cárcel en las navidades de 1995 y allí estuvo hasta marzo de 2015.

En abril de 2008, cuando llevaba 13 años preso, aprovechó un permiso penitenciario de siete días para delinquir. Precisamente en Campillo, donde 10 años después asesinaría a Laura, amenazó a una mujer y apuñaló al perro que la defendía. En 2010 fue condenado por estos hechos a un año y medio de cárcel.

Antes de esta sentencia, Montoya disfrutó de otro permiso de siete días en diciembre de 2009 y no regresó el día fijado. Estuvo huido 10 meses hasta que se presentó voluntariamente en la cárcel para seguir cumpliendo la pena. Este quebrantamiento de condena le costó otros seis meses de cárcel.

Tras cumplir todas sus penas y quedar en libertad, volvió a cometer dos robos con violencia por los que fue castigado a dos años y 10 meses de cárcel. Era la tercera sentencia en el listado delictivo de Montoya.

Apenas había pasado nueve meses en libertad y regresó a la cárcel. De enero de 2016 a octubre de 2018 permaneció encerrado y disfrutó de dos permisos en los que no consta que cometiera nuevos delitos. De ahí salió en noviembre para irse a vivir a El Campillo, a una casa situada enfrente de la de Laura.

“La reincidencia en el delito de homicidio o asesinato es infrecuente”, destaca el magistrado Beltrán. “La gran reincidencia se da en los ladrones, que pueden entrar 10, 12 o 14 veces en prisión”. Es infrecuente que un asesino vuelva a matar. Por eso, cuando se da un caso como el de Montoya, la alarma social se dispara.

El criminólogo Vicente Garrido, profesor de la Universidad de Valencia y autor del libro Asesinos múltiples, sostiene: “El sistema penitenciario nació para contener un mal, no para erradicarlo. Aproximadamente reincide un 50% de los presos, aunque hay variaciones en cuanto a los tipos delictivos. Esto indica que no es cierto que la cárcel sea una escuela del crimen para muchos de los presos”.

Las prisiones españolas tienen hasta 18 programas distintos de tratamiento psicoeducativo y terapéutico para los presos, con sesiones semanales de tres horas y media y diversos trabajos entre sesiones.

Con esta herramienta se pretende hacer efectivo el mandato del artículo 25.2 de la Constitución: “Las penas privativas de libertad y las medidas de seguridad estarán orientadas hacia la reeducación y reinserción social”.

Florencia Pozuelo, jefa del área de programas de tratamiento de Instituciones Penitenciarias, señala que esas políticas de reeducación y reinserción dan resultado. “El último estudio que hemos hecho sobre 150 condenados por agresión sexual tras un seguimiento de entre dos y cinco años después de salir en libertad, nos dice que solo 21 de ellos reincidieron, y de éstos, solo siete cometieron un delito de índole sexual, apenas un 5%”, explica. Todos los expresos con los que se hizo este estudio habían participado en las sesiones psicoeducativas y terapéuticas.

En el historial penitenciario de Bernardo Montoya no consta que hiciera ningún programa de tratamiento. Son voluntarios. El pasado año, el 45% de los presos se acogió a alguno de esos programas.

“Ninguna terapia forzada es útil”, señala el profesor Vicente Garrido. “Otra cosa es que el interno prevea que participar en ella quizás le acerque a disfrutar de algunos beneficios penitenciarios y, sin gran motivación, se inscriba en el programa. Ahí puede aprender cosas útiles para su reinserción. Por ejemplo, las razones que están detrás de las explosiones de ira, aunque no se apuntara al programa por esa razón”.

Durante los 20 años pasados en la cárcel, Montoya fue un interno activo, implicado en tareas de limpieza y jardinería, disfrutó de un destino laboral en el departamento de mantenimiento de la cárcel, convivió con otros internos en un módulo de respeto para fomentar la convivencia y se apuntó a cursos de alicatado y carpintería, según su expediente.

La convivencia con otros presos en la cárcel fue correcta. Pero la convivencia en libertad le resultó imposible.

Desde el año pasado, las prisiones han incorporado un programa específico para conductas violentas destinado a presos que han cometido asesinatos. Bernardo Montoya tampoco lo siguió.

https://elpais.com/sociedad/2018/12/22/actualidad/1545513139_469841.html
Su comportamiento en prisión en anteriores condenas no fue bueno, agredió a los funcionarios. Uno de ellos ha salido en TV pidiendo más medios, dice que si ya antes agredía cuando sabía que tenía fecha de salida si lo condenan con la PPR no va a tener nada que perder si mata a alguien https://www.lavozdigital.es/cadiz/p...ion-gaditana-puerto-201812191821_noticia.html
 
Conozco andaluces que hablan perfectamente castellano. Al igual que conozco catalanes o gallegos que lo hablan fatal, El andaluz no es un idioma.
Conoces andaluces...ajá...yo soy sevillana, he estado en Cádiz, Córdoba, Jaén, Granada y Almería. Que conozca a una persona que tenga menos acento o haya asimilado la forma de hablar de su lugar actual de residencia no es representativo.
El andaluz un dialecto que posee características propias y reconocidas, por muy bien o mal que te parezcan.
 
Pues yo no me creo nada de esta familia, y mira que entiendo que ni el padre ni la hermana tienen la culpa de lo que han hecho estos dos engendros, pero ahora si lo repudian no? En fin, ya no es solo por lo que han dicho en la tele hoy, sino porque la hija de Bernardo, hace tres años, le ponía en el facebook "uiii que papi mas xuli" (cuando ya había matado a la vieja). La hermana, la que ha salido hoy llorando y haciendo teatro en la tele, aparte de quitarse la foto de perfil de facebook, puso el día 18 de diciembre en una foto de portada (cuando ya habían detenido a Bernardo y Laura había aparecido): "no te rindas cuando el enemigo ataca" y no se qué cosas de Dios. Asco absoluto
¿Este engendro tiene una hija?:eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek::eek:
 
Y me refería a eso a la comparativa entre ser andaluz y analfabeto que mucha gente confunde.
Cuando un andaluz habla sin acento no es raro escuchar un "pero hablas bien castellano siendo andaluz" cuando gran mayoría de los andaluces hablan bien el castellano, únicamente lo hacen con su acento.
 
Los expertos plantean mejorar los controles sobre los presos peligrosos

Existen ya 52 sentencias que imponen la libertad vigilada después de cumplida la condena

El asesinato de Laura Luelmo a manos de Bernardo Montoya, un delincuente que 23 años antes había matado a una anciana que vivía sola, ha resucitado el debate sobre la necesidad o no de endurecer el castigo a estos delincuentes en el Código Penal. El PP utilizó este crimen para exigir en el Congreso una ampliación de la prisión permanente revisable, aprobada hace solo tres años y aplicada a cinco asesinos.

Los juristas consultados sostienen que estas medidas no tienen la eficacia que se proclama ni reducen los asesinatos. Pero coinciden en que algunos crímenes cometidos por reincidentes deben hacer reflexionar a los políticos sobre posibles mejoras legislativas en el sistema punitivo.

“Cuando la llegada de la democracia trajo la eliminación de la pena de muerte, salvo para tiempos de guerra, nadie reflexionó sobre qué hacer con el delincuente terrible”, sostiene el magistrado Arturo Beltrán. “Se pensó que la democracia traería la santidad, nos haría mejores, y eso es un error. Teníamos un fenómeno terrorista que se agravó... la democracia no trae ausencia de crímenes. Entonces se legisló por impulsos. Primero se eliminó la redención de penas en la cárcel, con lo que se garantizaba el cumplimiento íntegro y máximo de 30 años. Luego se aumentó a 40...”, continúa Beltrán. Más tarde, en 2010, se reformó el Código Penal para introducir la libertad vigilada, una pena después de la pena.

“Hasta ahora hay 52 sentencias que imponen la libertad vigilada después de cumplida la condena”, explica José Luis Castro, titular del juzgado de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional. Pero hasta dentro de unos años, cuando se ponga realmente en práctica la medida de control tras quedar en libertad esos condenados, no se conocerán sus efectos. Castro plantea una idea para controlar a delincuentes que, como Montoya, mataron otra vez tras cumplir la condena. Aunque la libertad vigilada solo se puede establecer en una condena y solo desde 2010, Castro pide reflexionar sobre la posibilidad de que los jueces de vigilancia penitenciaria tengan capacidad de acordar esta medida para presos con un diagnóstico claro de reincidencia. “Entiendo que tiene un difícil encaje jurídico por la irretroactividad de las normas, pero me parece oportuno que se estudie esa posibilidad”, afirma el magistrado.

Cuando Montoya quedó en libertad tras 20 años, la junta de tratamiento de la cárcel no hizo un diagnóstico sobre su reinserción o el peligro de reincidencia. Ninguna norma lo establece. “Sería bueno que en determinados casos se pudieran hacer diagnósticos que trasladaríamos a los jueces de vigilancia para establecer unos protocolos en contacto con los servicios sociales u otros que permitiría ayudar a la persona que ha quedado libre a su reinserción social”, señala Florencia Pozuelo, jefa de Tratamientos de Instituciones Penitenciarias.

“En España ponemos penas excepcionales como la prisión permanente revisablepara delincuentes excepcionales”, concreta el magistrado Beltrán. “Las hay en otros países. Yo, a priori, la rechazo. Es una pena indivisible, no hay un grado inferior o superior como en cualquier otra pena, no se presenta como alternativa a otras, ni ha venido precedida de estudios de campo que digan que 30 o 40 años son insuficientes. Responde muchas veces a estímulos externos con la idea de transmitir castigos ejemplares y de que existe una gran preocupación por defender la seguridad de los ciudadanos”.

El criminólogo y profesor de la Universidad de Valencia Vicente Garrido cree que el valor de esa medida no consiste en intimidar a futuros asesinos. “Tiene un efecto incapacitante en asesinos en serie y en psicópatas homicidas”, sostiene. “Esa medida la tienen casi todos los países con una historia más larga en democracia que nosotros y nadie se rasga las vestiduras”.

Garrido recuerda que en España no existe la figura del delegado de libertad vigilada o condicional: “Ya se sabe desde hace años con estudios rigurosos que son eficaces en prevenir la reincidencia, controlando a delincuentes de alto riesgo y facilitando la reinserción social en aquellos en que esto es posible. La policía no está para hacer esa función”.

El experto añade que España lleva años pagando la formación de miles de criminólogos y ahora hay 15.000 alumnos estudiando este grado que luego se dedican a otras cosas. “Es un absurdo, pero parece que ningún gobierno sea capaz de crear ese cuerpo, que ahorraría mucho dinero porque saldrían presos en libertad condicional que ahora no la obtienen debido a que los jueces saben que nadie les va a controlar”.

https://elpais.com/sociedad/2018/12/22/actualidad/1545514674_746903.html
El 3 de septiembre se buscaba al preso Fernando Iglesias Espiño,no había vuelto a prisión después de un permiso penitenciario.
Había asesinado a su mujer,hija e hijo.
El jueves pasado la policía encontró su cadáver.
"se da la circunstancia de que los dos sospechosos de haberle quitado la vida también eran presos cuando le mataron, uno vigilado con una pulsera telemática y el otro con beneficios penitenciarios que le permitían disfrutar de permisos como los de su víctima"
 
Me parece bien el debate de qué hacer con los criminales no reinsertables, que los hay y que son un peligro.

En cuanto a la prisión permanente revisable o cadena perpétua en caso de violación
Por
Fernando Vargas Zamora
-
23/12/2018

"Es una evidencia que nuestra constitución y nuestro código penal basa las leyes penales en la equidad entre el castigo por la pena cometida y el espíritu de reinserción y para nada creo que esto este mal, lo que ocurre es que lógicamente reina una sensación de inseguridad, dejando en un tiempo limitado , en libertad a alguien que comete actos tan horribles, y con la consecuente posibilidad de que esto sea reiterativo, siendo justamente, el punto sobre la reinserción el punto central del debate.

Yo creo con sinceridad, que una persona que es capaz de cometer crímenes tan atroces, es sobradamente demostrado su nula capacidad de empatía y por tanto su inestabilidad sicológica , y no voy a profundizar más en el tema, pues no soy ni sicólogo ni siquiatra, pero si estoy profundamente convencido, que al menos hasta fecha de hoy, no se ha conseguido la manera de poder reinsertar dichas personas, pues ya no es cuestión de castigo o no , sino de enfermedad mental que los lleva a la atrocidad, y esto no significa que sean desequilibrados mentales, pues pueden ser extremadamente inteligentes, sino desequilibrados emocional y sicológicamente, con lo que supone un peligro social constante, sea cual sea el castigo al que se puede exponer. En este sentido, lleva toda la razón del mundo el presidente del gobierno, cuando afirma “la prisión permanente revisable ya esta y no ha evitado ninguna muerte ni violación”, y también lleva razón cuando alega a las leyes de violencia de género y a las medidas educadoras como prevención de agresiones, en un contexto normal, pero no para los perfiles extraordinarios de los que estamos tratando, violadores y asesinos.

Llegados a este punto, en lo que nos podemos poner de acuerdo muy fácil todo el mundo, es que si la prisión permanente revisable, no evita las agresiones, y tampoco se ha encontrado la manera correcta de poder inculcar valores a estas personas con tal grado de sicopatía y empatía cero, por mas leyes que se hagan, alguna solución habrá que darle; evidentemente, la prisión permanente , es anticonstitucional en España por ser contraria al espíritu de la reinserción, y que vuelvan a la calle supone un peligro real, yo lo que creo es que para este tipo de crímenes hay que cambiar el concepto, y que no sean tratados en vía judicial, sino medicamente, me explico: con toda seguridad, la prisión permanente revisable es anticonstitucional, pero no lo es que una persona enferma permanezca en un centro sanitario, pues bien, si una persona demuestra empatía cero, eso es sicopatía, y la sicopatía no hay manera de curarla, estas personas, desde un punto de vista de su salud mental, deben permanecer de forma permanente sin poder salir en hospitales siquiátricos, que al fin y al cabo es una forma de cárcel permanente, salva el escollo constitucional sobre el espíritu de reinserción, evita el riesgo en la calle, y cumple de función de castigo permanente a un crimen tan horrible.

Es tan simple, como la gestión dejar de tratarlo como un crimen en sí mismo, y tratarlo como reducir el riesgo que supone un enfermo mental de carácter peligroso, separando esto del resto de crímenes, así de esta manera preservaremos el espíritu constitucional de reinserción, obtendremos la seguridad de no tener un criminal a todo seguridad reincidente suelto tendrá su castigo y todo desde la óptica legal, no de castigo sino de ayuda a un enfermo."
http://diario16.com/cuanto-la-prision-permanente-revisable-cadena-perpetua-caso-violacion/
¿Y cómo se mete a este engendro,por ejemplo,en un hospital psiquiátrico sin que tengamos que temer por la vida del resto de los pacientes y del cuerpo sanitario?
 
Garrido recuerda que en España no existe la figura del delegado de libertad vigilada o condicional: “Ya se sabe desde hace años con estudios rigurosos que son eficaces en prevenir la reincidencia, controlando a delincuentes de alto riesgo y facilitando la reinserción social en aquellos en que esto es posible. La policía no está para hacer esa función”.


Ahora nos van a intentar tomar el pelo con medidas como la pulsera telemática,ya he puesto antes un ejemplo de un preso con pulsera telemática que ha vuelto a asesinar o la figura del agente de la condicional,que en este caso no hubiera servido de nada.

En fin,que los jueces y tantos expertos super buen rollistas son unos enemigos de la sociedad.
 

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