D
Dadush
Guest
La política interna israelí, así como la sociedad israelí, son temas demasiado complejos para opinar a la ligera, aunque los que opinen se disfracen de grandes especialistas e intelectuales y así vendan su falsa ¨mercancía¨.
El sistema jurídico de Israel es una mezcla del Common Law Anglosajón y del Derecho Turco Otomano. A todo lo anterior hay que agregarle el Derecho Hebreo, así todo lo relativo a matrimonios y divorcios entre judíos está bajo jurisprudencia del Tribunal Rabínico, mientras que los musulmanes y cristianos cuentan y supervisan sus propias cortes religiosas en estos temas.
En Israel la ley confiere a todos los ciudadanos, judíos y no judíos, los mismos derechos y obligaciones. Los árabes son ciudadanos con todos los derechos, y pueden votar y ser votados en todas las elecciones, están en la Knesset, en el poder judicial, para ya no hablar de médicos, maestros y profesores universitarios, el 20% de los estudiantes universitarios del país son árabes. No conozco lugares públicos, como playas, autobuses, trenes, tiendas, etc. donde prohíban la entrada a no judíos. El mismo Ismail Haniyeh, líder de Hamas, no dudó en internar a su nieta en el Hospital Shneider en el centro de Israel, y nadie aquí le cerró las puertas.
Por otra parte Israel, por ley, garantiza la seguridad de todos los sitios sagrados tanto judíos como no judíos.
En síntesis, todos los israelíes tienen los mismos derechos, así como las mismas obligaciones, aunque esto último ya sea más difícil de concretar para quienes solo están acostumbrados a exigir sin límites y más cuando son alimentados por la prolífica propaganda contra Israel, que en el fondo no es más que el odio profundo y milenario que tienen muchos a los judíos, aunque nunca lo puedan reconocer.
El sistema jurídico de Israel es una mezcla del Common Law Anglosajón y del Derecho Turco Otomano. A todo lo anterior hay que agregarle el Derecho Hebreo, así todo lo relativo a matrimonios y divorcios entre judíos está bajo jurisprudencia del Tribunal Rabínico, mientras que los musulmanes y cristianos cuentan y supervisan sus propias cortes religiosas en estos temas.
En Israel la ley confiere a todos los ciudadanos, judíos y no judíos, los mismos derechos y obligaciones. Los árabes son ciudadanos con todos los derechos, y pueden votar y ser votados en todas las elecciones, están en la Knesset, en el poder judicial, para ya no hablar de médicos, maestros y profesores universitarios, el 20% de los estudiantes universitarios del país son árabes. No conozco lugares públicos, como playas, autobuses, trenes, tiendas, etc. donde prohíban la entrada a no judíos. El mismo Ismail Haniyeh, líder de Hamas, no dudó en internar a su nieta en el Hospital Shneider en el centro de Israel, y nadie aquí le cerró las puertas.
Por otra parte Israel, por ley, garantiza la seguridad de todos los sitios sagrados tanto judíos como no judíos.
En síntesis, todos los israelíes tienen los mismos derechos, así como las mismas obligaciones, aunque esto último ya sea más difícil de concretar para quienes solo están acostumbrados a exigir sin límites y más cuando son alimentados por la prolífica propaganda contra Israel, que en el fondo no es más que el odio profundo y milenario que tienen muchos a los judíos, aunque nunca lo puedan reconocer.