El Mundo Orbyt.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
30/04/2016
CHSSS...
EL (NO) PROTOCOLO REAL Y LOS POLÍTICOS
ÚNICAS NORMAS DE COMPORTAMIENTO
NO A LA REVERENCIA
EL FOTOMONTAJE
El pasado martes finalizó el desfile en La Zarzuela de los líderes políticos como candidatos a la presidencia del Gobierno. Tanto en la primera tanda como en esta última se ha puesto de manifiesto la ausencia de protocolo en la Casa Real. Simple y sencillamente no existe código que indique las pautas a seguir a la hora de ser recibidos en audiencia por el Rey dentro de un mecanismo de consulta constitucional. La educación, la lógica y el sentido común son las únicas normas de comportamiento posibles. Quiero aprovechar la ocasión que el tema me brinda, para entonar aquí y ahora un mea culpa, una rectificación. “Equivocarse y rectificar, ese es el hombre”, que decía San Agustín. En una reciente columna, atribuía una muy criticable actitud al responsable de este departamento, Alfredo Martínez Serrano, de 43 años, ilustre diplomático. Asturiano de Oviedo, como Letizia, fue recuperado por Felipe, después de haber sido segundo jefe de protocolo en la época en que era Príncipe. Pero él no fue, como yo equivocadamente escribí, quien miraba descaradamente el culo de una muy conocida y bella invitada en una recepción real. Fueron otros dos altísimos funcionarios de la Casa los captados por el fotógrafo. Estimado Alfredo, acepta mis disculpas que también traslado a Rosa, tu mujer. Pero volvamos al tema que nos ocupa, el de los políticos y el protocolo. La mayoría, se han comportado en sus encuentros con Felipe VI, digamos, correctamente. Salvo Pablo Iglesias, ese individuo chavista-leninista. La primera visita a La Zarzuela, el 22 de enero de 2011, lo hizo con camisa blanca, remangada, pantalón vaquero y deportivas. Fue tan distendido que hasta le tuteó en esta ocasión. “Felipe, ¿cómo estás?”. Inaceptable la audiencia del pasado martes cuando este regresó, de nuevo, a La Zarzuela, cometiendo tres errores: llegar con... 20 minutos de retraso a la cita (explicó que se había perdido, “equivocándose de puerta”, difícil de creer ya que era la tercera vez que iba a La Zarzuela desde enero), hacerlo con el mismo “uniforme” y saludar a Felipe , diciendo: “Me alegro de verte”.
Según Maira Álvarez, experta en protocolo y etiqueta, no existe un código que indique las pautas a seguir a la hora de ser recibido en audiencia por Su Majestad el Rey. Y recuerda las meteduras de pata de la vieja alcaldesa de Madrid, la incompetente y surrealista Manuela Carmena, al presentarse en audiencia con Felipe VI, con un capazo más que bolso de Paj* “totalmente fuera de lugar”. “Alguien le debería haber dicho que al Rey se le saluda con las manos vacías”.
Errores de protocolo los ha habido, de un tiempo a esta parte, en exceso. No sólo en la vestimenta sino en el comportamiento, como el personaje cuyo nombre me reservo que mantuvo no una sino las dos manos en el bolsillo del pantalón, “en un gesto de prepotencia y soberbia”, cuando fue recibido por el Rey.
Estoy seguro que el actual jefe de protocolo de la Casa Real no lo pasa bien con el comportamiento de algunas personas. Pero no es de recibo ni aceptable, estimado Alfredo, que no exista en la Casa un mínimo código de comportamiento, sobre todo en el vestir. Como lo hizo Antonio Resines, el presidente de la Academia de Cine, exigiendo a Pablo Iglesias, con motivo de la gala de los últimos Goya, “haz el favor de venir con esmoquin. Como todos los invitados. Y lo hizo, “demostrando que el Goya era más importante que el Rey”, escribí ese día.
Yo le pediría al estimado responsable del Protocolo, Alfredo Martínez Serrano, que, desde su cargo, imponga algunas normas de comportamiento. Puestos ya a democratizar, por no decir vulgarizar la monarquía, “aconseje” a los invitados, en este caso invitadas, se abstengan de realizar al rey y a la consorte, el humillante plungeon o reverencia. El otro día me dolió ver a mi querida Soraya, toda una gran vicepresidenta del Gobierno, genuflexa ante la inefable Letizia
La deliciosa fotografía de las cuatro generaciones Windsor: (Isabel II, el Príncipe de Gales, el príncipe Guillermo y el benjamín, príncipe Jorge), realizada con motivo del 90 cumpleaños, el pasado jueves, de la soberana más soberana del mundo, me ha recordado la fotografía de la polémica felicitación navideña de 2005 de la Familia Real española. Fue un ridículo fotomontaje, hazmerreír de todos los españoles. En ella aparecía Don Juan Carlos, Doña Sofía y los siete nietos de entonces. No todos tenían sus extremidades. Tal parecía una familia de tullidos. Tiempo después, la hoy Reina emérita, confesó que el fotomontaje fue obra suya. “Tenía la foto del Rey y mía con Leonor en los brazos. Así que cogí la del verano anterior en Mallorca con los otros nietos, y los coloqué debajo. Cierto es que algunos, como Victoria, no tenía brazos y no se cuántas cosas más. Pero no me importó. Estaba orgullosa de lo que había hecho”. ¡Encima presumiendo de ello! Se trataba de un ridículo pegado postizo que descomponía la estética de la fotografía, estética que tanto se ha cuidado en la de la Familia Real británica. Doña Sofía debió pensar que los españoles éramos unos “tarados”, como los del fotomontaje.
Una mujer, muy mayor, abordó en la madrileña Puerta del Sol al ministro de Asuntos Exteriores y acompañantes, gritándoles muy airada: “¡Yo también estuve en el asalto a la capilla universitaria!”. Con intencionada sorna, le respondieron: “Seguro que no enseñaría las t*tas”. (...) A propósito de la hemofilia de Lecquio, la abuela Beatriz se la transmitió a su hija y ésta, Sandra, a su hijo Alessandro. (...) Aunque se ha convertido en la mano derecha del soberano, se abstuvo de acompañarle a su visita a Madrid. ¿Por consejo del CNI? (...) Yo no sabía que los servicios de inteligencia españoles la tienen clasificada como “riesgo-país”. (...) Me gustaría saber a qué se dedica, exactamente, la fundación del Príncipe Alberto II en España, presidida por la hija de un político y cineasta catalán. (...) Sorprende que no se haya vuelto a hablar de los dineros de la Infanta en Panamá. (...) La ex nuera de la Infanta es una apasionada partidaria del coletas y de la alcaldesa madrileña. ¡De la que se han librado! (...) La compañera abusa de intentar acojonar a los entrevistados en su programa con esa mirada tan desagradablemente agresiva. (...) Cómo escribe mi querida Cote Villar: “En el camino perdió su trabajo y hasta su buen nombre”.
MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
30/04/2016
CHSSS...
EL (NO) PROTOCOLO REAL Y LOS POLÍTICOS
ÚNICAS NORMAS DE COMPORTAMIENTO
NO A LA REVERENCIA
EL FOTOMONTAJE
El pasado martes finalizó el desfile en La Zarzuela de los líderes políticos como candidatos a la presidencia del Gobierno. Tanto en la primera tanda como en esta última se ha puesto de manifiesto la ausencia de protocolo en la Casa Real. Simple y sencillamente no existe código que indique las pautas a seguir a la hora de ser recibidos en audiencia por el Rey dentro de un mecanismo de consulta constitucional. La educación, la lógica y el sentido común son las únicas normas de comportamiento posibles. Quiero aprovechar la ocasión que el tema me brinda, para entonar aquí y ahora un mea culpa, una rectificación. “Equivocarse y rectificar, ese es el hombre”, que decía San Agustín. En una reciente columna, atribuía una muy criticable actitud al responsable de este departamento, Alfredo Martínez Serrano, de 43 años, ilustre diplomático. Asturiano de Oviedo, como Letizia, fue recuperado por Felipe, después de haber sido segundo jefe de protocolo en la época en que era Príncipe. Pero él no fue, como yo equivocadamente escribí, quien miraba descaradamente el culo de una muy conocida y bella invitada en una recepción real. Fueron otros dos altísimos funcionarios de la Casa los captados por el fotógrafo. Estimado Alfredo, acepta mis disculpas que también traslado a Rosa, tu mujer. Pero volvamos al tema que nos ocupa, el de los políticos y el protocolo. La mayoría, se han comportado en sus encuentros con Felipe VI, digamos, correctamente. Salvo Pablo Iglesias, ese individuo chavista-leninista. La primera visita a La Zarzuela, el 22 de enero de 2011, lo hizo con camisa blanca, remangada, pantalón vaquero y deportivas. Fue tan distendido que hasta le tuteó en esta ocasión. “Felipe, ¿cómo estás?”. Inaceptable la audiencia del pasado martes cuando este regresó, de nuevo, a La Zarzuela, cometiendo tres errores: llegar con... 20 minutos de retraso a la cita (explicó que se había perdido, “equivocándose de puerta”, difícil de creer ya que era la tercera vez que iba a La Zarzuela desde enero), hacerlo con el mismo “uniforme” y saludar a Felipe , diciendo: “Me alegro de verte”.
Según Maira Álvarez, experta en protocolo y etiqueta, no existe un código que indique las pautas a seguir a la hora de ser recibido en audiencia por Su Majestad el Rey. Y recuerda las meteduras de pata de la vieja alcaldesa de Madrid, la incompetente y surrealista Manuela Carmena, al presentarse en audiencia con Felipe VI, con un capazo más que bolso de Paj* “totalmente fuera de lugar”. “Alguien le debería haber dicho que al Rey se le saluda con las manos vacías”.
Errores de protocolo los ha habido, de un tiempo a esta parte, en exceso. No sólo en la vestimenta sino en el comportamiento, como el personaje cuyo nombre me reservo que mantuvo no una sino las dos manos en el bolsillo del pantalón, “en un gesto de prepotencia y soberbia”, cuando fue recibido por el Rey.
Estoy seguro que el actual jefe de protocolo de la Casa Real no lo pasa bien con el comportamiento de algunas personas. Pero no es de recibo ni aceptable, estimado Alfredo, que no exista en la Casa un mínimo código de comportamiento, sobre todo en el vestir. Como lo hizo Antonio Resines, el presidente de la Academia de Cine, exigiendo a Pablo Iglesias, con motivo de la gala de los últimos Goya, “haz el favor de venir con esmoquin. Como todos los invitados. Y lo hizo, “demostrando que el Goya era más importante que el Rey”, escribí ese día.
Yo le pediría al estimado responsable del Protocolo, Alfredo Martínez Serrano, que, desde su cargo, imponga algunas normas de comportamiento. Puestos ya a democratizar, por no decir vulgarizar la monarquía, “aconseje” a los invitados, en este caso invitadas, se abstengan de realizar al rey y a la consorte, el humillante plungeon o reverencia. El otro día me dolió ver a mi querida Soraya, toda una gran vicepresidenta del Gobierno, genuflexa ante la inefable Letizia
La deliciosa fotografía de las cuatro generaciones Windsor: (Isabel II, el Príncipe de Gales, el príncipe Guillermo y el benjamín, príncipe Jorge), realizada con motivo del 90 cumpleaños, el pasado jueves, de la soberana más soberana del mundo, me ha recordado la fotografía de la polémica felicitación navideña de 2005 de la Familia Real española. Fue un ridículo fotomontaje, hazmerreír de todos los españoles. En ella aparecía Don Juan Carlos, Doña Sofía y los siete nietos de entonces. No todos tenían sus extremidades. Tal parecía una familia de tullidos. Tiempo después, la hoy Reina emérita, confesó que el fotomontaje fue obra suya. “Tenía la foto del Rey y mía con Leonor en los brazos. Así que cogí la del verano anterior en Mallorca con los otros nietos, y los coloqué debajo. Cierto es que algunos, como Victoria, no tenía brazos y no se cuántas cosas más. Pero no me importó. Estaba orgullosa de lo que había hecho”. ¡Encima presumiendo de ello! Se trataba de un ridículo pegado postizo que descomponía la estética de la fotografía, estética que tanto se ha cuidado en la de la Familia Real británica. Doña Sofía debió pensar que los españoles éramos unos “tarados”, como los del fotomontaje.
Una mujer, muy mayor, abordó en la madrileña Puerta del Sol al ministro de Asuntos Exteriores y acompañantes, gritándoles muy airada: “¡Yo también estuve en el asalto a la capilla universitaria!”. Con intencionada sorna, le respondieron: “Seguro que no enseñaría las t*tas”. (...) A propósito de la hemofilia de Lecquio, la abuela Beatriz se la transmitió a su hija y ésta, Sandra, a su hijo Alessandro. (...) Aunque se ha convertido en la mano derecha del soberano, se abstuvo de acompañarle a su visita a Madrid. ¿Por consejo del CNI? (...) Yo no sabía que los servicios de inteligencia españoles la tienen clasificada como “riesgo-país”. (...) Me gustaría saber a qué se dedica, exactamente, la fundación del Príncipe Alberto II en España, presidida por la hija de un político y cineasta catalán. (...) Sorprende que no se haya vuelto a hablar de los dineros de la Infanta en Panamá. (...) La ex nuera de la Infanta es una apasionada partidaria del coletas y de la alcaldesa madrileña. ¡De la que se han librado! (...) La compañera abusa de intentar acojonar a los entrevistados en su programa con esa mirada tan desagradablemente agresiva. (...) Cómo escribe mi querida Cote Villar: “En el camino perdió su trabajo y hasta su buen nombre”.
Última edición por un moderador: