Boyer y Preysler. Batalla judicial de los hijos contra Preysler por la herencia.

La verdad que la supuesta denuncia de los hijos ,si no ha sido producto de un momento de rabia, pues tiene que tener una base y poder probar que lo que dicen tiene fundamento, a base de mucha documentación y mucho papeleo. Es tedioso pero si es verdad lo que denuncian, a pesar del tiempo que tomaría la investigación podrían salir reivindicados.
Si es una acusación falsa pues tendrá sus consecuencias legales.

El pez muere por la boca. Casi siempre.
 
Hay tema.
En tv13 van a charlar sobre el testamento.
Miguel Boyer al parecer hizo varios, no se si han dicho 4.
Y
Lo
Interesante,
Es,
Que el ultimo que hizo fue ya tras el ictus.
Y
Resulta que, , , este,
...........favorece a la china
Y
Perjudica a los hijos....
No me quedo a verlo.
No se si ha salido en otros medios.
 
El ex ministro socialista sufrió en febrero de 2012 un ictus que le obligó a permanecer ingresado durante casi dos meses en la clínica Ruber de Madrid. Esta enfermedad hizo que retomara el contacto con los hijos de su primer matrimonio, cuya relación se había enfriado extraordinariamente desde su divorcio con Elena Arnedo.

Apenas tres meses después de ser dado de alta, el notario Luis Enrique García Labajose desplazó hasta la mansión familiar de Puerta de Hierro para que Miguel Boyer firmara sus últimas voluntades, en las que modificaba el las condiciones del testamento que había dictado más de una década antes.

Pero, según han explicado fuentes de la familia, desde que salió del hospital Miguel Boyer no era el mismo. Nunca llegó a recuperarse por completo de las secuelas de la enfermedad: durante sus dos últimos años de vida se produjo un rápido deterioro, físico y mental, de su salud.

http://okdiario.com/investigacion/2...er-no-dejo-casi-nada-sus-hijos-mayores-274798
 
https://www.google.es/amp/s/amp.elmundo.es/loc/2016/08/06/57a4840822601dc22a8b466b.html


Ya hay fecha para el reparto de la herencia de Miguel Boyer

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Los hijos de Boyer, en una imagen de archivo.

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    • E.V.
ACTUALIZADO 06/08/2016 09:51
Ya hay fecha para el reparto de la polémica herencia de Miguel Boyer. Al menos así lo asegura Agustín, hermano del ex ministro socialista fallecido en 2014, en conversación con LOC. El segundo de los Boyer Salvador no ha vivido en primera línea la guerra por el testamento de su hermano mayor entre la viuda, Isabel Preysler, y los hijos de éste con Elena Arnedo, Miguel Junior y Laura. Desde hace años, Agustín, reputado pintor, reside en Montuiri, Mallorca, alejado del mundal ruido. Desde allí nos atiende. "Ya está todo inventariado y dispuesto para ser repartido. Mi hermano Christian procederá a la entrega después del verano. Ahora están todos de vacaciones", dice.

Una liturgia que parece que congregará a los herederos del fallecido, pero en el que habrá notables ausencias. "Yo no estaré", espeta Agustín. "No creo que me haya dejado nada". Y, ¿no echa en falta un recuerdo de su hermano? ¿Un pequeño detalle? ¿Un libro?. ¡Yo ya tengo muchos libros". El responsable de enumerar los bienes en calidad de contador-partidor ha sido Christian, el hermano pequeño de los Boyer. Su hermano Miguel le declaró albacea en su testamento, aunque la tardanza en ejecutar su responsabilidad despertó ciertas suspicacias en los hijos mayores del finado, quien hasta la fecha no habían recibido nada, ni tan siquiera información. "Era un hombre que lo tenía todo muy claro. Miguel era muy meticuloso", apostilla Agustín. Christian es pintor y escenógrafo.
Pero, ¿cuán vasto es el patrimonio legado por el ex titular de Economía? "Es cierto que Miguel tenía una biblioteca buena, aunque un poco especial. No le gustaban mucho las novelas; él solía coleccionar libros sobre física nuclear, una de sus grandes pasiones. También solía pujar por ejemplares únicos y tenía obras de nuestro bisabuelo, Amós Salvador, sobrino de Sagasta, miembro del Partido Liberal y cuatro veces ministro".
Otro de los asuntos polémicos en la división entre los beneficiarios ha sido la colección de arte de Boyer. "Tampoco tiene mucho. Un busto de Benlliure de nuestro bisabuelo Amós y un cuadro de mi madre, Carlota Salvador Sáinz de Vicuña, y su hermana que pintó Fernando Álvarez de Sotomayor, quien fuera también director del Museo del Prado". ¿Y un Sorolla? "Se ha publicado que Miguel tenía un Sorolla, pero no es cierto. El Sorolla lo tengo yo aquí en mi casa, porque me correspondió cuando repartimos la herencia de mi padre".
Sin duda, el caso más controvertido es el de 'Villa Meona', como es conocido el domicilio conyugal de Preysler y Boyer en Puerta de Hierro. El ex ministro compró la parcela de 5.045 metros cuadrados sobre la que se construyó esta casa al empresario Fernando Fernández Tapias por unos 90 millones de pesetas (541.000 euros), que obtuvo de la venta de un piso que tenía en la calle Velázquez de Madrid. En cambio, en el registro de la propiedad de la citada residencia de la pareja sólo aparecería el nombre de Isabel Preysler Arrastia. ¿Algo más que engrose la herencia? "El dinero que tenía. Mi hermano se llevó una millonaria indemnización tras su salida de FCC. No sé si invertía o tenía acciones".
Opina sobre su ex cuñada
La muerte de Miguel Boyer terminó de dinamitar algunas relaciones familiares ya deterioradas. Aunque Agustín Boyer deja claro a lo largo de la conversación la buena sintonía que aparentemente tiene con todos los miembros de su familia, no puede disimular su inexistente comunicación con su sobrina Ana Boyer y la madre de ésta, Isabel Preysler. "Me llevo bien con todos. A Ana es a la que menos veo. Hace muchos años. Quizá desde su Primera Comunión, pero estudió con mi nieta mayor, así que sé que ellas se llevan bien. Y a Isabel la última vez que la vi fue antes de morir mi hermano". Agustín se ha pronunciado sobre el noviazgo de su cuñada con el Nobel Mario Vargas Llosa. "No me parece muy allá, aunque estamos en el siglo XXI y soy consciente de ello. A él no le conozco, sólo por sus novelas. Eso sí, es un poco mayor y le veo muy colorado. Sin duda, Isabel ha ido a peor". A la vista está que a Agustín Boyer no le va el almíbar que usan en ciertas revistas del corazón.
 
Más de dos años después de su fallecimiento, el testamento de Miguel Boyer continúa bloqueado por Isabel Preysler y su albacea, Christian Boyer Salvador






A pesar de lo comunicado públicamente hace unos meses por Isabel Preysler de que el testamento del que fuera su tercer marido, Miguel Boyer Salvador, se resolvería en breve para que no hubiera ningún problema más con los hijos habidos por Boyerdurante su primer matrimonio con la ginecóloga Elena Arnedo (Laura y Miguel Boyer Arnedo), a día de hoy, transcurridos ya más de dos años desde que el ex ministro socialista de Economía falleciera, sigue sin repartirse su herencia entre sus herederos.

Según ha comunicado a Extraconfidencial.com el propio Miguel Boyer Arrendó: “Todo sigue estancado. No ha habido movimiento alguno, que yo sepa. Nada ha evolucionado, en absoluto. Seguimos igual”. Pero para que este bloqueo del reparto del testamento continúe, Isabel Preysler cuenta con el apoyo de su albacea, Christian Boyer Salvador, el hermano menor de Miguel Boyer. Christian es el cuarto varón de la saga Boyer, al que, por su aparente seriedad, el marido de Isabel Preysler hizo responsable para el reparto equitativo de sus bienes. El ex ministro, meses antes de su muerte el 29 de septiembre de 2014, decidió nombrarle albacea de su herencia.

No acciones judiciales, “por el momento”
Por el momento, Laura y Miguel, los hijos del primer matrimonio de Miguel Boyer, no iniciarán acciones jurídicas contra Isabel Preysler, tal y como explica a nuestro periódico el propio Miguel Boyer Arnedo: “No tenemos previsto por el momento ejecutar ninguna acción”. Así, aunque en un principio se había pensado en solicitar el estado de las cuentas bancarias de Miguel Boyer antes de su muerte, según cuenta su hijo, “no hemos pensado en solicitarlas de entrada”.

Según relató Laura Boyer al Jefe de Investigaciónde Extraconfidencial.com, Juan Luis Galiacho, tras la publicación de su libro “Isabel y Miguel” (editado por la Esfera de los Libros), al morir su padre encontraron que las cuentas bancarias estaban vacías y que no había un solo euro en ellas, a pesar de los millonarios sueldos que percibió en vida el ex ministro de Economía. Según contó Isabel Preysler a los hijos de Boyer, todo se lo había gastado, en teoría, en el tratamiento que Boyer tenía que realizar cada día tras sufrir el ictus cerebral que le ocasionó finalmente la muerte.

Según la carta que envió a la redacción de Extraconfidencial.com el abogado de Isabel Preysler, Javier Ruiz Paredes, “las cuentas bancarias de D. Miguel Boyer Salvador eran manejadas solamente por él y por su asistente personal, la Sra. Escacena de la Torre, persona de su absoluta confianza quién, seguramente, habrá facilitado a todos los hijos del Sr. Boyer, o a sus asesores legales, los movimientos de tales cuentas, especialmente los habidos después de que aquel sufriera el grave ictus cerebral y que, sin duda, habrán sido aplicados a su rehabilitación. Mi clienta, Sra. Preysler, no solo no ha dispuesto de los saldos bancarios de su esposo, sino que ha sido ella quien de su propio patrimonio personal se ha visto en la necesidad de realizar ingresos en las cuentas del Sr. Boyer para atender los muy costosos gastos derivados de la enfermedad y rehabilitación”.

La legislación ampara la petición de las cuentas bancarias de Boyer
La legislación vigente ampara a los hijos del primer matrimonio de Miguel Boyer para solicitar por vía judicial el movimiento de las cuentas bancarias de su padre antes de su fallecimiento. Bien es verdad, que se trata de una información muy delicada y muy susceptible, ya que ésta contiene números de cuentas y demás productos bancarios con sus respectivos saldos y movimientos. Pero la Ley se lo permite a los hijos en un litigio con su ex madrastra, como Isabel Preysler.

Así, una situación similar se ha vivido por parte de una lectora de Extraconfidencial.com que se ha puesto en contacto con nuestro periódico:

”Buenos días Sr. Galiacho. Le escribí motivada por un artículo que usted escribió sobre el asunto de la herencia del Sr Miguel Boyer. En el articulo se hacia el comentario sobre que se habían dejado presuntamente las cuentas del Sr Boyer a cero. Pensé que la solución al problema para los Sres Boyer Arnedo hijos del Sr Miguel Boyer y la Sra Arnedo era que conocieran mi sentencia firme en la cual se obliga a un Banco a dar los movimientos de los últimos 20 años de vida de mi padre hasta que falleciera. Son los últimos 20 años anteriores, los movimientos que concede la Juez al fallecimiento de mi padre porque según argumenta: es el año en que se casó mi padre con su segunda esposa y así para que yo conozca bien los bienes que eran supuestamente privativos de mi padre. Según el argumento de la sentencia era porque era el tiempo que llevaba casado mi padre con su segunda esposa. Aunque yo fui la única que demande a la entidad Bancaria y soy la que actuó de forma individual contra la entidad bancaria. Somos tres hermanos los herederos Universales y la viuda de mi padre que no es mi madre. Me encantaría ayudar a los hijos del Sr Boyer que tuvo de su primer matrimonio porque considero son los perjudicados en este asunto. El caso de mi padre es muy parecido al de Miguel Boyer padre. Pero con la salvedad que no son ni parecidas las connotaciones sociales, quiero que transmita de mi parte a los Sres Boyer Arnedo que la sentencia existe”.

Dicha sentencia, que obra en poder de Extraconfidencial.com, no será publicada ya que contiene información confidencial y particular que podría dañar a las personas que aparecen involucradas en este proceso judicial.

Varios meses de silencio para un posible acuerdo
La guerra entre Laura y Miguel Boyer Arnedo y la segunda mujer de su padre, Isabel Preysler Arrastia, lleva ya varios meses soterradamente en silencio, con el fin de llegar a un acuerdo que parece que no se alcanza nunca. Fue prácticamente a los pocos meses de la muerte de Miguel Boyer, el 29 de septiembre de 2014, cuando comenzó la guerra por la testamentaría del superministro de Economía de Felipe González. En este tiempo han sido varias las reuniones mantenidas por Laura y Miguel con su madrastra, Isabel Preysler, para alcanzar un acuerdo de cómo repartir la herencia dejada por su padre, sin fructificar ninguna. Reuniones algunas donde acababan sin hablarse, sobre todo con Miguel, el varón, que nunca ha tenido a bien la figura de Isabel Preysler, a la que culpa de interferir en sus vidas. Encuentros a los que Miguel llegaba en su destartalado coche, cosa que no gustaba a la filipina.

Joyas, libros y cuadros en poder de Isabel
Según contó Laura Boyer a nuestro Jefe de Investigación, Isabel Preysler mantiene en su poder valiosos enseres y joyas de la madre de Miguel Boyer, Carlota Salvador, así como la excelsa colección de libros que el ex ministro de Economía tenía en la mansión de Puerta de Hierro, conocida como Villa Meona por su cantidad de cuartos de baño, así como distintas obras de arte, que la filipina todavía disfruta. Solo basta con ver las fotografías publicadas acerca de la biblioteca que poseía Miguel Boyer en Puerta de Hierro para determinar el volumen y el valor de los libros. Boyer disponía de una magnífica Biblioteca (de 65 metros cuadrados), repleta de libros de física, filosofía de la ciencia, historia antigua y biografías de todos los presidentes americanos, por los que sentía verdadera curiosidad.

También procedente del legado familiar, por parte de la familia materna, Boyer tenía numerosas obras de arte. La propia Isabel Preysler se ha fotografiado en varias ocasiones ante los cuadros que su marido tenía en esas paredes de la vivienda de Puerta de Hierro, como la pintura de Álvarez de Sotomayor, en el que aparece la madre de Miguel, Carlota Salvador Saínz de Vicuña Camino.

Esculturas y enseres de la madre de Boyer
Así mismo, Laura Boyer contó a este periodista que entre ellas figuraban mantelerías, juegos de cubertería, y todo tipo de enseres de valor histórico de Carlota Salvador, además de una importante obra del escultor Mariano Benlliure. Se trata de un busto -no de su abuelo, como se ha publicado-, sino del bisabuelo de Miguel Boyer, Amós Salvador, que era un personaje muy estimado en su tierra natal Logroño, donde adquirió la condecoración de hijo predilecto en 1888, al dejar en su ciudad multitud de obras públicas y donde adquirió la condición de diputado a Cortes y senador vitalicio. Ocupó la cartera ministerial de varios departamentos durante seis ocasiones, bajo los Gobiernos de Sagasta, Moret, Canalejas y Romanones. Por ejemplo, las de Agricultura, Fomento, Instrucción Pública y Bellas Artes, y en dos ocasiones la de Hacienda (1884 y 1905-1906), una cartera que luego con el paso de los años volvería a ocupar su biznieto Miguel.

La mansión de Puerta de Hierro es sólo de Isabel
Hoy, transcurridos ya más de dos años desde la muerte de Miguel Boyer, no hay todavía un inventario final y global de los bienes del fallecido. Nada se ha materializado, ni nada se ha repartido, según ha confirmado Miguel Boyer Arnedo a Extraconfidencial.com.

En ningún momento de las negociaciones se ha hablado del reparto de la mansión de Puerta de Hierro, a pesar de lo que se ha publicado, ya que esa propiedad inmobiliaria pertenece únicamente a Isabel Preysler. Como ha publicado este periódico, la propiedad de Puerta de Hierro figura registrada a nombre de Isabel Preysler. Y Miguel Boyer nunca ha figurado como propietario de heredad alguna en el Registro de la Propiedad. Además, como el matrimonio tenía separación de bienes no hubo que hacer ninguna liquidación de gananciales.

Once meses para dilatar aún más la repartición de la herencia
Según comunicó el abogado de Isabel Preysler, Javier Ruiz Paredes, a nuestro periódico, “todos los trámites para el inventario, evaluación y partición de la herencia del Sr. Boyerestán siendo realizados por el Albacea, Contador y Partidor designado en su testamento [Christian Boyer], ya que esa fue la voluntad del esposo de mi cliente. Los hijos del Sr. Boyer han tenido siempre las puertas abiertas para comprobar y examinar los bienes de su padre y así lo han realizado, incluso acompañados de abogados y técnicos expertos”.

Un albacea que dispone legalmente de 60 meses desde la muerte de Boyer para realizar todos los trámites y que ya ha consumido, por el momento, más de 49 meses en ello. Aún le quedan todavía casi 11 meses legales de silencio. Casi un año más para dilatar la repartición. Y es que el tío Christian aún no ha realizado el inventario final. Por tanto, no se ha producido ni siquiera el segundo paso: contratar a técnicos expertos para que valoren los bienes, ya sean propiedades, antigüedades, objetos personales y hasta libros. Hoy, un patrimonio todavía en poder y disfrute de la actual compañera sentimental del Nóbel de Literatura, Mario Vargas Llosa.

Ahora la cuestión es el por qué el albacea quiere apurar esos 60 meses de que dispone para hacer el reparto de los bienes de Boyer. Todo parece señalar que esto beneficia a Isabel Preysler. Y la pregunta es por qué esta ralentización del reparto de unos bienes que no son muy numerosos, aunque sí valiosos: libros, joyas, enseres, obras de arte… ¿Y qué ha pasado, de verdad, con las cuentas bancarias de Boyer?
 
El Mundo Orbyt.

LAURAMIGUELANA LOS HEREDEROS DE MIGUEL BOYER DEBEN DINERO A ISABEL PREYSLER

04/03/2017

ISABEL, AJENA A LA HERENCIA DE MIGUEL BOYER
Christian Boyer, albacea del ex ministro, ha terminado el informe de reparto de la herencia. Apenas hay bienes para dividir. A Miguel Jr. le tocan tres coches viejos, a Laura, la escultura de Benlliure. La biblioteca del economista queda en usufructo para Isabel. Además, los hijos tienen que pagar gastos del entierro a Preysler. POR MARÍA EUGENIA YAGÜE

HACE POCO MÁS DE UNA SEMANA, LOS tres hijos de Miguel Boyer, Laura (51), Miguel (49) y Ana (28), recibían un escrito remitido por su tío Christian Boyer en el que detallaba sus conclusiones sobre el reparto de la herencia de su hermano.

Dos años antes de su muerte, en el último de los cuatro testamentos dictados por el ex ministro de Economía de Felipe González, Boyer designaba a su hermano menor Christian como albacea o contador–partidor de sus bienes.

El notario Luis Enrique García Labajo acudió a la casa de los Boyer–Preysler en Puerta de Hierro, el 24 de julio de 2012. Miguel Boyer padecía todavía las secuelas del ictus que había sufrido el 27 de febrero de 2012. Hablaba con mucha dificultad y no podía escribir. Algunos de sus familiares aseguran que sólo pudo estampar una cruz al pie del documento a modo de firma, pero el notario constató que sus facultades mentales estaban bien.

En estas últimas voluntades, Miguel Boyer decidía –sin especificar bienes concretos–, que sus tres hijos heredarían a partes iguales. En el tercio de libre disposición, el documento mejoraba las condiciones de su esposa, Isabel Preysler (66). La certeza de los hijos de que su padre no tenía bienes que dejarles, se ha confirmado. Miguel, Laura y Ana Boyer sólo reciben como legado deudas y gastos que algunos prefieren no asumir. En la familia aseguran que Laura Boyer podría incluso renunciar a la herencia.

Los bienes a repartir son pocos. Miguel, el mayor, recibe los tres automóviles de su padre, uno de ellos marca Audi con unos cuantos años encima, de poco valor en el mercado y caros de mantener. También unos libros de la extensa biblioteca de su padre, de unos 6.000 volúmenes. Los demás libros podrían ir a una fundación que llevaría el nombre de Miguel Boyer. Una idea, la de esta fundación, que nunca han compartido y que fue otro de los desacuerdos que mantuvieron con la esposa y el albacea de su padre. Otros libros que pudieran corresponderles no podrán heredarlos hasta que falte Isabel Preysler, ya que la viuda de Boyer ha sido mejorada por su marido en el tercio de libre disposición y tiene el usufructo de algunos de los bienes.

El objeto más valioso tangible que figura en el documento del albacea es una escultura de Mariano Benlliure que le correspondería a Laura. Representa a su tatarabuelo Amós Salvador Rodrigáñez, varias veces ministro durante la regencia de la reina María Cristina y en el reinado de Alfonso XIII. La hija mayor recibiría, además, libros, seguramente de Historia o Economía, carreras que los hijos estudiaron siguiendo el ejemplo de su padre.

Por otra parte, los herederos deben abonar a Isabel Preysler gastos diversos derivados de la defunción de su padre, adelantados en su momento por la viuda. Asimismo deben pagar los impuestos de sucesión, que en Madrid son más bajos que en otras comunidades. Haciendo cuentas, prefieren renunciar a esos recuerdos, que por otra parte les entristecen profundamente.

Un cuadro de Fernando Álvarez de Sotomayor, que representa a la madre de Miguel Boyer, Carlota Salvador Sáinz de Vicuña, con su hermana y un perrito, se queda para Isabel Preysler. Los hijos mayores consideran que al ser un bien que el padre heredó de su familia, debería corresponderles pero no ha sido así. Tienen 30 días para aceptar la herencia, pero todo apunta a que no habrá litigio.

Miguel y Laura se sintieron molestos por la decisión de su padre de nombrar a su tío Christian como albacea, dada la amistad del menor de los Boyer y su esposa con Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, a los que frecuentan socialmente. Por otra parte la abogada de Christian Boyer, necesitado de ayuda para su tarea de la partición de los bienes, es Purificación Pujol Capilla, una ex jueza que compartía clases de yoga con Isabel Preysler y acabaron tan buenas amigas que Isabel firmó el prólogo del libro Un divorcio elegante o cómo desenamorarse con estilo, escrito por la abogada Pujol y en cuya presentación estuvo presente Preysler. Los herederos mayores consideraban que esta implicación personal del albacea con una de las partes, le restaba imparcialidad para hacer un inventario equitativo.

A pesar de que en el entierro de Miguel Boyer, sus tres hijos, nietos y su viuda transmitían la imagen de una familia unida por el mismo duelo, enseguida se hicieron patentes las tensiones entre Laura y Miguel Boyer Arnedo, nacidos del primer matrimonio del ex ministro con la doctora Elena Arnedo, con la viuda de su padre.

Miguel jr. manifestó públicamente su asombro al saber por Isabel Preysler que su padre había muerto en números rojos y sin bienes a su nombre. “Según a quién te arrimes te arruina la vida”, declaraba Miguel con amargura al digital OKDiario, añadiendo que su padre era un intelectual y un brillante economista que sin embargo no se había preocupado de administrar su patrimonio.

Un patrimonio que, por otra parte, fuentes de la familia aseguran que había sido considerable. “Los Boyer Salvador heredaron una fortuna en propiedades. Sólo por vender el piso tercero del edificio que tenían en la calle Velázquez, 7, Miguel cobró 90 millones de pesetas (540.000 euros). Él fue quien compró a Fernando Fernández Tapias la finca de Puerta de Hierro y fue él quien pagó la construcción de la casa, valorada hoy en nueve millones de euros, aunque todo lo puso a nombre de Isabel”. Una casa en la que, por cierto, ya está empadronado Mario Vargas Llosa desde que se instaló en la avenida de Miraflores, donde radica la mansión de los Boyer–Preysler.

También, según explicó Isabel a los herederos, era Boyer quien pagaba los cuantiosos gastos de una casa con un enorme jardín, dos piscinas, ocho personas de servicio y los viajes. “Se lo podía permitir, ganaba muchísimo dinero porque estaba muy bien pagado”.

Pero lo cierto es que Miguel Boyer falleció el 29 de septiembre de 2014 con sus cuentas del banco vacías. Isabel Preysler desmintió que hubiera pronunciado la frase “Miguel sólo trajo una maleta”, que le atribuyeron algunos medios cuando se refería al momento en que empezaron a vivir juntos. Sin embargo, confirmó que la estancia en el Hospital Ruber Internacional de su marido y los tratamientos posteriores de rehabilitación que tuvieron que organizar en la propia casa del matrimonio, habían sido tan costosos que habían acabado con los ahorros de Miguel y habían tenido que ser abonados personalmente por su esposa.

No fueron cordiales las primeras visitas de Miguel jr. y su hermana Laura a la casa de Puerta de Hierro para hablar con Isabel y Ana Boyer de los bienes pertenecientes al padre que había que repartir. Los hijos mayores del ex ministro no tenían mucho trato con su padre, un distanciamiento que empezó a partir del momento en que se divorció de Elena Arnedo para casarse con Isabel en 1985. Así lo reconoció Miguel Boyer Arnedo en una entrevista con LOC, cuando dijo: “Mi padre traicionó al PSOE y a su mujer”.

Le veían poco pero, cuando sufrió el derrame cerebral, Laura iba cada día a la clínica y le leía cosas de historia y economía. Y Miguel jr. contaba que un día que le visitó en el Ruber y le llevó a sus nietos, el abuelo se emocionó, aunque apenas podía hablar.

Más tarde, se quejaban de que tenían dificultades para visitarle en casa, algo que Isabel desmintió a través de su abogado, afirmando que “las puertas siempre habían estado abiertas para ellos, incluso cuando fueron a comprobar los bienes de su padre acompañados de sus asesores y hasta hicieron fotografías”. Miguel hijo matizó: “Nunca me han prohibido la entrada pero no me he sentido bienvenido”.

Lo cierto es que, aunque estaba convencido de que su padre había muerto poco menos que en la indigencia, Miguel lamentaba públicamente que no le daban nada suyo cuando sólo pedía algún recuerdo personal que sólo tuviera valor sentimental. “¿Es que mi padre no tenía trajes, corbatas, un reloj, algo que pueda conservar como recuerdo?”, decía.

Con el tiempo, Boyer hijo pidió algunas explicaciones a Isabel en uno de sus escasos encuentros en la casa familiar, porque empezaba a dudar de cómo se habría producido la ruina de su padre, dado que Boyer había sido vicepresidente del Gobierno, ministro de Economía, presidente del Banco Exterior de España, presidente de Cartera Central, la financiera de los Albertos; hombre de confianza de las hermanas Koplowitz y consejero espléndidamente pagado por algunas de las empresas más importantes del momento.

Su hijo reconocía que las cuentas estaban a cero, pero le hubiera gustado ver documentos bancarios con los movimientos y los diferentes gastos producidos hasta dejar dichas cuentas en números rojos.

En una conversación en la casa familiar, hubo incluso un momento de tensión con Ana, su hermana, cuando ella le interrumpió: “Oye, mi madre te está diciendo que…”. Y Miguel le contestó cortante: “No necesito que me traduzcas, sé muy bien lo que me está diciendo tu madre”.

Mientras Miguel hacía declaraciones a la prensa en las que se quejaba de que no iba a pleitear por la herencia y sólo quería algo personal de su padre, como alguno de los 6.000 libros de la biblioteca o cualquier cosa de tipo sentimental, Ana Boyer Preysler apenas se pronunció sobre el legado de su progenitor: “Siempre es una situación desagradable –declaraba en una fiesta la pasada primavera– pero hay que dejar que a uno le afecte sólo hasta cierto punto... Todo está bastante claro, no hay ningún tipo de confusión… Con mis hermanos por parte de padre siempre he tenido muchísima menos relación, pero no es una mala relación”.

No se sabe todavía lo que le puede haber correspondido a la hija menor de Boyer en la herencia del padre, poca cosa sin duda, igual que sus hermanos mayores. Pero, en todo caso, al ser hija de Isabel heredará algún día parte de la mansión de Puerta de Hierro comprada por su padre.

No eran económicos los problemas de los hijos mayores de Boyer cuando reclamaban bienes de su padre, más que nada algún recuerdo sin gran valor material. Laura y Miguel Boyer heredaron de su madre, la ginecóloga Elena Arnedo Soriano, fallecida en 2015, un importante patrimonio inmobiliario por el que mantienen algunas diferencias.

Una de sus abogadas es Elena Zarraluqui, la elegida por Patricia Llosa para tramitar su divorcio de Mario Vargas Llosa. La vida tiene esas coincidencias que parecen sacadas de una novela que firmaría el mismísimo premio Nobel de Literatura.

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    Isabel Preysler ha asistido con tranquilidad al reparto de la herencia de su tercer marido. No sólo porque el albacea es un gran amigo suyo, sino porque vive volcada en su relación con Mario Vargas Llosa. La pareja ha celebrado dos años de amor ajenos a las polémicas que les rodean. La reina de corazones cada día consigue que más gente del entorno del premio nobel acepte su noviazgo, mientras espera con paciencia que lo hagan Gonzalo y Morgana, los dos hijos de Vargas Llosa que siguen sin tener contacto con él.

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El Mundo Orbyt.

LAURAMIGUELANA LOS HEREDEROS DE MIGUEL BOYER DEBEN DINERO A ISABEL PREYSLER

04/03/2017

ISABEL, AJENA A LA HERENCIA DE MIGUEL BOYER
Christian Boyer, albacea del ex ministro, ha terminado el informe de reparto de la herencia. Apenas hay bienes para dividir. A Miguel Jr. le tocan tres coches viejos, a Laura, la escultura de Benlliure. La biblioteca del economista queda en usufructo para Isabel. Además, los hijos tienen que pagar gastos del entierro a Preysler. POR MARÍA EUGENIA YAGÜE

HACE POCO MÁS DE UNA SEMANA, LOS tres hijos de Miguel Boyer, Laura (51), Miguel (49) y Ana (28), recibían un escrito remitido por su tío Christian Boyer en el que detallaba sus conclusiones sobre el reparto de la herencia de su hermano.

Dos años antes de su muerte, en el último de los cuatro testamentos dictados por el ex ministro de Economía de Felipe González, Boyer designaba a su hermano menor Christian como albacea o contador–partidor de sus bienes.

El notario Luis Enrique García Labajo acudió a la casa de los Boyer–Preysler en Puerta de Hierro, el 24 de julio de 2012. Miguel Boyer padecía todavía las secuelas del ictus que había sufrido el 27 de febrero de 2012. Hablaba con mucha dificultad y no podía escribir. Algunos de sus familiares aseguran que sólo pudo estampar una cruz al pie del documento a modo de firma, pero el notario constató que sus facultades mentales estaban bien.

En estas últimas voluntades, Miguel Boyer decidía –sin especificar bienes concretos–, que sus tres hijos heredarían a partes iguales. En el tercio de libre disposición, el documento mejoraba las condiciones de su esposa, Isabel Preysler (66). La certeza de los hijos de que su padre no tenía bienes que dejarles, se ha confirmado. Miguel, Laura y Ana Boyer sólo reciben como legado deudas y gastos que algunos prefieren no asumir. En la familia aseguran que Laura Boyer podría incluso renunciar a la herencia.

Los bienes a repartir son pocos. Miguel, el mayor, recibe los tres automóviles de su padre, uno de ellos marca Audi con unos cuantos años encima, de poco valor en el mercado y caros de mantener. También unos libros de la extensa biblioteca de su padre, de unos 6.000 volúmenes. Los demás libros podrían ir a una fundación que llevaría el nombre de Miguel Boyer. Una idea, la de esta fundación, que nunca han compartido y que fue otro de los desacuerdos que mantuvieron con la esposa y el albacea de su padre. Otros libros que pudieran corresponderles no podrán heredarlos hasta que falte Isabel Preysler, ya que la viuda de Boyer ha sido mejorada por su marido en el tercio de libre disposición y tiene el usufructo de algunos de los bienes.

El objeto más valioso tangible que figura en el documento del albacea es una escultura de Mariano Benlliure que le correspondería a Laura. Representa a su tatarabuelo Amós Salvador Rodrigáñez, varias veces ministro durante la regencia de la reina María Cristina y en el reinado de Alfonso XIII. La hija mayor recibiría, además, libros, seguramente de Historia o Economía, carreras que los hijos estudiaron siguiendo el ejemplo de su padre.

Por otra parte, los herederos deben abonar a Isabel Preysler gastos diversos derivados de la defunción de su padre, adelantados en su momento por la viuda. Asimismo deben pagar los impuestos de sucesión, que en Madrid son más bajos que en otras comunidades. Haciendo cuentas, prefieren renunciar a esos recuerdos, que por otra parte les entristecen profundamente.

Un cuadro de Fernando Álvarez de Sotomayor, que representa a la madre de Miguel Boyer, Carlota Salvador Sáinz de Vicuña, con su hermana y un perrito, se queda para Isabel Preysler. Los hijos mayores consideran que al ser un bien que el padre heredó de su familia, debería corresponderles pero no ha sido así. Tienen 30 días para aceptar la herencia, pero todo apunta a que no habrá litigio.

Miguel y Laura se sintieron molestos por la decisión de su padre de nombrar a su tío Christian como albacea, dada la amistad del menor de los Boyer y su esposa con Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa, a los que frecuentan socialmente. Por otra parte la abogada de Christian Boyer, necesitado de ayuda para su tarea de la partición de los bienes, es Purificación Pujol Capilla, una ex jueza que compartía clases de yoga con Isabel Preysler y acabaron tan buenas amigas que Isabel firmó el prólogo del libro Un divorcio elegante o cómo desenamorarse con estilo, escrito por la abogada Pujol y en cuya presentación estuvo presente Preysler. Los herederos mayores consideraban que esta implicación personal del albacea con una de las partes, le restaba imparcialidad para hacer un inventario equitativo.

A pesar de que en el entierro de Miguel Boyer, sus tres hijos, nietos y su viuda transmitían la imagen de una familia unida por el mismo duelo, enseguida se hicieron patentes las tensiones entre Laura y Miguel Boyer Arnedo, nacidos del primer matrimonio del ex ministro con la doctora Elena Arnedo, con la viuda de su padre.

Miguel jr. manifestó públicamente su asombro al saber por Isabel Preysler que su padre había muerto en números rojos y sin bienes a su nombre. “Según a quién te arrimes te arruina la vida”, declaraba Miguel con amargura al digital OKDiario, añadiendo que su padre era un intelectual y un brillante economista que sin embargo no se había preocupado de administrar su patrimonio.

Un patrimonio que, por otra parte, fuentes de la familia aseguran que había sido considerable. “Los Boyer Salvador heredaron una fortuna en propiedades. Sólo por vender el piso tercero del edificio que tenían en la calle Velázquez, 7, Miguel cobró 90 millones de pesetas (540.000 euros). Él fue quien compró a Fernando Fernández Tapias la finca de Puerta de Hierro y fue él quien pagó la construcción de la casa, valorada hoy en nueve millones de euros, aunque todo lo puso a nombre de Isabel”. Una casa en la que, por cierto, ya está empadronado Mario Vargas Llosa desde que se instaló en la avenida de Miraflores, donde radica la mansión de los Boyer–Preysler.

También, según explicó Isabel a los herederos, era Boyer quien pagaba los cuantiosos gastos de una casa con un enorme jardín, dos piscinas, ocho personas de servicio y los viajes. “Se lo podía permitir, ganaba muchísimo dinero porque estaba muy bien pagado”.

Pero lo cierto es que Miguel Boyer falleció el 29 de septiembre de 2014 con sus cuentas del banco vacías. Isabel Preysler desmintió que hubiera pronunciado la frase “Miguel sólo trajo una maleta”, que le atribuyeron algunos medios cuando se refería al momento en que empezaron a vivir juntos. Sin embargo, confirmó que la estancia en el Hospital Ruber Internacional de su marido y los tratamientos posteriores de rehabilitación que tuvieron que organizar en la propia casa del matrimonio, habían sido tan costosos que habían acabado con los ahorros de Miguel y habían tenido que ser abonados personalmente por su esposa.

No fueron cordiales las primeras visitas de Miguel jr. y su hermana Laura a la casa de Puerta de Hierro para hablar con Isabel y Ana Boyer de los bienes pertenecientes al padre que había que repartir. Los hijos mayores del ex ministro no tenían mucho trato con su padre, un distanciamiento que empezó a partir del momento en que se divorció de Elena Arnedo para casarse con Isabel en 1985. Así lo reconoció Miguel Boyer Arnedo en una entrevista con LOC, cuando dijo: “Mi padre traicionó al PSOE y a su mujer”.

Le veían poco pero, cuando sufrió el derrame cerebral, Laura iba cada día a la clínica y le leía cosas de historia y economía. Y Miguel jr. contaba que un día que le visitó en el Ruber y le llevó a sus nietos, el abuelo se emocionó, aunque apenas podía hablar.

Más tarde, se quejaban de que tenían dificultades para visitarle en casa, algo que Isabel desmintió a través de su abogado, afirmando que “las puertas siempre habían estado abiertas para ellos, incluso cuando fueron a comprobar los bienes de su padre acompañados de sus asesores y hasta hicieron fotografías”. Miguel hijo matizó: “Nunca me han prohibido la entrada pero no me he sentido bienvenido”.

Lo cierto es que, aunque estaba convencido de que su padre había muerto poco menos que en la indigencia, Miguel lamentaba públicamente que no le daban nada suyo cuando sólo pedía algún recuerdo personal que sólo tuviera valor sentimental. “¿Es que mi padre no tenía trajes, corbatas, un reloj, algo que pueda conservar como recuerdo?”, decía.

Con el tiempo, Boyer hijo pidió algunas explicaciones a Isabel en uno de sus escasos encuentros en la casa familiar, porque empezaba a dudar de cómo se habría producido la ruina de su padre, dado que Boyer había sido vicepresidente del Gobierno, ministro de Economía, presidente del Banco Exterior de España, presidente de Cartera Central, la financiera de los Albertos; hombre de confianza de las hermanas Koplowitz y consejero espléndidamente pagado por algunas de las empresas más importantes del momento.

Su hijo reconocía que las cuentas estaban a cero, pero le hubiera gustado ver documentos bancarios con los movimientos y los diferentes gastos producidos hasta dejar dichas cuentas en números rojos.

En una conversación en la casa familiar, hubo incluso un momento de tensión con Ana, su hermana, cuando ella le interrumpió: “Oye, mi madre te está diciendo que…”. Y Miguel le contestó cortante: “No necesito que me traduzcas, sé muy bien lo que me está diciendo tu madre”.

Mientras Miguel hacía declaraciones a la prensa en las que se quejaba de que no iba a pleitear por la herencia y sólo quería algo personal de su padre, como alguno de los 6.000 libros de la biblioteca o cualquier cosa de tipo sentimental, Ana Boyer Preysler apenas se pronunció sobre el legado de su progenitor: “Siempre es una situación desagradable –declaraba en una fiesta la pasada primavera– pero hay que dejar que a uno le afecte sólo hasta cierto punto... Todo está bastante claro, no hay ningún tipo de confusión… Con mis hermanos por parte de padre siempre he tenido muchísima menos relación, pero no es una mala relación”.

No se sabe todavía lo que le puede haber correspondido a la hija menor de Boyer en la herencia del padre, poca cosa sin duda, igual que sus hermanos mayores. Pero, en todo caso, al ser hija de Isabel heredará algún día parte de la mansión de Puerta de Hierro comprada por su padre.

No eran económicos los problemas de los hijos mayores de Boyer cuando reclamaban bienes de su padre, más que nada algún recuerdo sin gran valor material. Laura y Miguel Boyer heredaron de su madre, la ginecóloga Elena Arnedo Soriano, fallecida en 2015, un importante patrimonio inmobiliario por el que mantienen algunas diferencias.

Una de sus abogadas es Elena Zarraluqui, la elegida por Patricia Llosa para tramitar su divorcio de Mario Vargas Llosa. La vida tiene esas coincidencias que parecen sacadas de una novela que firmaría el mismísimo premio Nobel de Literatura.

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    Isabel Preysler ha asistido con tranquilidad al reparto de la herencia de su tercer marido. No sólo porque el albacea es un gran amigo suyo, sino porque vive volcada en su relación con Mario Vargas Llosa. La pareja ha celebrado dos años de amor ajenos a las polémicas que les rodean. La reina de corazones cada día consigue que más gente del entorno del premio nobel acepte su noviazgo, mientras espera con paciencia que lo hagan Gonzalo y Morgana, los dos hijos de Vargas Llosa que siguen sin tener contacto con él.

    m

Qué lista y manipuladora es
 
Que vigilen los hijos de Vargas LLosa , el dia que fallezca su padre puede ocurrir que reciban como herencia la obligación de tener que pagar una indemnización a Pochabel Nacional de España y de todas las martingalas y convolutos habidos y por haber.
 
eso ya lo saben los hijos de Mario... pero la mitad de todo se lo ha llevado la madre ahora o quizas ma que le habra costado el divorcio...amen de que ya les han comprado casoplones a todos los hijitos y quizas estan pagando universidades (ya ha habido un buen reparto de herencias en vida quiero decir) los derechos de autor son los que pueden salir "volando" jajaja...
 
Tiene el dinero fuera. Los han engañado como a chinos la ídem. Menuda pájara. Y la casa es raro que no le hagan venderla y partir. Se ha comido la legítima. Muy raro todo. El forrado era Miguel.
pero si al "forrado" le da por pagar casas y terrenos a nombre de su nueva mujer... qué puedes decir? nada ... podia haber ido al casino y pulirselo todito...era su dinero y se lo gasto asi... caso tipico de mal padre y de marido que sabe que si no paga no hay "esposa" y le dejan... a Miguel lo pillo el amor y la pasion y cuando se quiso dar cuenta ya estaba todo atado...
 
Me parece perfecto que Patri se haya podido llevar la mitad, le corresponde por haber estado casada con Marito durante 50 años y durante todo este tiempo haber hecho de secretaria, ayuda de cámara y asistente para todo, para que el gran Marito pudiera escribir con tranquilidad y libertad sin que nadie lo molestara.
Ahora bien , Patri seguro dejara en herencia a sus hijos lo que le salga del bolo, lo que no quita para que Marito NO tenga que dejar herencia a sus hijos , por Ley esta obligado a dejar la legítima a sus hijos.

Los hijos suelen heredar del padre y de la madre, aun sean humildes recuerdos familiares.


Todas las casas de familiares y amigos que yo conozco , suelen tener un objeto de sus antepados, unas sabanas bordadas de la bisabuela, un juego de cafe de porcelana que regalaron a sus abuelos cuando se casaron o los anillos de boda de los abuelos.

Con lo buitre que es Pochabel , esta es capaz de "arreglar" los bienes de Marito para que cuando fallezca sus tres hijos hereden tres pañuelos muy usados del escritor , los gastos de la funeraria y las deudas que tuviera pendientes al momento de fallecer.

Visto lo visto con Boyer en que la legítima para sus hijos son deudas, en el caso de Marito puede repetirse o la misma historia u otra muy parecida.
 
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