La semana pasada pedí cita con mi médico. La operadora me preguntó si también quería cita para inocularme. Por supuesto le dije que no. Ayer me escribe una amiga que ya recibió el mensaje, algo más joven que yo y perteneciente al mismo centro de salud. Deduzco que con la respuesta vía llamada se ahorran el mensajito de marras, o al menos por un tiempo.