Todas las madres deseamos parir hijos sanos, sanos física y mentalmente. Eso si significa que puedas tener un hijo que con el paso del tiempo se convierta en un asesino, un violador, un maltratador o simplemente un cabron. Esa es la suerte o la desgracia de la vida. Y ante eso no se puede hacer nada.
Pero muchos de estos terroristas se han criado en ambientes violentos,fanatizados, influenciados por ideas religiosas. Qué los hace convertirse en asesinos.
Y nos guste o no. Detrás de ellos en muchas ocasiones están sus propias madres. Igual de fanatizados. Y convencidas de que sus hijos son unos héroes y no unos asesinos. Que las matanzas que cometen están justificadas porque se defienden del enemigo. Y que con su muerte irán derechito al cielo.
Es así. Y quien no lo ver tiene un problema.
