Te engañan siempre que te dicen que la felicidad es algo en concreto.
La felicidad la elige cada uno. Todos tenemos que definir qué es para nosotros mismos la felicidad.
Habrá mujeres que sean felices en casa, dedicándose a la familia y a las labores del hogar y habrá mujeres que sean felices con un trabajo de responsabilidad en una gran multinacional, con el mayor de los sueldos a final de mes y con dedicación exclusiva a su vida profesional. Todo es válido y bueno, siempre que vaya por delante la libertad de las personas.
El problema es que la sociedad tildará a la ama de casa de maruja, machista y anticuada. Y a la gran trabajadora de persona engañada y de inferioridad moral que nunca llegará a la plena satisfacción por decidir no ser madre.
Entre el blanco y el negro, hay una gran amalgama de grises y hay tantas formas de vivir como vidas hay en este mundo.
Yo estuve a punto de presentarme a unas oposiciones hace un año o así y tomé la decisión de no hacerlo porque todo apuntaba a que me iba a tocar ir a la otra punta de España y el tema de los traslados pintaba muy largo (8/10 años mínimo) mi pareja estudia y trabaja para algo que es a nivel autonómico y mis padres por sus circunstancias me necesitan mucho. Ese trabajo hubiese sido ideal para mí (buenas condiciones, relacionado con mis estudios, buen sueldo...) pero dije que no porque el sueño de mi vida no se resume a tener el trabajo de mis sueños. Por supuesto que el ámbito laboral cuenta, pero igual es estar cerca de mi familia, poder formar la mía propia, viajar por todo el mundo, etc. En ningún momento me he arrepentido ni creo que lo haga, no siento que haya sido una renuncia, solo una decisión que me aportará cosas. También sé que no me arrepentiré porque la tomé desde el fondo de mi corazón, donde la sociedad no influye.
No me siento tampoco superior moralmente por haber elegido a mi familia. Tampoco me siento menos independiente por no haberlo dejado todo atrás. Es mi vida y son mis decisiones y mi máxima aspiración es ser feliz.
Sé que he tenido la suerte de poder elegir, hay familias que no pueden escoger. Mi total admiración a todo el mundo que toma decisiones diferentes, no estipuladas, con miedo, con incertumbre, por ellos mismos o por su familia. Admiro todas las decisiones que se tomen desde el corazón, la única opción incorrecta es hacer o no hacer algo porque te lo imponen.
Tienes mucha razón. Y añadiría que nos hace daño esa idea de que elegir es, de alguna manera una forma de fracaso. Claro que elegir A implica renunciar a B, C y D, ¿y qué? Lo importante es estar cómodo con lo que uno elige. Creo que si aceptamos que no todo es posible a la vez, sin dramas ni angustias, habremos dado un paso importante. Caray, qué complicado es todo esto.