Juicio al 'procés' - Referéndum en Cataluña — El conflicto catalán

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La CUP llama al 'boicot' a La Caixa, Sabadell y BBVA: pide al Govern que no trabaje con ellos
05.10.201712:33 H. ACTUALIZADO: 3 M.
Ante la intervención de las finanzas catalanas por parte del Ministerio de Hacienda, la diputada de la CUP Eulàlia Reguant ha propuesto "dejar de trabajarcon La Caixa, El Banco de Sabadell y elBBVA", algo que asegura que ya ha pedido al Govern en varias ocasiones.
Los empleados de estos tres bancos están encantados con la CUP, y con el proceso en general, como se nota que en la CUP no trabajan ahí, en fin....
 
¿ te parecen justas y creíbles las cifras, después de ver cómo en muchas localidades ha habido más votos para el sí que población (que población total, incluyendo menores de edad) ?

¿ te parece normal que una localidad de 400 habitantes saque 1200 votos a favor del sí ?

Lo que hay que tener es mucho valor para salir a defender esto.
De dónde sacas esas cifras ? Del PP?
 
Los de la CUP son una calamidad . Son los de la copa menstrual , que mal me caen .
No les deseo ningún mal , pero no los soporto , nos llevaran ala catástrofe .
 
La peluca de Puigdemont y la coyuntura política

Cada vez que lo recuerdo, me sonrojo por dentro. Era una misa dominical en que un niño de cinco años descubrió en el banco de delante a un hombre que llevaba peluca. Los niños desvelan fácilmente la peluca de los adultos. Ven algo raro porque hacen asociaciones visuales muy rápidas. De repente, identifican el pelo de ese señor con el de su propio perro, no les cuadra y entonces reaccionan para investigar. Un niño es capaz de decir en pleno ascensor –donde van sus padres y un vecino– que el pelo del vecino se parece al de la muñeca de su hermana. Los niños saben.

El caso es que, acabado el oficio de domingo, el niño esperaba la ocasión. Cuando aquel hombre con peluca se sentó en su banco, el niño miró bien y, en un arrebato de travesura, se le acercó por detrás y le arrancó al buen hombre el postizo, blandiéndolo en el vacío ante el asombro de todos, como si de un trofeo de caza se tratara. Se reía a carcajadas mordiendo el aire con sus dientes de leche: ¡lo he descubierto…! y su abuelo devolvía el mechón de pelo a su propietario en tono de disculpa. Los niños –repito–saben.

En plan de familia, en algún día de cumpleaños, echo mano de distintas pelucas que conservo para divertir a todos, hacer algún papel histriónico o aprovechar para reírme de mí mismo. Pero no a todos los calvos les resulta igual de divertido. Putin lo lleva bien, pero Berlusconi y Trump han invertido fortunas para rehabilitar su perdido vigor capilar. El tema se presta mucho al sarcasmo y a la sátira porque se basa en una obvia falsedad óptica que el interesado pretende que todos se tomen en serio. Sin ir más lejos, tras la coronación del rey Jorge III y la reina Charlotte de Inglaterra, en 1781 William Hogarth publicó una serie de grabados sobre la relación entre los tipos de peluca y los cinco órdenes de arquitectura. Cáustico. La peluca –atención, además– ha estado desde siempre asociada al poder político, judicial y eclesiástico. Veamos.

Hay tweets que dicen que Carles Puigdemont es el mismísimo Raül Romeva que se presenta con peluca, pero eso es una exageración. El caso de Puigdemont sería fácil para un niño, como lo es para nosotros. Su peluca es impecable, en todos sus ingredientes: cabello natural, desorden bien estudiado, color perfecto para las arrugas de la cara y un seguimiento fotográfico, por parte del interesado y de quien le cuida, sin fallos. El President y sus peluqueros conocen bien su imagen capilar y la presentan perfectamente sin fallar nunca. Sin embargo, hay tres cosas que son ontológicamente indisimulables, aunque sea en una buena peluca: fallan los perímetros relativos del cráneo y la malla del pelo (hay aire ocioso), se da una mala conexión patillas-peluca, y las sienes se presentan vacías. Estos tres problemas de por sí no serían novedad, ni siquiera en un buen pelucón como el del President.

La cuestión aquí es la compostura general que resulta y la situación política que vivimos. Porque no es lo mismo una peluca usada como instrumento de trabajo profesional que un país como Catalunya que pretenda disimular su calvicie e improvisar un aditamento que esconda sus desnudeces. La peluca del President, en este contexto, enseña una realidad imposible de maquillar: la actual bancarrota política de Catalunya. Pero no se engañen: esa peluca no es una metáfora de nada sino la realidad misma escenificada, teatralizada y a punto de caer por los suelos. Estamos en un momento en que Puigdemont y Colau no son representaciones de cosas que no se ven: reflejan, tal cual, lo que es Catalunya y Barcelona; sin trampa ni cartón. Por eso estamos preocupados.

Se puede afinar más el discurso: ¿qué es lo que se mueve bajo la peluca de Puigdemont? Ahí debajo hay un político de transición, no escogido por votantes, sin un discurso propiamente suyo. Él deambula por sitios, habla con gente, sale en la foto. Pero no parece que tenga entidad propia. ¿Qué hay entonces bajo las apariencias de un postizo, marioneta de las circunstancias, político sin oficio ni beneficio? ¿Por qué tanto interés en que Catalunya fracase en un proyecto político fracasado? Ahí está el Plan B del presidente de España, Mariano Rajoy. El hombre de la peluca debe estrellarse para que Oriol Junqueras, esta vez sí que a cambio de un pacto de Estado que tendrá nombres propios, presida una Catalunya que se habrá beneficiado de unas prebendas venidas de Madrid que están ya decididas. Mientras, Ada Colau se agazapa detrás de la delicada situación que a la postre podría ayudarla a devenir la primera mujer Presidenta de la Generalitat de Catalunya. Parecen futuribles, pero quizás vayan a ser presenciables. Saber esperar.

http://www.metropoliabierta.com/opi...gdemont-y-la-coyuntura-politica_2828_102.html

 
Eso es así cuando no hay presiones para evitar el voto

Eso es así en situaciones cuando se da el fraude, sin más. La diversidad humana es tal que hace que nunca haya tal porcentaje de cuasi-unanimidades, salvo por esa causa, fraude.

En el mismo país, en la misma zona, en la misma tribu, bajo las mismas presiones, se sigue dando una dispersión del voto cuando no se comete fraude que no se da cuando trastea con los resultados, o sea, cuando se comete fraude.


pero aquí estamos en una situación en la que los partidos no separatistas al no reconocer el referéndum habían llamado a no votar y además había un clima de represión e intimidación a la población que había que tener mucho valor y motivación para ir ha votar,

Conozco lo que es tener mucho valor para votar, del de verdad, cuando los taliban te matan por votar o te cortan el dedo marcado con tinta indeleble que te identifica como votante. Lo mismo en Iraq, sólo que te matan otros. Determinación y voluntad de votar cuando se suprime TODO el tráfico rodado en un país para evitar coches-bomba y la gente caminó km y km para votar en Iraq. Y votaron, y bajo esas presiones hubo zonas de fraude y zonas de no fraude, que se auditaron y se sabe (las auditó la ONU).

Supongo que en Cataluña habrá habido zonas de no fraude junto con las de fraude masivo, pero no se sabrá nunca, salvo que se audite el pifostio, que no creo que se haga.


ósea que si , las cifras me parecen justas y creíbles

Es una cuestión de fe pues. Eso ya escapa al argumento de la razón, porque nunca se sabrá cuantos votaron, al no poder contrastar contra listas de votantes que ni se imprimieron. Ni se sabe cuantos votaron ni lo que votaron realmente.
Pues entonces que el gobierno acepte un referéndum pactado y así saldremos de dudas . Personalmente tengo la certeza de que ganarían los independentistas
 
¿Por qué la independencia de Cataluña es inevitable?
......
Lo que es cierto, sin embargo, es que la convivencia bajo un mismo techo de tan diferentes maneras de entender la vida nunca será fácil. Nunca.

Y no descubro nada si afirmo con rotundidad que Cataluña es un territorio progresista, mientras que España es claramente conservadora.

¿Es mejor Cataluña que España por ser progresista? No. Tampoco al revés. Pero es obvio que las diferencias de pensamiento a veces resultan insalvables para convivir juntos.

Ahora mismo, la base troncal del conflicto catalán es la celebración del referéndum el próximo 1 de octubre. Y aquí se ve reflejado la gran diferencia de pensamiento.

En España se aduce que el referéndum es ilegal porque la Constitución así lo dice. Es la prueba más fehaciente del conservadurismo. Hay unas reglas escritas que hay que seguir, y el comportamiento de los individuos se ha de adaptar a lo que dice la Constitución, como si los tratados que se firmaron en el 78 fueran textos sagrados bajados directamente del monte Sinaí.

En cambio, en Cataluña el apoyo a un referéndum de autodeterminación es del 80%, porque un progresista siempre estará de acuerdo en reescribir las leyes en el caso de que sea necesario.

El choque entre Cataluña y España es el choque entre el conservadurismo y el progresismo. Es la lucha entre el que no quiere cambiar nada contra el que quiere reformarlo todo. Es el conflicto permanente entre el que quiere conservar lo que tiene, y el que quiere cambiarlo todo para progresar.

España es un estado conservador y centralista en el que no caben las ansias de progreso de un pueblo como el catalán, por eso los diferentes intentos para conseguir el ansiado encaje de Cataluña en España han fracasado.


Porque para un conservador, es muy difícil aceptar que las reglas del juego pueden cambiar y verdades irrefutables como pueden ser la Constitución, las tradiciones y las leyes no escritas puedan ser sustituidas creando un nuevo orden en el que conceptos que creían inamovibles pasan a ser obsoletos.

Y paralelamente, para un progresista es muy difícil aceptar que existe una barrera que no se puede rebasar, que hay leyes que no se pueden cambiar, que hay lugares por los que no se puede pasar.

La independencia de Cataluña es inevitable, porque no pueden convivir dos mentalidades tan diferentes a no ser que una de las dos quiera cambiar.

Y en este punto, veo improbable un cambio importante en cualquiera de las dos partes.

Porque creo que es inviable un cambio profundo en España. Dudo que algún día modifique su Constitución para que los catalanes puedan votar. Que se convierta en República, renunciando a la monarquía. Que desestime tradiciones como los toros, ya abolidos en Cataluña. Que acepte que Barcelona es mucho más internacional que Madrid y que, por ejemplo, el Prat pase a ser el aeropuerto principal de España. Que se convierta en un estado federal donde cada región se autodetermine. Que abandone el centralismo, el conservadurismo, el tradicionalismo.

Y paralelamente, no veo a los catalanes resignándose a no poder votar cosas que les afectan directamente. Renunciar a ser una república. A acatar que Barcelona nunca superará a Madrid por limitaciones impuestas por una estructura de estado inflexible, jacobina e inamovible. No veo a los catalanes resignándose a toparse continuamente con una muralla que frene su progresismo, su emprendeduría innata, sus ganas de avanzar. No imagino a Cataluña aceptar el lastre de formar parte de un estado cuya estructura definida siempre la relegará a una segunda posición porque el modelo de estado prioriza una centralidad establecida hace ya muchos años.

Es lícito, legítimo y aceptable montar un estado pensando que la centralidad es un buen sistema para el bien común del mismo estado. Pero también es lícito, legítimo y aceptable no querer formar parte de ese estado si tu crees que esa centralidad ahoga los anhelos de progreso de tu territorio.

Cataluña y España ya no caminarán juntos de la mano, porque van a lugares diferentes.

Si hay una razón por la que a día de hoy el independentismo no es mayoritario en Cataluña, es porque todavía hay mucha gente con lazos emocionales y afectivos a España. Queda aún mucha población con vínculos muy latentes, producto de ser aun descendientes de la masiva inmigración andaluza y murciana de los años 60 y 70 (entre los que se encuentra mi familia por parte de madre).

A medida que se disipe el poso español en las familias venideras, el abrazo al independentismo será mayoritario. Hay
estudios estadísticos que sitúan en un 90% a los favorables a la independencia en aquellos que tienen padres y abuelos nacidos en Cataluña. Por contra, apenas se llega al 20% en aquellos en que ninguno de sus descendientes ha nacido en tierras catalanas. La demografía, irrefutable en su cometido, será la que haga pasar de un 50% de favorables al independentismo a instaurar una mayoría holgada.

Por eso nunca he entendido que España no haya permitido un referéndum en Cataluña en los últimos 10 años, cuando la victoria estaba asegurada, y tampoco nunca entenderé a los gobernantes de Cataluña, con una prisa incomprensible por realizar un referéndum cuanto antes, sabiendo que esperar apenas unos 10-15 años es asegurarse una victoria clara en las urnas.

Ya no tiene sentido preguntarse si Cataluña será independiente o no. Es obvio que tarde o temprano será un nuevo estado, cuando se desvanezca el sentimiento de fuerte españolidad que tienen aún los que nacieron fuera de Cataluña y sus respectivos hijos. Será entonces, cuando la emoción quede a un margen, cuando ya será imposible defender que un territorio tan progresista como Cataluña continúe enconsertado en una estructura tan conservadora como el Estado español.

Ahora que ya no hace falta preguntarse si Cataluña será independiente o no, otras preguntas ocupan el interés de muchos. Las preguntas que ahora debemos hacernos son el 'cómo', el 'cuándo' y 'en qué condiciones'.
A las tres preguntas tengo mis preferencias, mis deseos que espero se conviertan en realidad.

En cuanto al 'cómo', desearía con todas mis fuerzas que fuera un proceso 100% pacífico. Porque la independencia de Cataluña no merece ni una sola gota de sangre derramada. La unidad de España tampoco.

En cuanto a 'qué condiciones', también tengo un anhelo: me gustaría que Cataluña y España conservaran una relación estrecha y fraternal. Porque España es un país increíble, con gente espléndida, con una cultura extraordinaria y con miles de cosas que nos unen. Cataluña y España no ha sido un buen matrimonio, pero podemos ser unos estupendos hermanos.

Y también a la pregunta del 'cuándo' tengo clara mi respuesta: lo suficientemente pronto como para que mi padre pueda verlo.



http://xavimolins.com/Politica/independencia-inevitable-de-cataluna
 
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