Es una palabra desacertada desde luego hay que encontrar otra más adecuada pero no dudo ni un momento en afirmar que por lo menos delante de su madre -no delante del rey porque está hecho de la misma pasta de mangante- sí que se muestra avergonzada.
Pues yo no tengo tan claro que se avergüence ni con su madre, después del show que ésta montó con su impertinente foto de famiglia en Washington.
Además, leyendo el reciente libro de de Eyre, se deduce que la reina estaba muy familiarizada con el tráfico de influencias, ejercido especialmente por su madre la reina Federica: sus tratos de favor a las grandes fortunas, a los grandes navieros, a cambio de valiosas joyas y regalos eran práctica habitual en la casa real griega.