BREXIT

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Hola, he abierto este hilo para que me expliquen que es el Brexit, soy de Argentina y hoy me desperté con este tema en las noticias. Y sé que la mayoría de ustedes son de Europa, supongo que sabrán algo, no?
 
Hola, he abierto este hilo para que me expliquen que es el Brexit, soy de Argentina y hoy me desperté con este tema en las noticias. Y sé que la mayoría de ustedes son de Europa, supongo que sabrán algo, no?
Brexit es un juego de palabras que significa algo así como " british exit", es decir, "salida de los británicos" (en este caso, "salida de los británicos de la UE"). Ayer se celebró un referéndum en Reino Unido para ver si querían continuar en la UE o si se daban el piro. Ganó el "Brexit", es decir, que se van. De ahí el quilombo que se ha montao en Europa.
 
Brexit es un juego de palabras que significa algo así como " british exit", es decir, "salida de los británicos" (en este caso, "salida de los británicos de la UE"). Ayer se celebró un referéndum en Reino Unido para ver si querían continuar en la UE o si se daban el piro. Ganó el "Brexit", es decir, que se van. De ahí el quilombo que se ha montao en Europa.

Uh y por qué los británicos se querían desprender de la UE? El Brexit traerá graves consecuencias, en todos los sentidos? Y además sabiendo que Escocia se quiere independizar de UK...
 
Uh y por qué los británicos se querían desprender de la UE? El Brexit traerá graves consecuencias, en todos los sentidos? Y además sabiendo que Escocia se quiere independizar de UK...
Pues de ahí precisamente el macanudo quilombo que se ha montado. Y a eso hay que añadir la falta de una legislación clara para solucionar un problema como éste.
 
Anthony Giddens: “La revolución digital ha traído el auge del populismo”
Entrevista a quien definió parte del pasado reciente de la sociedad británica, que encara (y critica) las perspectivas de su futuro post Brexit
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El sociólogo Anthony Giddens (Mario Chaparro)
ALEXIS RODRÍGUEZ-RATA
16/05/2019 06:00
Actualizado a 16/05/2019 08:32

En España más de uno le conoció cuando la ‘tercera vía’ de economía mixta y reformismo inspiraba al nuevo Partido Laborista liderado por Tony Blair. El joven, simpático y sonriente ‘premier’ británico era la sensación en un Viejo Continente que buscaba la novedad en una izquierda algo decaída tras el auge del neoliberalismo. Y él se inspiraba en quien aún es uno de los profesores universitarios, pensadores y escritores más leídos, seguidos y de mayor influencia pública del Reino Unido desde –según no pocos– John Maynard Keynes. Hoy Anthony Giddens (Londres, 1938) sigue en primera persona el Brexit, como lord en la Cámara Alta del Parlamento británico, defendiendo posiciones proeuropeas en un país que votó por el leave y denunciando –como sociólogo de cabecera que es– la ceguera de obviar la realidad y las consecuencias en todo ello de la revolución digital en marcha.

Son varios los partidos populistas que a lo largo de Europa siguen parte de las políticas proteccionistas de Donald Trump. Y están ganando cada vez más y más apoyos. ¿Son la representación de los nuevos y ‘duros’ tiempos que están por llegar a Europa?

Hay una serie de cambios y tensiones paralelas que son visibles en las democracias liberales occidentales de hoy y, es más, incluso a lo largo y ancho del mundo. En breve, son estas: la ruptura de los anteriores sistemas de partidos, el vaciado del centro político, el auge de los nuevos partidos ‘insurgentes’ y el declive de la socialdemocracia. Hay versiones del populismo tanto a derecha como a izquierda, pero la tendencia más visible es el resurgir de la extrema derecha en paralelo al auge de líderes demagógicos como Donald Trump en EE.UU. o Viktor Orbán en Hungría. En todo caso, en casi cada Estado de la UE, y en EE.UU., hay grandes oposiciones al populismo de derechas. La historia de las próximas elecciones europeas tristemente no será sólo el de la influencia del populismo de derechas, sino una lucha más compleja y diversificada.

La crisis económica y financiera ha llevado a una política y social. El Brexit, el auge de las nuevas fuerzas populistas en los diferentes países europeos… En cierto sentido, los valores fundacionales de la UE están en cuestión. ¿Cree que la integración europea sobrevivirá? Y si es así, ¿cómo?

La crisis financiera mundial y sus consecuencias son, en efecto, la base de algunos de los cambios políticos de esta última década. En muchos países los salarios reales se han estancado y las desigualdades se han vuelto más extremas. Aunque igualmente importante es la aceleración de la revolución digital, que desde mi punto de vista es, hoy, el cambio más relevante que afecta a nuestras sociedades. En casi todos los Estados europeos la manufactura está en fuerte declive, y la principal razón no es la deslocalización sino la automatización, que se ha acelerado en los últimos años por la economía digital –además de venir acompañada por un incremento de la inestabilidad económica. Son cambios que irremediablemente han alterado la política. Es decir, esto no es simplemente una historia del auge del populismo de derechas sino la emergencia de un ámbito político diversificado y cambiante.

“Unida en la diversidad” es el lema de la UE. ¿Tiene alguna posibilidad de sobrevivir en un tiempo de políticas identitarias como, por ejemplo, vemos en Hungría, Polonia, Italia y en cada vez más países europeos?

“Unida en la diversidad”, en las actuales circunstancias, me parece un lema todavía más importante que antes para la UE, si bien hoy esa diversidad trasciende a los Estados y se refiere a las divisiones transversales que ya tienen nuestras sociedades. Los partidos populistas de derechas no dudarán en sacar ventaja de ello y la composición del Parlamento Europeo cambiará, pero la UE sobrevivirá y superará estas transformaciones. Y para suponer esto hay razones positivas y negativas. No sé ver cómo cualquier Estado miembro podría unilateralmente dejar la eurozona, y aquí no importa lo que digan los partidos populistas. Si sucediera, habría una inmediata reacción adversa contra ese país por parte de los mercados financieros globales, como ha pasado en el caso de Grecia y como podría ser ciertamente el caso si, por ejemplo, Italia busca seguir un camino similar. Desde un ángulo más positivo, la UE es todavía crucial si los Estados europeos quieren tener influencia en un mundo marcado por el retorno de la geopolítica. Están en marcha enormes cambios geopolíticos en la sociedad mundial. Estamos en el umbral del siglo asiático. Y para conservar el poder en un mundo como este, los estados de la UE deben actuar colectivamente.

Un país no podría salir de la eurozona unilateralmente, habría una inmediata reacción adversa por parte de los mercados financieros globales

Cayeron las fronteras, se creó un pasaporte y una moneda común, etc., pero Europa no ha sido capaz de dotarse de una identidad europea de forma que los ciudadanos europeos todavía mantienen como su principal referencia las fronteras nacionales. ¿Realmente es posible construir una identidad europea? Y en tal caso, ¿qué hay que hacer para hacerla tangible y perdurable?

La UE es un híbrido y se mantendrá como tal sea cual sea la reforma futura que se realice. Hay muchas propuestas –de cara a una mayor democratización, para una gobernanza más efectiva de la eurozona, etc. –, pero no hace mucho tiempo se veía de forma mayoritaria como un modelo para procesos de integración que podían pasar en cualquier parte, y, al menos por ahora, esta visión ha desaparecido. Hay un proceso de tira y afloja, y los partidos antieuropeos están ganando fuerza. Sin embargo también han ayudado a generar un mayor activismo preeuropeo incluso en el país del Brexit, en el Reino Unido, lo que es relevante. Los miedos sobre la inmigración y la reivindicación de preservar las identidades nacionales ante el multiculturalismo son ideas-fuerza del populismo de derechas, pero es que estas mismas cuestiones se deben tratar, sí o sí, a un nivel europeo, a un nivel transnacional. Las reformas como las defendidas por Emmanuel Macron son, ciertamente, necesarias, pero será complicado llevarlas adelante, además de que en gran parte dependerán también de la posición de la Alemania de después de la era Merkel.

El eje franco-alemán ha guiado la política europea durante décadas desde su fundación, balanceado desde su acceso a la UE por el Reino Unido. Dado el Brexit y una Angela Merkel y un Emmanuel Macron que encaran varios conflictos internos, ¿el futuro de la UE puede ir incluso a peor? ¿O debemos esperar una UE alemana o una UE francesa?

Alemania se mantendrá como la potencia líder de Europa, aunque hoy encare muchos problemas, entre ellos el antagonismo del presidente de EE.UU. Donald Trump. Sin embargo, no habrá una Unión Europea alemana como tampoco una Unión Europea francesa. Es más, el poder de cualquier Estado miembro en la UE –incluyendo a Alemania– es limitado. Y como hemos podido ver en las negociaciones del Brexit aún en marcha, el Consejo Europeo tiene un rol crucial en la toma de decisiones –tanto como la Comisión lo tiene en la planificación a largo plazo. El Parlamento Europeo carece de la legitimidad de sus semejantes en los Estados miembros, y aún así también es una fuerza influyente. Hay muchas tensiones y tiras y aflojas, que se multiplicarán con el juego político. En todo caso, la verdad central sigue siendo que actuando colectivamente los Estados miembros de la UE pueden tener una mayor influencia en los asuntos globales de la que podrían tener de forma individual.

Reino Unido votó por el Brexit, pero a día de hoy no hay un plan concreto sobre cómo aplicarlo. ¿Esto qué nos dice?

Pase lo que pase en el futuro, el Brexit ha hecho más sólida a la UE de lo que la ha minado. La ‘soberanía’, en un mundo muy interdependiente y todavía dividido por conflictos y disensiones de escala global, es una noción relativa y compleja, no absoluta. El Reino Unido está aprendiendo esta lección de una forma traumática, una que ha acentuado las divisiones dentro del país en vez de calmarlas. El solo hecho de que el Brexit se haya vuelto un proceso tan largo y tortuoso y sin un final claro en el horizonte demuestra lo compleja que es la idea de la ‘soberanía’ en el mundo actual. Yo soy proeuropeo y creo que cada Estado miembro de la UE tiene más ‘soberanía neta’ –por ejemplo, un poder real para encarar los eventos globales– como miembro de la UE de la que tendría actuando de forma individual.

Cada Estado miembro de la UE tiene más ‘soberanía neta’ como miembro de la UE de la que tendría actuando de forma individual

¿Considera que otros ‘exists’ europeos, como se dijo para Grecia (Grexit), para Francia (Frexit) o incluso por la cuestión catalana para Catalunya (Catexit) son una posibilidad y una alternativa real para el futuro considerando nuestro mundo globalizado?

Por las razones que dije antes, no creo que el Brexit abra un camino a seguir por otros –más bien lo opuesto, el de una mayor igualdad. En todo caso, y como señaló Yogi Berra, una cosa que no podemos predecir es el futuro…

Dentro de la UE hay algunos Estados miembros que impulsan una mayor integración y una regulación común de las legislaciones laborales, sociales, etc., en cierto sentido para evitar la competencia interna desleal. También hay un creciente bloque euroescéptico. Y luego están los federalistas. ¿Es el debate entre el pasado y el futuro de la política global? Es decir, ¿cómo puede la UE adaptarse a la escala de la política del siglo XXI?

Visto así, y siguiendo en cierto sentido lo que hemos hablado de la revolución digital, que está transformando nuestras vidas personales al mismo tiempo que nuestro porvenir en común, el futuro ya está aquí. Es algo que todavía está en marcha, especialmente por el ritmo de los actuales avances en inteligencia artificial. Pero si antes lo he mencionado para el ámbito del trabajo y la economía, hay que decir que la revolución digital ha transformado a la propia política y en todos los niveles. Está directamente ligada al auge del populismo y a la parcial disolución del centro político. Los líderes populistas pueden hallar sus apoyos de base de una forma que les hubiera sido imposible antes de que existieran las redes sociales. Y de hecho parte de la razón de la vuelta de la extrema derecha es que, en la era digital, todos pueden tener voz y pueden buscar a otros con ideas afines sin importar dónde se encuentren. También hay una ‘vuelta de lo reprimido’, es decir, las personas pueden airear de forma pública sentimientos e ideas que aborrecen a la mayoría. A su vez, una de las cuestiones centrales para Europa es geopolítica. Rusia busca de forma activa utilizar las herramientas digitales para influenciar en la política europea, y la UE también encara grandes problemas con el creciente impacto digital de China, especialmente cuando se extiende su iniciativa de la nueva Ruta de la Seda. Los dilemas sobre Huawei y las redes 5G/6G son sólo el principio.

Sea la ‘tercera vía’ laborista que la socialdemocracia o, en general, la izquierda como los liberales y cristianodemócratas, todos ellos apoyaron la UE frente a los nacionalistas o conservadores como Charles de Gaulle. Pero gracias a la crisis económica (por ejemplo en Grecia) y la ‘batalla’ europea entre los Estados miembros del sur, centro y norte del Viejo Continente, hemos visto cada vez más críticas viniendo tanto de la izquierda como de la derecha contra cualquier nueva integración supranacional. ¿Se ha vuelto a una ‘batalla’ entre nacionalistas e internacionalistas? ¿Respaldar o ir en contra de la UE significa algo diferente para la izquierda y la derecha?

Los socialdemócratas y la derecha moderada han sido los principales apoyos del proyecto europeo durante décadas. Y por las razones que he expuesto antes, este periodo se encamina hacia su final. La socialdemocracia, en particular, encara una crisis profunda –a pesar del éxito reciente de los socialistas en las elecciones españolas. Su principal agente histórico, la clase obrera fabril, se ha reducido dramáticamente al tiempo que algunos de sus miembros han abrazado la derecha radical. Es demasiado pronto para decir si esta crisis es existencial, pero eso, ciertamente, tiene consecuencias significativas para la integración europea. La izquierda y la derecha todavía existen –de hecho es una división que en cierto sentido se ha acentuado–, pero otras líneas divisorias políticas se han superpuesto a esta. La era de la ‘tercera vía’ se ha acabado. La socialdemocracia tiene que volverse parte de una nueva y más amplia política progresista cuyos contornos no están del todo claros.

La oleada antiinmigración puede ayudar a disminuir algunas tensiones estructurales, pero acentuará otras

Europa envejece y en muchos de los Estados donde los populistas gobiernan –como pasa en Hungría– se prevé que pueda faltar mano de obra a corto y/o medio plazo toda vez no hay jóvenes que puedan ‘suplir’ su mercado laboral e impulsar su economía. Pese a ello, se opta por cerrar las fronteras a la inmigración y son contrarios a toda política común europea. ¿Europa o los países europeos están en declive?

Los países industriales, no sólo en Europa sino en todo el mundo, encaran enormes problemas estructurales debido al envejecimiento de su población. Los sistemas de salud y los servicios de bienestar se exponen a una creciente tensión y, es más, la mayor parte de los Estados europeos no invierten lo suficiente en educación ni en formación profesional en un tiempo de rápido cambio tecnológico. Por eso son tremendamente dependientes de las inmigraciones. La oleada antiinmigración, liderada por los populistas, puede ayudar a disminuir algunas partes de estas tensiones estructurales, pero inevitablemente acentuará otras. Gestionar las migraciones, junto al multiculturalismo, son las únicas vías para afrontar este dilema.

El Estado de bienestar es una de las instituciones que hacen a Europa diferente del resto del mundo. ¿Puede sobrevivir en un mundo globalizado sin tener detrás el apoyo de la integración europea y considerando que, además, nuestros intereses geopolíticos y geoeconómicos hacen ‘frontera’ con los de grandes potencias como EE.UU., Rusia o China?

El Estado de bienestar no sólo está presente en Europa, sino que sus orígenes son ante todo europeos. Virtualmente todos los países industriales tienen algún tipo de instituciones de bienestar y sistemas de educación públicos, y aquí incluyo a EE.UU. y Japón. Pero en una era dominada por el neoliberalismo a nivel global, no es sorprendente que estos sistemas de bienestar estén bajo presión. No van a desaparecer, pero tienen que adaptarse a la era actual. La revolución digital, como ya he remarcado antes, lo está transformando casi todo.

Para acabar, ¿cómo cree que sería el mundo si no hubiera UE?

Menos estable y todavía más fracturado.

https://www.lavanguardia.com/politi...ismo-centro-politico-elecciones-europeas.html
 
Vacas locas, el presupuesto comunitario, el euro… Las tres peleas que hicieron que los británicos perdieran la fe en Bruselas

"Este viernes, el Reino Unido pone fin a 47 años de pertenencia al club comunitario repletos de desavenencias. El periodista irlandés, Fintan O’Toole, que acaba de presentar en España la nueva traducción de su libro sobre el Brexit, repasa con 'Público' los peores momentos de la relación entre Londres y Bruselas.

[...]

Años 90: la crisis de las vacas locas
Las vacas pusieron Europa patas arriba en los 90 e inicios del nuevo milenio. Todo comenzó en el Reino Unido, donde en 1986 se descubrió el primer caso de vaca con encefalopatía bovina espongiforme, una enfermedad neurodegenerativa que provocaba en esos animales comportamientos anormales, problemas al andar y pérdida de peso. Al parecer, las vacas contraían la enfermedad tras haber ingerido alimentos de procedencia animal.

La enfermedad en última instancia podía contagiarse a humanos. Aunque la cantidad de muertes totales a día de hoy se estima en unas 200 en todo el mundo, las autoridades temían que una infección masiva pudiera provocar una pandemia. Para tratar de frenar la propagación de la enfermedad las autoridades tuvieron que matar a millones de vacas.

Según cuenta O’Toole, una de las principales razones para que se extendiera la enfermedad fue que el Gobierno de Margaret Thatcher había relajado los requisitos sanitarios de los alimentos para animales. Pero eso no evitó que la prensa británica se alzara en armas contra Bruselas, en especial contra alemanes y franceses, cuando en marzo de 1996 la UE anunció que prohibiría la venta de ternera británica en el continente, una moratoria que duró una década.

“Es un ejemplo muy bueno de cómo los políticos británicos usan la UE como distracción en un problema que ellos mismos han creado”, explica. “Ellos estaban encantados con esto porque así podían exponerlo como si fuera la Segunda Guerra Mundial. Fomentaron una histeria anti-alemana y pedían a la gente que no comprara alimentos o vinos alemanes”.

Años 80: “Quiero que me devuelvan mi dinero”
En los 80, la misma Thatcher ya había ganado su primera batalla en la Unión Europea: la del llamado cheque británico. Un descuento en las contribuciones del Reino Unido a la bolsa comunitaria difícil de calcular, pero que ha ahorrado a los británicos en torno al 20% del dinero que envían a Bruselas cada año. Por ejemplo, en 2018, Londres se ahorró 5.300 millones de euros de los 23.700 que debería haber pagado en total.

Thatcher pedía ese descuento porque estimaba que la política agraria comunitaria, la principal partida de dinero europea por entonces, beneficiaba de manera excesiva a Francia y otros países con un sector agrícola más potente.

Para conseguirlo, la dama de hierro llegó a amenazar al resto de líderes europeos con que dejaría de poner dinero si no se le concedía este descuento. En un Consejo Europeo en 1984 realizó unas declaraciones por las que aún se le recuerda: “No estamos pidiendo un céntimo de la Comunidad Económica Europea [antiguo nombre de la UE] para el Reino Unido. Lo que estamos pidiendo es que nos devuelvan una gran cantidad de dinero que es nuestro".

Cuenta O’Toole que Thatcher utilizó una narrativa según la cual al Reino Unido se le ha tratado de manera injusta, algo “muy profundo en la mentalidad británica”. Una manera de pensar que, según el escritor, se resume así: “Somos Gran Bretaña, somos maravillosos, amables, generosos, un país brillante, pero la gente se aprovecha de nosotros”.

Thatcher consiguió ese descuento haciendo mucho ruido: los líderes de la UE cedieron porque temían que la británica pudiera paralizar la política comunitaria. Una victoria que “creó una actitud muy peligrosa en el sistema británico de que si gritas lo suficiente y creas problemas, vas a conseguir lo que quieres. El problema es que no siempre funciona”.

Según O’Toole, eso era precisamente lo que Boris Johnson y otros líderes reprochaban a Theresa May, que tuvo que dimitir como primera ministra durante la negociación del acuerdo de salida del Reino Unido. Pensaban: “si May gritara más podríamos quedarnos con los beneficios de estar en la UE y a la vez salir del bloque”, afirma.

1992: la libra sale del sistema monetario europeo
Al igual que la peseta, Londres estaba obligada a mantener la fluctuación de la libra esterlina dentro de unos límites fijos respecto al marco alemán, en lo que se conocía como el Sistema Monetario Europeo. Pero el 16 de septiembre de 1992 (bautizado después como el Miércoles Negro), la moneda británica sufrió un ataque de especuladores que apostaban en su contra (vendiéndola de manera masiva) porque consideraban que estaba sobre-evaluada. Se estima que el multimillonario húngaro George Soros, que lideró ese ataque, ganó 1.000 millones de libras (alrededor de 1.190 millones de euros) con esa operación.

En un solo día, el Gobierno británico tuvo que subir los tipos de interés del 10% al 15% para atenuar el ataque, pero no consiguió que la moneda se quedara dentro de los límites marcados. El Banco de Inglaterra se lanzó a vender al menos 10 millones de libras en reservas de moneda extranjera y a comprar 2 millones de libras esterlinas por hora para subir esos tipos, según The Guardian. A las 19.40 (hora local) de ese Miércoles Negro, el Reino Unido anunciaba que suspendía su pertenencia al sistema monetario europeo.

Al contrario que en los otros dos casos, O’Toole describe esta historia como una “enorme humillación”. “Esto llevó a un sentido de autocompasión, de humillación, de que estaban sufriendo una vergüenza en Europa”, explica. “La autocompasión no es una realidad objetiva. Tiene que ver con qué crees que mereces. Si estás acostumbrado a volar en clase business y un día te ves forzado a volar en clase turista con el resto, te sientes horrible. Ser un país más de los 28 es una humillación”. "

 
DE LA TROUPE DE ETON A LOS TRAJES DE MAY
Brexit, el sainete interminable: los 12 momentos clave de la ruptura UK-UE
Las semillas del Brexit son profundas. Más de tres años se han demorado Londres y Bruselas en sentar las bases para un divorcio amistoso. Ha sido un proceso tortuoso, hostil y en ocasiones caótico



Foto: Margaret Thatcher en 1989. (Reuters)


Margaret Thatcher en 1989. (Reuters)




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K. A. P.
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C. PRIETO
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31/01/2020



Las semillas del Brexit son profundas. Ya en 1988, Margaret Thatcher agitaba el temor a un “super Estado europeo” en el célebre discurso de Brujas, considerado uno de los pilares del euroescepticismo. Con un pie dentro y otro fuera, durante 47 años el Reino Unido nunca se quiso comprometer del todo y la Unión Europea no supo cómo hacer para mejorar la relación. Cuando les dieron la oportunidad en 2016, un 52% de los británicos votaron a favor de salir de la UE.

Más de tres años se han demorado Londres y Bruselas en sentar las bases para un divorcio amistoso, apenas los que les faltaban para cumplir las bodas de oro. Ha sido un proceso tortuoso, hostil y en ocasiones caótico que se ha llevado por delante a dos primeros ministros ‘tories’, otros tantos líderes laboristas y casi mete a la reina Isabel II en el barro. Pero además, ha movido las placas tectónicas de la política de las islas -y del continente- con una intensidad que se dejará sentir en las generaciones por venir.

Aunque nada cambia por el momento -se entra en un proceso de transición que debe durar un año-, la solemnidad de la fecha es buen momento para repasar cómo llegamos hasta aquí. Doce imágenes para resumir un sainete que está lejos de terminar.

Los 'chicos malos' de Eton
Hay una micromanera morbosa de explicar el Brexit: una lucha de poder y egos entre Boris Johnson y David Cameron que se remonta varias décadas en su pasado. Ambos se educaron en Eton, Oxford… y fueron miembros del 'Bullingdon Club', fraternidad universitaria en la que los chicos 'malos' de las clases altas aprendían el arte de la guerra haciendo gamberradas. Aunque lo que quizá refleje esta foto es que, por populista que sea el discurso del Brexit, las élites nunca pierden el control. No importa la incertidumbre económica ni el caos político. Mientras la City siga en marcha y haya un chico de Eton al frente del chiringo -20 primeros ministros británicos estudiaron allí- podemos seguir yendo a las carreras de Ascot sabiendo que el suelo no se va a abrir bajo nuestros pies.




Boris Johnson, abajo sentado en la escalera, junto a sus compañeritos en Eton. El de la fila superior es David Cameron.




Boris y la adolescencia del Brexit
Cuando el joven Boris llegó a Bruselas como corresponsal de 'Daily Telegraph' en 1989, el euroescepticismo era como un niño elitista, cargante y sin rumbo… un poco como él mismo. Allí, Boris descubrió la rentable fobia a Europa y el método para relanzar su carrera al mismo tiempo -le habían despedido del 'Times' por falsear un artículo-. Sus exagerados reportajes sobre normativas kafkianas de la UE -desde la regulación para reducir el tamaño de los condones de los británicos al plan para 'prohibirles' el consumo de patatas fritas de sabores absurdos- son fiel reflejo del crucial papel que jugarían los tabloides en alimentar el odio hacia los malvados burócratas comunitarios. De la mano de Boris, el euroescepticismo se convirtió en un adolescente rebelde que arrojaba ladrillos contra los escaparates europeos. Cuando se marchó, en 1994, era un movimiento a la ofensiva. El resto es Historia.



Boris Johnson durante su época como corresponsal en Bruselas. (Daily Mirror)




Cómo arruinar tu vida (y tu país)
Mirando esta foto de un David Cameron ambicioso y zalamero, nada hace anticipar que está a punto de cometer la cagada de su vida. Es 23 de enero de 2013 y el entonces primer ministro del Reino Unido está a punto de demostrar cómo una persona puede arruinar su carrera política, su imagen pública y a su propio país en apenas 30 minutos. Destinado a pasar a un discreto segundo plano de la historia, Cameron quiso jugar al gran estadista y prometió un referéndum que, de un plumazo, zanjaría de una vez por todas ‘la cuestión europea’ y desactivaría la creciente fueraza de los euroescépticos como su amigo Boris. “Estoy a favor de un referéndum” -dijo en el ya histórico 'Bloomberg Speech'- “creo en enfrentar este tema, darle forma, liderar el debate y no simplemente sentarme a esperar que esta difícil situación desaparezca”. Debió quedarse sentado.



El entonces primer ministro británico David Cameron pocos minutos antes de dar el discurso en el que anuncia su promesa de celebrar un referéndum sobre la permanencia en la UE. 23 de enero de 2013. (Reuters)



La extraña mente del Brexit
Es muy probable que no les suene de nada este señor y nadie les culparía si se cruzan de acera al verlo acercarse por la calle. Pero no se dejen confundir por su aspecto de vagabundo patrocinado por Decathlon. Dominic Cummings fue la mente detrás de la campaña “Retomemos el control” que en 2016 logró convencer a los británicos de abandonar la UE y poner en marcha el Brexit. No fue la primera vez que este excéntrico estratega le ganaba un pulso al bloque comunitario. En 2000, dirigió la campaña “No” para evitar la adopción del euro en Reino Unido. A sus 47 años, Cummings se ha convertido en una de las personas que más han influido en el futuro de la UE y el Reino Unido sin haber pasado en ningún momento por las urnas.



El tono, el rumbo y el ritmo
“Mandamos a la Unión Europea 350 millones de libras a la semana. Mejor financiemos el Sistema Nacional de Salud. Retomemos el control”. Cummings -quien es ahora el fontanero mayor del reino con Boris- “nunca estuvo más contento” que el día que se le ocurrió poner el logo oficial de la seguridad social británica en los autobuses electorales. “La guerra psicológica de Cummings fue una buena estrategia”, cuenta el libro de Craig Oliver adaptado en la película de HBO sobre la campaña del Brexit. He aquí el autobús que fijó el tono, el rumbo y el ritmo. ¿Que la cifra de 350 millones de libras era más falsa que un sello del Fórum Filatélico? Hemos venido a jugar.



Boris Johnson disfruta de un helado durante la campaña por el Brexit junto al célebre 'Vote leave' bus. 11 de mayo de 2016. (Reuters)



Dolor y gloria, a lo 'fish & chips'
Se dice que Boris Johnson no tiene unos principios claros y que suele elegir siempre la opción más ajustada a sus intereses personales; algo de eso hay, pero cuando se subió al Brexit todas las encuestas decían que se estrellaría. De hecho, pese a lo polarizado de la campaña, la victoria del Brexit fue una enorme sorpresa. Dado que el recuento se demoró varias horas, muchos británicos se acostaron pensando que nada iba a cambiar… y se levantaron con cara de estupefacción. Uno de los tés mañaneros más indigestos de la historia del país. Dolor y gloria, a lo 'fish & chips'



Partidarios del 'Remain' y del 'Brexit' lloran y celebran los resultados. (Reuters)


Partidarios del 'Remain' y del 'Brexit' lloran y celebran los resultados. (Reuters)




Marrón épico: descripción gráfica
“Theresa May parece un niño que acaba de cambiar su mejor cromo de Pokemon y justo después se da cuenta de que cometió un terrible error”. Así resumió un tuitero el gesto de la ‘premier’ cuando el 28 de marzo de 2017firmó la carta activando el artículo 50 del Tratado de Lisboa, comenzando el tortuoso divorcio de la UE tras casi medio siglo de vida marital. May heredó un marrón de proporciones épicas que estaba decidida a resolver entonando el mantra “Brexit significa Brexit”. “Ya os echamos de menos. Gracias y adiós”, dijo en el día de marras. No tan rápido, Theresa. No tan rápido.




Theresa May firma la carta en la que solicita la aplicación del Artículo 50, comenzando efectivamente el proceso de salida de la UE. (Reuters)



Diplomacia, a lo Benny Hill
La primera reunión entre los negociadores de la UE y del Reino Unido fue toda una declaración de intenciones del despropósito que se avecinaba. El 17 de julio de 2017 en Bruselas, la delegación comunitaria, liderada por el francés Michel Barnier, acudió al encuentro armados con informes, dossieres y resúmenes para meterse en harina cuanto antes. Los británicos, encabezados por David Davis, apenas llevaron un boli. Durante el proceso, la diplomacia londinense perdió todo su mojo. Los funcionarios europeos se vieron obligados a tomar la iniciativa y hacer planes por la paralización de sus pares. "Es como si nos hubieran externalizado el Brexit", llegó a decir uno de los negociadores del bloque. Ese día comenzó a sonar la música de Benny Hill y no ha dejado de sonar.



El líder negociador de la UE, Michel Barnier, se reúne con la contraparte británica para negociar los términos del divorcio por primera vez. 17 de julio de 2017. (Reuters)



Los tres trajes de Theresa May
Con más capítulos que "Cristal", el Brexit se convirtió en el tedioso culebrón geopolítico de la sobremesa europea. Y como en las telenovelas, sus protagonistas parecían convencidos de que la mejor manera de resolver un problema es tirando a alguien por las escaleras. Durante meses interminables, Londres y Bruselas forcejearon para llegar hasta a tres acuerdos de separación diferentes. Pero Westminster los rechazó una y otra vez. Hasta que el Partido Conservador empujar a May por las escaleras. Acosada por la prensa sensacionalista hasta el último minuto, abandonó el cargo en mayo entre lágrimas. El Número 10 de Downing Street acabaría en manos de Johnson y su promesa "Brexit, do or die".



Theresa May y sus tres trajes


Theresa May y sus tres trajes




Cómo ganar y perder
La salida de May llevó a Johnson al poder. Pero con un parlamento fragmentado, pocos dudaban que la cosa terminaría de nuevo en unas elecciones. En diciembre, los británicos volvieron a las urnas para darle una resonante victoria a los conservadores interpretada como luz verde para el Brexit. En la campaña alguno aprovechó para exteriorizar sus sentimiento arrojando un batido a una de sus figuras más recalcitrantes. ¡Tartazo al facha! Nigel Farage, líder histórico del euroescepticismo y ex agente de bolsa, es al Brexit lo que Jesús Gil a la política nacional. Una figura histriónica, vocinglera... pero incapaz de articular una mayoría social a su alrededor por el rechazo que genera. Ya en la propia campaña del Brexit fue hábilmente apartado de la toma de decisiones: “Nigel, tú vete a hacer campaña al pub con unas pintas que ya nos encargamos nosotros de poner este país patas arriba”. O algo.




Nigel Farage recibe un 'batidazo' durante un acto en Newcastle. 20 de mayor de 2019. (Reuters)



Obi-Wan bombardeando a los ewoks
Ese señor que se parece a Obi-Wan Kenobi, si Obi-Wan se hubiera hecho notario en vez de jedi, tenía en sus manos los planos de la estrella de la muerte. Una bomba política capaz de hacer implosionar al euroescepticismo. Pero se las apañó para acabar matando a todos los ewoks. El esperpento del Brexit no puede entenderse sin el papelón de Jeremy Corbyn y su plan para hacer la revolución en medio del caso. Ni el plan secreto para vender la sanidad pública a Estados Unidos evitó que el laborismo encajara su peor derrota electoral en 85 años. Y todavía no ha dimitido. Para que vean que en todos sitios cuecen habas.


Stalingrado, el musical
Boris Johnson es el autor de una biografía sobre Churchill donde dice que los alemanes tomaron Stalingrado durante la II Guerra Mundial. Bien… No es cierto. Lo que sí es cierto es que: 1) lo que antes sonaba a política ficción -que Boris llegaría a primer ministro- ahora es una realidad; 2) nunca ocultó demasiado que esa era su ambición desde el principio y 3) que la brillante creación del personaje Boris -el inglés extravagante y despeinado que quizá tenga problemas para diferenciar entre verdad y mentira, pero con el que te irías de copas sin dudar- ha sido decisiva para llegar a la cumbre a golpe de votación popular. Stalingrado, el musical.


 
VENGA, EL SIGUIENTE QUE SALE ES... Holanda, o Hungría.
A nosotros nos toca depués de los países del Este,
porque los catalufos nos van a tener enredados un poco más
porque han encontrado el chollo de Uropa.

Pero nos vamos todos.
MARI... EL ULTIMO!

No te lo crees? Mira tus bolsillos!
Han creado la union europea para desplumarnos.
Para comprar pisos en el Mediterráneo,
especular, reventarnos los bancos y volver a largarse
con la pasta. Para eso era el euro.
Quien nos iba a decir que no ibamos a tener para comer
y que ibamos a tener que vender nuestra casa para sobrevivir
por culpa de la megaespeculación que ha creado el put... euro.

Aun me acuerdo cuando me examiné de Derecho Internacional Público.
Mi profesor era europeísta beligerante, de esos que estaban cada
dos por tres en Bruselas. Allí se montó el chiringuito con Marín
y Morán. El examen final consistía en entrar a su despacho y comentar
las bondades de Uropa y blablabla.
Si sé que iba pasar esto le hubiera pegado 2 h...
y me hubiera ido bien contenta con un bonito suspenso. :mad:
 
Es un lío de narices.

Escocia quiere seguir dentro de la UE


Irlanda tampoco


Gales


Hay muchas incógnitas. ¿Que va a pasar con los fondos de inversión que se ha contratado en bancos españoles y que han pasado el Canal de la Mancha?


 
Es un lío de narices.

Escocia quiere seguir dentro de la UE


Irlanda tampoco


Gales


Hay muchas incógnitas. ¿Que va a pasar con los fondos de inversión que se ha contratado en bancos españoles y que han pasado el Canal de la Mancha?



Yo no veo ningún lío ni ninguna incógnita.
Está todo bastante clarito y se va a resolver más pronto de lo que imaginas.
En cuanto Inglaterra empiece a prosperar fuera de las garras de Uropa,
que se hunde más y más, el goteo de paises saliendo se va a acelerar.
Ya lo dijo Trump, Uropa es la reedición de la Unión Soviética, y va a colapsar.
Desde el día en que Johnson ganó el referendum internet ya ha cambiado,
no te has dado cuenta? Yahoo, Hotmail, Youtube, Amazon, etc, tienen novedades
importantes. Son tontos british atrapados en Uropa que tratan por todos
los medios de luchar contra la tasa Google que se nos echa encima.
Tontos british como Irlanda del Norte, Escocia, etc, que prefieren estar en Uropa
que con Inglaterra. Pero este virus también se les va a curar pronto.

Sobre eso de los fondos de inversión que preguntas, la respuesta es muy
clara: el que haya hecho enjuagues raros perderá su dinero. Díselo a los
miles de británicos que empeñaron su pensión en comprar en Catalonian
properties terrenos rústicos para edificar. El que viene a cometer delitos
lo acaba pagando. Les han sacado hasta la camisa.
 
Yo no veo ningún lío ni ninguna incógnita.
Está todo bastante clarito y se va a resolver más pronto de lo que imaginas.
En cuanto Inglaterra empiece a prosperar fuera de las garras de Uropa,
que se hunde más y más, el goteo de paises saliendo se va a acelerar.
Ya lo dijo Trump, Uropa es la reedición de la Unión Soviética, y va a colapsar.
Desde el día en que Johnson ganó el referendum internet ya ha cambiado,
no te has dado cuenta? Yahoo, Hotmail, Youtube, Amazon, etc, tienen novedades
importantes. Son tontos british atrapados en Uropa que tratan por todos
los medios de luchar contra la tasa Google que se nos echa encima.
Tontos british como Irlanda del Norte, Escocia, etc, que prefieren estar en Uropa
que con Inglaterra. Pero este virus también se les va a curar pronto.

Sobre eso de los fondos de inversión que preguntas, la respuesta es muy
clara: el que haya hecho enjuagues raros perderá su dinero. Díselo a los
miles de británicos que empeñaron su pensión en comprar en Catalonian
properties terrenos rústicos para edificar. El que viene a cometer delitos
lo acaba pagando. Les han sacado hasta la camisa.


Todo lo que cuentas es teoría. Cuando pase el tiempo y la teoría que cuentas se haga realidad comentaremos. Mientras tanto cada cual expone sus dudas. Es todo muy incierto.

La realidad es mas tozuda que la teoría.
 
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