Manuel Díaz, El Cordobés.

La servilleta con ADN que podría hacer padre por octava vez al Cordobés

Un insignificante trozo de papel se ha convertido en la prueba clave de la demanda de paternidad interpuesta por Manuel Díaz. Según su abogado, este tipo de pruebas no admite discusión
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Manuel Benítez, el Cordobés


AUTOR
M. BOLONIO

TIEMPO DE LECTURA4 min
04.02.2016 – 05:00 H.

Antes de volver a tirar una servilleta a la basura, Manuel Benítez, el Cordobés, se lo pensará dos veces. La saliva que impregnó en un pañuelo de papel con el que se limpió después de beber agua en el bar de un hostal cordobés se ha convertido en la prueba clave de una demanda de paternidadcursada contra su persona. El firmante del requerimiento, el que a ojos de toda España ya es su hijo: Manuel Díaz, el Cordobés.

Lea aquí dónde está Manuel Díaz estos días

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Manuel Díaz (Gtres)

El torero se presentó el pasado 1 de diciembre en el Juzgado de Primera Instancia de Córdoba con esta prueba de ADN del que se presupone su padre y a pesar de ser solo un trozo de papel en él había depositado todas sus esperanzas. No era para menos. Aquella insignificante servilleta puede dar respuesta a 47 años de preguntas. El final de su pesadilla estaría muy cerca. Según los abogados del diestro, este tipo de pruebas “no admiten discusión”.


“Por los ciento y pico casos que hemos llevado sabemos que la ciencia no tiene vuelta de hoja. No hay discusión. Esa servilleta ahora se llevará ante un juez y se examinará en un Instituto de Toxicología, que es un organismo oficial, y seguirá todas las cadenas de custodia. Finalmente será el juez el que comprobará que todo lo que estamos diciendo es totalmente cierto”, explica Fernando Osuna, abogado de Manuel Díaz, en conversación con Vanitatis.

Sin embargo, el jurista tiene el bagaje suficiente para barajar la posibilidad de que Manuel Benítez no quiera someterse a la prueba de ADN: “Si no se somete, el Tribunal Supremo tiene establecido que entonces se está tratando de ocultar la verdad y la interpretación que se le da a ese comportamiento del presunto padre biológico es considerarlo padre. ¿Por qué no se hacen muchas veces las pruebas? Porque saben que si se las hacen, van a dar positivo”.

Vanitatis ha tratado de ponerse en contacto con Manuel Benítez, pero finalmente no ha sido posible contactar con él.





El recurso de Benítez

Preso de ese temor (o no), lo cierto es que Manuel Benítez ha recurrido la demanda de paternidad de Manuel Díaz. El veterano diestro que triunfó en los 70 alude a la ilegalidad de la prueba presentada por su supuesto hijo. “Siempre se alega lo mismo en estos casos, pero la prueba es absolutamente legal. Una servilleta que va a parar a una basura no es patrimonio de nadie ni tiene propietario”, explican desde el bufete Osuna.


El parecido físico de ambos


Como es lógico, desde este despacho confían plenamente en las posibilidades de Manuel para ganar la demanda: “La prueba más evidente, más allá de servilletas, es el parecido físico entre ambos. Es 'vox populi' que son padre e hijo. Lo sabe toda España y está claro que una persona cuando decide dar un paso como este (poner una demanda de paternidad) es porque tiene muchos fundamentos. Sería una temeridad demandar a un personaje tan conocido como es el Cordobés sin tener pruebas”.

Vea aquí la entrevista de Manuel Díaz en 'En la tuya o en la mía'

Pruebas fue lo que también presentaron las otras dos personas que fueron reconocidas ante el juez como hijos biológicos de Manuel Benítez Pérez y que lograron usar su apellido. Además, el torero de 79 años tiene cinco hijos de su matrimonio con Martina Fraysse Urruty, con la que lleva casado más de 40 años. Por tanto, de demostrarse en los juzgados, este sería su octavo hijo.
 
Los hijos de Martine, la esposa oficial, creo que son cinco. Esos sí que son crueles y peseteros (codiciosos). Si fueran personas, harían callar a la madre y habrían animado al padre en un encuentro con Manuel Diaz. Pero lo quieren todo para ellos cinco.

Cualquier padre se habría sentido orgulloso de un hijo, que hasta ca*a igual que él mismo. Henchido como un pavo real. En este caso, no se necesita la prueba de adn. Es indudable.

Supongo que Manuel Díaz habrá estado esperando muchos años, a que el padre diera el paso. Ahora, el hijo debe moverse para una parte de lo que le debe (herencia y apellido), qué menos, corre el riesgo de que la herencia desaparezca. Por él mismo y por los tres nietos.

Sus motivaciones de filiación son legítimas y respetables, antes y ahora. Son padre e hijo. Además, es fruto de una relación. Le ha dejado abandonado toda la vida. El padre, Benítez, se lo debe.
 
El detalle de la servilleta me ha dejado :eek:. ¡Quiero saber más! ¿Pagó a un camarero para que rescatara la servilleta?
 
Yo es que este tipo me cansa con el tema de "papa" siempre hablando de lo mismo, soy de su quinta, y el tipejo, dale que dale. Es un "Cansino Historico" y tambien un acomplejado.
Ni los niños preguntan por su abuelo, ni nada, es una estrategia, y en estos momentos no creo que te encuentres animicamente mal, has cogido unas vacaciones en Portugal, y ala que hablen en España.
 
Esta en pleno derecho si es su padre de pedirle una prueba de paternidad
Por eso no le vamos a criticar

Don dinero manda si fuera un fontanero ya veríamos. .
 
En esta historia, no voy a decir la palabra víctima, pero el más inocente es Manuel Díaz. Si hay que señalar con el dedo es, en primer lugar, al padre y, en segundo lugar, a los hijos de Martine, la esposa oficial.

Manuel Benítez es rico, ok. Si fuera un desgraciado pobre, tendría el derecho igualmente. El hijo decide y nadie se lo puede reprochar. Será su hijo, hasta su último suspiro de vida. Igual que si el Benítez hubiera sido un padre, moviendo la ley, para presentarse y reconocerle. Todavía está a tiempo.

No sólo es por el apellido y la herencia, sino por el historial médico, conocer las raíces de tus antepasados, que te presenten a tus medio-hermanos, tus tíos y tus primos. En definitiva, completar tu propia historia, como persona única e irrepetible.
 
Última edición por un moderador:
Pienso que si su padre hubiera sido fontanero o mecánico lo hubiera dejado estar, seguro que esa obsesión que tiene es por la herencia. No se le debe obligar a nadie a hacer algo que no quiera. Hace años escuché que su padre no lo quería reconocer porque su esposa no quería pero no sé si será verdad.

Si que es normal que quisiera conocer sus raíces y demás, y las sabe de sobras ya que ha sido un hombre muy conocido por todos. No veo normal que con la edad que tiene ya y después de tantos intentos de llamar la atención a su padre le siga mendigando que lo acepte y se rebaje tanto. Cuando era un crío aún tenía un pase, pero un hombre casado con hijos lo que tiene que hacer es centrarse en la familia que ha formado.

Recuerdo hace años que le hicieron una entrevista en un programa del corazón a otra hija del Cordobés que se parecía mucho a él, creo que tampoco estaba reconocida, y contaba que Manuel hijo no tenía ningún interés en ella.
 
Se me ocurre ahora...
.... y si es el padre el que le ha animado a presentar la demanda?

El Cordobés padre tiene que estar orgulloso del hijo, a fin de cuentas es el único que ha triunfado, y quizá quiera tratar a los nietos. Está ya mayor y a estas alturas qué más le da la mujer!

Si es que es tonto no reconociéndolo.
 
Una cosa es saber quien es tu padre y que el muy... no te quiera reconocer y otra que sea vox populi y aun asi no te quiera reconocer. La humillación es doble. Ese el quiz de la cuestión, que fuese el hijo de El Cordobes para todo el mundo excepto su propio padre y la ley.

Yo no veo que Manuel Diaz haya actuado de forma diferente a los otros dos ya reconocidos via juzgado. Es más, lo ha hecho hasta mejor, porque le ha dado a su padre años y años para que la iniciativa partiese de él. Y, como dice Pescadilla, Manuel encima fue fruto de una relación de años, no de un ligue pasajero... La madre tuvo que tragar carros y carretas, soltera y embarazada, pero queriendo de verdad a ese sinvergüenza. La Martina, en cambio, no sé por qué se siente más que ella, pues tuvo dos bastardos antes de que el Codobés aceptase casarse con ella esperando ya el tercero...

Manuel, te deseo mucha suerte y que te toque un buen pellizco en la herencia, es la única compensación que vas a tener por lo que te han hecho él, su mujer y su prole egoísta...
 
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Martina Fraysse: «La vida privada de los seres es sagrada»

Domingo , 29-11-09 a las 10 : 11


La mujer que convive desde hace casi cuarenta años con el ciclón de Palma del Río trasluce inteligencia y templanza. Podría decirse que estamos ante su contrapunto. Martina Fraysse Urruty (Biarritz, 1945) ha logrado guarecerse de los focos desde que ató su vida al genial matador y ha hecho de la discreción una seña de identidad. No concede entrevistas desde hace décadas y hoy nos recibe en un salón impecablemente ordenado, entre lienzos taurinos y retratos de una biografía intensísima. Entra ataviada con chaqueta gris, camisa blanca y pantalones negros, saluda cortésmente y atiende las instrucciones del fotógrafo, que le pide que se siente debajo de un cuadro de El Cordobés. «¿Aquí debajo del jefe?». En efecto.

«En la vida de Manuel Benítez he salido poco. Es una decisión personal. Él ha sido todo y se debe a su público. Yo no. Yo soy parte de su vida privada. Y la vida privada de los seres es sagrada».

Habla con una convicción desusada, con la misma que parece haber construido su vida desde que decidió fundar una familia con aquel jovenzuelo que la deslumbró en la plaza de toros de Bayona a principios de los años sesenta. Hija de un arquitecto francés y nieta de donostiarra, Martina Fraysse se aficionó tempranamente a los toros de la mano de su progenitor. «La primera vez que lo vi torear fue en Bayona. Rompía todos los esquemas. Era otra historia, otro concepto».

Por entonces, su existencia se encaminaba a una rutinaria vida de estudiante de letras, pero una mañana de 1964 una amiga la invitó a San Isidro para asistir a la confirmación de la alternativa del matador cordobés. Manuel Benítez sufrió una grave cogida y, a través de un amigo común, pudo visitarlo en el sanatorio de los toreros.

—¿Qué se encontró?

—Una personalidad arrolladora, atractiva al máximo. Pero él era un hombre esencialmente volcado en su profesión.

Cuatro años después, Martina Fraysse se quedó embarazada de Maribel, su primera hija, y en 1971 se instalaron en Córdoba. «Era una ciudad muy cerrada, aunque no me fue complicado adaptarme. Mi vida era plena».

Conserva gran parte de la belleza que cautivó al torero y una elegancia innata, que habrá debido de pulir con los años. Habla en un correctísimo español, tocado con un dulce acento francés. «Cuando se tienen cinco hijos y los quieres educar tú personalmente no puedes trabajar en otra cosa. El padre debe de estar fuera de la casa para buscar el sustento y la madre es una figura esencial… porque procreamos. Ahora parece que la madre necesita de otras cosas y no se siente plena si no trabaja. Cada uno lo ve a su modo y esta es mi forma de verlo, que puedo estar equivocada».

—¿Cree en la igualdad?

—Sí, por qué no. Pero con matices. Yo no veo algunas cosas factibles para la mujer. Igual que a los hombres no los veo en ciertas tesituras. Me parece muy bien que dos hombres se quieran. Ahora: yo no paso porque tengan hijos adoptados.

Asegura que no participó en la decisión de Benítez de dejar los toros, pese a que tras el nacimiento de su hija le inquietaba que se vistiera de luces. «Igual que él respeta mis puntos de vista, yo respetaba el suyo. Tampoco le hablé jamás de casarnos».

—¿No le daba usted importancia al matrimonio?

—Sí, pero yo no estaba aquí para obligar a nadie y tenía que decidir libremente.

—Una mente liberal para la época.

—Mis padres fueron un matrimonio formal, pero en mi tierra se han contemplado esas cosas con naturalidad.

Un piano ocupa la parte central del salón, cubierto por un manto de fotografías y recuerdos. Tras su retirada, El Cordobés recibió clases de música, que con el paso de los años las ha ido olvidando. Sí mantiene su afición por el tenis y junto a Martina Fraysse comparten un monitor dos veces por semana.

—¿Quién es Martina Fraysse?

—Soy yo.

—¿Y cómo se ve usted misma?

—Quizás mi aspecto frente a las personas equivoca. No soy de risa fácil, pero soy una persona vital, muy testaruda. De hecho puede ser un defecto, o una virtud, y la virtud de mi cabezonería ha sido hacer esta familia.

—¿Usted ha sido la artífice?

—Yo diría que he puesto un 55%.

—Era una apuesta de riesgo.

—Pensándolo ahora sí.

—Pero ha sobrevivido usted.

—Sobrevivir no. He vivido plenamente.

—¿Cómo se vive con un mito?

—Con mucho amor. Y con paciencia. Y voluntad.

—¿Qué le deslumbró: la estrella o el ser humano?

—El traje de luces dura el tiempo de un flash.

—¿Benítez es lo que parece?

—¿Y qué parece?

—Una persona divertida, vitalista, aventurera.

—Eso corresponde a primera vista. Pero es un hombre muy profundo. Manuel Benítez no está loco, como dice mucha gente. No, no. Ha sido y es una persona con los pies en la tierra.

—Tiene una inteligencia intuitiva.

—Está extremadamente dotado para ella.

—¿Benítez ha podido mantener su percepción vital, sus orígenes?

—Sí. Ha conocido todo desde la nada y no se ha dejado embaucar.

—¿Usted ha puesto la racionalidad?

—No, no. Él es muy racional. Ahí reside la equivocación de las personas.

—Pero parece muy emocional.

—Porque en un momento dado él ha dicho: «Me lo como todo; me lo bebo todo». Pero luego al día siguiente aquí se ha trabajado, se ha luchado.

—¿Y esa parte cómo la digiere?

—Es su parte de su genio, de ser una persona diferente y excesiva en algunas cosas. Pero no ha perdido nunca el norte y su brújula ha funcionado de maravilla.

—¿A usted le sigue pareciendo un hombre diferente?

—Totalmente. Toda la vida.

—Eso es un milagro.

—¿Milagro por qué?

—Las parejas se suelen conducir hacia la rutina.

—Hay una parte de rutina en torno a nosotros y hemos tenido crisis. No somos extraterrestres. Pero para mí conserva los rasgos fundamentales del hombre que me enamoró.

—Si yo digo que Benítez pone la fuerza y usted la templanza, ¿me equivoco?

—¡Uh! ¡No me conoce! También tengo mucha burbuja, como el champán.

—O sea, que en esta casa no hay un ciclón, sino dos.

—Quizás canalice mejor mis emociones. Pero tengo mucho temperamento. Me han enseñado a canalizar esto desde pequeña. Y Manolo ha carecido de padre. Ha carecido de tantas cosas… Por eso es un ser que enamora. Lo aceptas con sus defectos, porque lo tienes que comprender.

—¿Se ha sentido invisible?

—¿Yo invisible?

—Por el eclipse de un mito.

—He intentado que me conozcan menos. ¿Usted me ve invisible? He existido perfectamente y como he querido existir.

—¿A qué aspira usted?

—A que Dios me dé salud para seguir disfrutando de mis hijos, de mis nietos y de la vida.

—Dígame un desengaño.

—Los amigos que no son amigos.

—¿Añora su país?

—Siempre. Sobre todo el mar Atlántico.

—¿Por qué Córdoba?



—Porque a Manolo le gusta su tierra a morir.

—¿Ha vivido la vida que ha querido vivir?

—Yo creo que sí. Sobre todo la vida que he elegido.

http://sevilla.abc.es/20091129/sevi...artina-fraysse-vida-privada-200911290943.html
 
Esta en pleno derecho si es su padre de pedirle una prueba de paternidad
Por eso no le vamos a criticar

Don dinero manda si fuera un fontanero ya veríamos. .

Si el padre fuera fontanero sin miedos a compartir su dinero, no se hubiera negado a reconocerlo. Si al hijo sin reconocer no le averguenza un padre fontanero, lo buscaria igual. En el caso de este hombre, el padre fontanero hubiera querido anunciar que era el padre de un torero famoso .
Depende de la decencia y la miseria de cada individuo.

No es una cuestión de dinero, para nada. Es el ultimo intento por demostrar que la madre no miente y que el tampoco miente.
Legalizar el asunto del apellido si lo quiere llevar, pero que conste que era su padre aunque siempre, por intereses personales de otros, lo quiso negar. Un miserable, la verdad. La mujer ni hablar y los hijos son mayores y se han desentendido, cómplices igual.
 
Eso de pillar una servilleta con la saliva del Cordobés senior... ¡Ahí el Junior, usando técnicas del CSI, con detective-espía incluido! :D
En los entresijos esos sobre que "su padre lo despreció", etc, etc no me voy a meter. Pero El Cordobés jr ha usado lo de "ser hijo de" para avanzar en eso del toreo... eso nadie lo puede poner en duda... Hasta por lo visto lo imitaba, para dar más que hablar... ¿Que el padre no le ayudó directamente? Vale, pero él supo explotar eso del "presunto" padre todo lo que pudo.

Ahora contratando a alguien para que coja la saliva y todo eso... es búsqueda de herencia... lo puedo entender como una especie de "venganza" si se quiere, al Cordobés senior y a la familia "legal"... se van a fastidiar repartiendo herencia los medio hermanos con él... desde ese punto de vista hasta se puede entender (la venganza es un plato que se sirve frío).
Pero que no siga con el cuento de que "adora" al padre y blablabla...
 
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