La estafadora de las mil caras: acoso, suplantación de identidad, abusos sexuales.

Vaya perla de chavala. Pero la amiga es un poco boba, no? se va a una cita con un desconocido y accede a que le tapen los ojos??? suena todo muy raro. Que no digo que no la timara la amiga, pero que ella o es boba o hay algo que aún no sabemos.
 
En serio que, lo más destacable de todo esto, de una persona que engaña tanto, que suplanta identidades y que supuestamente podría haber cometido delitos, es que no acabase bachillerato pero dominase internet?
Pedazo de titular eh.
 
Joder, vaya tia rara...pero la amiga no puede ser más inocente por decirlo de forma suave, en serio hay gente tan sumamente pava que cae en este tipo de cosas?? Te presentas con los ojos vendados ante alguien que no has visto en tu puñetera vida?? Me dices que no reconoces si es la voz de un tio o no?? WTF!!! Será que yo soy la mas desconfiada del mundo pero vamos, vamos...manda coj*nes con la gente también
 
Beatriz Marqués niega que abusara sexualmente de una de sus amigas

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Valencia: Acusan a una joven de hacerse pasar por hombres atractivos para engañar a otras chicas
La abusadora de las citas a ciegas
La policía afirma que cortejaba a chicas haciéndose pasar por un atractivo arquitecto italiano o un bloguero catalán. Luego, les anunciaba que sus pretendientes se estaban muriendo de cáncer. Concertaba una cita en un local, las convencía para que se taparan los ojos con un antifaz y las manoseaba. Beatriz Marques, una joven de 21 años, niega las acusaciones y afirma que a ella le gustan los hombres
 
“Me obligó a taparme los ojos, apagó la luz y me empezó a tocar en la cara, luego bajó a los brazos hasta que empezó a meterme mano. Yo le pedía que parara pero no lo hacía. Comenzó a tocarme los órganos genitales”. Es el testimonio de María, (nombre ficticio), una de las denunciantes de Beatriz Marques, una mujer valenciana de 21 años acusada de estafa, acoso, suplantación de identidad, hurto y abuso sexual. María sufrió este episodio en mayo de 2016, cuando tenía 20 años, y lo denunció inmediatamente a la policía. Sin embargo, su denuncia fue archivada por falta de pruebas. Un año después, y tras la investigación policial, las autoridades han encontrado cuatro posibles víctimas más. Todas ellas son mujeres entre los 18 y 20 años.

Según el atestado que impulsó la detención y al que ha tenido acceso esta revista, Beatriz seguía siempre el mismo modus operandi. Creaba perfiles falsos en la red social Instagram “utilizando fotografías de hombres reales de un gran atractivo físico y con un alto nivel adquisitivo”. Luego, según los informes policiales, organizaba encuentros en los que hacía taparse los ojos a las jóvenes con la excusa de que padecía leucemia y se avergonzaba de su aspecto. La policía concluye que la mujer intentaba “tener acercamientos físicos, llegando a tocar a una de ellas el pecho y las nalgas”.

Beatriz Marques está en libertad provisional y a la espera de juicio. El juez ha dictado para ella una orden de alejamiento de 300 metros de sus víctimas y la prohibición de comunicarse con ellas. Silvia (nombre ficticio) fue la última persona que la denunció. Esta joven de 20 años conoció por Instagram a quien ella creía que era un joven arquitecto italiano residente en Valencia, Massimiliano Caprecci, que usaba el diminutivo de Max. En realidad, era Beatriz, que usaba las fotos de un modelo italiano. La confianza entre el falso Max y Silvia llegó a tal punto que decidieron intercambiarse los teléfonos. “Ella llamaba a mi hija y ponía voz de hombre con acento italiano”, explica la madre de la víctima.

Max no fue la única identidad que pudo crear Beatriz. Está acusada de usar otro perfil falso de Instagram bajo el nombre de Aleix Capdevila, un atractivo joven catalán. Una de sus víctimas descubrió que las fotografías eran en realidad de un bloguero, Kevin Gozalbo, con residencia en Sabadell (Barcelona). Tras destaparse el engaño, la víctima contó a la policía que Beatriz comenzó a acosarla “con multitudes de llamadas y mensajes telefónicos” y “hacer pintadas en el telefonillo y el portal” de la joven.

interviu ha contactado con la acusada para que dé su versión. “Es todo mentira”, asegura, y señala que: “¡A mí me gustan los tíos!” Sin embargo, el mismo número telefónico gracias al que esta revista se puso en contacto con ella figura en el atestado como uno de los que usaba para hacerse pasar por Max, el supuesto arquitecto italiano. La joven acusada responsabiliza de sus problemas con la justicia a familiares de sus denunciantes.

Según las jóvenes, Beatriz entraba en escena como la supuesta amiga íntima de los hombres atractivos (inexistentes) y enfermos. “Beatriz, en calidad de amiga íntima de esos chicos conseguía tener un acercamiento con las víctimas (...) haciendo creer su papel de Celestina”.

Además, según la policía, la joven lograba “aprovecharse económicamente (de sus víctimas). Le pagaban comida, ropa, viajes, le daban dinero...”. María, la primera que denuncio a Beatriz, recuerda que estuvo “durante dos meses pagándole el alquiler del piso. Me decía que no tenía a nadie y que Gabrielle me devolvería todo el dinero”.Gabrielle es otra de las identidades masculinas falsas que habría usado la acusada. “Ella es una persona muy envolvente, sobre todo con el tema del cáncer –recuerda María–. Llega un momento que no puedes dejar de hablar con el falso chico por lástima. He llegado a pasar una noche en un hospital de Valencia con Bea. Ella diciéndome que Gabrielle estaba ingresado, a punto de morirse”.

Otra de las denunciantes, Silvia, recuerda que una vez Beatriz le advirtió de que Max (el falso italiano) estaba ingresado muy grave por cáncer en el Hospital La Nueva Fe, por lo que la joven no dudó en acompañarla al hospital. Los trabajadores les confirmaron que no había ningún paciente ingresado con ese nombre. Un detective contratado por su familia descubrió que en la web de la Fundación Josep Carreras contra la leucemia llegó a aparecer un mensaje del supuesto italiano donde narraba su lucha contra la enfermedad.

A partir de ese momento, Silvia trató de cortar su relación con Beatriz. “Entonces empezó la campaña de acoso”, cuenta su madre. Tras la denuncia, la policía registró la casa de Beatriz y encontró dos tarjetas de crédito robadas que había utilizado para comprar cuatro teléfonos móviles en los que se gastó 3.200 euros, según la policía.
 
Detenida por hacerse pasar por el exnovio de su amiga para amenazarla de muerte

La estafadora Beatriz M. M., de 22 años de edad, vuelve a las andadas tras hacerse pasar otra vez por un joven y enviar mensajes en los que amenazaba de muerte a la exnovia del chico suplantado. «Tic, tac, tu tiempo se acaba, cuando menos te lo esperes estaré ahí para matarte», escribió la detenida para luego presentar una denuncia falsa contra el joven.

Tras una investigación conjunta de la Policía Nacional de Valencia y la Guardia Civil de Picassent, el joven acusado de maltratar a su exnovia, Marc J., que fue detenido hasta seis veces en pocas semanas, ha sido exculpado y ahora son las dos denunciantes, Beatriz M. y su amiga Julia P., de 23 años, quienes están acusadas de presentar varias denuncias falsas.

Cuando fue interrogado por la Guardia Civil, Marc negó haber enviado los mensajes y declaró que alguien estaba usurpando su identidad, como ha confesado ahora Beatriz M. tras ser detenida por otro delito. Según las investigaciones, la estafadora utilizó una aplicación de móvil para que los mensajes que ella escribía aparecieran como enviados por el número de teléfono de Marc.

Tras ser detenida por la Policía Nacional el pasado miércoles, Beatriz exculpó a Julia y declaró que había enviado los mensajes sin que lo supiera su íntima amiga, pero esta mañana en el juzgado de Picassent ha inculpado a Julia al insinuar que ella también habría mentido para que detuvieran a su exovio.

«Aquí la única víctima soy yo», afirmó Marc a la salida del juzgado. El joven acusado de enviar mensajes amenazantes manifestó que ha vivido un calvario tras las falsas denuncias. «Llevo un año con todo esto y no le deseo a nadie que sufra lo que yo he sufrido. Aquí la única víctima desde el principio he sido yo», insiste el joven. «Tanto yo como mi familia lo hemos pasado muy mal. Esto no se puede contar con palabras. Las dos estaban en esto. Me han detenido siete veces y he pasado dos noches en el calabozo. ¿Quién va a reparar ahora todo el daño que me han hecho?», preguntó Marc.

Tras ser interrogadas por la magistrada del Juzgado de Instrucción número 2 de Picassent, Beatriz y Julia han quedado en libertad pero acusadas de los delitos de denuncia falsa y usurpación de identidad. El padre de Julia ha salido del juzgado con el rostro cariacontecido tras enterarse de los delitos que le atribuyen a su hija. «Llevamos un año sin vivir. Esto ha sido una preocupación constante. Lo hemos pasado muy mal», señaló el hombre. El abogado de Julia ha manifestado que Beatriz inculpa ahora a su cliente «para tratar de minimizar su culpa».

La Policía Nacional detuvo a Beatriz el pasado miércoles por un delito de estafa tras haber sustraído varias tarjetas de crédito al propietario de un barco en el que había estado alojada con Julia en el puerto de Dénia. Las dos jóvenes realizaron un gasto de 3.000 euros en el Hotel Las Arenas con una de las tarjetas que sustrajo Beatriz. Además, la estafadora se hizo pasar por un famoso 'instagramer' para coquetear con Julia.
 
Bea, la estafadora de las mil caras | La suplantadora de las citas a ciegas ofrece ahora contratos de actor para un anuncio falso

Un día después de ser juzgada por un delito de estafa, la policía abrió otra investigación contra Beatriz M. M., de 23 años, tras hacerse pasar por la responsable de las redes sociales de un club de tenis, falsificar la cuenta de Instagram de esta entidad deportiva, presuntamente, y ofrecer dos contratos de actor a sendos jóvenes para la grabación de un anuncio publicitario.

El nuevo ardid ideado por la presunta estafadora fue descubierto por una de las víctimas del engaño, un universitario de 26 años, cuando el joven contactó con un directivo del club deportivo y este le dijo que Beatriz no trabajaba para el club y desmintió también la grabación del anuncio publicitario.

Tras comprobar que alguien había utilizado una cuenta de Instagram con el nombre, el logotipo y varias fotos del Sporting Club de Tenis para preparar y grabar un anuncio que la entidad deportiva no había encargado, el gerente del club acudió a la comisaría de Exposición para presentar la correspondiente denuncia. La policía inició entonces una investigación y descubrió que Beatriz estaba detrás de otro gran engaño.

La presunta estafadora contactó con una joven madrileña y un universitario valenciano, a través de la red social Instagram, y les ofreció un contrato de actor en el falso anuncio con una remuneración de 1.000 euros para cada uno. También pagó dos billetes de AVE para que la chica se desplazara más rápido desde Madrid a Valencia –tras realizar una transferencia desde la cuenta bancaria de una mujer llamada Rosa María B. P.–, y quedó con los dos jóvenes en la puerta del club de tenis para rodar el anuncio el pasado sábado.





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Así es la cuenta de Instagram del club de tenis que Beatriz M. ha falsificado. / LP
 
El infierno de Marc, el profesor de padel, por las 20 denuncias
  • Siete detenciones injustas por violencia machista, dos noches durmiendo en el calabozo. Susurros, rumores, injurias en su lugar de trabajo.
  • Una amiga de su exnovia usurpó su identidad para enviarle a la chica mensajes amenazantes. La expareja, mientras, fingía agresiones.

Julia: «Hola, uno de vuestros trabajadores es un violador y tiene varias denuncias»


Julia P. G. acude a declarar a los juzgados de Picassent. / JUANJO MONZÓ

La situación del joven Marc Jover como víctima de su exnovia Julia P. G. y de la amiga de ésta que presuntamente usurpaban su identidad, Beatriz M. M., vuelve a quedar reforzada. Esta vez, con una sentencia judicial sobre la que fue su pareja. El fallo, al que ha tenido acceso LAS PROVINCIAS, impone una multa a la excompañera de Marc por injuriarle en su puesto de trabajo al aportar a la empresa su nombre y apellidos tras presentarlo como violador, a pesar de que el director deportivo y monitor de pádel vecino de Godella jamás ha sido condenado por un delito semejante.

La desproporcionada conducta de Julia en su voluntad de perjudicar a Marc traspasó la frontera de lo legal cuando la chica de 23 años decidió dirigir mensajes a la empresa deportiva en la que estaba trabajando el joven en octubre del año pasado.

Según recoge la sentencia judicial, sus palabras fueron exactamente estas: «Hola, uno de vuestros trabajadores es un violador y tiene varias denuncias por ello. Y por maltrato. No creo que os convenga mucho tenerlo. ¿No os interesa saber quién es?». Ante este primer mensaje, la entidad deportiva realizó una consulta a la chica, a la que Julia respondió aportando el nombre completo de su exnovio.
 
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