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Yo no la veo hace años,jajaja
Pues la verdad es que yo no la he visto nunca, no sé ni de qué va, pero tiene una pinta de culebrón...
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Yo no la veo hace años,jajaja
Ligues "contingentes",jajajaja
Ya que escribes tan bien,te dejo este video de una serie que me gustaba y haz un relato de ella,si quieres.Es de cuando yo era una dulce y encantadora jovencita. O no?jajajaja
Machista,racista,....pero una maravilla¡Erase una vez dos amigos, uno es del Norte y otro es del Sur, el de Escarlata O´Hara, que se conocen cuando van a convertirse en oficiales del Ejército de los USA a la academia de West Point. El del Norte es de familia de industriales, es serio, formal y soso, poco hay que contar sobre él, pero el del Sur ha nacido para ser caballero de culebrón, buen amo de esclavos y sufrido amante de una bella lllamada Madeleine casada con la Bestia, pero bestia de verdad, no como el pedazo de pan del cuento de Disney...
¡Es injusto, Orry! Tu la conocistes primero ¡y a ver que no tenías tú a ojos del padre de ella que tuviese ese viejo feo y animal, para obligarla a casarse con él en vez de contigo! ¡Ahhhhh, creo que el diletante caballero no tenía más que esa hija y deudas con el animal, asi que el trato se cerró como en una subasta de esclavos!
Ella, como es una hija muy obediente y sumisa, sacrifica su amor por tí para casarse con el animal, que la trata peor que a las esclavas negras, pero por alguna extraña razón, esta chica tiene espíritu de mártir, tú venga decirle que os fugais, que dejareís juntos todo atrás, pero ella nada, no puede consentir tu deshonor al irte con una mujer casada ¡y eso que a tí no te importa éso, pero las mujeres siempre pensamos más que vosotros en pleno calentón! Asi que, a sufrir toca, Orry, a morderte los puños para no ir a matar al tipejo ése cada vez que le ves a ella un moratón cuando os amaís en los establos y sitios así, que serás rico, pero podrías llevarla a sitios más... presentables...!
Mientras, las familias de los amigos hacen amistad, visitándose mutuamente en mansión norteña o plantación sureña, y el amigo del Norte descubre que a su abolicionista hermana, los esclavos negros le ponen un montón ¡y hasta se fuga con uno de ellos y se casa con él! ¡Que vergüenza, Señor, una cosa es ser abolicionista pero de ahí a encamarte con un negro... ¡y encima propiedad del amigo anfitrión, que poca consideración!
Tranquilo, amigo del norte - ¡ah, sí, tu nombre era George! - que Orry tiene otras cosas en las que preocuparse, no tiene bastante con ese suplicio de tener a su amada en manos de ese bestia sino que de sus dos hermanitas pequeñas, la morena le sale un pendón que se tira a todo el regimiento de su hermano, claro que él está tan ocupado con su Madeleine que no se entera de nada, que si tiene que batirse a duelo con todo el regimiento... ¡pero ella tiene corazón también y entre todos, va a enamorarse del tipo que os hace la vida imposible a Orry y a tí, George...! Un mal bicho de muchísimo cuidado que hasta la chulea ofreciéndola como regalo para sus clientes de negocios turbios!
Pero ese no es tu problema, George, tu tienes la suerte de conocer una chica y casarte sin más problema, comiendo perdices, solo tienes el problema del hermano mayor empeñado en ser el jefe de la fábrica aunque solo tenga talento para arruinarla, pero tu ambiciosa cuñada no va a dejar que te quedes con la fábrica, faltaría más... pero tu hermano pequeño te compensa en alegrias, porque los hermanos, entre el inutil y la abolicionista casada con el negro no te dan tregua, y él, en cambio, te convierte en pariente de tu amigo Orry al casarse con su hermana pequeña buena, no la pendón, y todo es felicidad... hasta que estalla la guerra y os teneis que enfrentar ¡Norte y Sur!
Tras muchas penurias, Madeleine se queda por fín viuda porque alguien termina por cargárselo, claro..., ¡Orry, aunque te hayas quedado cojo por heridas de guerra, has llegado a general y consigues casarte con ella por fín y ser padres! La abolicionista también se queda viuda de su esposo ex-esclavo y creo que pierde la chaveta por ello, pero al final, todos os reconciliais y podeís por fín comer perdices...
¡Ambers! Ten piedad, no me pongas más culebrones de encargo que tengo algunos más en la recámara... ¡Jo, que tiempos, ya lo creo que me enganchó este culebrón, con Patrick Swayze poniendo cara de sufrido amante mientras hacia el amor, que en vez de gozar parecía sufrir de hemorroides, jajajaja!
Menudo pájaro !!!¡Ay, Meggie Cleary, casarte con este hombre, un tal Luke O´Neill!
Te dejastes engañar porque se atrevió a sacarte a bailar y camelarte, pobre, con las ganas de hombre que tu tenías! La verdad es que bueno sí que estaba...
Pero el tal Luke solo quería tu dote (la que te había dejado cierto cura tras quedarse con el resto de tu herencia para obtener púrpuras en el Vaticano) y que a currela no le ganaba nadie, con decirte que para ahorrar más y más se pone a cortar caña y a meterte de criada hasta que consigaís tener una lápida de oro, porque a él lo de tener palacios o no le es indiferente, él lo que quiere es ver muchos ceros en la cuenta corriente sin gastar un duro... ¡Que mal negocio, Meggie!
Y es que tienes que ir al oculista para que te revise, porque para los hombres tienes un ojo clínino totalmente ciego.
Bueno, al menos te sirvió para hacerle padre de tus dos hijos, la niña y el del otro...
¡Y es que, mira que enamorarte desde niña de un cura, que podía ser tu padre!
Esto olía a cura pederasta, pero, bueno, el tipo se aguantó las ganas, no hasta que te hicistes mayor, sino ¡hasta que se enteró de que te habías casado, el muy...! Y entonces, ¡a saltarse todos los votos, el de castidad, el del respeto al matrimonio (haciéndote caer en el adulterio), pues al de pobreza ya había renunciado mucho antes...! Solo entonces decides darle puerta al marido roñoso...
¡Que esperar de un tipo que se deja cortejar por una vieja con ganas de marcha ante el bello cura para terminar quedándose con la herencia que correspondía a tu familia, pero Satanás le cegó con las púrpuras que iba a ganar regalando esa fortuna a la Iglesia, y nada, tu familia se tendrá que conformar con ser arrendataria del cura y su panda de Roma!
¡Y, para colmo, el hijo se te mete cura también, es que Meggie, lo tuyo con los hombres y la Iglesia era de psiquiátrico...!
Menos mal que en la vida real, Meggie, te encarnó Rachel Ward y ella ¡se quedó con el que era tu marido, Bryan Brown, mucho más presentable que tu Luke O´Neal, porque ya llevan treinta años juntos tan felices con sus hijos...