Así fue la Semana Santa más trágica del rey Juan Carlos
El Jueves Santo de hace 62 años fallecía el hermano pequeño del rey emérito tras recibir un disparo accidentalmente. Recordamos su historia.
Por Vera Bercovitz
29 de marzo de 2018 / 10:00
Lectura: 3 minutos
Etiquetas:
Juan Carlos de Borbón
Realeza
El rey Juan Carlos, con 13 años, junto a su hermano Alfonso, de 9, fotografiados en San Sebastián en 1951. © Gtres
"Era amigo de pescadores, caddies y taxistas. Era el travieso, el bondadoso, el más humano de la familia. Su hermano y él se adoraban, aún siendo dos polos opuestos. Nacido uno para el ejercicio del poder y el otro para el ejercicio de la cordialidad. Mentalmente, don Alfonso era como su abuelo, Alfonso XIII: simpatía y responsabilidad". Torcuato Luca de Tena, escritor y dueño del diaro ABC, describía así al infante Alfonso de Borbón, el malogrado hermano del rey Juan Carlos el Jueves Santo de 1956.
Aquel día, el infante Alfonso había acudido a misa en la iglesia de San Antonio de Estoril con sus padres, don Juan de Borbón y doña María de las Mercedes, y sus tres hermanos, el príncipe Juan Carlos y las infantas Pilar y Margarita. A su vuelta a Villa Giralda, la residencia de la familia real en Estoril, aún era temprano para la cena. Para hacer tiempo, don Juan Carlos y su hermano se dirigieron a una de las habitaciones, que hacía las veces de gimnasio para entretenerse tirando al blanco.
Su madre, que estaba en una habitación contigua, escuchó el disparo. "Aquel día se me paró la vida", diría tiempo después. Quedó destrozada, porque se creía responsable de haber dejado a sus hijos jugar con la pistola, para evitar que, aburridos en aquel lluvioso atardecer, siguieran peleándose.
El Conde de Barcelona acudió veloz a los gritos de auxilio de su hijo mayor pero nada pudo hacer por su hijo pequeño. Aunque le taponó las heridas para intentar frenar la hemorragia Alfonso había fallecido casi en el instante.Se llamó a un médico y a un sacerdote, pero era tarde. "Su pulso latió aún unos segundo como una cuerda de reloj que se apaga", escribía Luca de Tena. Se avisó en seguida a su abuela, Victoria Eugenia de Battenberg, que cayó enferma de la impresión.
El príncipe Juan Carlos y su hermano, el malogrado infante Alfonso. © Gtres
El malogrado infante tenía 14 años como su hermano, había cursado el bachillerato en España. El curso siguiente iba a ingresar en la Escuela Naval de Marín. La muerte del infante conmoción a los círculos monárquicos y, según publicó el ABC, tanto Franco como el mininstro de asuntos exteriores enviaron el pésame a los Condes de Barcelona. Aunque existe debate entorno a este hecho. Según contaba Monarquía Confidencial, la noticia fue silenciada por el régimen del dictador, quien mantenía a los Borbones lejos de España, y también por la prensa portuguesa, igualmente sometida a la dictadura del general Salazar. Los nobles de España, monárquicos de corazón, callaron en torno al misterio.
MISTERIO Y SILENCIO
Aunque se ha escrito mucho sobre quién de los dos hermanos sujetaba realmente el arma, la secretaría de los condes de Barcelona facilitó la siguiente nota: "Estando el infante don Alfonso de Borbón limpiando una pistola de salón con su hermano, la pistola se disparó, alcanzándole en la región frontal, falleciendo a los pocos minutos. El accidente sucedió a las veinte horas y treinta minutos al regresar de los oficios del Jueves Santo, donde había recibido la sagrada comunión".
El cadáver fue inhumado en la mañana del sábado 31 de marzo en el cementerio de Cascais. En la fosa se depositaron varios sacos de tierra española traída de unos agricultores extremos de Almendralejo. Torcuato Luca de Tena, el duque de Alba, Leopoldo Calvo Sotelo junto a otros compatriostas transportaron el féretro. El secreto de lo que realmente ocurrió en aquella sala de juegos se enterró aquel día junto al infante.
http://www.revistavanityfair.es/rea...no-rey-juan-carlos-semana-santa-tragica/30092
El Jueves Santo de hace 62 años fallecía el hermano pequeño del rey emérito tras recibir un disparo accidentalmente. Recordamos su historia.
Por Vera Bercovitz
29 de marzo de 2018 / 10:00
Lectura: 3 minutos
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Juan Carlos de Borbón
Realeza
El rey Juan Carlos, con 13 años, junto a su hermano Alfonso, de 9, fotografiados en San Sebastián en 1951. © Gtres
"Era amigo de pescadores, caddies y taxistas. Era el travieso, el bondadoso, el más humano de la familia. Su hermano y él se adoraban, aún siendo dos polos opuestos. Nacido uno para el ejercicio del poder y el otro para el ejercicio de la cordialidad. Mentalmente, don Alfonso era como su abuelo, Alfonso XIII: simpatía y responsabilidad". Torcuato Luca de Tena, escritor y dueño del diaro ABC, describía así al infante Alfonso de Borbón, el malogrado hermano del rey Juan Carlos el Jueves Santo de 1956.
Aquel día, el infante Alfonso había acudido a misa en la iglesia de San Antonio de Estoril con sus padres, don Juan de Borbón y doña María de las Mercedes, y sus tres hermanos, el príncipe Juan Carlos y las infantas Pilar y Margarita. A su vuelta a Villa Giralda, la residencia de la familia real en Estoril, aún era temprano para la cena. Para hacer tiempo, don Juan Carlos y su hermano se dirigieron a una de las habitaciones, que hacía las veces de gimnasio para entretenerse tirando al blanco.
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Su madre, que estaba en una habitación contigua, escuchó el disparo. "Aquel día se me paró la vida", diría tiempo después. Quedó destrozada, porque se creía responsable de haber dejado a sus hijos jugar con la pistola, para evitar que, aburridos en aquel lluvioso atardecer, siguieran peleándose.
El Conde de Barcelona acudió veloz a los gritos de auxilio de su hijo mayor pero nada pudo hacer por su hijo pequeño. Aunque le taponó las heridas para intentar frenar la hemorragia Alfonso había fallecido casi en el instante.Se llamó a un médico y a un sacerdote, pero era tarde. "Su pulso latió aún unos segundo como una cuerda de reloj que se apaga", escribía Luca de Tena. Se avisó en seguida a su abuela, Victoria Eugenia de Battenberg, que cayó enferma de la impresión.
El príncipe Juan Carlos y su hermano, el malogrado infante Alfonso. © Gtres
El malogrado infante tenía 14 años como su hermano, había cursado el bachillerato en España. El curso siguiente iba a ingresar en la Escuela Naval de Marín. La muerte del infante conmoción a los círculos monárquicos y, según publicó el ABC, tanto Franco como el mininstro de asuntos exteriores enviaron el pésame a los Condes de Barcelona. Aunque existe debate entorno a este hecho. Según contaba Monarquía Confidencial, la noticia fue silenciada por el régimen del dictador, quien mantenía a los Borbones lejos de España, y también por la prensa portuguesa, igualmente sometida a la dictadura del general Salazar. Los nobles de España, monárquicos de corazón, callaron en torno al misterio.
MISTERIO Y SILENCIO
Aunque se ha escrito mucho sobre quién de los dos hermanos sujetaba realmente el arma, la secretaría de los condes de Barcelona facilitó la siguiente nota: "Estando el infante don Alfonso de Borbón limpiando una pistola de salón con su hermano, la pistola se disparó, alcanzándole en la región frontal, falleciendo a los pocos minutos. El accidente sucedió a las veinte horas y treinta minutos al regresar de los oficios del Jueves Santo, donde había recibido la sagrada comunión".
El cadáver fue inhumado en la mañana del sábado 31 de marzo en el cementerio de Cascais. En la fosa se depositaron varios sacos de tierra española traída de unos agricultores extremos de Almendralejo. Torcuato Luca de Tena, el duque de Alba, Leopoldo Calvo Sotelo junto a otros compatriostas transportaron el féretro. El secreto de lo que realmente ocurrió en aquella sala de juegos se enterró aquel día junto al infante.
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