Haters de Sálvame - Parte I - Tema Cerrado, diríjase a la Parte II.

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Mal asunto si tiene que invitar a Xinébrez a cenar. Con una sola tónica no pueden hacer más de 2 gin-tonics... :whistle::whistle::whistle::whistle::whistle: Y el Beefeater a palo seco es un poco indigesto... aunque en un apuro... :smuggrin::smuggrin:

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No la veo yo mucho a esta Galera de estar en casa, más que para dormir algún que otro dia.
 
CAPÍTULO 13

Fiestas, fiestones y resacones



Todo el mundo asocia salir en la televisión con ser instantáneamente famosa.

Y ¿qué es la fama?

No lo sé, pero lo que sí puedo decir es que la conozco y, además, muy de cerca. Yo soy una persona famosa y creo que la fama tiene muchos componentes.

Por ejemplo, algunos piensan que una fama como la mía no es merecida, o que es de poca calidad, o que está excesivamente vinculada a la televisión. O que va a ser de corta, cortísima duración.

Llevo quince años viviendo sin que esto me preocupe, aunque lo que sí me preocupa, porque me gusta, es mi trabajo en la televisión.

Ahora bien, mi vida como famosa — que no sé si es una palabra que me gusta, porque algunas veces la gente te la dice como si fuera una etiqueta— ha sido y
es cuanto menos interesante. Hombre, he de reconocer que ha sido muy divertida.

Y ha tenido momentos muy locos, muy espectaculares, en los que yo misma he
pensado: «¡Madre mía, ¿dónde estoy metida?!».

Me encanta salir de marcha y tengo en mi currículum algunas juergas memorables. Me gusta la noche, las discotecas, la música house y las risas
con unas copitas. Cuando me acuerdo de,alguna de mis fiestas me digo: «Que me quiten lo bailao. Eso que me llevo pa’l cuerpo».

Claro que salir de noche tiene, en mi caso, un gran inconveniente. Siempre
que me ven con alguien tomándome algo me lo colocan de amante o próximo novio. Los bulos con efecto bola de nieve están a la orden del día en el mundo en que me muevo. Y me jode, por ejemplo, que se inventen que estoy con
alguien cuando no es cierto.

Actores,cantantes, jugadores del Real Madrid…

¡Menudo palmarés! Ni que fuera Mata Hari. Y luego me toca andar desmintiendo el rumor y diciendo una y otra vez que no tengo nada con esa persona. Yo sé defenderme, y me da igual lo que se inventen, pero me fastidia por el otro, porque se puede buscar un lío sin necesidad. Y, claro, los rollos que pudiera tener me los joroban.

Tomarme algo con alguien no significa nada, ni tiene por qué implicar nada. Es absurdo. Aun así, no pienso quedarme en casa. Si me apetece salir,acudir a algún garito de moda y tomarme una copa con uno, con otro o con los que
me dé la gana, lo haré porque me apetece y punto. Que hagan apuestas después.

Recuerdo una de las farras más gordas en las que me he metido. Esa fue
supersonada, porque antes hubo un escándalo que comentaron hasta en el
Telediario, ¡que es muy fuerte! Me contrataron para la gala de apertura del carnaval de Santa Cruz de Tenerife de 2007, que corrió a cargo del bailaor Rafael Amargo.

Él quería hacer un espectáculo completamente diferente al que estaban acostumbrados en la isla con sus carnavales. Lo que resultó de suidea original a lo que se montó en ese escenario desde luego no tenía nada que ver.

Ya desde el principio estaban bastante en contra de lo que Rafael Amargo pretendía hacer. Se dijo que le habían dado un presupuesto de un millón
de euros, y aunque todavía eran los años de la bonanza, ese millón de euros llamó mucho la atención.

Luego tampoco ayudó que Rafael, por ejemplo, se manifestara en contra de algunas de las costumbres del carnaval, o cuando dijo que algunas de las integrantes de las comparsas estaban gordas y que no iba a contar con ellas.

Él me llamó para que formara parte del espectáculo y fui encantada. Yo a
Rafa y a toda su familia les quiero muchísimo. Le conocí un día en la
discoteca Pachá y conectamos enseguida.

¡Menuda juerga que nos corrimos también ese día! Después de varios bailes y unos cuantos cubatas, al final de la noche me dijo:

—Vámonos a mi casa.

Y allí que me fui con él y un grupo de amigos que querían que siguiera la
fiesta. Su casa es impresionante.

Seguimos tomando nuestras copitas hasta las mil de la madrugada, y yo ya
estaba sentada en el suelo porque no podía más del pedo que llevaba
. Pero lo mejor estaba por llegar.

De repente, se abrió la puerta y apareció Mario Vaquerizo cantando Soy yo, de Marta Sánchez. No daba crédito a lo queestaba viendo. ¡Qué cachondeo! Había que ver al Mario, con lo total que es, escenificando y cantando «soy yo la que
sigue aquí». ¡Fue total! Todavía me meo de la risa cuando lo recuerdo. Yo le
miraba, miraba a todos y pensaba:

«¿Pero esto qué es?». Me lo pasé , muy bien, muy bien… Eso sí, la
resaca del día siguiente fue de nota.

Pero como iba diciendo, llegué al Palacio de Congresos de Santa Cruz a las cuatro de la tarde sin haber ensayado nada ni saber qué era lo que iba a hacer.

Cuando me enteré, flipé. Rafa pretendía que, al más puro estilo Madonna, me
atara en una cruz llena de bombillas.Cuando vi la que tenían montada, le grité:—¡Tío, tú estás loco!

Y cuando se enteraron las autoridades se armó la marimorena.

Todo el mundo protestó; los del Cabildo y los del Ayuntamiento se echaron las
manos a la cabeza y le dijeron a Rafa que no podíamos hacer aquello. ¡Llamó
hasta la Iglesia! Pero yo estaba a tope con Rafa porque tampoco lo veía tan
mal. Les decía:
—Oiga, que soy cristiana creyente,pero esto solo es un espectáculo.

Me vistieron con un maillot rosa que me quedaba genial y me rodearon de
bailarines estupendos. Recuerdo que me harté a ensayar, estaba hasta los coj*nes de repetir una y otra vez lo mismo.

Cuando comenzó el espectáculo y me ataron en la cruz empecé a escuchar cómo todo el mundo gritaba y me abucheaba. No sabía lo que estaba pasando. ¡Bueno, bueno la que se armó!

También estaban Bibiana Fernández,que el día anterior había sido su cumpleaños; Pepón Nieto; la madre del hijo de Alejandro Sanz —que en ese
momento estaba muy de moda porque se había descubierto ese hijo secreto.

Alejandro Sanz hasta hizo un comunicado—, Luis Rollán; Miguel Ángel Arenas, el Capi…

¡Allí estábamos todos!

Reconozco que en el escenario lo pasé muy mal, porque el público no paró de abroncarme durante la actuación y yo encima me encaré con ellos. Les decía:

—¿Qué? ¿Qué? ¿Qué pasa? —con mi maillot rosa.

Pero no me criticaron solo a mí, porque también salió el grupo Dover y reaccionaron de igual manera. Ahí todos nos llevamos lo nuestro. Estaban muy
molestos con el planteamiento del espectáculo.

En el fondo les doy la razón, porque los canarios esperaban otro tipo de gala.
Estaban enfadados porque ese no era su carnaval, no estaban sus tradicionales
comparsas, que es lo que querían ver.Aquello era algo totalmente distinto.

¡¡Pero qué culpa tenía yo!! A mí me habían contratado y estaba trabajando.Fue un auténtico escándalo. Pero si salió Gadafi en el Telediario de La 1 y
después la Belén en una cruz y Rafael Amargo abucheados. ¡¡Gadafi y luego el
carnaval conmigo en la cruz!! Fue humillante para mí. Lo pasé mal por las
críticas. Y Rafa, a toro pasado, hizo lo que le salió de los huevos, porque le
dieron carta blanca.

Tengo que decir que fue muy legal, porque contó con un presupuesto y pagó a todo el mundo. A mí me pagó muy bien, un pastón, las cosas como son…
Cuando terminó toda la movida, aquello estaba calentito. ¡Hasta por la calle nos querían prender fuego! Yo veía que la gente nos iba a inflar a palos. No
dábamos crédito a la que se había montado.

Después de la actuación estábamos invitados a la fiesta del Cabildo, pero
decidimos pasar. Hombre, ¿qué hubiera pasado si nos llegamos a presentar?

Pero con todo el marrón que teníamos encima decidimos ir con Rafa a una
fiesta privada que nos tenía reservada. Y tengo que reconocer que me di el
FIESTÓN, con mayúsculas. Menuda manera de terminar una batalla como esa. Me lo pasé de vicio en ese carnaval, lo que disfruté…

Fue una fiesta que te cagas. Allí estuve con Rafa, Amador Mohedano,
que me representaba entonces, ¡tú fíjate!,la de vueltas que da todo —es que estas cosas son muy del mundo de la televisión—; el Gato, que era uno de los
protagonistas de la telenovela Pasión de gavilanes, que tuvo mucho éxito en
España; Pepón, Bibi...

Amador no hacía más que decirme que nos fuéramos y yole contestaba que se fuera él.

Ese mismo día conocí de verdad a Toño. Recuerdo que eran las siete de la mañana y él no hacía más que decirle al Gato que se debían ir porque el actor
tenía que coger un avión para grabar una telenovela en México. Y el Gato contestándole que no, que pasaba de telenovelas y de todo. ¡Lo que me
pude reír!

A Toño ya le había visto en algunos platós de Telecinco.

Terminé la juerga con José el del Choque y una modelo que ni recuerdo cómo se llamaba. Me acosté a las nueve de la mañana. Al día siguiente me levanté a las cuatro de la tarde con un resacón del diez. A mí ya se me había olvidado el escándalo de la cruz, no me el cuerpo ni la cabeza para pensar. Y cuando llegué al aeropuerto,vi que había gente que nos esperaba para abuchearnos un poco más.

Me puse de tan mala leche que hasta me encaré con algunos. Casi nos damos de hostias con todo el mundo.Fiestas así, la verdad, hay pocas,con esa mezcla de un público abucheándote, haciendo nuevos amigos y volviéndote loca.

Otra fiesta más o menos parecida fue la que intenté darme al final de mi
participación en el programa ¡Más que baile! La productora había reservado
una sala en Madrid para celebrarlo, y yo, que había ganado el concurso, pasé
olímpicamente y me fui con mi gente a festejarlo al Buddha, el bar de copas
que estaba de moda en ese momento enMadrid.

Eso le sentó fatal a mucha gente, pero yo lo tenía que hacer porque
¡Más que baile! ha sido de lo peor que he hecho en mi vida. Fue un castigo. El único programa en el que lo he pasado
mal, pero mal de verdad.

Recuerdo que las galas eran los jueves, y antes de cada una de ellas, le
decía a Toño, que entonces ya era mi representante, que no iba a ir.
—¿Pero cómo no vas a ir? —me decía.
—Que no, Toño, ¡que no voy!

Cuando recuerdo ese camerino,mientras estaba esperando, lo mal que
me ponía. ¡Si ese camerino hablara! Lo peor para mí era el momento que bajaba
las escaleras, al empezar cada programa. Comenzaba a sonar la música
y me bloqueaba. Tenía miedo escénico al ver allí a quinientas personas. Veía
las luces y solo quería que la tierra me tragara. Me ponía a temblar, perdía el
ritmo, olvidaba los pasos y no conseguía coordinarme con mi bailarín. Si me
hubieran puesto música de la que me gusta, como el house, yo lo habría
bailado, pero un pasodoble… ¡Lagarto,lagarto! En esa época, además, yo ya
estaba con mi problema y esa situación se sumaba a mi miedo escénico, pero
eso lo comentaré más adelante.

Todos los bailes me los tenían que joder. Me acuerdo en un programa que
la lie buena, le hice un corte de mangas al jurado porque la señora Aída Gómez,
que formaba parte del jurado profesional, me tenía muy harta con sus comentarios. Hice el corte de mangas,salí del plató y me quise ir a mi casa.

Fuera me encontré con Paco Fernández, que es un gran profesional de Telecinco, ejecutivo de la cadena, al que, además, tengo un cariño enorme
porque se ha portado siempre muy bien conmigo. Es de esos jefes buenos. Y le
dije llorando:

—Paco, yo no bailo más.

Toño estaba a mi lado, porque nunca iba sola de los nervios que pasaba —
hasta me tenía que tomar lexatines antes de salir a bailar. Pensaba en Joana
Subirana, otro de los miembros del jurado, mirándome con esas uñas
larguísimas y diciéndome: «Bueno,mira, que sea lo que Dios quiera».

Me preguntaba si merecía la pena todo aquello por lo que estaba pasando—.
Pues esa noche se me mezcló todo en la cabeza y solo quería irme, irme, irme…

Toño se puso como loco al verme así y no dejó de repetir que eso era una
vergüenza, que estaba harto y que nos marchábamos de allí. Yo seguía llorando con Paco, mientras decía:

—Me marcho, que me voy ya, que estoy hasta los coj*nes de estar aquí aguantando.

Todos los de la productora y el resto de la gente que estaba allí me miraban.

Aquello fue…

—Es que no me tratan bien. Si ni mi cabeza ni mi cuerpo dan más, pues qué
voy a hacer. ¿Yo voy a hacer un triple o un doble como Edurne? No soy capaz —
seguía diciendo yo.

Después de todo el numerito, me clasifiqué. El público me votó porque
estaba conmigo, bailara bien o bailara mal.

Estaba agotada con tanto ensayo.

Después me tenía que ir a Sálvame y no era capaz de hacer na… Estaba tan
cansada que no hacía bien mi trabajo. ¿Y cuando me pillaron con la boca abierta?

Un día fui a ensayar y me cogieron las cámaras bostezando, como lo más
natural del mundo. Y, claro, tuvieron que sacar ese plano en el programa. Esto
provocó el enfado del bailarín con el que estaba entrenando en ese momento y
la reprimenda del jurado más tarde.

Alegaban que me aburría, que no ponía interés, que no tenía actitud, que no
quería estar en el concurso… Sobre todo me criticó, otra vez, la señora Aída
Gómez. ¿Qué pasa, que aquí nadie abre la boca?

Recuerdo que en una de las galas no pude dar ni un paso. Tenía que bailar un
chachachá y no era capaz ni de moverme. ¡Y no salí nominada! Porque siempre el público estuvo conmigo,dijeran lo que dijeran los del jurado.

Boris, por cierto, estaba entre ellos, y un día me votó con diez puntos y le dijeron de todo. En el programa se metieron mucho con él, pero les respondió que yo estaba dando «momentazos» al programa.

En general, me llevé bien con todos los compañeros. Edurne se tiró el rollo
conmigo, una chica majísima, vamos,sobre todo teniendo en cuenta que todo
el mundo decía que ella era la que bailaba de verdad, pero el público se
empeñó en que yo fuera la ganadora…

Víctor Janeiro, el hermano de Jesulín, que también participaba en el
concurso, se portó muy bien conmigo.

De la que no tengo buen recuerdo fue de la Trapote, que la tenía todos los días en la puerta preguntándome. Quizá le escocía que yo ganara.

Y Carmen Lomana, ¿por qué se acercaba a mí la Lomana? Porque sabía que conmigo tenía gancho. Ella llegaba al programa con sus sirvientes y cargada
de joyas, que parecía que venía de la joyería Carrera y Carrera.

Y llegó el último día, la gran final.Me enfrentaba a Víctor Janeiro y Edurne, que habían demostrado programa a programa que eran unos grandes bailarines. Cuando oí que había ganado, ¡me dio un subidón!… Se me abrió el cielo, aunque sabía que bailaba mal, que hasta mi hija me lo decía

—«Mamá, es que bailas fatal»—. Pero qué bonito fue que la gente me apoyara
con todos esos votos, ¡que no estuve ni un día nominada! Yo quería ganar para
ayudar a la ONG a la que iba a donar el dinero, una unidad infantil del hospital
San Rafael. Y lo conseguí. Si la gente me votaba hasta ganar la gran final sería
por algo. Aunque no les gustara cómo bailaba. Sería mi carisma, mi cariño…

Yo qué sé.

Es verdad que la televisión, la fama,mis batallas televisadas, me han dado,me han quitado, me han vuelto a dar y me han vuelto a quitar. Pero de entre todo eso yo siempre rescato a Toño, mi representante Antonio Sanchís.

Toño es músico. Formó parte de un grupo muy popular en los noventa que se
llamaban Los Inhumanos. Tenían una canción muy pegadiza, Me duele la cara
de ser tan guapo
. Y la verdad es que Toño es muy guapo. Desde que vamos juntos nos han liado muchas veces.

Cuando, de verdad, lo único que no hemos hecho en todo este tiempo juntos
es acostarnos.

Para mí él es mucho más que un representante y lo he querido incluir en
este capítulo de la parte más agitada de mi vida, porque estoy convencida de que de todo esto lo mejor que me llevo es a él.

Antes he contado que nos hicimos amigos en el carnaval de Tenerife, en esa fiesta insólita con Rafael Amargo,pero que ya le había visto antes. Fue en
plató de AR, acompañando a Miriam Sánchez tras su separación de su entonces pareja, Ramiro Lapiedra, una
estrella del por** español.

A los dos días le volví a ver, esta vez acompañando a Ramiro. «¡Pero si es el
mismo que estaba con Miriam!», pensé.

Sabía que su trabajo como representante le obligaba a veces a tener representados que estaban enfrentados.

En Tenerife ya sabía que él trabajaba con el Gato y con el otro galán de esa
elenovela, Michel Brown, que había dicho que «yo le pretendía» para
aprovecharme de su fama. Joder, si la famosa era yo, ¿no sería al revés?

A las dos semanas de la fiesta de Rafael Amargo, le llame por teléfono
para decirle que quería que fuera mi representante porque me había gustado mucho la relación profesional y cercana que mantenía con el Gato.

Al principio nos decían que si estábamos liados, que si estaba conmigo
por interés… Toño para mí es muy importante por muchas razones. Está
muy pendiente de que mi hija sea feliz,de que se encuentre bien, de que siga sus estudios…


Siempre le ha conseguido las mejores entradas para los conciertos de
sus cantantes favoritos, como Los Rebeldes, Hannah Montana —Miley
Cyrus—, Justin Bieber… Incluso un día se la llevó a ella y a una amiga al hotel
donde estaba y logró que entraran en su habitación. Mi hija flipó. Para mí todos
estos detalles son muy importantes.

Toño es como de mi familia, aunque muchas veces es algo más. Se preocupa de mi madre, conversa con ella muy a menudo; la relación que tiene con mis hermanos es muy cercana, sobre todo con Cuqui, con el que habla casi a diario. Si ha habido algún problema, él ha mediado para que se solucionara hablando con todas las partes.

Da igual que sea domingo o miércoles, a las nueve de la mañana o a medianoche. Él siempre está ahí.

Toño se ha comido muchas, no,muchísimas discusiones de Fran y mías.
Como aquella vez que tuvo que ir a buscarle a Galicia. Venía de un bolo con
Jimmy Giménez-Arnau en Castellón.

Llegó a su casa, se cambió de ropa y, sin dormir, se cogió un avión. Después
alquiló un coche y se fue al pueblo donde estaba Fran. Al día siguiente se
hizo la vuelta conduciendo junto a Fran y su padre. Ese fue el viernes que se
sentó Fran en Sálvame Deluxe, sin cobrar ni un euro, para dar explicaciones de los cuernos que me puso. Él ha hecho todo lo posible por que mi matrimonio no se fuera a pique. Toño ha tenido mucho cariño a Fran.

Cuando nos enfadábamos, él siempre nos decía que lo habláramos. Hasta el día que firmé mi divorcio, que vio que lo nuestro se había acabado y perdieron
todo el contacto.

Nunca me ha dicho que no a nada; si está en su mano, lo hace, y si no,
también. Me siento muy segura
teniéndolo cerca, y para todo le pido consejo, porque su opinión siempre es positiva para mí.

En algunas ocasiones,en mis momentos más oscuros, cuando no veo muy claras las cosas, al final es él el que me ilumina un poco. Siempre le tengo que dar la razón. Tanto él como mi hermano Cuqui son las personas que más clarito me hablan. No se ponen ningún disfraz para decirme nada.

Me ha ayudado a organizarme económicamentepero si hasta he ahorrado gracias a él—. Hizo un gran trabajo con el problema que me crearon mis antiguos gestores con Hacienda; me lleva todos mis temas judiciales y habla con mi abogado, Javier Val, como si lo estuviera haciendo yo misma.

Madrugones para tomar un avión a Barcelona a visitar a mi dentista y
regresar a las once de la noche. Nunca pone una mala cara ni da una queja.

Muchos proyectos han surgido gracias a su tesón y profesionalidad,pero, sobre todo, me quedo con el lado humano.

En estos momentos tan complicados para mí no ha dejado de acompañarme ni un solo día a mis consultas con el psiquiatra. Y gracias a él ahora estoy escribiendo este libro,pues ha sido quien más ha hecho para convencerme de que lo hiciera.

Por cierto, Toño me preparó un fiestón impresionante en la discoteca Capital después de la entrevista de mi vuelta a televisión el pasado 18 de
octubre. ¡Lo pasé genial! Estuvieron todas mis amigas. Ha sido la fiesta más
sana que he vivido.
He aprendido a pasármelo bien sin tener que recurrir a
nada.
Después nos fuimos a desayunar todos juntos, esperando impacientes los datos de la audiencia de mi entrevista.

Cuando Toño me dijo: «Belén, un 25,7% de share. Esto es un datazo», me quedé helada, estaba feliz y volvía a sentirme viva. Esto fue un subidón de autoestima increíble que además necesitaba. La primera felicitación que recibí fue la de Paolo Vasile, «el jefe». Me puso un sms muy cariñoso, con el que me hizo sentir importante.

Lo que tengo yo con Toño es un vínculo tan grande que hasta lo tengo en
mi testamento.
Si a mí me pasara algo, él tendría poderes para ocuparse de mi hija. Aparte de sus cuatro preciosos hijos —de Bruno, el más pequeño, soy la madrina—, tiene una más, Andrea. Y aparte de su mujer, Lorena, me tiene a mí, que soy su gran amiga y siempre lo seré.

¡Y pensar que todo esto nació en una fiesta loca! Eso demuestra que algunos
resacones, cuando pasan, dejan buen sabor de boca.

A Toño le quiero mucho

22 Jul 2017
.
 
A ver, Tete, que intentando quedar bien cuando te preguntan si tuviste un lío con Chavaguita siempre quedas de pena y se te ve mucho el plumero...:penguin:
Si la hermana de tu amiguito Kiko hubiera sido una modelo despampanante de Victoria Secret, también respetarías a tu amigo por que tú no te lías con sus hermanas?? o_O Pregunto.
 
Ella misma comento que se encerraba en su habitacion con un cerrojo para que su hijano entrara y no pudiera ver lo que hacia.
La niña se quedaba sola o con la criada.
Menudo panorama la madre con el azucar y el Fran con el agua con misterio.
Una vez que la campa expresó las dudas de que la niña viviera así, la Potorra estalló contra Maria José y dej o insinuar que la maltrataba cuando iba a Cádiz.
El torero por lo que sea le tenía miedo a la elementa y no hizo nada.
La niña se crió sola porque ni siquiera la madre de Belen se fue a vivir para poner orden.
Esta que va de madre coraje y por mi hija mato.


CAPÍTULO 15

Fran



Hay amores que ciegan y amores que
matan. Amores tranquilos y amores tormentosos. Amores que dan y amores
que quitan.

Yo siempre he buscado en mi vida el amor con mayúsculas, querer y que me quieran. Acurrucarme en los brazos de un hombre para que me susurre palabras de amor al oído. Que me cuide, me mime, me proteja.

Tampoco es mucho pedir, ¿no? Después de todo, cuando yo amo me entrego al cien por cien.

Y como lo doy todo, también lo quiero todo. Cuando me enamoro no me
conformo, soy apasionada, visceral, un volcán,
vamos… El que me conoce sabe que soy mujer de relaciones duraderas, no de rollos de una noche. Eso a mí no me va nada. Me gusta lo tradicional, el noviazgo, casarme como Dios manda,tener una familia que me dure para toda la vida. Pero mi sueño se ha visto truncado y no sé si volveré alguna vez a rehacer mi vida sentimental, aunque me gustaría.

Reconozco que conmigo no hay quien se relaje, pero no me gustan las medias tintas ni los «sí, pero no». Porque es cierto que he tenido unos «liitos» de verano (como dice Boris) y que he hablado de ellos en la tele, porque me divierte verme poniéndole menos trascendencia al asunto. ¿Me explico? Creo que en esos siete meses, y tras el divorcio, veo otras posibilidades de entender las relaciones de pareja.

Para mí, con lo pudorosa que soy, ha sido un gran paso… ¡hasta me he comprado unos juguetitos! ¿Quién me lo iba a decir a mí? Que tiene que haberlo, sí, pero que nunca te haga daño. Pero sí, reconozco que en el tema de hombres soy tan intensa como en la vida.

Con Fran he vivido mi gran historia de amor. Le he amado profunda y apasionadamente. Nada que ver con el resto de relaciones que he tenido. Fran
ha sido el hombre de mi vida; Jesús no. Diga la gente lo que diga. En aquella
época salían apuestas en el programa de
Telecinco Aquí hay tomate, para ver si
volvía con Jesulín. Yo, que estaba ya en otra onda, flipaba.

Con Fran he sido tan feliz… Pero la vida nos ha puesto muchos obstáculos.
Era una persona totalmente distinta al resto de hombres con los que había
estado. Encajábamos a la perfección, con él encontré lo que andaba buscando.
También ha ejercido como el verdadero padre para mi hija, el mejor padre que ha podido tener, y ella me lo dice:—Mami, Fran para mí es como mi padre.

Andrea le adora. En su habitación hay una foto de ambos: Fran la tiene cogida en brazos, ella tendría seis o siete añitos. Siempre recordaré a mi exmarido con mi hija en brazos.

¡Pero me arrepiento de tantas cosas en esta relación!

Reconozco que, como todo humano, me he equivocado. Y dicen que de las equivocaciones se aprende, pero yo he tropezado demasiadas veces en la misma piedra.

Por ejemplo, creo que una de las más gordas que he cometido ha sido el modo
en que he llevado mi relación de pareja,porque en cinco años me he separado ¡veintitrés veces! Y si la primera hubiera sido la definitiva, me habría ahorrado las otras veintidós restantes… y muchos otros disgustos.

Pero cuando se quiere a alguien como yo he querido a Fran, siempre piensas que él va a cambiar y que la historia se puede arreglar. Ahora he aprendido que cuando hay algún problema, o dos o tres, en la pareja, hay que ser valiente y decir que no. Con todo el dolor de mi corazón, he de decir que me tendría que haber separado antes. La de veces que lo hemos dejado y hemos vuelto. Hemos sido amigos, cómplices, amantes… Lo hemos sido todo el uno para el otro. Tanto habría que contar y recordar que me duele hurgar en esa herida. Es una parte de mi vida aún muy dolorosa porque todavía está sin curar.

Poca gente sabe que Fran y yo llevamos la tira de años juntos. Al año de separarme de Jesulín me enrollé con él. Luego lo dejé. Me gustaba mucho en la cama. Me decía que le utilizaba porque me lie con el Óscar y con el Dani… Eso él no lo soportaba.

Realmente, si miro atrás siento que siempre ha estado cerca de mí. Siempre me esperaba y terminaba volviendo conmigo. Él me ha querido mucho. Y sé que me quiere. Pero lo nuestro ya no puede ser. Me gustaba lo gran currante que era.
A la gente le sorprendía que estuviera con un camarero, pero yo lo veía absolutamente normal. Lo importante de las personas es su interior y Fran era un chico real, auténtico, y una persona sencilla.

¿O me ve alguien saliendo con un marqués? Desde luego, yo no.

Cuando empezamos más en serio,sentí que a mi alrededor había habido muchos «chupópteros» que me habían querido utilizar. Se acercaban a mí por
algo y para algo, pero con Fran era distinto. Él no veía a la Belén Esteban mediática, sino a la mujer que soy. Además, me adoraba, y yo necesito que
me adoren.

Pero aquel Fran del que me enamoré es muy diferente al de ahora. Daría lo
que fuera porque apareciera el que conocí antes de mi boda, cuando le daba
todo. Pero empezaron tantos a hablar y a meterse… En esta relación había mucho intruso suelto. Acudían al bar de Fran a malmeter, a incordiar… Allí iba todo el mundo a comer y a ver qué sacaban. Desde el Aurelio, que iba todos los días, hasta la Patiño.

Nuestra relación fue siempre pasional, extrema. Nos peleábamos muchísimo y también nos divertíamos mucho juntos. Anda que no hemos bebido, comido y disfrutado. Anda que no hemos foll*do.

Mi hija nunca vio nuestras juergas, porque Fran y yo cuidábamos mucho de
que Andrea no se diera cuenta de esas cosas. Nuestra prioridad fue respetarla
siempre.

Tuvimos una relación apasionada, muy carnal. Nos gustábamos mucho. Sus besos, nuestros besos, su olor… Nosotros era tocarnos y no podíamos, no podíamos parar de hacer el amor, de besarnos, de querernos, de
probar.
He leído las Cincuentas sombras de Grey y hay cosas que no las
entiendo. ¿Pasar dolor para que te guste?

Con Fran yo he hecho de todo y siempre ha sido amor, queriendo, deseando, pero con amor. ¡Qué bien lo hemos pasado! ¡Cómo nos hemos disfrutado el uno al otro! No sé cómo escribir esto, pero eso que dicen que los hombres españoles no saben hacer el amor a una mujer, pues no es verdad. ¡Por mis coj*nes que sí saben satisfacernos!

Con Jesús es verdad que era muy niña, todavía no sabía nada, pero es que en términos de placer, no hay comparación posible entre Jesús y Fran. ¡Fran sí sabe y disfruta haciendo el amor! Bueno, y es cierto que Fran está muy bien en todos los sentidos. ¡No se puede comparar!

Creo también que el s*x* engancha, pero si está acompañado de amor,
engancha aún más. Por eso lo vuelvo a repetir: Jesús fue mi primer amor, pero
Fran ha sido el amor de mi vida.Después del divorcio no podía verle,porque, aunque nos peleábamos,terminábamos en la cama. Sí, era increíble, era una atracción muy fuerte.

¡Terminar de follxx y seguir discutiendo!

Había veces que lo necesitaba, que quería verlo y le llamaba… y mi hija
Andrea me decía:—Mamá, estás usando a Fran.

Todo empezó a cambiar desde el mismo día en que me casé. Y hubiera dado lo que fuera por seguir casada con él, porque yo he visto desde pequeñita cómo mis padres han luchado por sus tres hijos en una casa muy humilde, y con sus tiras y aflojas eran cómplices y se apoyaban siempre el uno al otro… Lo que se dice una relación.

Yo quería algo igual, compartir las mismas ilusiones, practicar la confianza mutua, el apoyo incondicional, estar a las duras y a las maduras. Pero creo que
a él todo se le hizo grande. Aunque ya sabía con quién se casaba desde un
principio. Pero una cosa es saberlo y otra muy distinta vivirlo.

Nos dimos el sí quiero el 27 de junio de 2008 en la ermita de San Antonio del Palacio del Negralejo, en Rivas-Vaciamadrid, un lugar maravilloso. Fue un día de contrastes, feliz y triste, porque no paré de acordarme de mi padre. Pero nunca se puede tener todo en esta vida.

Invité a todas mis vecinas, porque todas me vieron nacer, y yo sé que para
ellas era un momento importante y para mí también. Fran también viene de
donde vengo yo y él estaba encantado de que en la boda estuvieran todos nuestros amigos y conocidos. Sus padres, al tener negocios de hostelería, conocían a gente desde hacía muchísimos años, y como en todas las familias, si te invitan a la boda de sus hijos, luego tú debes invitarles a ellos cuando se casa una hija, ¿no?

Total, que la lista de invitados no hacía más que engordar. Recuerdo mi boda con muchísimo cariño. No íbamos a convidar a nadie y al final fuimos cuatrocientos y pico. Me acuerdo que cuando tuve que hacer la lista, me volví loca. A Fran se la tuvo que hacer una hermana, porque él no podía.

Otra movida que tuvimos fue cómo colocar a la gente en las mesas, porque
muchos no querían sentarse con algunos,y preferían hacerlo con otros. Al final
les tuve que decir que no podía hacer nada más y que se cambiaran ellos de
sitio cuando estuvieran allí.

Asistieron todos mis compañeros de la tele. Recuerdo que Ana Rosa bailó
hasta las tantas y con Bibiana Fernández me reí lo que no está escrito.

Y he de repetir una vez más que no vendí mi boda. Pero sé que da igual que lo diga muchas veces, porque siempre me critican y me han seguido acusando
de venderlo todo. Si hasta esa noche discutí con mi madre porque estábamos esperándola para cenar y ella, mientras tanto, hablando para DEC —un programa de cotilleo de Antena 3—. Es cierto que era la productora de Ana , pero mi madre habló gratis. Eso lo dicen, y a mí estas cosas me duelen mucho.

Yo no quería el vestido de novia con el que me casé. La que se lió con ese
tema… Victorio y Lucchino no quisieron, los cabrones. Me sentí fatal.

También me sentó muy mal cuando Elie Saab no quiso que me pusiera uno suyo; dijeron que quitaría exclusividad a las novias que me vieran con el mismo
que ellas. Les contesté:

—Es que yo soy Belén de España.

A Victorio y Lucchino les llamé por teléfono y me cagué en su p… ¡¡Hombre,
ni que fuera yo…!! Lo de Elie Saab me dolió más porque era un vestido precioso. Al final me hicieron el traje en El Corte Inglés por intermediación de
Ana Rosa, pero yo no quería ese, quería elegir mi propio vestido. De Pronovias,de Eva Novias, pero elegido por mí, y haber hecho las pruebas con mi madre y mis amigas. Ana Rosa y Chelo me convencieron de que iba a ir guapísima…

La Mariví y yo nos mirábamos con unas caras. Recuerdo a todas en El Corte Inglés… Mi madre me decía:
—¿Y estas…?
Y mi suegra, lo mismo. Me sentó muy mal. Fue tan público… Me jodieron todo porque me hicieron la boda que ellos quisieron. Una pena.

Cuando digo ellos, me refiero a toda esa gente que decidió que yo no me casara con el vestido que quería. ¿Con qué derecho? Qué nivel de clasismo hay a veces en nuestra sociedad. Entonces sabía cómo rebelarme, cómo expresar bien lo que sentía. Creo que debí de darme cuenta de que mi boda se estaba convirtiendo en algo donde había cada vez más gente opinando,
arreglando y decidiendo. Habría sido el momento de parar y decir no, pero no pude, porque no podía ver las cosas desde fuera en un momento así.

Pues con el vestido de la polémica me casé, y la verdad es que, al final, iba
monísima. ¡Una, que tiene buena percha!

Lo que habría disfrutado mi padre viéndome vestida de novia y llevándome

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23 Jul 2017

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CAPÍTULO 15

Fran



Hay amores que ciegan y amores que
matan. Amores tranquilos y amores tormentosos. Amores que dan y amores
que quitan.

Yo siempre he buscado en mi vida el amor con mayúsculas, querer y que me quieran. Acurrucarme en los brazos de un hombre para que me susurre palabras de amor al oído. Que me cuide, me mime, me proteja.

Tampoco es mucho pedir, ¿no? Después de todo, cuando yo amo me entrego al cien por cien.

Y como lo doy todo, también lo quiero todo. Cuando me enamoro no me
conformo, soy apasionada, visceral, un volcán,
vamos… El que me conoce sabe que soy mujer de relaciones duraderas, no de rollos de una noche. Eso a mí no me va nada. Me gusta lo tradicional, el noviazgo, casarme como Dios manda,tener una familia que me dure para toda la vida. Pero mi sueño se ha visto truncado y no sé si volveré alguna vez a rehacer mi vida sentimental, aunque me gustaría.

Reconozco que conmigo no hay quien se relaje, pero no me gustan las medias tintas ni los «sí, pero no». Porque es cierto que he tenido unos «liitos» de verano (como dice Boris) y que he hablado de ellos en la tele, porque me divierte verme poniéndole menos trascendencia al asunto. ¿Me explico? Creo que en esos siete meses, y tras el divorcio, veo otras posibilidades de entender las relaciones de pareja.

Para mí, con lo pudorosa que soy, ha sido un gran paso… ¡hasta me he comprado unos juguetitos! ¿Quién me lo iba a decir a mí? Que tiene que haberlo, sí, pero que nunca te haga daño. Pero sí, reconozco que en el tema de hombres soy tan intensa como en la vida.

Con Fran he vivido mi gran historia de amor. Le he amado profunda y apasionadamente. Nada que ver con el resto de relaciones que he tenido. Fran
ha sido el hombre de mi vida; Jesús no. Diga la gente lo que diga. En aquella
época salían apuestas en el programa de
Telecinco Aquí hay tomate, para ver si
volvía con Jesulín. Yo, que estaba ya en otra onda, flipaba.

Con Fran he sido tan feliz… Pero la vida nos ha puesto muchos obstáculos.
Era una persona totalmente distinta al resto de hombres con los que había
estado. Encajábamos a la perfección, con él encontré lo que andaba buscando.
También ha ejercido como el verdadero padre para mi hija, el mejor padre que ha podido tener, y ella me lo dice:—Mami, Fran para mí es como mi padre.

Andrea le adora. En su habitación hay una foto de ambos: Fran la tiene cogida en brazos, ella tendría seis o siete añitos. Siempre recordaré a mi exmarido con mi hija en brazos.

¡Pero me arrepiento de tantas cosas en esta relación!

Reconozco que, como todo humano, me he equivocado. Y dicen que de las equivocaciones se aprende, pero yo he tropezado demasiadas veces en la misma piedra.

Por ejemplo, creo que una de las más gordas que he cometido ha sido el modo
en que he llevado mi relación de pareja,porque en cinco años me he separado ¡veintitrés veces! Y si la primera hubiera sido la definitiva, me habría ahorrado las otras veintidós restantes… y muchos otros disgustos.

Pero cuando se quiere a alguien como yo he querido a Fran, siempre piensas que él va a cambiar y que la historia se puede arreglar. Ahora he aprendido que cuando hay algún problema, o dos o tres, en la pareja, hay que ser valiente y decir que no. Con todo el dolor de mi corazón, he de decir que me tendría que haber separado antes. La de veces que lo hemos dejado y hemos vuelto. Hemos sido amigos, cómplices, amantes… Lo hemos sido todo el uno para el otro. Tanto habría que contar y recordar que me duele hurgar en esa herida. Es una parte de mi vida aún muy dolorosa porque todavía está sin curar.

Poca gente sabe que Fran y yo llevamos la tira de años juntos. Al año de separarme de Jesulín me enrollé con él. Luego lo dejé. Me gustaba mucho en la cama. Me decía que le utilizaba porque me lie con el Óscar y con el Dani… Eso él no lo soportaba.

Realmente, si miro atrás siento que siempre ha estado cerca de mí. Siempre me esperaba y terminaba volviendo conmigo. Él me ha querido mucho. Y sé que me quiere. Pero lo nuestro ya no puede ser. Me gustaba lo gran currante que era.
A la gente le sorprendía que estuviera con un camarero, pero yo lo veía absolutamente normal. Lo importante de las personas es su interior y Fran era un chico real, auténtico, y una persona sencilla.

¿O me ve alguien saliendo con un marqués? Desde luego, yo no.

Cuando empezamos más en serio,sentí que a mi alrededor había habido muchos «chupópteros» que me habían querido utilizar. Se acercaban a mí por
algo y para algo, pero con Fran era distinto. Él no veía a la Belén Esteban mediática, sino a la mujer que soy. Además, me adoraba, y yo necesito que
me adoren.

Pero aquel Fran del que me enamoré es muy diferente al de ahora. Daría lo
que fuera porque apareciera el que conocí antes de mi boda, cuando le daba
todo. Pero empezaron tantos a hablar y a meterse… En esta relación había mucho intruso suelto. Acudían al bar de Fran a malmeter, a incordiar… Allí iba todo el mundo a comer y a ver qué sacaban. Desde el Aurelio, que iba todos los días, hasta la Patiño.

Nuestra relación fue siempre pasional, extrema. Nos peleábamos muchísimo y también nos divertíamos mucho juntos. Anda que no hemos bebido, comido y disfrutado. Anda que no hemos foll*do.

Mi hija nunca vio nuestras juergas, porque Fran y yo cuidábamos mucho de
que Andrea no se diera cuenta de esas cosas. Nuestra prioridad fue respetarla
siempre.

Tuvimos una relación apasionada, muy carnal. Nos gustábamos mucho. Sus besos, nuestros besos, su olor… Nosotros era tocarnos y no podíamos, no podíamos parar de hacer el amor, de besarnos, de querernos, de
probar.
He leído las Cincuentas sombras de Grey y hay cosas que no las
entiendo. ¿Pasar dolor para que te guste?

Con Fran yo he hecho de todo y siempre ha sido amor, queriendo, deseando, pero con amor. ¡Qué bien lo hemos pasado! ¡Cómo nos hemos disfrutado el uno al otro! No sé cómo escribir esto, pero eso que dicen que los hombres españoles no saben hacer el amor a una mujer, pues no es verdad. ¡Por mis coj*nes que sí saben satisfacernos!

Con Jesús es verdad que era muy niña, todavía no sabía nada, pero es que en términos de placer, no hay comparación posible entre Jesús y Fran. ¡Fran sí sabe y disfruta haciendo el amor! Bueno, y es cierto que Fran está muy bien en todos los sentidos. ¡No se puede comparar!

Creo también que el s*x* engancha, pero si está acompañado de amor,
engancha aún más. Por eso lo vuelvo a repetir: Jesús fue mi primer amor, pero
Fran ha sido el amor de mi vida.Después del divorcio no podía verle,porque, aunque nos peleábamos,terminábamos en la cama. Sí, era increíble, era una atracción muy fuerte.

¡Terminar de follxx y seguir discutiendo!

Había veces que lo necesitaba, que quería verlo y le llamaba… y mi hija
Andrea me decía:—Mamá, estás usando a Fran.

Todo empezó a cambiar desde el mismo día en que me casé. Y hubiera dado lo que fuera por seguir casada con él, porque yo he visto desde pequeñita cómo mis padres han luchado por sus tres hijos en una casa muy humilde, y con sus tiras y aflojas eran cómplices y se apoyaban siempre el uno al otro… Lo que se dice una relación.

Yo quería algo igual, compartir las mismas ilusiones, practicar la confianza mutua, el apoyo incondicional, estar a las duras y a las maduras. Pero creo que
a él todo se le hizo grande. Aunque ya sabía con quién se casaba desde un
principio. Pero una cosa es saberlo y otra muy distinta vivirlo.

Nos dimos el sí quiero el 27 de junio de 2008 en la ermita de San Antonio del Palacio del Negralejo, en Rivas-Vaciamadrid, un lugar maravilloso. Fue un día de contrastes, feliz y triste, porque no paré de acordarme de mi padre. Pero nunca se puede tener todo en esta vida.

Invité a todas mis vecinas, porque todas me vieron nacer, y yo sé que para
ellas era un momento importante y para mí también. Fran también viene de
donde vengo yo y él estaba encantado de que en la boda estuvieran todos nuestros amigos y conocidos. Sus padres, al tener negocios de hostelería, conocían a gente desde hacía muchísimos años, y como en todas las familias, si te invitan a la boda de sus hijos, luego tú debes invitarles a ellos cuando se casa una hija, ¿no?

Total, que la lista de invitados no hacía más que engordar. Recuerdo mi boda con muchísimo cariño. No íbamos a convidar a nadie y al final fuimos cuatrocientos y pico. Me acuerdo que cuando tuve que hacer la lista, me volví loca. A Fran se la tuvo que hacer una hermana, porque él no podía.

Otra movida que tuvimos fue cómo colocar a la gente en las mesas, porque
muchos no querían sentarse con algunos,y preferían hacerlo con otros. Al final
les tuve que decir que no podía hacer nada más y que se cambiaran ellos de
sitio cuando estuvieran allí.

Asistieron todos mis compañeros de la tele. Recuerdo que Ana Rosa bailó
hasta las tantas y con Bibiana Fernández me reí lo que no está escrito.

Y he de repetir una vez más que no vendí mi boda. Pero sé que da igual que lo diga muchas veces, porque siempre me critican y me han seguido acusando
de venderlo todo. Si hasta esa noche discutí con mi madre porque estábamos esperándola para cenar y ella, mientras tanto, hablando para DEC —un programa de cotilleo de Antena 3—. Es cierto que era la productora de Ana , pero mi madre habló gratis. Eso lo dicen, y a mí estas cosas me duelen mucho.

Yo no quería el vestido de novia con el que me casé. La que se lió con ese
tema… Victorio y Lucchino no quisieron, los cabrones. Me sentí fatal.

También me sentó muy mal cuando Elie Saab no quiso que me pusiera uno suyo; dijeron que quitaría exclusividad a las novias que me vieran con el mismo
que ellas. Les contesté:

—Es que yo soy Belén de España.

A Victorio y Lucchino les llamé por teléfono y me cagué en su p… ¡¡Hombre,
ni que fuera yo…!! Lo de Elie Saab me dolió más porque era un vestido precioso. Al final me hicieron el traje en El Corte Inglés por intermediación de
Ana Rosa, pero yo no quería ese, quería elegir mi propio vestido. De Pronovias,de Eva Novias, pero elegido por mí, y haber hecho las pruebas con mi madre y mis amigas. Ana Rosa y Chelo me convencieron de que iba a ir guapísima…

La Mariví y yo nos mirábamos con unas caras. Recuerdo a todas en El Corte Inglés… Mi madre me decía:
—¿Y estas…?
Y mi suegra, lo mismo. Me sentó muy mal. Fue tan público… Me jodieron todo porque me hicieron la boda que ellos quisieron. Una pena.

Cuando digo ellos, me refiero a toda esa gente que decidió que yo no me casara con el vestido que quería. ¿Con qué derecho? Qué nivel de clasismo hay a veces en nuestra sociedad. Entonces sabía cómo rebelarme, cómo expresar bien lo que sentía. Creo que debí de darme cuenta de que mi boda se estaba convirtiendo en algo donde había cada vez más gente opinando,
arreglando y decidiendo. Habría sido el momento de parar y decir no, pero no pude, porque no podía ver las cosas desde fuera en un momento así.

Pues con el vestido de la polémica me casé, y la verdad es que, al final, iba
monísima. ¡Una, que tiene buena percha!

Lo que habría disfrutado mi padre viéndome vestida de novia y llevándome

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23 Jul 2017

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¡¡qué asco de ser, de verdad!!!
 
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