Las obsesiones sexuales del primer Borbón

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En su nueva novela, La Corona Maldita, Mari Pau Dominguez narra la vida de un Rey marcado por el s*x*, la muerte y su relación con Isabel de Farnesio, una mujer lujuriosa dispuesta a todo.

Abrumado por el peso de una corona que nunca quiso, Felipe V llegó a la corte española a finales del siglo XVIII con una moral libertina heredada del Versalles que le vio crecer. Nieto de Luis XIV, el Rey Sol, e hijo del Gran Delfín de Francia, fue un "intruso" en la España recta, soberbia y oscurantista de los últimos Austrias.

Descubre la escritora y periodista Mari Pau Domínguez en su última novela histórica, La Corona Maldita, la figura de un monarca "torturado por terribles miedos y fantasmas" y obsesionado con la muerte, el paso del tiempo y el s*x* de manera desmedida. Entregado al placer y con numerosas recaídas en sus enfermedades mentales, que le obsequiaron sobrenombres como El animoso, El melancólico o El Rey Loco; fue su segunda mujer, Isabel de Farnesio, la que llevó sobre sus espaldas durante años el peso de la monarquía en uno de los reinados más largos que ha vivido nuestro país.

Isabel pudo comprobar lo que ya vislumbró durante la noche de bodas en Guadalajara, la afición desmedida de su esposo por el s*x* y sus inusuales destrezas amatorias.
La Corona Maldita indaga en el aspecto personal de esta mujer que "gobernó a su esposo en la cama" y que, desde un segundo plano, introdujo "la concepción moderna del Estado" gracias a que "supo rodearse de muy buenos colaboradores".

La obsesión sexual de Felipe V se convirtió en una patología que influyó en asuntos de Estado. Nunca renunció al coito diario e introdujo en la corte numerosas prácticas sexuales, tales como "el impávido" o la "gallina de vida", que escandalizaron a los más rectos. Hasta tal punto llegó su obsesión que celebró reuniones diplomáticas en sus habitaciones "medio desnudo, sin asear y maloliente".

Una característica, el poco apego a la higiene, por la que también se recuerda a este rey perturbado que creyó sentirse rana y se pasó horas con la boca abierta en los jardines del Alcazar de Sevilla interpretando el papel que le otorgaban sus delirios. Los avances médicos de la época, que bien aparecen reflejados en esta obra, le diagnosticaron un sufrimiento melancólico al que un médico inglés consiguió dar nombre: depresión.

Amante de los relojes por su obsesión con el paso del tiempo. Supo detectar en la época que la escuela inglesa de relojería era mejor que la francesa.
Su obsesión con el paso del tiempo le llevó a crear la Colección Real de relojes más importante de Europa entre las que se encuentra una pieza única que marca el rumbo de la novela y forma parte de su trama de intriga: el reloj de las Cuatro Fachadas; un objeto que curiosamente ocupó un lugar destacado durante años en el despacho del rey Juan Carlos en La Zarzuela.

Mari Pau Domínguez empezó a escribir esta novela dos años antes de que Juan Carlos I abdicara debido a una "intuición periodística" aunque nunca se imaginó que las palabras del rey Felipe V cobraran más relevancia que nunca. El monarca descreído "no tenía claro que la dinastía tuviera continuidad en España" y temió que nunca llegara a reinar un Felipe VI. Sus temores no se cumplieron porque hoy reina otro Felipe "probablemente, el menos Borbón de los Borbones que ha reinado en España", explica la autora.
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Fue una vida muy "edificante" la del primer Borbón que reinó en en España....SI SEÑOR...!!!!

Gran ejemplo para sus sucesores.

Es cierto que...."lo que se hereda no se hurta"...!!!
 
Qué ascendientes tan edificantes, suponiendo que los actuales sean Borbones , algo que Mª Luisa de Parma puso , un poquito, en duda.

M°Luisa de Parma entre otras, mirando su estilo de consorte parecidos haberlos aylos.

María Luisa de Parma ejerció una gran influencia sobre su marido.
De carácter caprichoso, llegó a participar en numerosos episodios por los que fue considerada, ya en su época, una mujer intrigante y, para muchos, depravada.
Sufrió un ostensible deterioro físico por los numerosos embarazos y partos,(actual botox) lo que le dio un semblante poco grato que aumentó su impopularidad. Ella, sin embargo, estaba orgullosa de sus brazos torneados ( me suena) y procuró embellecerse con joyas y costosos vestidos de manga corta(me suena) importados de París, tal como atestiguan diversos retratos de Goya.


Manuel Godoy, presunto amante de María Luisa, valido de la corte.

SU FINAL FUE UN DESTIERRO.
.......
Isabel II de España

"Es put*, pero pía". Palabras reales del papa Pío IX para definir a la que estaba postrada frente a él a la espera de recibir la Rosa de Oro: Isabel II

DESTERRADA

De hecho, cuando pisa España poco antes de morir, reconoce que estaba exiliada por ello. "Me echaron por tener amantes", le dijo al marqués Molins, y recupera la autora, porque sus cuitas amorosas y sexuales eran vox pópuli. Divertían a sus súbditos, protagonizaban las coplillas, la prensa o el célebre libro 'Los Borbones en pelotas', de los hermanos Bécquer, que fue reeditado el año pasado y cuyos dibujos satíricos recreaban coitos de la reina o retrataban al rey consorte con cuernos y como "el rey pajill*ro de la Corte.

......
Y ASI HASTA NUESTROS DÍAS
 
Me refería a esto:

REYES Y REINAS DE ESPAÑA | HISTORIA BORBÓNICA

Maria Luisa de Parma, la impura prost*t*ta
María Luisa había comunicado a su confesor durante el exilio en Francia, Fray Juan de Almaráz “ninguno de mis hijos lo es de Carlos IV y, por consiguiente, la dinastía Borbón se ha extinguido en España”.
 
¿Cuantas reinas putas ha habido en la historia de España? ...hay dos que chirrian mucho ninguna demasiado alejada de nuestros tiempos. 1) Maria Luisa de Parma y 2) Isabel II. ¿conoceis alguna mas?
 
¿Cuantas reinas putas ha habido en la historia de España? ...hay dos que chirrian mucho ninguna demasiado alejada de nuestros tiempos. 1) Maria Luisa de Parma y 2) Isabel II. ¿conoceis alguna mas?

¡Que en el siglo XXI se siga llamando p... a una mujer inculta y sexualmente activa como sus parientes varones por no conformarse con el gay con el que la casaron!
 
Me refería a esto:

REYES Y REINAS DE ESPAÑA | HISTORIA BORBÓNICA

Maria Luisa de Parma, la impura prost*t*ta
María Luisa había comunicado a su confesor durante el exilio en Francia, Fray Juan de Almaráz “ninguno de mis hijos lo es de Carlos IV y, por consiguiente, la dinastía Borbón se ha extinguido en España”.

Su madre, Luisa Isabel de Francia, era hija del rey Luis XV, también era Borbón, y su marido Felipe, duque de Parma, hijo de Felipe V... ¡como no iban sus hijos a ser Borbones si la endogamia familiar hacia ella una Borbon por todos los lados!

Esta anécdota tiene que ser apócrifa, pues es absurdo que ella dijese eso, fuese quien fuese el padre de sus hijos.
 
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Ver el archivo adjunto 433383

En su nueva novela, La Corona Maldita, Mari Pau Dominguez narra la vida de un Rey marcado por el s*x*, la muerte y su relación con Isabel de Farnesio, una mujer lujuriosa dispuesta a todo.

Abrumado por el peso de una corona que nunca quiso, Felipe V llegó a la corte española a finales del siglo XVIII con una moral libertina heredada del Versalles que le vio crecer. Nieto de Luis XIV, el Rey Sol, e hijo del Gran Delfín de Francia, fue un "intruso" en la España recta, soberbia y oscurantista de los últimos Austrias.

Descubre la escritora y periodista Mari Pau Domínguez en su última novela histórica, La Corona Maldita, la figura de un monarca "torturado por terribles miedos y fantasmas" y obsesionado con la muerte, el paso del tiempo y el s*x* de manera desmedida. Entregado al placer y con numerosas recaídas en sus enfermedades mentales, que le obsequiaron sobrenombres como El animoso, El melancólico o El Rey Loco; fue su segunda mujer, Isabel de Farnesio, la que llevó sobre sus espaldas durante años el peso de la monarquía en uno de los reinados más largos que ha vivido nuestro país.

Isabel pudo comprobar lo que ya vislumbró durante la noche de bodas en Guadalajara, la afición desmedida de su esposo por el s*x* y sus inusuales destrezas amatorias.
La Corona Maldita indaga en el aspecto personal de esta mujer que "gobernó a su esposo en la cama" y que, desde un segundo plano, introdujo "la concepción moderna del Estado" gracias a que "supo rodearse de muy buenos colaboradores".

La obsesión sexual de Felipe V se convirtió en una patología que influyó en asuntos de Estado. Nunca renunció al coito diario e introdujo en la corte numerosas prácticas sexuales, tales como "el impávido" o la "gallina de vida", que escandalizaron a los más rectos. Hasta tal punto llegó su obsesión que celebró reuniones diplomáticas en sus habitaciones "medio desnudo, sin asear y maloliente".

Una característica, el poco apego a la higiene, por la que también se recuerda a este rey perturbado que creyó sentirse rana y se pasó horas con la boca abierta en los jardines del Alcazar de Sevilla interpretando el papel que le otorgaban sus delirios. Los avances médicos de la época, que bien aparecen reflejados en esta obra, le diagnosticaron un sufrimiento melancólico al que un médico inglés consiguió dar nombre: depresión.

Amante de los relojes por su obsesión con el paso del tiempo. Supo detectar en la época que la escuela inglesa de relojería era mejor que la francesa.
Su obsesión con el paso del tiempo le llevó a crear la Colección Real de relojes más importante de Europa entre las que se encuentra una pieza única que marca el rumbo de la novela y forma parte de su trama de intriga: el reloj de las Cuatro Fachadas; un objeto que curiosamente ocupó un lugar destacado durante años en el despacho del rey Juan Carlos en La Zarzuela.

Mari Pau Domínguez empezó a escribir esta novela dos años antes de que Juan Carlos I abdicara debido a una "intuición periodística" aunque nunca se imaginó que las palabras del rey Felipe V cobraran más relevancia que nunca. El monarca descreído "no tenía claro que la dinastía tuviera continuidad en España" y temió que nunca llegara a reinar un Felipe VI. Sus temores no se cumplieron porque hoy reina otro Felipe "probablemente, el menos Borbón de los Borbones que ha reinado en España", explica la autora.
Ver el archivo adjunto 433384

No ha descubierto América, esto es archisabido.De todos modos, Felipe V tenia excusa de que tenia graves problemas mentales. ¡Este fué el primer Borbón de España!
 
EL MUNDO

CASA REAL


Las infidelidades y supuestos hijos bastardos de los reyes de España

Los Borbones que fueron y no fueron: una historia de bastardía
  • Alfonso XIII habría saltado la línea natural de descendencia sobre su supuesto hermano ilegítimo, fruto del romance de su padre, Alfonso XII, con la cantante de ópera Elena Sanz
  • Según una confesión de María Luisa de Parma, la esposa de Carlos IV, ninguno de sus hijos eran del legítimo rey
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Alfonso XII, Maria Luisa de Parma, Isabel II, Leandro de Borbón y Alfonso XIII.

JULIO MARTÍN ALARCÓN
Actualizado: 14/01/2015 15:58 horas36
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Alfonso Sanz y Martínez de Arrizala no nació rey aquel 28 de enero de 1880 a pesar de ser el primogénito de Alfonso XII. Otro Alfonso, hijo de María Cristina de Habsburgo, nacido cinco años después que él, le hurtaría el maldito número XIII para suceder a su padre. Así, el abuelo de Don Juan Carlos, Alfonso XIII, habría saltado la línea natural de descendencia sobre su supuesto hermano ilegítimo, fruto del romance de su padre, Alfonso XII, con la cantante de ópera Elena Sanz.

No sería el único hijo que Alfonso XII tuvo fuera del matrimonio. Luego nacerían Fernando Sanz y Martínez de Arrizala (1881-1922), también hijo de la cantante de ópera, y Mercedes Basáñez (1885-1941), hija de la esposa de un diplomático uruguayo en España... Los tres, Fernando, Alfonso y Mercedes, son ilegítimos, supuestos hermanastros de Alfonso XIII, quien también tendría después su propia prole de infantes invisibles.



Alfonso XIII habría tenido dos hijos bastardos, Leandro de Borbón (1929) y a Mª Teresa Ruiz Moragas (1925-1965)
Éste compartió con su padre la pasión por las divas de la escena, como Celia Gámez, con quien se le relacionó. Así, con la actriz Carmen Ruiz Moragas, Alfonso XIII tuvo a Leandro de Borbón (1929), y a María Teresa Ruiz Moragas (1925-1965). En la lista de ilegítimos de Alfonso XIII hay un tercer nombre, Juana Alfonsa de Milán (1916-2005), quien habría sido fruto de los devaneos con su institutriz Beatrice Noon...

Bastardos y más bastardos apartados de la Corte, según el estudio de José María Zavala, Bastardos y Borbones. Los hijos desconocidos de la dinastía (Plaza y Janés, 2011), donde se revela la compleja red de hijos ilegítimos que los Borbones han traído al mundo desde los tiempos de Carlos IV hasta muy entrado el siglo XX.

Una línea dinástica retorcida
Como a su abuelo y a su bisabuelo, la sombra de los ilegítimos no ha perdonado tampoco al rey Juan Carlos, quien se enfrenta ahora a la demanda paternidad planteada por por la ciudadana belga Ingrid Sartiau Jiménez, admitida a trámite por el Pleno de la Sala Civil del Tribunal Supremo que ha rechazado en cambio tramitar la planteada por el catalán Alberto Solá Jiménez .

La pasión y sensualidad de la dinastía de los borbones, abocada a las relaciones extraconyugales, habrían creado una auténtica legión de ilegítimos. De hecho, Alfonso Sanz, podría haber compartido condición nada menos que con su mismo padre, Alfonso XII, de quien los historiadores dudan que fuera hijo del rey consorte y esposo de Isabel II, Francisco de Asís.

Pero no siempre han sido ellos los responsables del nacimiento de un ilegítimo. María Luisa de Parma, María Cristina de dos Sicilias e Isabel II, bisabuela, abuela y madre de Alfonso XII respectivamente, compartieron lecho las tres con guardias de Corps y oficiales cercanos a la corte. Manuel Godoy, Agustín Fernando Muñoz y Enrique Puigmoltó son algunos de los reconocidos amantes de cada una de ellas. Más peliagudo es el documento que el periodista José María Zavala desveló en su libro: una confesión de María Luisa de Parma al fraile Juan de Almaraz, según la cual ninguno de los hijos serían del legítimo rey Carlos IV, que pareció demostrar más devoción por el amante de su mujer, Manuel Godoy, que su propia esposa.

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Manuel Godoy, por Francisco de Goya.

De ser ciertas las revelaciones de Almaraz, toda la descendencia posterior sería ilegítima, y por tanto la dinastía de los Borbones se habría interrumpido antes de Fernando VII. Al margen de la validez de la confesión de la esposa de Carlos IV, parece que las reinas borbonas siguieron compartiendo lecho con los apuestos oficiales de la corte. Es el caso de la legítima Isabel II, que heredó de su abuela paterna la pasión por los hombres, acrecentada, además, por el mutuo desprecio que se tenía con su esposo Francisco de Asís.

Las infidelidades de las reinas
De esta forma, mientras las infidelidades de las reinas dejaban a los bastardos dentro de la corte, en descargo de los cornudos monarcas, por el contrario, los hijos ilegítimos de los reyes quedaban fuera de la misma. De ser verdaderas todas las suposiciones de Zavala -quien aporta testimonios, cartas y documentos para cada uno de los ilegítimos- habría una lista de reyes e infantes que no debieron ser y fueron: Fernando VII, Alfonso XII, además de las infantas hijas de Isabel II, Isabel, Pilar, Paz y Eulalia.

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Sólo a Leandro se le acreditó el apellido Borbón en 2003
De monarcas que no fueron pero quizás debieron ser: Alfonso Sanz y Martínez de Arrizala, hijo de Alfonso XII y Elena Sanz. Y de infantes que nunca fueron reconocidos como tales: los hijos ilegítimos de Alfonso XII y XIII: Mercedes Basáñez, Juana Alfonsa de Milán, Leandro de Borbón y María Teresa Ruiz de Moragas. Los amantes de Isabel II, de su hijo Alfonso XII, y de su nieto Alfonso XIII, habrían retorcido una y otra vez el árbol genealógico de la familia Real. De todas las supuestas infidelidades de los monarcas, sólo Leandro de Borbón, el hijo de Alfonso XIII y la actriz Carmen Ruiz Moragas, consiguió en los tribunales, en 2003, que se le acreditara el apellido de la familia Real, aunque nunca el tratamiento y los derechos que se derivarían de su condición de infante.

Dudas históricas
En el caso de Isabel II, existe cierto consenso entre los historiadores sobre la paternidad de los hijos de la reina, que rara vez se achacan al legítimo rey, Francisco de Asís, aunque no hay pruebas concluyentes de ello. Por su parte, Alfonso XII, que murió antes de que su sucesor Alfonso XIII naciera, tampoco llegó reconocer a ninguno de sus supuestos ilegítimos. Aunque infinidad de testimonios dan buena cuenta de su fama de libertino, juerguista y seductor, y fueran de sobra conocidos sus romances, nunca se probó su paternidad.

A falta de modernas pruebas de ADN, los hijos de la Sanz intentaron dicho reconocimiento después de que unas comprometedoras cartas que escribió el rey a su amante, en las que llegaba a preguntar por «los nenes», obligaran a la regente María Cristina y segunda esposa de Alfonso XII a garantizarles una cantidad de dinero a cambio de evitar el escándalo. En 1908, Alfonso Sanz y Martínez de Arrizala retomó la demanda, pero perdieron en los tribunales al considerar el juez, en una sentencia dictada el 1 de julio de ese año, que «un monarca no estaba sujeto al Derecho Común», es decir que a un rey no se le podían reconocer hijos fuera del matrimonio.

Es posible que la sangre azul de los borbones se haya teñido de otros colores a lo largo de la Historia, pero no ha pasado lo mismo con el apellido, que ha permanecido prácticamente incólume. El árbol no admite más ramas que las del matrimonio legal.
 
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