Cuadernos de Historia

La historia de 'La vida es bella' ocurrió en la Guerra Civil española
La Institución Libre de Enseñanza viajó el 9 de julio de 1936 a San Vicente de la Barquera en un tren cargado de niños y niñas, de entre ocho y 13 años, procedentes de los arrabales de Madrid
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Foto de familia de los niños que viajaron a San Vicente de la Barquera en 1936. (ILE)
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JUAN SOTO IVARS
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16.11.2017 – 05:00 H.

'La vida es bella', de Roberto Benigni, es un monumento a la mentira piadosa. Muestra los campos de exterminio nazis desde la perspectiva de un padre que se desvive por ocultar a su hijo, mediante un juego retorcido, el horror del Holocausto. Lo que poca gente sabe es que aquí, en España, ocurrió un episodio parecido durante la Guerra Civil. El verano de 1936 se iba a convertir en un ejercicio de inventiva, amor y supervivencia para los profesores republicanos de las Colonias de la Institución Libre de Enseñanza, que habían viajado a San Vicente de la Barquera con 53 niños pobres para sanearse al aire puro.

Los últimos momentos de la paz son todavía más perturbadores que el relato de la barbarie. Stefan Zweig alude al cielo cristalino y el sabor de la cerveza en el día 28 de junio de 1914, cuando mataron al archiduque Fernando de Austria en Sarajevo. En la tercera parte de 'La forja de un rebelde', Arturo Barea hace una descripción muy parecida del día hermoso de verano en que los militares se sublevaron en Marruecos. La vida normal seguía su curso. Lo haría hasta que sonasen las primeras detonaciones, ese ruido nuevo al que, como dijo Fernando Fernán Gómez, todos tardarían muy poco en acostumbrarse.

La Institución Libre de Enseñanza (ILE) viajó el 9 de julio de 1936 a San Vicente de la Barquera en un tren cargado de niños y niñas de entre ocho y 13 años, procedentes de los arrabales de Madrid. El objetivo era sacar a las criaturas de las zonas deprimidas y contaminadas de la gran ciudad y ofrecerles un respiro en medio de la naturaleza.



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Manuel B. Cossío (i) y Giner de los Ríos (c). (ILE)


Inspiradas por el trabajo del pastor protestante Walter Bion, las colonias habían arrancado en España a finales del siglo XIX como una medida de protección de la salud. Con el paso de los años y la labor pedagógica progresista de la ILE, se terminaron convirtiendo en una pieza clave del plan educativo de Giner de los Ríos. Su creador fue Manuel Bartolomé Cossío, que moriría en 1935.

El estallido
Mavi Cortés fue una de las niñas de las colonias previas a la guerra. La conocí hace años, cuando ayudaba a Andrea Zarza con su documental sobre la continuidad del proyecto en el siglo XXI. Cortés era una señora muy mayor, inteligente y vivaracha. Me contó que aquellos viajes en tren hasta las colonias eran maravillosos no tanto por los paisajes o la aventura, sino porque los profesores, “que eran unos forzudos”, agarraban a las pequeñas en brazos y las subían a los maleteros, que hacían las veces de hamacas para dormir la siesta.

El 10 de julio de 1936, los 53 colonos y sus seis profesores llegaron a Acebosa en un tren de vía estrecha sin notar la tormenta que se avecinaba. Mandaron un carro tirado por mulas con todos los bártulos y emprendieron la caminata hasta San Vicente, que está a tres kilómetros. Pilar Gobernado, profesora aquel año, recordaba durante la grabación del documental de Zarza el tiempo fabuloso y primaveral en Santander, el verdor de sus prados agitados por la brisa y la sensación, todavía más liberadora, de haber dejado atrás la crispación política de Madrid.

El puente de los 28 ojos que cruza la ría de San Vicente los vio llegar y las vacas oyeron la algarabía infantil. Durante los primeros días todo marchó a la perfección. Muchos años después, el profesor Leopoldo Fabra escribió en el Boletín de la ILE (nº18) el momento en que descubrió lo mucho que habían cambiado las cosas. “El 18 de julio fui a Santander con Lolita Carballo —una niña— para hacerle una radiografía de tobillo. No puedo olvidar este día. A la vuelta (...) nos encontramos al Sr. Cea, antiguo profesor del Instituto Escuela, quien nos dio la noticia. Había estallado una sublevación militar en España”.

La primera reacción fue prudente: decidieron esperar, seguir con los juegos y los cantos. Creían que el Gobierno sofocaría la sublevación

La primera reacción de los profesores fue prudente: decidieron esperar, seguir con los juegos y los cantos. Creían que el Gobierno de la República sofocaría la sublevación, pero los días transcurrían sin que llegase esta noticia. Planificaron un regreso anticipado a Madrid para devolver los niños a sus familias pero constataron que era imposible. Santander se había convertido en una isla republicana separada de la capital por un mar azul oscuro de tiroteos y brazos en alto.

Días antes, los niños habían recibido las primeras cartas de sus padres, pero desde el 18 dejó de llegar el correo a San Vicente. Los niños empezaron a inquietarse. El nerviosismo dio paso al desconsuelo, así que los profesores tomaron una decisión. Iban a protegerlos de la realidad mientras buscaban una forma de devolverlos a casa, como el personaje de Roberto Benigni en 'La vida es bella'.

La odisea
La estancia en San Vicente tenía que durar tres semanas, pero agosto se acercaba sin que pudieran regresar a Madrid. Según Leopoldo Fabra, las preocupaciones de los profesores se dividían entre encontrar una forma de regresar a casa y, mucho más urgente, mitigar el desánimo de unos niños que no estaban recibiendo noticias de sus padres. Así es como empezó un juego retorcido de mentiras piadosas.

Iban a protegerlos de la realidad mientras buscaban una forma de devolverlos a casa, como el personaje de Roberto Benigni en 'La vida es bella'

Los profesores decidieron falsificar cartas de los padres. Las escribían por la noche, contándoles a los niños que en casa todos estaban muy bien y que se les echaba muchísimo de menos, y les ocultaban todo lo referente a la guerra. Después, se las hacían llegar como si las acabase de entregar el cartero. Para llenar el tiempo, las actividades se multiplicaban.

Teatro, juegos, gimnasia y cánticos atiborraron por completo los días. Agosto había llegado y avanzaba. Los niños empezaron a preguntar, al principio tímidamente, cuándo iban a volver a Madrid. Nadie sabía cómo responderles. Los víveres y el dinero escaseaban. La ropa estaba estropeada, pero lo que más asustaba a los maestros, según Gobernado, es que cualquier pastor de cabras difundiera entre los críos la noticia de que España estaba en guerra.

Era urgente buscar una vía de escape. Los profesores Fabra y Celestino Bustos, director de la colonia, viajaron a San Sebastián el 15 de agosto para informarse sobre la mejor manera de llegar a Madrid. La guerra ya era atronadora. Los buques rebeldes bombardeaban la ciudad y destruyeron el hospital de Maternidad. Tras un encuentro con el Mando Militar, las autoridades les comunicaron que la única vía de escape pasaba por Francia. Los enviaron de vuelta a San Vicente y les pidieron que siguieran esperando.

Aquellos maestros ignoraban por completo cuánto tiempo tendrían que estirar el juego, cuánto tardarían los niños en averiguar lo que pasaba

Es lo que hicieron. Aquellos maestros ignoraban por completo cuánto tiempo tendrían que estirar el juego, cuánto tardarían los niños en averiguar lo que estaba pasando. No fue hasta septiembre que recibieron la orden de dirigirse a toda prisa con los niños hasta San Sebastián. Hicieron apresuradamente los bártulos y emprendieron el viaje de madrugada. A la mañana siguiente salieron para el paso fronterizo de Hendaya. “Los obuses pasaban por encima de nuestro autocar”, relata Fabra. Pilar Gobernado recuerda los cuentos que contaba a los niños a gritos para distraerlos del paisaje bélico que estaban atravesando.

Una vez que consiguieron cruzar la frontera, marcharon de oeste a este por el sur de Francia para sortear los Pirineos. Volvieron a España por Portbou, desde allí fueron a Barcelona, y de Barcelona, por fin, a Madrid. Según el relato de Fabra, instalaron a los niños en un vagón especial. Los pequeños, extenuados, se quedaron dormidos. Los adelantaban convoyes llenos de milicianos que marchaban desde el País Vasco a los frentes de guerra.

Al despertar, los niños cantaron el himno de la Colonia de la Institución Libre de Enseñanza: “San Vicente es una rosa / y la Barquera un rosal / y la rosa más hermosa / es la Colonia escolar”. El reencuentro con los padres alivió más a los maestros que a los niños. La aventura se había prolongado dos meses y había tenido un final feliz.

Las actividades progresistas de la Institución Libre de Enseñanza estarían prohibidas hasta 1978.

https://blogs.elconfidencial.com/so...a-bella-ocurrio-gerra-civil-espanola_1478252/
 
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HISTORIA
Velaske, ¿era guapa Margarita?: una lección de historia a ritmo de trap
"La historia de Margarita es tristísima. Tuvo una vida terrible", dice a Verne el autor del vídeo




No podemos dejar de hacer esta pregunta: “Velaske, ¿yo soy guapa?”. El responsable de esta obsesión que llega a más víctimas cada día desde hace una semana es Christian Flores, un barcelonés de 29 años que trabaja desarrollando vídeos en Playground. Flores ha lanzado un vídeo en el que cuenta el trasfondo de Las Meninas a ritmo de trap y con el que además nos ha dado una clase de historia. Para ello, no utiliza más que el famoso metacuadro de Velázquez y su sentido del humor.

Las Meninas está perfectamente ideado para llevar al espectador a preguntarse qué pasó, a sentirse dentro. Pero desde aquel capítulo de El Ministerio del Tiempo que nos trasladó al cuadro, nadie logró que tanta gente se sintiera dentro de la obra ni que se preguntara quién fue la infanta Margarita y por qué quería que le dijeran guapa. Christian Flores lo ha hecho. Ha creado un vídeo en el que Margarita y Velázquez protagonizan un trap disparatado.

La escasez de recursos podría ser la clave de un vídeo en el que apenas un cuadro sirve para contar una historia. Este efecto lo consiguió el creador gracias al zoom y al movimiento de la boca de algunos personajes. Todo ello combinado con una letra absurda, adaptada al lenguaje trapero de rimas intencionadamente cutres, que dota de un encanto especial al conjunto. Y no solo eso: es una clase de historia que imparte el mismo Velázquez.

“Yo trabajo en un sitio donde a todos nos piden innovación, experimentación y que sea barato, lo cual puede parecer una desventaja pero de alguna manera hace que de vez en cuando surjan buenas ideas”, cuenta Flores a Verne. Su idea inicial consistió en mezclar trap e historia “porque era un contrapunto que me hacía gracia imaginar”. Una vez eligió Las Meninas, experimentó con la realización del vídeo, escribió la letra y creó la música.

¿Quién fue Margarita?




Margarita Teresa de Austria, hija de Felipe IV y de Mariana de Austria, nació el 12 de julio de 1651 en Madrid. La niña que quería salir en un cuadro de Velazquez se convirtió, con el tiempo, en uno de los personajes más habituales en la obra del pintor. La infanta aparece a menudo con vestidos pomposos. Bajo sus faldas siempre se esconde una enorme guardainfantes, predecesor de la crinolina, que realza su forma femenina desde la infancia. Una de las características del personaje, o lo que percibimos en los cuadros en los que la pintan, es la inexpresividad de su rostro, a pesar de su juventud, y una postura hierática impropia de una niña, a menos que esté predestinada a salvar una monarquía.

En el vídeo viral, es Velázquez quien le cuenta su futuro: se va a casar con su tío Leopoldo I, va a ser madre a los 15 años y va a morir a los 21, a raíz de las complicaciones de su cuarto parto. Su reacción es hilarante, inesperada y triste: “Entonces, soy guapa”. Una deducción tan lógica -me voy a casar porque soy guapa- para la mentalidad de la época como frívola. Puede que sea ese el momento culmen del vídeo. Pero la responsabilidad de Margarita desde que nació fue desmesurada: garantizar la continuidad de una dinastía real devorada por la endogamia.

El padre de Margarita, Fernando IV, se había casado con su sobrina. Así ocurrió con Margarita que, a su vez, tuvo que casarse con su tío, Leopoldo I, para garantizar la reconciliación y la continuidad de su dinastía.

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La niña adulta

Hasta ahora, los análisis de Las Meninas se han orientado hacia el pintor y su capacidad innovadora. Pero, ¿qué hay de esa niña que viste como una adulta, que no muestra ningún tipo de emoción y que vive rodeada de otras mujeres que la visten, le dicen lo que tiene que hacer y la entretienen?

Según Karin Wachtendorff, historiadora del arte especializada en moda, la vestimenta no difería entre niños y adultos en el siglo XVII. “Hoy nos choca, pero entonces la niña llevaba guardainfantes, cartón de pecho -y eso que no tenía pecho-, cotilla. Eran partes del vestido idénticas a las de sus madres, con la limitación de movimiento infantil que todo eso acarrea”, dice Wachtendorff.

Solo a partir del siglo XX, añade Wachtendorff, niños y adultos comenzaron a vestir de manera diferente. “Era tal la opresión femenina que reflejaba la indumentaria, que puede verse en este cuadro. Esta niña vivía en una jaula de oro y vestía con ropas que eran otra jaula”, añade. El vídeo de Christian Flores está contando un drama. “Está mostrando una realidad. Quizá un chaval de 17 años no verá el trasfondo del drama de esta niña, pero está ahí: es como una adulta en pequeño”. Una tragedia que terminó con su muerte, el 12 de marzo de 1673, al dar a luz a su cuarto hijo.

El autor del vídeo ha compartido con Verne su propia visión de la infanta: “La historia de Margarita es tristísima, la veo como una víctima total de sus circunstancias. Tuvo una vida terrible. Aunque aquí hay una proyección grande por mi parte”. Con esto, se refiere a un mensaje que todas hemos recibido aun siendo niñas y que él decidió llevar a un escenario de hace cuatro siglos: si no estás guapa, no te van a querer.

Lamentablemente, no es un anacronismo: “Hice una conexión entre esa atención tan enorme que está recibiendo Margarita y un caso personal que he vivido alguna que otra vez que es ver cómo a las niñas pequeñas se les construye el autoestima desde el machismo. El hecho de tener que ser coqueta, ser femenina y estar guapa, si no cosas malas van a pasar, es algo muy rancio. Esto se hace con la mejor de las intenciones desde la familia, pero perpetúa esta concepción viejuna que en ningún caso tiene que vivir el hombre”. Lo había pensado a menudo, así que no tardó en aparecer a la hora de buscar una idea para su vídeo. “El resto fue reducirlo al absurdo llevándolo al lenguaje trapero”, añade.

“Libre y alegremente paseamos por esa ciénaga tan nuestra, por ese siglo que llamamos de oro, porque entre tanta apariencia, tanta representación, crecían hombres libres que escribían, que pintaban a la Corte con sus caras miserables”, escribió Javier Rioyo en La vida golfa. Su idea del entorno de Margarita y, especialmente de su padre, Felipe IV, al que describe como “galán de monjas”, no era clemente en absoluto: “Decadente, barroca, con la luz de Velázquez, los autos de Calderón, las meninas de la Corte, los endemoniados en la hoguera, las noches en El Retiro, las monjas histéricas, los condes asesinados, los bastardos reales, el diablo Cojuelo, los alumbrados, los quemados en la Plaza Mayor...”.

Flores ha rescatado a una Margarita rebelde e insegura con la que es fácil empatizar. Un personaje tan magnético como puede serlo cualquier niño preocupado. A la Margarita de Flores le angustia estar guapa, pero aun así se rebela: “Es que no es normal, que yo con cinco años recién cumplidos, con cinco años, mi mayor miedo sea no casarme”. Lo que cuesta creer es que una infanta tuviera tales preocupaciones, que sí podrían haber sido las propias de cualquier otra niña de su época.

Lo que plantea el vídeo de Flores va más allá de la preocupación de una niña consentida que vive en ese contexto y espera que le digan constantemente lo guapa que es: aborda, con un gran sentido del humor, la necesidad humana de la aceptación en el entorno en el que cada persona cae al azar. Como la propia Margarita dice en el vídeo: “Y la vida en el palasio es mu aburrida. Tenemo ke inventarno drama”.


https://verne.elpais.com/verne/2017/12/05/articulo/1512458149_505878.html
 
UN CONTINENTE, MUCHOS PRETENDIENTES
Ni españoles ni vikingos: ¿quién descubrió de verdad América?
Desde que Cristóbal Colón pusiese ambos pies en el continente americano, han sido incontables las teorías que han intentado explicar que él no fue, ni de lejos, el primero
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A pesar de los supuestos rasgos africanos, esta cabeza colosal se encuentra en Villahermosa (Tabasco). (Charles y Josette Lenars/Corbis)


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HÉCTOR G. BARNÉS
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01.05.2016 – 05:00 H.

¿Quién descubrió América? Hasta donde nosotros sabemos, probablemente fue Cristóbal Colón, empeñado en demostrar que la Tierra era redonda y sin saber que se encontraría con un obstáculo de miles de kilómetros de costa a costa en su camino hacia las Indias. Si somos un poco más avezados, quizá recordemos a nuestro interlocutor que fueron los vikingos, que llegaron a pisar en el siglo X Groenlandia y Terranova. Información que poseemos, en parte, gracias a las Sagas de Vinlandia, que narran la historia de dos asentamientos con una población de miles de habitantes.

Pero no son, ni mucho menos, las únicas teorías que han sugerido que antes del 1492, navegantes de otras latitudes y continentes ya habían pisado suelo americano. De acuerdo en que hablar de “descubrimiento de América” es un tanto etnocéntrico (al fin y al cabo, 1492 es también el año del descubrimiento de los españoles… por parte de los nativos americanos), así que utilicemos el término preferido por los historiadores: teorías de contactos tranosceánicos precolombinos.

Colón aseguraba haber visto con sus propios ojos un par de indios muertos que acabaron en las costas de Galway, en Irlanda

Como explica el historiador Ed Simon en un artículo publicado en 'History News Network', durante mucho tiempo “estas teorías han sido objeto de la fascinación de estudiosos y profanos por igual”. No cabe duda de por qué: pocos episodios históricos conjugan de igual manera esa mezcla de leyenda, misterio y orgullo patriótico que la que permite arrogarse el hecho de haber descubierto el último continente. Como recuerda Simon, poco después del descubrimiento de América, el hijo de Colón recordaba que su padre había visto con sus propios ojos un par de indios muertos que acabaron en las costas de Galway (aunque es muy probable que fuesen inuits). Pero ¿cuáles son las teorías más populares?

El príncipe galés que adelantó a Colón

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El castillo de Dolwyddelan, supuesto lugar de nacimiento de Madoc. (CC/Jeff Buck)

Una de las historias más famosas sobre el descubrimiento (alternativo) de América es la que tiene como protagonista a Madoc quien, según la leyenda, llegó a las costas americanas en 1170. Aunque no hay ningún vestigio arqueológico ni documento que refrende dicha teoría, esta ha sido muy popular entre los británicos, especialmente aquellos que quisieron adjudicarse derechos sobre las tierras recién descubiertas, especialmente durante el reinado de Isabel I de Inglaterra. La historia cuenta que Madoc llegó a la actual Florida o a Mobile (en Georgia); desde donde recorrió el Misisipi y el Misuri hasta llegar a las Grandes Llanuras. Supuestamente, su base estaría en el Espinazo del Diablo, una formación rocosa en Louisville (Kentucky).

Sin embargo, la mayor parte de referencias a Madoc son posteriores a 1492, salvo la del 'cywydd' (una forma de poesía) que hablaba de él como un hombre que “solo deseaba el mar” (aunque no decía nada más). Es lo que ocurre con 'A True Report of the Late Discoveries of the Newfound Lands' de George Peckhan. Además, hay testimonios del siglo XVII que dan fe de una extraña imbricación entre nativos americanos y galeses o del hallazgo de biblias escritas en dicho idioma en poder de los indios. No obstante, las diferentes expediciones en busca de estos misteriosos indios galeses no dieron ningún fruto, ni siquiera cuando Thomas Jefferson encargó a los exploradores Lewisy Clark dar con ellos.

Una misteriosa cabeza romana

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La misteriosa cabeza de Toluca. (CC/Romeo H. Hristov)

En 1933 tuvo lugar uno de esos hallazgos que descolocan a su descubridor y hace que los comerciantes de la especulación histórica se froten las manos. Se trata de una pequeña escultura en terracota que mostraba la cabeza con barba de alguien con rasgos tremendamente europeos, y que fue encontrada en un cementerio del valle de Toluca datado entre 1476 y 1510. Como señalaron los expertos de la época, podía ser perfectamente una obra de arte romano del siglo II d.C., solo que unos cuantos miles de kilómetros más allá del lugar esperado. Ya que nadie ha conseguido demostrar ni que terminase allí a través de un contacto entre culturas de hace 2.000 años ni que fuese producto de un arqueólogo bromista, hoy en día se considera un posible testimonio de la relación entre europeos y americanos en la era precolombina.

Los fenicios, en todas partes

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La tablilla de Bat Creek. (CC/Scott Wolter)

La fenicia es la cultura comerciante por antonomasia, lo que provocó que buscasen nuevos mercados… incluso al otro lado del Atlántico. Según el estudioso Cyrus H. Gordon, los fenicios y otros pueblos semíticos llegaron a América, algo que defendió en su investigación de la tablilla de Bat Creek, que se encontró en un enterramiento de nativos americanos en Loudon Country (Tennessee) en 1889. Durante décadas, se consideró la prueba que demostraba que los hebreos del siglo I o II habían mantenido contacto con los cheroquis, puesto que Gordon afirmaba que las letras de la tablilla podían traducirse como “Judea”. Sin embargo, la autenticidad de dicho documento ha sido puesto en duda durante los últimos años, así como la de diferentes monedas de oro encontradas en la costa occidental africana que mostraban un mapa fenicio para llegar al otro lado del Atlántico.

Los egipcios se apuntan

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La momia de Ramsés II, la típica imagen disuasoria de cajetilla de tabaco. (CC/ Sreejithk2000)

No podían faltar en cualquier listado en el que se den cita la arqueológica y la especulación histórica más loca. Pero hay buenas razones para sospechar: o si no, como descubrió la especialista alemana en toxicología Svetlana Balabanova, ¿qué hacían restos de coca y nicotina en la momia de la sacerdotisa Henut Taui? ¿Por qué todas esas momias de Sudán presentaban las mismas trazas de productos que, hasta el descubrimiento de 1492, no habían salido de América? Una posible explicación es que la vegetación estuviese presente en el antiguo Egipto y posteriormente se extinguiese; otra, que los egipcios fuesen buenos clientes de alguna tribu indígena y aficionados al tabaco.

José Melgar sugirió una posible influencia africana en los pueblos precolombinos, ante la espectacular visión de una cabeza colosal en lo que hoy es Tres Zapotes

La respuesta puede encontrarse en las entrañas de Ramsés II, donde en los años setenta también se localizaron fragmentos de tabaco, lo que llevó a muchos investigadores a trazar las más rocambolescas teorías sobre los contactos de la sociedad del Nilo y la americana. Sin embargo, el investigador Maurice Bucaille recordó que el vientre de la momia había sido abierto a finales del siglo XIX, por lo que es posible tanto como que a Ramsés II le gustase más un 'trujas' que a un tonto un lápiz o, que simplemente, la gente no se cortaba fumando en los alrededores del cuerpo del faraón. Al fin y al cabo, su cadáver fue movido en varias ocasiones a lo largo del siglo XX, y cada traslado aumentaba potencialmente la posibilidad de que fuese deteriorado.

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Cabeza colosal olmeca. (CC/Marshall Astor)

Uno de los primeros en sugerir una posible influencia africana en los pueblos precolombinos fue José Melgar, ante la espectacular visión de una cabeza colosal en lo que actualmente es Tres Zapotes en 1862 y que presentaba rasgos muy similares a los de la población africana. A ello hay que añadirle la leyenda del príncipe Abubakari II (o Abu Bakr II) que, según el historiador estadounidense Ivan Gladstone Van Sertima, pudo haberse embarcado hacia el nuevo mundo después de su abdicación en 1311.

Según cuenta la leyenda, Abu Bark se habría convencido de que podía encontrar el fin del Atlántico, así que armó una flota de 200 naves para zarpar hacia él. O, mejor dicho, mandar a sus súbditos a que lo buscasen. De todas las embarcaciones tan solo volvió una, pero el rey no se dio por vencido, así que él mismo partió con otras 2.000 en pos del Nuevo Mundo, y nunca volvió a su hogar. Por bonita que suene la historia, no hay ninguna evidencia de un hipotético paso de Abubakari II por América, y los parecidos entre las esculturas de ambos lados del Atlántico pueden ser eso: simplemente, parecidos.

Polinesia lo sabía

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Seis de los moais de la Isla de Pascua. (CC/Rivi)

Por proximidad, no parece demasiado extraño que los polinesios del Pacífico Sur tomasen tierra americana antes que ninguna otra civilización. Además, hay un buen puñado de razones que refrendan dicha teoría: por una parte, su habitual consumo del boniato, que pudo ser importado desde Sudamérica en el año 700, una teoría refrendada por análisis filogenéticos, aunque también es posible que llegase a las orillas polinesias después del naufragio de algún carguero. Algo semejante ocurre con el hallazgo de huesos de pollo de islas del Pacífico Sur en el Chile del siglo XIV.

Aunque quizá el gran descubrimiento a este respecto se produjo en el año 2007, cuando se reencontraron calaveras humanas que compartían rasgos con los polinesios en un museo chileno. Desde ese momento se ha realizado un gran esfuerzo para demostrar las posibles relaciones entre las culturas de una orilla y otra, como los estudios publicados en la revista 'Tissue Antigens' que sugieren una posible contribución genética de los amerindios a la población de la isla de Pascua, y que muy probablemente antecedía a la llegada de Colón a América.

La dinastía Yin en México

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Zheng He. (CC/hassan saeed)

No podían faltar a la fiesta los chinos. En concreto, los refugiados de la dinastía Yin, como aseguró en 1975 la profesora Betty Meggers del Smithsonian, que aseguraba que los olmecas que se desarrollaron en lo que hoy es México fueron poderosamente influidos por la civilización china del 1200 a.C. Además, hay otros vestigios que pueden refrendar esta relación milenaria chino-india, como las monedas de origen oriental descubiertas en la Columbia británica por un minero.

'El Libro de Mormón' es, según la creencia, un registro de las civilizaciones que poblaron el continente americano desde nuestro lado del Atlántico

Otras teorías relacionadas con China han florecido durante las últimas décadas. Una de ellas es la del británico Gavin Menzies que en el libro '1421: el año en que China descubrió el mundo' (Debolsillo) aseguró que la flota del marino Zheng He llegó a América unos setenta años antes que Cristóbal Colón. Una teoría, en realidad, bastante infundada. Como quizá también lo sea la que sugiere que los misioneros chinos liderados por Hui Shen que llegaron a Fusang en el año 500 en realidad habían arribado a California, por la descripción que en sus escritos hacen de dicho territorio.

El alambicado origen de los mormones

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'El libro de Mormón'. (Dominio Público)

El tema de las relaciones entre las culturas precolombinas y el resto del mundo da para varias tesis doctorales, una por cada civilización que pudo haber tenido algún contacto con los pueblos indígenas, pero cerramos el artículo con una de las teorías más coloristas: la de los mormones, cuyo libro sagrado asegura que los habitantes de América antes de la llegada de Colón eran descendientes de las tribus semíticas que zarparon desde el Viejo Mundomilenios antes de que el genovés pisase las costas americanas. 'El libro de Mormón: Otro testamento de Jesucristo' es, según la creencia de los Santos de los Últimos Días, un registro de las civilizaciones que poblaron el continente americano desde nuestro lado del Atlántico, una de las cuales había llegado a dicho territorio alrededor del 600 a.C.

Según Joseph Smith, Moroni, el hijo de Mormón, le visitó en 1823 y le explicó cómo traducir el registro de su padre, que finalmente fue publicado en 1830. Para la mayor parte de los historiadores, Mormón es tan autor del libro comoCide Hamete Benengeli del 'Quijote', por lo que carece de validez documental. Como la National Geographic Society aseguró en una carta de 1998, “los arqueólogos y otros estudiosos han demostrado desde hace mucho que el pasado de este hemisferio y su sociedad no tienen constancia de nada que sirva para sustanciar el libro de Mormón”. Sin embargo, es una buena muestra de cómo el descubrimiento de América es terreno abonado para la especulación fantástica y religiosa sobre unos pueblos que, más de medio milenio más tarde, nos siguen intrigando.

https://www.elconfidencial.com/alma...-ni-vikingos-quien-descubrio-america_1189811/

Para mí es evidente que lo descubrieron los pueblos indígenas al cruzar el helado estrecho de Bering hace 10.000 años. Despues, hay evidencias arqueológicas con tumbas de vascos - en busca de la ballena y el bacalao - en la peninsula del Labrador de los siglos IX y X, un poco anteriores a los vestigios vikingos. Pero no tuvieron conciencia de que se tratase de otro continente, pensaron que eran islas como Islandia o Groenlandia.
 
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Velaske, ¿era guapa Margarita?: una lección de historia a ritmo de trap
"La historia de Margarita es tristísima. Tuvo una vida terrible", dice a Verne el autor del vídeo




No podemos dejar de hacer esta pregunta: “Velaske, ¿yo soy guapa?”. El responsable de esta obsesión que llega a más víctimas cada día desde hace una semana es Christian Flores, un barcelonés de 29 años que trabaja desarrollando vídeos en Playground. Flores ha lanzado un vídeo en el que cuenta el trasfondo de Las Meninas a ritmo de trap y con el que además nos ha dado una clase de historia. Para ello, no utiliza más que el famoso metacuadro de Velázquez y su sentido del humor.

Las Meninas está perfectamente ideado para llevar al espectador a preguntarse qué pasó, a sentirse dentro. Pero desde aquel capítulo de El Ministerio del Tiempo que nos trasladó al cuadro, nadie logró que tanta gente se sintiera dentro de la obra ni que se preguntara quién fue la infanta Margarita y por qué quería que le dijeran guapa. Christian Flores lo ha hecho. Ha creado un vídeo en el que Margarita y Velázquez protagonizan un trap disparatado.

La escasez de recursos podría ser la clave de un vídeo en el que apenas un cuadro sirve para contar una historia. Este efecto lo consiguió el creador gracias al zoom y al movimiento de la boca de algunos personajes. Todo ello combinado con una letra absurda, adaptada al lenguaje trapero de rimas intencionadamente cutres, que dota de un encanto especial al conjunto. Y no solo eso: es una clase de historia que imparte el mismo Velázquez.

“Yo trabajo en un sitio donde a todos nos piden innovación, experimentación y que sea barato, lo cual puede parecer una desventaja pero de alguna manera hace que de vez en cuando surjan buenas ideas”, cuenta Flores a Verne. Su idea inicial consistió en mezclar trap e historia “porque era un contrapunto que me hacía gracia imaginar”. Una vez eligió Las Meninas, experimentó con la realización del vídeo, escribió la letra y creó la música.

¿Quién fue Margarita?




Margarita Teresa de Austria, hija de Felipe IV y de Mariana de Austria, nació el 12 de julio de 1651 en Madrid. La niña que quería salir en un cuadro de Velazquez se convirtió, con el tiempo, en uno de los personajes más habituales en la obra del pintor. La infanta aparece a menudo con vestidos pomposos. Bajo sus faldas siempre se esconde una enorme guardainfantes, predecesor de la crinolina, que realza su forma femenina desde la infancia. Una de las características del personaje, o lo que percibimos en los cuadros en los que la pintan, es la inexpresividad de su rostro, a pesar de su juventud, y una postura hierática impropia de una niña, a menos que esté predestinada a salvar una monarquía.

En el vídeo viral, es Velázquez quien le cuenta su futuro: se va a casar con su tío Leopoldo I, va a ser madre a los 15 años y va a morir a los 21, a raíz de las complicaciones de su cuarto parto. Su reacción es hilarante, inesperada y triste: “Entonces, soy guapa”. Una deducción tan lógica -me voy a casar porque soy guapa- para la mentalidad de la época como frívola. Puede que sea ese el momento culmen del vídeo. Pero la responsabilidad de Margarita desde que nació fue desmesurada: garantizar la continuidad de una dinastía real devorada por la endogamia.

El padre de Margarita, Fernando IV, se había casado con su sobrina. Así ocurrió con Margarita que, a su vez, tuvo que casarse con su tío, Leopoldo I, para garantizar la reconciliación y la continuidad de su dinastía.

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La niña adulta

Hasta ahora, los análisis de Las Meninas se han orientado hacia el pintor y su capacidad innovadora. Pero, ¿qué hay de esa niña que viste como una adulta, que no muestra ningún tipo de emoción y que vive rodeada de otras mujeres que la visten, le dicen lo que tiene que hacer y la entretienen?

Según Karin Wachtendorff, historiadora del arte especializada en moda, la vestimenta no difería entre niños y adultos en el siglo XVII. “Hoy nos choca, pero entonces la niña llevaba guardainfantes, cartón de pecho -y eso que no tenía pecho-, cotilla. Eran partes del vestido idénticas a las de sus madres, con la limitación de movimiento infantil que todo eso acarrea”, dice Wachtendorff.

Solo a partir del siglo XX, añade Wachtendorff, niños y adultos comenzaron a vestir de manera diferente. “Era tal la opresión femenina que reflejaba la indumentaria, que puede verse en este cuadro. Esta niña vivía en una jaula de oro y vestía con ropas que eran otra jaula”, añade. El vídeo de Christian Flores está contando un drama. “Está mostrando una realidad. Quizá un chaval de 17 años no verá el trasfondo del drama de esta niña, pero está ahí: es como una adulta en pequeño”. Una tragedia que terminó con su muerte, el 12 de marzo de 1673, al dar a luz a su cuarto hijo.

El autor del vídeo ha compartido con Verne su propia visión de la infanta: “La historia de Margarita es tristísima, la veo como una víctima total de sus circunstancias. Tuvo una vida terrible. Aunque aquí hay una proyección grande por mi parte”. Con esto, se refiere a un mensaje que todas hemos recibido aun siendo niñas y que él decidió llevar a un escenario de hace cuatro siglos: si no estás guapa, no te van a querer.

Lamentablemente, no es un anacronismo: “Hice una conexión entre esa atención tan enorme que está recibiendo Margarita y un caso personal que he vivido alguna que otra vez que es ver cómo a las niñas pequeñas se les construye el autoestima desde el machismo. El hecho de tener que ser coqueta, ser femenina y estar guapa, si no cosas malas van a pasar, es algo muy rancio. Esto se hace con la mejor de las intenciones desde la familia, pero perpetúa esta concepción viejuna que en ningún caso tiene que vivir el hombre”. Lo había pensado a menudo, así que no tardó en aparecer a la hora de buscar una idea para su vídeo. “El resto fue reducirlo al absurdo llevándolo al lenguaje trapero”, añade.

“Libre y alegremente paseamos por esa ciénaga tan nuestra, por ese siglo que llamamos de oro, porque entre tanta apariencia, tanta representación, crecían hombres libres que escribían, que pintaban a la Corte con sus caras miserables”, escribió Javier Rioyo en La vida golfa. Su idea del entorno de Margarita y, especialmente de su padre, Felipe IV, al que describe como “galán de monjas”, no era clemente en absoluto: “Decadente, barroca, con la luz de Velázquez, los autos de Calderón, las meninas de la Corte, los endemoniados en la hoguera, las noches en El Retiro, las monjas histéricas, los condes asesinados, los bastardos reales, el diablo Cojuelo, los alumbrados, los quemados en la Plaza Mayor...”.

Flores ha rescatado a una Margarita rebelde e insegura con la que es fácil empatizar. Un personaje tan magnético como puede serlo cualquier niño preocupado. A la Margarita de Flores le angustia estar guapa, pero aun así se rebela: “Es que no es normal, que yo con cinco años recién cumplidos, con cinco años, mi mayor miedo sea no casarme”. Lo que cuesta creer es que una infanta tuviera tales preocupaciones, que sí podrían haber sido las propias de cualquier otra niña de su época.

Lo que plantea el vídeo de Flores va más allá de la preocupación de una niña consentida que vive en ese contexto y espera que le digan constantemente lo guapa que es: aborda, con un gran sentido del humor, la necesidad humana de la aceptación en el entorno en el que cada persona cae al azar. Como la propia Margarita dice en el vídeo: “Y la vida en el palasio es mu aburrida. Tenemo ke inventarno drama”.


https://verne.elpais.com/verne/2017/12/05/articulo/1512458149_505878.html



Bueno, es mucho elucubrar lo que pensaba la infanta Margarita, una infantita del siglo XVII y, por tanto, una niña muy diferente a las niñas actuales.

De Margarita se sabe que, a pesar de que nació mujer, fué muy mimada por su padre, Felipe IV, como antes habia mimado a su hija mayor, Maria Teresa, hija de su primera esposa francesa, y casada con el Rey Sol, de la que se habia despedido con lágrimas en la Isla de los Faisanes tras reencontrarse por primera vez en 40 años con su hermana mayor, la reina Ana de Austria, madre del Rey Sol.

Felipe IV era un vividor y libertino total, pero adoraba a las mujeres de su familia,por ejemplo, hizo que Velazquez hiciese un retrato de su hermana Maria, que iba a casarse con su primo el emperador, para poder recordarla.

Margarita fué la niña de sus ojos, la hizo retratar a todas las edades, y era su unico consuelo tenerla viva ante la muerte sucesiva de todos sus hermanos, fruto como ella del monstruoso matrimonio incestuoso del rey con su sobrina Mariana, hija de su hermana Maria. Después de Margarita solo sobreviviria el feto viviente Carlos II.

Margarita fue casada con solo trece años con su primo el emperador y moriria muy joven al dar a luz su cuarto hijo.
 
Otra infanta famosa por el amor que le tuvo su padre fué Isabel Clara Eugenia, hija de Felipe II y su tercera esposa, Isabel de Valois.

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Aunque su hermana menor, Catalina Micaela, era mucho más bella, parecida a los Valois, sin el feo prognatismo Habsburgo, y el rey necesitaba un heredero cuando nació, pués Don Carlos se habia manifestado incapaz de asumir la Corona, Felipe II se enamoró de Isabel, nombre de su esposa y de su madre, la emperatriz Isabel, nada más verla en la cuna, y pese a volver a casarse con su sobrina Ana de Austria y tener otros hijos, de los que solo sobreviviria el futuro Felipe III, hizo de ella su hija favorita. Cuando la reina murió, Isabel Clara Eugenia tenia 14 años y se hizo cargo de sus hermanos pequeños. Supuso para ella y su padre un gran dolor separarse de Catalina Micaela cuando fué casada con el duque de Saboya.

Sin embargo, dada la mala salud del heredero Felipe, y que el rey no tuvo ganas de volver a casarse por quinta vez, Isabel Clara Eugenia se convirtió en heredera potencial del Imperio Español, por lo que le llovian las propuestas matrimoniales de principes. Sin embargo, Felipe II las rechazaba todas, unas porque eran principes de segundo rango, otros porque eran protestantes, o no querian vivir en España. En realidad, en España vivian sus primos Habsburgo y Felipe II pensaba que siempre habria tiempo para casarla con uno de ellos cuando él faltase, pues enseguida se dieron cuenta los diplomáticos de que a Felipe II no le venia bien ningun pretendiente porque no queria perder a su hija.

Al morir Enrique III de Francia, su tio materno, sin sucesión, Felipe II pretendió postular a Isabel Clara Eugenia como reina de Francia pero no pudo esquivar la Ley Sálica francesa que prohibia a las mujeres reinar. Incluso planeó convertirla en reina de Inglaterra tras la conquista por la Armada Invencible.

Isabel Clara Eugenia no protestó en absoluto por ello, amaba a su padre y le servia de secretaria en los asuntos de Estado, con lo cual recibió una formación política mejor que la de su hermano el heredero. Era su única confidente y le cuidaba con esmero. Pero cuando cumplió 28 años bromeó diciendo que ya se la podia llamar solterona. Ella y su padre gozaban de la llegada de los retratos de los hijos de Catalina Micaela, con la que se carteaban sin cesar, y para ambos fué un golpe tremendo enterarse de su muerte, como habia sido una alegria conocer sus nueve alumbramientos felices, que el rey vivia con angustia por el miedo a que muriese en un parto, como asi sucedió. Eso quebró mala salud del rey totalmente y para Isabel saber muerta a su amada hermana la

Isabel estaba junto a su padre en su lecho de muerte, quien habia decidido pactar una tregua en Flandes nombrando a su hija Gobernadora vitalicia junto a su esposo, el archiduque Alberto de Habsburgo.

Tras la muerte de su padre, Isabel Clara Eugenia se casó, ya treinteañera, con su primo, con quien mantuvo una relación más de compañerismo y amistad que de amor. Durante su mandato, Isabel supo hace una politica de tolerancia con los protestantes, por lo que dió treinta años de paz a Flandes, donde la amaron sinceramente. Fue toda una mujer de Estado, inteligentisima y cabal. Pero al no tener hijos el territorio tuvo que volver a España tras la muerte de Isabel, ya viuda, quien aconsejó a su sobrino Felipe IV, que mantuviese la politica que ella habia implantado. Pero no fué escuchada.

Sus restos fueron trasladados al Monasterio de El Escorial.​
 
Última edición:
A 500 años de la muerte de Moctezuma, sus parientes lejanos buscan a alguien que les escuche
Federico Acosta y Maria Fernanda Olivera, decimocuarta generación de la realeza azteca, renuncian al dinero de su linaje. Sólo quieren que les hagan caso

PABLO FERRI
México 28 DIC 2017 - 14:45 CET
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Cortes, a la izquierda y Moctezuma. CONACULTA GETTY-QUALITY


Una voz de mujer contesta el interfono. '¿Quién es?' Hola, vengo a ver al señor Federico Acosta. 'Ah, sí, usted es... Sí, sí, pase'. La puerta se abre y aparece entonces la fachada de una casa antigua pero señorial, una línea de pasto, plantas de hojas mojadas. Llueve.

'Pase, el señor Federico le espera', dice la mujer del interfono, ahora en persona. Hay un recibidor y una moqueta y pasillos oscuros y luego, detrás de una puerta, una salita para tomar té o café. 'Ahora llega el señor', dice la mujer.

Pasan dos minutos y aparece, vestido de traje, el señor Federico Acosta. Se presenta y empieza a hablar. Dice que el terremoto se sintió bastante pero que allí, en el Paseo del Pedregal, en el oeste de la Ciudad de México, no se nota tanto. El suelo es de lava, dice, macizo, no hueco. Por eso. Se refiere al terremoto del 19 de septiembre, el más intenso en México desde 1985. Un buen puñado de edificios y casas colapsaron. Hubo muertos. "Yo dije, 'no, no: se cayó el resto de México, fácil".

Federico Acosta recibió a EL PAÍS en su domicilio a principios de octubre. Justo hacía un año que él y otros 230 primos, hermanos, tíos, y un largo etcétera de familiares se habían reunido en un rancho en el Ajusco, en las afueras de la capital. La primera reunión masiva en años de los Moctezuma. O de una parte de los Moctezuma, descendientes del último gran tlatoani de los aztecas, el último emperador. El que recibió a Hernán Cortés, el que murió misteriosamente después de que le hicieran preso. El principio del fin.

Y toda la gente que se reunió, ¿de qué rama del árbol genealógico son?

De los Sierras. Todos los Sierras. Éramos 230, y aun faltaban. Yo francamente no conocía a todos. Estábamos ubicados, pero no nos conocíamos todos. ¿Café?

Federico Acosta es un hombre mediano, magro, de mirada intensa y algo desconfiada. Aquel día, en su casa, recordó la reunión familiar y dijo que fue el principio de algo importante. Nada concreto, pero algo.

Mucha gente en México sabe que Moctezuma Xocoyotzin procreó intensamente. La mayoría de los cálculos le adjudican 19 vástagos, lo cual, entonces y ahora, resulta extraordinario. Los aztecas pensaban que la línea sucesoria era cosa de las mujeres, una especie de seguro sanguíneo. El historiador cubano Alejandro González Acosta, experto en parte de la heráldica de la realeza azteca lo resume de esta manera: "hijo de hija mi nieto es, hijo de mi hijo quién sabe. Los judios también lo hacían así".

González Acosta, investigador del Instituto de Investigaciones Bibliográficas de la UNAM, ha estudiado al detalle el árbol genealógico de la hija mayor de Moctezuma, bautizada Isabel tras la conquista. Es un erudito de las ramas reales, la línea sucesoria. Si hoy, a 500 años de la caída de Moctezuma y sus breves sucesores, Cuitláhuac y Cuauhtémoc, si hoy, vaya, alguien reclamara el trono de la gran Tenochtitlan, debería ser algún primo de Federico Acosta. Quizá era alguno de los que fueron a aquella reunión en el Ajusco.

La historia de la conquista de Tenochtitlan y los meses posteriores configuran un enorme enredo de crónicas, historias, dimes y diretes. A grandes rasgos, Hernán Cortés tomó bajo su protección a Isabel de Moctezuma. La casó con uno de sus soldados, Alonso de Grado, pero este murió poco después. Luego, dice González Acosta, Cortés "la violó o cometió estupro: por la fuerza, o por engaño". Pocos meses más tarde la volvió a casar, de nuevo con uno de sus hombres. Pero primero tuvo a la hija de Cortés, Leonor, a quién esta desconoció. Con su nuevo marido, Pedro de Andrada, tuvo a su primer hijo legítimo. Poco después murió Pedro y se casó con otro soldado, Juan Cano, con quien tuvo cinco hijos más.

González Acosta explica que Cortés, arrepentido de su acto, cabildeó para que el rey de España, Carlos V, obsequiara tierras y títulos a su ahijada. Y así fue. El monarca le concedió el señorío de Tacuba, terreno que comprende el centro histórico de la actual Ciudad de México, el Zócalo, la Catedral, el Palacio Nacional, y se extiende por decenas de kilómetros.

Por casi cuatro siglos, esa concesión implicaba el pago de una renta, primero por parte de la Corona, y luego por los sucesivos gobiernos de México. El terreno era de Isabel, sus hijos, sus nietos... Resulta difícil imaginar a los descendientes de Moctezuma echando a la curia de la catedral, o construyendo un club de campo en el Zócalo. Mejor que eso, los Gobiernos pagaban. Y así fue hasta finales de 1933. De hecho, fue un 27 de diciembre de hace 84 años, cuando la Secretaría de Hacienda mexicana, en manos del presidente Abelardo Rodríguez, decidió que no pagaría un peso más a ningún descendiente de Moctezuma.

Y así hasta ahora.


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Isabel de Moctezuma


Diez metros de árbol genealógico

Y usted, ¿conoce a los Cano?

No
El otro día conocí a uno de ellos, Federico Acosta. Y le preguntaba, 'usted, ¿qué pretende?' Y él decía, 'no, pues que nos reconozcan'.

Pues es lo lógico, ¿no? Que nos reconozca el Gobierno


Pero, ¿que reconozcan qué?


En una república con casi dos siglos de historia, los reclamos nobiliarios suenan un poco a extravagancia. Pese al optimismo de los quejosos.

La señora María de los Ángeles Fernanda Olivera, de 75 años, recibió a este diario pocos días después de que lo hiciera su pariente lejano, el señor Acosta. Olivera viene del lado de los Andrada, del primer hijo legítimo de Isabel. Acosta de los hijos de Juan Cano.

Hace años que la pensión de Moctezuma, la famosa renta, dejó de ser un tema polémico en México. El abuelo de la señora Olivera fue de los últimos que la cobró. Su padre promovió incluso un amparo ante la Suprema Corte de Justicia para que el Gobierno la reestableciera. Pero sin éxito. Otros lo han intentado desde entonces con el mismo resultado.

No es una cuestión de dinero, explica la señora Olivera. "Lo bonito es que te reconozcan de donde vienes, que tengas un lugar en la historia. Y ahora hace falta una persona así como Moctezuma, que ponga orden en el país porque está esto hecho un desastre".

María de los Ángeles Fernanda Olivera vive en un adosado en Tlalnepantla, una zona habitacional a las afueras de la capital. El día de la visita, echó mano de un taburete para alzarse, y tomar un enorme rollo de papel que yacía sobre el trinchador. Luego liberó la mesa de la sala y desplegó el rollo de papel, que alcanzó una longitud cercana a los diez metros.

"Esto lo hice yo", dice, "el árbol genealógico de la familia". Y allí aparecían casi 500 años de nombres y ramas, su orgullo heráldico. Al rato, su marido, Arturo, apareció por la puerta. Saludó y subió por las escaleras.


Y para usted, ¿qué sería lo ideal? Dice: 'que nos tengan en cuenta', pero, ¿cómo?


Pues mira, pensándolo bien, me gustaría un cargo en el Gobierno, pero no les conviene mi presencia, yo soy muy rígida. O sea, no pienso que el Gobierno tenga la obligación de darnos un cargo. A mi lo que me gustaría es que nos tuvieran en cuenta, nuestro origen, una de las familias más antiguas que hay en México.


Mexicanos de primera
Federico Acosta va un poco más allá que la señora Olivera. Aunque lleva años barruntando el asunto, aquella reunión de octubre de 2016 le abrió los ojos: "A ver, aquí hay algo que hay que matizar. Se dice que nosotros buscamos cobrar la pensión. Es falso. Nosotros no demandamos nada. Pero si nos interesaría como familia ser escuchados, porque somos mexicanos de primera clase. Yo creo que deberíamos de tener voz y voto".


¿Sobre qué?


Sobre cuestiones sociales, cuestiones inherentes a lo que le hubiera gustado a nuestra familia antiguamente. Ser oídos para tomar ciertas decisiones.

La solución, admite al final el señor Acosta, quizá sea armar una fundación y empezar a trabajar desde ahí.


¿Ustedes se han acercado al Gobierno para llegar a algún acuerdo?


Bueno, mi abuelo era amigo de los presidentes. Yo conocí a Luis Echeverría. Un día me dijo, '¿qué pasó con su abuelo?'. Me dijo, 'mi primer trabajo en el PRI fue convencer a tu abuelo de que nos rentara la casa aquella de San Cosme, para lanzar la campaña de Manuel Avila Camacho. Y accedió'.

Antes de despedirse, como si hubiera olvidado lo que acababa de decir, el señor Acosta lamentó que "el pueblo le es invisible a la autoridad. Para el Gobierno no ha existido. Por eso podríamos tener voz y voto, para que sean escuchados". Afuera seguía lloviendo.


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Detalle del carné de descendiente. Con el carné cobraban la pensión.
 
ISRAEL, 1947
Navidad sangrienta en Tierra Santa, el día que Stalin salvó al sionismo con armas nazis
La histórica resolución 181 de la ONU, con la partición de Palestina, desató el júbilo entre los israelíes y la ira entre los árabes. El conflicto bélico estallaría poco después
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Un camión con las caras de los líderes soviéticos Lenin y Stalin en el desfile del día del trabajo celebrado en Tel Aviv el 1 de mayo de 1949
AUTOR
JULIO MARTÍN ALARCÓN
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28.12.2017 – 05:00 H.

"Oded nos llamó la atención sobre una de esas montañas, que había sido la escena de una antigua batalla de los macabeos. Gateando sobre el resbaladizo terreno, conteniendo la respiración por temor a perder el equilibrio y trepando hasta la otra ladera comencé a apreciar el heroísmo de aquellos guerreros bíblicos. Les imaginé corriendo a pie o cabalgando en ese peligroso terreno, tirando piedras o arrojando lanzas mientras avanzaban". Henchida del fervor patriótico sionista, la joven Zippora Porath escribía desde Jerusalén a sus padres en Estados Unidos durante un viaje de estudios a la tierra de sus antepasados en el otoño de 1947 -'Letters from Jeruslaem 1947-1948' (2005).

Había llegado en septiembre y el 28 de diciembre -hace ahora 70 años- luchaba ya contra los árabes liderados por el Gran Mufti, Jamal Al Husseini, durante el asedio que se cernió sobre Jerusalén. Mientras el mundo occidental acababa de celebrar la Navidad, hace ahora exactamente 70 años, la guerra había estallado en Tierra Santa. En apenas tres meses, 'Zippy', la estudiante estadounidense formaba parte de la 'Haganah' —defensa en hebreo—, el brazo armado de la 'Yishuv' —el asentamiento— que ejercía de facto como un organizado gobierno judío oficioso en el Mandato británico de Palestina.

Diez días antes, el 15 de diciembre, David Ben Gurion, líder de la Agencia Judía de Palestina y jefe de la 'Yishuv', enviaba un telegrama a su jefe de finanzas, Eliezer Kaplan, en el que le expresaba que la “situación se agravaba” y que la adquisición de armas era ya “una cuestión de vida o muerte”. Las instrucciones para Kaplan eran claras: debía proporcionar “los fondos que hicieran falta” a Ehud Avriel, el agente comercial sionista en Checoslovaquia, ya en la esfera soviética, para comprar armamento, —Benny Morris, '1948: A History Of the First Arab-Israeli war' (2008)—. La inminente violencia no era una sorpresa, pero ni árabes ni judíos habían anticipado un desenlace bélico tan repentino. El plan de las Naciones Unidas y su histórica resolución 181, con la partición de Palestina, aprobada el 29 de noviembre en la Asamblea General, había desatado el júbilo entre los sionistas y la ira entre los árabes.

De la euforia a la guerra
“En el centro de la ciudad una marea de gente feliz se abrazaban unos a otros bailando 'horas' y 'jigs' que se formaban espontáneamente, dirigidas por una especie de fuerza magnética. Entramos en el patio de la fortaleza de Sochnut —sede de la Agencia Judía— que durante años albergó las esperanzas de un Estado judío en Palestina. Golda Meir salió al balcón. No había palabras que pudieran describir el momento. Demudada de emoción acertó a decir ¡Mazel Tov!” —'Letters from Jeruslaem''.



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Celebración judía en Jerusalén,1947.


A la fiesta le siguió la cautela. La resolución de las Naciones Unidas había plantado otra semilla de discordia. Las ciudades de Jerusalén y Belén -el lugar donde según los cristianos nació Jesucristo- quedaron como “corpus separatum” de la partición. No podría ser la capital de ninguno de los dos supuestos estados y quedarían bajo control de las Naciones Unidas. Los judíos interpretaron una motivación fundada en el interés de los cristianos de occidente de preservar el control de los santos lugares —Netanel Loch, 'The Edge of the Sword: Israel’s War of Idependence', (1968)—. Aunque no renunciarían a nada, decidieron esperar a que expirase el plazo del Mandato británico.

Jerusalén y Belén quedaron como “corpus separatum” de la partición. No podría ser la capital de ninguno de los dos estados

Durante la Conferencia de El Cairo de diciembre, la Liga Árabe evaluó su respuesta después de rechazar la partición. Según los informes obtenidos por la inteligencia británica decidieron a su vez que la campaña “no debe empezar prematuramente, puesto que los árabes no están preparados, ni tampoco organizados ni armados. El primer movimiento debe hacerse en mayo, para entonces el Mandato británico habrá finalizado” —Benny Morris, '1948: A history of the First Arab-Israeli War', (2008)

La máxima autoridad árabe en Palestina el Gran Mufti, Jamal El Husseini, líder del Alto Comisionado escogió por su parte una campaña de provocación hacia los judíos especialmente numerosos en Jerusalén, unos 100.000, con el fin de una reacción violenta que justificara posibles represalias: en los primeros días diciembre dispararon sobre los barrios judíos de Haiffa. El 15 de diciembre, mataron a 15 judíos en una emboscada a un convoy.



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Gran Mufti, Jamal al Husseini


La 'Haganah' seguía una estrategia inicialmente sólo defensiva, pero se vieron arrastrados a su vez por los revisionistas de 'Irgún' y 'Lehi', grupos extremistas del sionismo que comenzaron su propia campaña de atentados contra la población árabe. Prendieron fuego al cine Rex de Jerusalén, lanzaron una bomba en la Puerta de Damasco el 15 de diciembre que mató a 20 árabes y, otra vez, el 29, matando a otros 12 y a dos británicos. En los meses siguientes se integrarían directamente en la ‘Haganah’. El 31 de diciembre, después de otra represalia sionista, como respuesta a otro ataque árabe, murieron más judíos. Ese mismo día, Ben Gurion declaró que era “Imposible discriminar los ataques. Estamos en guerra”, —Ben Morris, '1948; A History of the first Arab War'.

El laboratorio diplomático
El baño de sangre se derramaba sobre un tablero internacional delirante. El escritor de origen húngaro Arthur Koestler, que viajó a Palestina en 1948 durante el conflicto lo plasmó en su obra 'Promise and Fulfilment- Palestine 1917-1949', (1949): “La idea de la creación de un estado que haya nacido de forma pacífica por un acuerdo internacional resultaba ingenua en cuanto probablemente en toda la historia ninguno haya nacido así, sin algún tipo u otro de violencia. Era un laboratorio diplomático”.

La URSS, que en todos los cálculos se presuponía hostil al plan y pro árabe se desmarcó con un apoyo total a la causa del Estado de Israel

El planteamiento era en parte delirante porque Gran Bretaña, que debía salvaguardar el orden en Palestina hasta la partición, se había abstenido en la votación -la única gran potencia en hacerlo- y estaba, en realidad, en abierto desacuerdo. La URSS, que en todos los cálculos previos se presuponía hostil al plan y pro árabe se desmarcó con un apoyo total a la causa del Estado de Israel con el histórico discurso de su embajador Andrey Gromyko en las Naciones Unidas, descolocando por completo a los funcionarios de Washington. EE.UU, cuyas poderosas organizaciones judías y la predisposición de su presidente Harry Truman eran claramente simpatizantes con la causa sionista, votó a favor de la partición, pero actúo inmediatamente con tibieza —Charles Zorgbibe, 'Historia de las Realciones Internacionales. Tomo II', (2005).



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Stalin


Para rematar la tensión, los británicos, cuyo mandato estaba previsto hasta junio del año siguiente impusieron, por consejo del Foreign Office, un embargo de armas en Palestina al que se adhirió el Departamento de Estado estadounidense. Mientras los países árabes colindantes, que se preparaban para la guerra, seguían obteniendo armas de contratos previos con Londres y otros países, la ‘Yishuv’ carecía de armamento. Entonces, cuando se cernía la mayor amenaza, en la peor hora de la epopeya del anhelado Estado de Israel quien acudió a su rescate fue Stalin, no EE.UU.

La URSS al rescate
Ehud Avriel, el agente de política exterior de David Ben Gurion consiguió un contrato de armas con Checoslovaquia, con el visto bueno de Moscú. En el gobierno checo quedaban algunos miembros independientes, como el propio ministro de Exteriores, Jan Masaryk, y necesitaba urgentemente divisas, pero la operación no fue sólo comercial. Se realizó no ya con la aprobación, sino con la intervención de Stalin, que al año siguiente, cuando Checoslovaquia se convirtió definitivamente en otro satélite de la URSS, intensificaría su colaboración.


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David Ben Gurion



Bajo un contrato falso firmado con el 'Gobierno de Ethiopia', la industria checoslovaca cerró una lista para la 'Yishuv’' 10.000 rifles, 4.500 ametralladoras pesadas, y tres millones de municiones. Incluso les ofrecieron aviones Messerschmitt BF109 fabricados por Skoda —Howard M. Sachar, ’Israel and Europe: An Appraisal in History’, (2000)—. Irónicamente, la mayor parte del armamento había sido fabricado durante la II Guerra Mundial para la Wehrmacht antes de la caída del III Reich. Los judíos iban a defender 'Eretz' con las armas de los nazis.

La ayuda, como reconocería en sus memorias David Ben Gurion sería crucial. El sorprendente giro soviético, que había aborrecido el sionismo desde los tiempos de Lenin, solo podía interpretarse como una jugada de Stalin para echar a Gran Bretaña de Oriente Medio y sembrar la discordia entre británicos y estadounidenses, tal y como sostiene el historiador británico Paul Johnson. A corto plazo, lo lograrían. Las tensiones crecían entre Londres y Washington, que sufría presiones de las organizaciones judías por el embargo. La embajada británica se explicaba así ante los americanos el 5 de enero: “Aunque el gobierno británico no obstruirá de ninguna manera la ejecución de las decisiones tomadas por las Naciones Unidas, tiene la intención de hacer lo necesario para preservar su posición e influencia en la zona”. —'Foreign Relations US'—. Al final, adelantarían su salida de agosto a mayo, cediendo en el camino su prestigio tanto entre árabes como judíos.

Aunque en Londres la política era de estricta neutralidad, en el terreno favorecían con su actitud al Mufti y a las milicias árabes

Con la llegada de año nuevo, la situación en Palestina y en particular, de Jerusalén, empeoró. Tanto judíos como árabes acusaban a los británicos de favorecer al otro bando. Aunque desde Londres la política era de estricta neutralidad para mantener el orden, en el terreno favorecían con su actitud al Mufti y a las milicias árabes, aunque éstas no siempre actuaran bajo las órdenes de Al Husseini. La aplicación del embargo incluía la confiscación de cualquier arma en manos de la 'Haganah', al tiempo que no siempre impedían los ataques a los convoyes con los que los que judíos trataban de abastecer Jerusalén.

La pro árabe Gran Bretaña
El propio cónsul de Estados Unidos en Jerusalén, Robert Macatee, lo citaba en su informe del 31 de diciembre de 1947: “Hay fundadas razones por parte de los judíos para quejarse de que los británicos están favoreciendo a los árabes. Hay pocas dudas de que la policía palestina, especialmente los rangos medios y bajos se inclinan del lado árabe y se mantiene al margen cuando hay una agresión contra los judíos (…) Las peticiones de autorización por parte de los judíos para organizar su propia protección de los árabes son rechazadas. Los arrestos y las redadas entre los asentamientos y población judía están a la orden del día”.

La 'Haganah' mantenía en la nueva Jerusalén sus posiciones a duras penas y peor aún en el barrio judío de la Ciudad Vieja

El balón de oxígeno de Praga-Moscú, sólo impidió el desmoronamiento judío. Durante los primeros meses de 1948, pudieron resistir a la milicias de Al Husseini, a pesar de que la Liga Árabe no había intervenido aún. La 'Haganah' mantenía en la nueva Jerusalén sus posiciones a duras penas y peor aún en el barrio judío de la Ciudad Vieja.

La tensión psicológica del sitio invertía la jerarquía natural de las necesidades básicas: “Se morían por comer, su estómagos rugían por cigarrillos, pero estaban hambrientos de noticias” escribiría Arthur Kosetler cuando atravesó la sitiada Jerusalén a mediados de mayo. Había llegado después de cruzar lo que llamaron la 'Carretera de Birmania'. Jerusalén tenía ya un cordón umbilical.

Fanatismo e intransigencia
Al principio del conflicto los árabes eran superiores en número y su determinación, alentada por el sus aliados, era férrea: cuando el secretario de la Liga Árabe, Azzam Pachá, acudió a la ONU en octubre de 1947 para explorar un acuerdo con emisarios sionistas, su propio hijo le amenazó con la muerte si volvía con un tratado de Paz bajo el brazo —Charles Zorgbibe 'Historia de las relaciones internacionales' Volumen II. (2005), Alianza Editorial—. Los judíos estaban envueltos a su vez en una misión histórica forjada entre los textos bíblicos y el romanticismo del 'Estado Judío' (1896), formulado por Theodor Herzl. Cuando se alcanzó la Declaración Balfour (1918) según la cual el gobierno británico, “prometió” un “hogar nacional” para los judíos en Palestina, se mostró impracticable. Los primeros colonos en llegar, además, eran en su mayoría judíos ortodoxos originarios de Rusia que ni siquiera simpatizaban con el sionismo. Les habían comprado las tierras a los campesinos árabes cuya noción nacionalista era a su vez prácticamente inexistente según Arthur Koestler. Pero como para Zipporah Porhat, la fuerza inquebrantable del sionismo apoyada en décadas de asentamientos y colonización desde los años 20 había construido entre una segunda generación un derecho irrenunciable.


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Ataque a un convoy israelí a comienzos de 1948


“Los actos violentos del ayer, se convierten en los hechos consumados del hoy, y el satus quo legal del mañana, así que la definición de justicia histórica depende del momento que se elija como la hora cero” ¿Cuál es la hora cero de Palestina? ¿La conquista por la fuerza de las tribus hebreas Canaanitas, Jebuseas, y Filisteas? ¿La expulsión de los judíos después de la Bar-Kochba en siglo II? ¿La conquista de los nómadas árabes en el VII o por los otomanos en el XVI? ¿La entrada de las tropas de Edmund Allenby en 1917 con la Declaración Balfour en un bolsillo y los 14 puntos de Wilson en el otro? ¿El Libro Blanco de los británicos en 1939 o el reconocimiento británico del Estado de Israel en 1949?” reflexionaría Arthur Koestler —'Promise and Fulfilment- Palestine 1917-1949'.

'Hasbará': justificar la existencia
Durante años, Israel ha tenido que dedicar un esfuerzo continuo en lo que denominan la 'Hasbará', la ‘explicación’, literalmente, del hebreo —John Quincey, 'The International Diplomacy of Israle Founders' (Cambridge University Press, 2016)—. La traducción más correcta sería propaganda: la justificación ante el mundo de su propia existencia como Estado. Es un ministerio en sí mismo, indivisible de su política exterior.

Estados Unidos tardó 16 minutos en reconocer 'de facto' al nuevo Estado tras su proclamación el 14 de mayo de 1948, el mismo día en que salieron las últimas tropas británicas y en el que la Legión Árabe cruzaría el Jordánrecrudeciendo el conflicto. Tomarían la Ciudad Vieja y, con ella, los lugares sagrados del judaísmo, islam y cristianismo. La URSS tardó solo tres días en reconocer a Israel, aunque fue ‘de jure’, a diferencia de EE.UU. El idilio duraría poco. En 1952, todos los miembros del gobierno checoslovaco que participaron en la ayuda al sionismo en el inicio de la guerra fueron juzgados y condenados a muerte. Para entonces, Israel estaba en la esfera de Washington.

https://www.elconfidencial.com/cult...a-1947-sionismo-judios-arabes-stalin_1498182/
 
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