Leyendo el hilo de GHVIP, me ha entrado curiosidad por este personaje.
Rebuscando he encontrado:
Lo que nunca se cuenta de Paolo Vasile
Paolo Vasile
Paolo Vasile conversando con Ana Rosa Quintana (I.C)
Juan M. Fdez - Sígueme en Twitter - 24/03/2013
Hasta la llegada de Sé lo que hicisteis a la televisión, pocos hubiesen sido capaces de reconocer al consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile. Era el principio de una estrategia para poner cara pero, sobre todo, demonizar al responsable de la telebasuraen nuestro país.
A partir de entonces, gracias a la fama televisiva adquirida y su naturalidad -nunca acepta hacer declaraciones off the record-, el 'desconocido' romano de pelo blanco pasó a copar titulares y protagonizar noticias semana tras semana. El nombre de Telecinco había pasado a un segundo plano, dejando paso a un más mediático Vasile.
Vasile ha dicho esto o Vasile ha dicho aquello, titulan los medios. El italiano había pasado a convertirse en un ente, en un personaje más del cátodo. Ya no sólo se habla de la cadena de Fuencarral o la cadena amiga, se habla de la cadena de Vasile, como si él tomara todas y cada una de las decisiones que allí acontecen.
La nueva imagen del italiano brindó a la prensa otra forma para hablar de Telecinco mucho más efectiva a la hora de contabilizar visitas. “Paolo Vasile no habla, da titulares”, se comenta en la profesión. Quizá por ello no se atreva a tener una cuenta personal de Twitter. Eso sería darle un nuevo quebradero de cabeza a su directora de comunicación.
El desembarco de Vasile
Una imagen complemente distinta a la que tenía cuando desembarcó en España con su familia en 1999 para intentar convertir a Telecinco en líder de audiencias. Entonces, el italiano tuvo que ser convencido por su mujer para hacerse con las riendas de la cadena. “Ella es la responsable”, comentaba el directivo a Vanitatishace unos días en Roma durante un encuentro con los medios. Ella también le había aconsejado abandonar la producción de cine por la televisión cuando rondaba los treinta años.
No fue la única motivación. Su padre, Turi Vasile, se había arruinado haciendo cine. De hecho la que para algunos es una de las mejores películas de Federico Fellini, Roma, para el italiano es un mal recuerdo. Prefiere recordar Pan y Chocolate, de Franco Brusatti, para él la mejor cinta que produjo su progenitor.
Aquella experiencia le hizo aprender que el cine no es rentable.Tampoco la televisión que a él le gusta. “Si yo hiciera la televisión que quiero, estaría arruinado”, ha explicado en alguna que otra ocasión. “No trabajamos para la gloria. Trabajamos por el éxito”, repite constantemente.
Pero, ¿es necesario hacer el tipo de televisión que hace Telecinco o quitarle su ADN a Cuatro? “Mi batalla final es mantener el empleo de mis 1365 trabajadores. Hoy en día, mandar a casa un trabajador es matar a tres personas”, confiesa sincero.
Una actitud protectora, 'espartana', que demuestra a diario con sus presentadores estrellas. Y es que, después de recibir la llamada de su directora de comunicación cada mañana a eso de las 8:20 horas para saber de lo que hablan los medios, el italiano felicita mediante un mensaje de texto a aquellos que han obtenido buenos datos de audiencia.
De hecho, aquellos que todavía duermen debido a que su programa terminó a altas horas de la madrugada, se enteran de que su espacio ha tenido buenos datos cuando el sonido de un mensaje de texto les despierta. A esas horas sólo pueden ser buenas noticias. Nunca hay un mensaje cuando hay malos datos.
Después es momento para analizar las audiencias, tomar decisiones, planear estrategias, reunirse. Una rutina que sólo es interrumpida si el italiano recibe una llamada o un mensaje de su mujer o sus hijos. “Ya puede estar reunido con un ministro, que siempre contesta”, explican los que le conocen bien.
La vuelta a Roma
Su jornada termina tarde. Nunca a una hora fija. Tampoco es fija la hora de la cena. Ya no lo hace como los italianos, a eso de la ocho. En eso se ha convertido en un español más. En ocasiones bromea diciendo que su casa está en Fuencarral. Allí al menos está rodeado de su familia televisiva. En casa le acompaña la soledad desde que su verdadera familia decidiera regresar a Roma hace ya siete años.
Una soledad que termina todos los viernes cuando regresa a Roma para pasar el fin de semana. Allí deja de ser Vasile para convertirse en Paolo. Allí recupera la vida que tenía antes de partir a Madrid, donde puede pasear a su perro tranquilamente después de una dura jornada, donde puede ir al cine junto a su mujer, donde se sienta en el sillón de casa junto a sus amigos cada domingo para ver los partidos de la Roma. “Tenemos un ritual como el que hacen en El lado bueno de las cosas”, afirma.
El fútbol es otra de sus pasiones. “Ojalá el Real Madrid gane la décima. Florentino se lo merece”, confiesa emocionado al recordar el duro año que ha pasado el presidente del equipo blanco en lo personal.
Vasile, el más Risto de la clase
Es cierto. Muchos han salido llorando de su despacho. Cuentan que la última, apenas unas semanas antes de entrar en 'GH VIP', fue Belén Esteban. Ahora le tocaba el turno a Risto Mejide
Ilustración de Pablo Sordo para 'Vanitatis'
Hoy, Paco Sordo (¡bienvenido!) estrena ilustración en esta mi sección y lo hace por todo lo alto: caricaturizando a Paolo Vasile. Con un par. Si se cumple la leyenda urbana, mañana Paco tendrá la cabeza sangrante de un caballo bajo sus sábanas y yo tendré que buscar un nuevo dibujante para dar color a estas tristes líneas. Da igual, como dijo Pérez-Reverte cuando vendió los derechos deAlatriste a Mediaset: “Qué pasa, me gusta el riesgo”.
A pesar de las innumerables fábulas que ha protagonizado, siendo el lobo en casi todas ellas y Caperucita solo en un par, Paolo Vasile es en realidad una persona sencilla, mundana, común; esto es, de esas que hacen todo lo posible por salir en una foto (mi madre también lo haría) junto a los Reyes de España. Y no digo esto porque yo lo haya visto y tampoco porque ocurriera en la fiesta del 25 aniversario de Antena 3. No.
Es cierto. Muchos han salido llorando de su despacho. Cuentan que la última, apenas unas semanas antes de entrar en GH VIP, fue Belén Esteban, que siempre, o casi siempre, ha tenido línea directa con el Altísimo. Sin embargo, ese día, tras la distendida charla entre desiguales, la de San Blas se desahogaba en uno de los retretes de Telecinco (me encanta la paradoja retrete dentro de retrete) con alguien de su confianza. La letra pequeña tenía la culpa. Y Belén, aunque no lo parezca, sabe leerla. Las condiciones de una renovación son a veces tan injustas…
Ahí lo dejo.
Sandra Barneda es esa simpática señora que los sábados entrevista a Montoro y los miércoles hace lo propio con Chabelita. Una mujer renacentista
De todos modos, en esto de pedir siempre ha habido clases. A Jorge Javier Vázquez, por ejemplo, le fue bastante mejor en ese mismo despacho no hace demasiado tiempo. Pero, claro, no es lo mismo Jorgeja que Belén, como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo, que decía Cela. Quedarte sin Jorgeja (ese señor que nunca duerme, porque si lo hiciera lo veríamos) es como quedarte sin tabaco a las tres de la madrugada en Cogolludos de la Sierra. En ese supuesto cualquiera de nosotros, también Vasile, estaría jodido. Sin embargo, Belén Esteban está más acabada ya que Los Pecos. Y ahí puedes hincar el diente, tocar las narices. Ahí las condiciones, todas, las pones tú. En ese supuesto Paolo estaría jodiendo. Y no, no es lo mismo.
Estos son los antecedentes del hecho. La jurisprudencia. Ahora intentemos aplicarla a las tres últimas renovaciones a las que se ha enfrentado el jefe: las de Emma García, Sandra Barneda y Risto Mejide. ¿Cómo acabó la cosa? Hagan sus apuestas.
Emma García
La presentadora Emma García, en una imagen de archivo
Esta es fácil. Aquí Paolo se podría haber vestido hasta de Christian Grey. Emma tiene el récord de fracasos consecutivos en televisión. Entra al despacho tras convertirse en la única mujer conocida que ha aguantado cinco años debajo del agua. Sin respirar. Nadie sabe por qué, pero ahí sigue, debajo del agua. Eso sí, cobrando menos que ayer y, por supuesto, menos que mañana. Emma necesita a Vasile y Vasile no la necesita a ella, pero siempre la ha tenido estima y pocos saben el porqué.
Resultado conseguido y esperado: negociación contractual a la baja.
Sandra Barneda
Sandra Barneda, en una imagen de archivo de Telecinco
Sandra es esa simpática (no es la palabra adecuada, pero no me sale otra) señora que los sábados entrevista a Montoro y los miércoles hace lo propio conChabelita. Una mujer renacentista, diría yo. Entra al despacho mareada tras un viaje (¿deseado?) en la montaña rusa de la credibilidad. Viene de luto porque su programa festivo, Hable con ellas, ya está de vigilia cada noche de Halloween. No obstante, perdura su labor informativa y seria, ejem, al frente de Un tiempo nuevo, un espacio que solo hemos visto un día, el día en que conocimos al ‘pequeño Nicolás’, que por supuesto no cobró. Sandra necesita a Vasile y Vasile necesita un poco a Sandra. ¿Por qué, si su programa hace un 9%? Porque Paolo quiere tener un arma política arrojadiza. Otra cosa es que lo haya conseguido. Arrojadiza, ya saben… Si vosotros me tocáis las narices con Sálvame, yo os quito cada sábado un par de votos, pero si todos somos amiguitos, os entrevisto a Montoro (hay que tener valor) y a Jorge Fernández Díaz en prime time. Aun con todo, Sandra tampoco estaba en condiciones de exigir, así que…
Resultado conseguido y esperado: negociación contractual a la baja.
Risto Mejide
Risto Mejide, en una imagen promocional de 'Viajando con Chester'
Risto es ese publicista pasado de vueltas que presenta el Chester. Entra al despacho con los deberes (bien) hechos. Quizá Vasile no le necesita demasiado, pero él tampoco parece necesitar a Vasile. El jefe ignoraba este último dato, de ahí el resultado final de la reunión:
"Risto Mejide es uno de nuestros más queridos colaboradores, pero lamentablemente no se ha podido alcanzar un acuerdo en la renegociación de su contrato (…) Dadas las circunstancias de los últimos años, hemos pedido a empleados, artistas y proveedores el mismo esfuerzo de mantenimiento de sus retribuciones y en general hemos encontrado mucha comprensión".
Este es el comunicado que mandó la cadena. Pura elegancia. Pasó algo parecido cuando abandonaron la casa Arguiñano o Pablo Motos. Se confirma que es más fácil salir amistosamente de la Cienciología que de Telecinco.
De todos modos, la importancia del comunicado radica en la frase “dadas las circunstancias de los últimos años, hemos pedido a empleados, artistas y proveedores el mismo esfuerzo de mantenimiento de sus retribuciones”. Lo dicen justo ahora, cuando el mercado publicitario vive su mejor momento de los últimos siete años y cuando con solo un programa, Gran Hermano VIP,Telecinco está alimentando toda una parrilla líder. Nunca la nada fue más barata ni más rentable. Y, sin embargo, ahí tienen al jefe, pidiendo limosna a los empleados, interiorizando hasta las últimas consecuencias los preceptos de cierta reforma laboral. Poniendo excusas baratas sobre heridas abiertas. Intentando ser el más Risto de la clase.
La verdad sea dicha: Risto es un cuarto de kilo de Jordi Évole, con el que competía todos los domingos, pero aun así es el único que se ha atrevido a plantar a Vasile, un hombre que puede cerrar de un manotazo el 99% de las puertas que abren el cielo. Ahí tienen a Belén Esteban en GH contra su voluntad. A Emma abriendo braguetas en horario infantil. A Barneda saliendo del armario en el late night. Pero Risto ayer le dijo a Vasile que se guardase la calderilla y hoy me cae mejor, porque ya no me queda tan claro que, al menos en algunos casos, no sea lo mismo estar jodido que estar jodiendo.
Rebuscando he encontrado:
Lo que nunca se cuenta de Paolo Vasile
Paolo Vasile conversando con Ana Rosa Quintana (I.C)
Juan M. Fdez - Sígueme en Twitter - 24/03/2013
Hasta la llegada de Sé lo que hicisteis a la televisión, pocos hubiesen sido capaces de reconocer al consejero delegado de Mediaset España, Paolo Vasile. Era el principio de una estrategia para poner cara pero, sobre todo, demonizar al responsable de la telebasuraen nuestro país.
A partir de entonces, gracias a la fama televisiva adquirida y su naturalidad -nunca acepta hacer declaraciones off the record-, el 'desconocido' romano de pelo blanco pasó a copar titulares y protagonizar noticias semana tras semana. El nombre de Telecinco había pasado a un segundo plano, dejando paso a un más mediático Vasile.
Vasile ha dicho esto o Vasile ha dicho aquello, titulan los medios. El italiano había pasado a convertirse en un ente, en un personaje más del cátodo. Ya no sólo se habla de la cadena de Fuencarral o la cadena amiga, se habla de la cadena de Vasile, como si él tomara todas y cada una de las decisiones que allí acontecen.
La nueva imagen del italiano brindó a la prensa otra forma para hablar de Telecinco mucho más efectiva a la hora de contabilizar visitas. “Paolo Vasile no habla, da titulares”, se comenta en la profesión. Quizá por ello no se atreva a tener una cuenta personal de Twitter. Eso sería darle un nuevo quebradero de cabeza a su directora de comunicación.
El desembarco de Vasile
Una imagen complemente distinta a la que tenía cuando desembarcó en España con su familia en 1999 para intentar convertir a Telecinco en líder de audiencias. Entonces, el italiano tuvo que ser convencido por su mujer para hacerse con las riendas de la cadena. “Ella es la responsable”, comentaba el directivo a Vanitatishace unos días en Roma durante un encuentro con los medios. Ella también le había aconsejado abandonar la producción de cine por la televisión cuando rondaba los treinta años.
No fue la única motivación. Su padre, Turi Vasile, se había arruinado haciendo cine. De hecho la que para algunos es una de las mejores películas de Federico Fellini, Roma, para el italiano es un mal recuerdo. Prefiere recordar Pan y Chocolate, de Franco Brusatti, para él la mejor cinta que produjo su progenitor.
Aquella experiencia le hizo aprender que el cine no es rentable.Tampoco la televisión que a él le gusta. “Si yo hiciera la televisión que quiero, estaría arruinado”, ha explicado en alguna que otra ocasión. “No trabajamos para la gloria. Trabajamos por el éxito”, repite constantemente.
Pero, ¿es necesario hacer el tipo de televisión que hace Telecinco o quitarle su ADN a Cuatro? “Mi batalla final es mantener el empleo de mis 1365 trabajadores. Hoy en día, mandar a casa un trabajador es matar a tres personas”, confiesa sincero.
Una actitud protectora, 'espartana', que demuestra a diario con sus presentadores estrellas. Y es que, después de recibir la llamada de su directora de comunicación cada mañana a eso de las 8:20 horas para saber de lo que hablan los medios, el italiano felicita mediante un mensaje de texto a aquellos que han obtenido buenos datos de audiencia.
De hecho, aquellos que todavía duermen debido a que su programa terminó a altas horas de la madrugada, se enteran de que su espacio ha tenido buenos datos cuando el sonido de un mensaje de texto les despierta. A esas horas sólo pueden ser buenas noticias. Nunca hay un mensaje cuando hay malos datos.
Después es momento para analizar las audiencias, tomar decisiones, planear estrategias, reunirse. Una rutina que sólo es interrumpida si el italiano recibe una llamada o un mensaje de su mujer o sus hijos. “Ya puede estar reunido con un ministro, que siempre contesta”, explican los que le conocen bien.
La vuelta a Roma
Su jornada termina tarde. Nunca a una hora fija. Tampoco es fija la hora de la cena. Ya no lo hace como los italianos, a eso de la ocho. En eso se ha convertido en un español más. En ocasiones bromea diciendo que su casa está en Fuencarral. Allí al menos está rodeado de su familia televisiva. En casa le acompaña la soledad desde que su verdadera familia decidiera regresar a Roma hace ya siete años.
Una soledad que termina todos los viernes cuando regresa a Roma para pasar el fin de semana. Allí deja de ser Vasile para convertirse en Paolo. Allí recupera la vida que tenía antes de partir a Madrid, donde puede pasear a su perro tranquilamente después de una dura jornada, donde puede ir al cine junto a su mujer, donde se sienta en el sillón de casa junto a sus amigos cada domingo para ver los partidos de la Roma. “Tenemos un ritual como el que hacen en El lado bueno de las cosas”, afirma.
El fútbol es otra de sus pasiones. “Ojalá el Real Madrid gane la décima. Florentino se lo merece”, confiesa emocionado al recordar el duro año que ha pasado el presidente del equipo blanco en lo personal.
Vasile, el más Risto de la clase
Es cierto. Muchos han salido llorando de su despacho. Cuentan que la última, apenas unas semanas antes de entrar en 'GH VIP', fue Belén Esteban. Ahora le tocaba el turno a Risto Mejide
Ilustración de Pablo Sordo para 'Vanitatis'
Hoy, Paco Sordo (¡bienvenido!) estrena ilustración en esta mi sección y lo hace por todo lo alto: caricaturizando a Paolo Vasile. Con un par. Si se cumple la leyenda urbana, mañana Paco tendrá la cabeza sangrante de un caballo bajo sus sábanas y yo tendré que buscar un nuevo dibujante para dar color a estas tristes líneas. Da igual, como dijo Pérez-Reverte cuando vendió los derechos deAlatriste a Mediaset: “Qué pasa, me gusta el riesgo”.
A pesar de las innumerables fábulas que ha protagonizado, siendo el lobo en casi todas ellas y Caperucita solo en un par, Paolo Vasile es en realidad una persona sencilla, mundana, común; esto es, de esas que hacen todo lo posible por salir en una foto (mi madre también lo haría) junto a los Reyes de España. Y no digo esto porque yo lo haya visto y tampoco porque ocurriera en la fiesta del 25 aniversario de Antena 3. No.
Es cierto. Muchos han salido llorando de su despacho. Cuentan que la última, apenas unas semanas antes de entrar en GH VIP, fue Belén Esteban, que siempre, o casi siempre, ha tenido línea directa con el Altísimo. Sin embargo, ese día, tras la distendida charla entre desiguales, la de San Blas se desahogaba en uno de los retretes de Telecinco (me encanta la paradoja retrete dentro de retrete) con alguien de su confianza. La letra pequeña tenía la culpa. Y Belén, aunque no lo parezca, sabe leerla. Las condiciones de una renovación son a veces tan injustas…
Ahí lo dejo.
Sandra Barneda es esa simpática señora que los sábados entrevista a Montoro y los miércoles hace lo propio con Chabelita. Una mujer renacentista
De todos modos, en esto de pedir siempre ha habido clases. A Jorge Javier Vázquez, por ejemplo, le fue bastante mejor en ese mismo despacho no hace demasiado tiempo. Pero, claro, no es lo mismo Jorgeja que Belén, como tampoco es lo mismo estar jodido que estar jodiendo, que decía Cela. Quedarte sin Jorgeja (ese señor que nunca duerme, porque si lo hiciera lo veríamos) es como quedarte sin tabaco a las tres de la madrugada en Cogolludos de la Sierra. En ese supuesto cualquiera de nosotros, también Vasile, estaría jodido. Sin embargo, Belén Esteban está más acabada ya que Los Pecos. Y ahí puedes hincar el diente, tocar las narices. Ahí las condiciones, todas, las pones tú. En ese supuesto Paolo estaría jodiendo. Y no, no es lo mismo.
Estos son los antecedentes del hecho. La jurisprudencia. Ahora intentemos aplicarla a las tres últimas renovaciones a las que se ha enfrentado el jefe: las de Emma García, Sandra Barneda y Risto Mejide. ¿Cómo acabó la cosa? Hagan sus apuestas.
Emma García
La presentadora Emma García, en una imagen de archivo
Esta es fácil. Aquí Paolo se podría haber vestido hasta de Christian Grey. Emma tiene el récord de fracasos consecutivos en televisión. Entra al despacho tras convertirse en la única mujer conocida que ha aguantado cinco años debajo del agua. Sin respirar. Nadie sabe por qué, pero ahí sigue, debajo del agua. Eso sí, cobrando menos que ayer y, por supuesto, menos que mañana. Emma necesita a Vasile y Vasile no la necesita a ella, pero siempre la ha tenido estima y pocos saben el porqué.
Resultado conseguido y esperado: negociación contractual a la baja.
Sandra Barneda
Sandra Barneda, en una imagen de archivo de Telecinco
Sandra es esa simpática (no es la palabra adecuada, pero no me sale otra) señora que los sábados entrevista a Montoro y los miércoles hace lo propio conChabelita. Una mujer renacentista, diría yo. Entra al despacho mareada tras un viaje (¿deseado?) en la montaña rusa de la credibilidad. Viene de luto porque su programa festivo, Hable con ellas, ya está de vigilia cada noche de Halloween. No obstante, perdura su labor informativa y seria, ejem, al frente de Un tiempo nuevo, un espacio que solo hemos visto un día, el día en que conocimos al ‘pequeño Nicolás’, que por supuesto no cobró. Sandra necesita a Vasile y Vasile necesita un poco a Sandra. ¿Por qué, si su programa hace un 9%? Porque Paolo quiere tener un arma política arrojadiza. Otra cosa es que lo haya conseguido. Arrojadiza, ya saben… Si vosotros me tocáis las narices con Sálvame, yo os quito cada sábado un par de votos, pero si todos somos amiguitos, os entrevisto a Montoro (hay que tener valor) y a Jorge Fernández Díaz en prime time. Aun con todo, Sandra tampoco estaba en condiciones de exigir, así que…
Resultado conseguido y esperado: negociación contractual a la baja.
Risto Mejide
Risto Mejide, en una imagen promocional de 'Viajando con Chester'
Risto es ese publicista pasado de vueltas que presenta el Chester. Entra al despacho con los deberes (bien) hechos. Quizá Vasile no le necesita demasiado, pero él tampoco parece necesitar a Vasile. El jefe ignoraba este último dato, de ahí el resultado final de la reunión:
"Risto Mejide es uno de nuestros más queridos colaboradores, pero lamentablemente no se ha podido alcanzar un acuerdo en la renegociación de su contrato (…) Dadas las circunstancias de los últimos años, hemos pedido a empleados, artistas y proveedores el mismo esfuerzo de mantenimiento de sus retribuciones y en general hemos encontrado mucha comprensión".
Este es el comunicado que mandó la cadena. Pura elegancia. Pasó algo parecido cuando abandonaron la casa Arguiñano o Pablo Motos. Se confirma que es más fácil salir amistosamente de la Cienciología que de Telecinco.
De todos modos, la importancia del comunicado radica en la frase “dadas las circunstancias de los últimos años, hemos pedido a empleados, artistas y proveedores el mismo esfuerzo de mantenimiento de sus retribuciones”. Lo dicen justo ahora, cuando el mercado publicitario vive su mejor momento de los últimos siete años y cuando con solo un programa, Gran Hermano VIP,Telecinco está alimentando toda una parrilla líder. Nunca la nada fue más barata ni más rentable. Y, sin embargo, ahí tienen al jefe, pidiendo limosna a los empleados, interiorizando hasta las últimas consecuencias los preceptos de cierta reforma laboral. Poniendo excusas baratas sobre heridas abiertas. Intentando ser el más Risto de la clase.
La verdad sea dicha: Risto es un cuarto de kilo de Jordi Évole, con el que competía todos los domingos, pero aun así es el único que se ha atrevido a plantar a Vasile, un hombre que puede cerrar de un manotazo el 99% de las puertas que abren el cielo. Ahí tienen a Belén Esteban en GH contra su voluntad. A Emma abriendo braguetas en horario infantil. A Barneda saliendo del armario en el late night. Pero Risto ayer le dijo a Vasile que se guardase la calderilla y hoy me cae mejor, porque ya no me queda tan claro que, al menos en algunos casos, no sea lo mismo estar jodido que estar jodiendo.