Primero fue Bon Scott, la palmó ahogado en su propia pota. Pasaron los años, y al hermano de Angus lo tuvieron que encerrar en el manicomio, está como una chota y en un estado irrecuperable, ha perdido completamente el contacto con la realidad. Luego trincaron al batería por diversos delitos, entre ellos la sospecha fundada de que había contratado a un asesino a sueldo para cargarse a alguien. Ahora es el vocalista: se ha visto en la obligación de abandonar los escenarios porque corre un serio peligro de quedarse completamente sordo si continúa en la música en directo. Para la próxima gira, leo hoy en el periódico, han fichado a Axl Rose. A mí me parece un matao, pero en fin, les deseo buena suerte.