El caso Lukis Anderson: cuando el adn señala a un inocente

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El 30 de noviembre de 2012, Raveesh Kumra y su ex esposa fueron atados y amordazados durante un robo con allanamiento de morada de 7,000 pies (2.000 metros cuadrados aprox.) en Monte Sereno.
Lo amordazaron con cinta de embalaje con un grotesco dibujo de bigote en la cinta, tapando también sus fosas nasales. Su esposa Harinder fue también golpeada y amordazada. Cuando los asaltantes se fueron, Harinder logró desatarse y llamar al 911, alrededor de la 1:30 am. La policía llegó y encontró a su exmarido muerto por asfixia. Uno de los paramédicos lo declaró muerto en el lugar del crimen. Harinder fue hospitalizada; los intrusos la habían partido el labio con los golpes.

Los investigadores encontraron que los asesinos de Kumra dejaron restos de ADN en varios elementos de la mansión, incluida una tira de cinta adhesiva, el rollo de cinta vacío y los guantes de látex. Los ladrones habían rociado los guantes con agua y jabón, dejándolos flotando en el fregadero, pensando que así eliminarían su adn. Pero la humedad no eliminó el ADN.

El equipo forense también encontró ADN en las uñas de la víctima que pertenecía a una persona desconocida, presumiblemente uno de los asaltantes. La muestra se puso en una base de datos de ADN y resultó ser un "bingo": un hombre de la localidad llamado Lukis Anderson. El Sr. Anderson fue arrestado y acusado de asesinato.


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La víctima Raveesh Kumra, multimillonario de Silicon Valley

A través del análisis forense informático de las computadoras de Kumra se supo que contrataba prost*tutas con frecuencia. Unos días antes de su muerte, Kumra tuvo relaciones sexuales con tres prost*tutas en un motel cercano que solía usar para sus vacaciones, testificó su asistente personal. El asistente lo supo porque Kumra le mostró con orgullo un video del encuentro sexual el día antes de su muerte. Era el mismo motel donde Kumra había informado que había sido asaltado y atacado físicamente, aparentemente por una prost*t*ta, dos años antes, testificó el cabo de policía Erin Lunsford. “Desafortunadamente, el Sr. Kumra tenía relaciones duraderas con varias prost*tutas” declaró.

Se descubrió gracias al ordenador que, una de las prost*tutas llamada Fritz, era una de sus "chicas preferidas": Katrina Fritz (hermana mayor de uno de los asesinos, Austin), de 32 años, de Pittsburgh, estaba recibiendo una asignación periódica por parte de la victima para ayudarla a comprar su propia casa. Fritz Además estaba enfadada con Kumra ya que éste le había contagiado una enfermedad de transmisión sexual y también porque Kumra le había dicho que se estaba quedando sin dinero y que no podría pagar por ningún hijo que pudieran tener juntos. Fritz contó a los investigadores que Kumra quería que ella tuviera su hijo, como habían hecho algunas de sus otras mujeres. Entonces, cuando Fritz quedó embarazada en 2008 del hijo de su novio, le mintió a Kumra y le dijo que era suyo para que él la cuidara por el resto de su vida. Luego, la economía se hundió en picado, recortando la fortuna de Kumra y obligándola a abortar. El día del crimen Fritz no estuvo en la casa de la víctima, pero fue quien ayudó a los acusados varones a conocer la casa de Kumra y les reveló detalles dibujando un plano de la vivienda.

En el juicio testificó otra de las presuntas prost*tutas arrestada como sospechosa: Raven Dixon, de 22 años. Los investigadores también dijeron que Dixon estaba relacionada con los otros sospechosos, quienes, según la policía, son miembros de una pandilla que en el pasado ha robado casas . Pero al final fue absuelta al no encontrar ninguna evidencia que mostrase ninguna conexión de ella con el crimen.

 
Análisis del ADN

Tahnee Nelson Mehmet, del laboratorio criminalístico del condado, realizó decenas de pruebas sobre la evidencia recolectada en la mansión Kumra. La mayoría solo reveló perfiles de ADN compatibles con Raveesh o Harinder. Pero en sus primeros lotes de evidencias, Mehmet ya se encontró con un puñado de perfiles desconocidos, incluso en los guantes lavados. Los revisó en la base de datos estatal de personas arrestadas o condenadas por delitos graves y obtuvo tres resultados, todos del Área de la Bahía: DeAngelo Austin, de 22 años, en la cinta adhesiva; Javier García, de 21 años, en los guantes; y, en los recortes de uñas, Lukis Anderson, de 26 años.

Para los fiscales estaba clara la participación de dos sospechosos, Austin y García: sus teléfonos celulares mostraban que habían estado cerca de Monte Sereno, la noche del asesinato. Y la hermana de Austin, Fritz, estaba directamente relacionada con Raveesh.

Pero , la conexión de Lukis con todo esto era un misterio. Los detectives no podían averiguar cómo encajaba en la escena, o cómo conocía a estos otros dos tipos. Lukis vivía en San José, no en Oakland, como los otros dos. Pero su ADN se encontró debajo de las uñas de Raveesh, por lo que tenía que haber estado involucrado de alguna manera.

Conectarle con el crimen resultó muy complicado. No había registros telefónicos que mostraran que había viajado a Monte Sereno esa noche. No estaba asociado con una pandilla. Pero una cosa en su hoja de antecedentes llamó la atención del policia Lunsford: un delito de robo también en una zona residencial. Anderson había roto borracho la ventana delantera de una casa y tratado de entrar a gatas. El residente horrorizado lo había empujado hacia afuera con mantas. La policía lo encontró unos minutos después de pie en la acera, aturdido y sangrando. Aunque no le habían robado nada, lo habían acusado de un delito grave y no se declaró en oposición. Su ADN fue agregado a la base de datos criminal estatal.

1614381257303.pngLukis Anderson

Finalmente, Lunsford encontró un vínculo con los otros acusados. Un año antes, Anderson había sido encerrado en la misma cárcel que un amigo de Austin llamado Shawn Hampton. Hampton usó un monitor de tobillo como condición para su libertad condicional. Demostró que dos días antes del crimen había conducido a San José. Hizo un par de paradas en el centro, cerca del territorio de Anderson, poco antes de que mataran a Kumra.

Además, Lukis Anderson realmente pensaba que podía haber cometido un asesinato debido a la evidencia de ADN. Era un vagabundo alcohólico en la ciudad californiana de San José, que regularmente se desmayaba por completo y tenía la memoria llena de agujeros negros. Pasó gran parte de su infancia sin hogar. En la edad adulta temprana, le diagnosticaron un trastorno de salud mental y diabetes. Y había desarrollado una fuerte adicción al alcohol.


 
Debido a que su cargo de asesinato podría conllevar la pena de muerte, su abogada de oficio, Kelley Kulick, hizo pedir todo lo pertinente del historial médico de Anderson, incluida su salud mental, en caso de que tuvieran que pedir indulgencia durante la sentencia.

Los registros médicos mostraron que Anderson había estado en el hospital precisamente cuando Raveesh Kumra se asfixiaba en la cinta adhesiva a kilómetros de distancia. Había llegado en una ambulancia al Valley Medical Center, donde fue declarado ebrio casi hasta el punto de perder el conocimiento. Pasó la noche desintoxicando. A la mañana siguiente fue dado de alta, algo más sobrio.
La fecha en ese registro era el 29 de noviembre. Kulick se sintió aterrorizada. Estaba acostumbrada a que las coartadas fueran parciales y difíciles de probar. Éste fue firmado por personal del hospital. Más que nada, “Saber que tienes un cliente inocente en la cárcel y que puede enfrentarse a la pena de muerte es realmente aterrador”, dijo más tarde. "No quieres arruinarlo".

El fiscal Kevin Smith defendió la prueba de ADN, diciendo que el material genético de Anderson podría haber sido transferido debajo de las uñas de Kumra de alguna manera, quizás a través de un objeto como una chaqueta que los otros dos acusados tocaron en algún momento. Los fiscales generalmente se burlan de tales teorías de transferencia cuando la defensa las plantea en el juicio.
Afortunadamente para Anderson, el investigador principal, Eric Lunsford estaba dispuesto a escuchar. Y cuando comenzó a buscar una explicación de cómo Anderson podría haber estado en dos lugares al mismo tiempo, el sesgo de confirmación no lo cegó. De hecho, fue Lunsford quien finalmente descubrió lo que sucedió. Estaba leyendo los registros médicos de Anderson y se detuvo en los nombres de los paramédicos de la ambulancia que recogieron a Anderson de su reposo en la acera frente a S&S Market. Los había visto antes.
Sacó los archivos del caso Kumra. Efectivamente, estaban los nombres nuevamente: tres horas después de recoger a Anderson, los dos paramédicos habían respondido a la mansión Kumra, donde revisaron los signos vitales de Raveesh.

Después de ser liberado, Anderson regresó a las calles. Como es típico en los casos en que las personas están implicadas erróneamente en un delito, no recibió ninguna compensación por su tiempo en la cárcel. Ha seguido luchando con el alcohol, pero desde entonces no ha tenido problemas legales importantes. Está solicitando el Seguro Social, lo que podría ayudarlo finalmente a conseguir una vivienda.


https://www.wired.com/story/dna-transfer-framed-murder/

El caso tuvo un comienzo difícil después de que dos de los acusados iniciales fueran absueltos, ya que también absolvieron a otra prost*tuta de Kumra, Raven Dixon, quien casualmente había publicado en internet fotos de la casa justo en el momento del crimen.

El resto de los acusado fueron condenados a las siguientes penas:

DeAngelo Austin, el cabecilla, y hermano de Fritz, fue condenado por asesinato en primer grado, robo consumado en una vivienda habitada, amenazas criminales y dos cargos de secuestro. Austin también fue condenado por asalto con un arma mortal y por golpear a la esposa de Kumra durante el asalto y por las conexiones con una banda del crimen organizado llamada Money Team y con sede en Oakland. Fue condenado por todo ello a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Javier R. García fue condenado a 37 años por asesinato en primer grado, robo consumado en una vivienda habitada, amenazas criminales y dos cargos de secuestro.

Marcellous “Blade” Drummer, de 27 años, de Oakland, fue declarado culpable de asesinato en primer grado por robo consumado, además de otros cinco cargos que venían con una sentencia de cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

Fritz aceptó testificar contra Austin, García y Drummer a cambio de una sentencia de hasta 17 años de prisión, dijo Smith. En 2017 salió de la cárcel después de pasar cuatro años bajo custodia.

 
Muy interesante.
Mucha veces pensamos que una prueba biológica es caso cerrado o que la ausencia de ellas es que un acusado es inocente.
Todo depende.
¿Qué habría pasado si este chico no hubiera podido demostrar que a esa hora estaba en el hospital?
 
Muy interesante.
Mucha veces pensamos que una prueba biológica es caso cerrado o que la ausencia de ellas es que un acusado es inocente.
Todo depende.
¿Qué habría pasado si este chico no hubiera podido demostrar que a esa hora estaba en el hospital?
Aun no leí toda la información del hilo. Pero al leer título me acordé del caso asunta
 
Muy interesante.
Mucha veces pensamos que una prueba biológica es caso cerrado o que la ausencia de ellas es que un acusado es inocente.
Todo depende.
¿Qué habría pasado si este chico no hubiera podido demostrar que a esa hora estaba en el hospital?
Gracias (no puedo calificar en tu post)
Efectivamente. En una entrevista que le hacen a la abogada, comenta algo similar. O Por ejemplo, que no tuviera tenido tanto alcohol en sangre (creo que dicen que tenía el equivalente a 21 cervezas), le hubieran dado algo para la resaca y ya está.

Le habrian dado el alta al poco rato de su ingreso, que fue a las 10:45 y el crimen no se cometió hasta pasada la medianoche, así que, se hubiera quedado sin su coartada "hermética".


Transcribo aquí parte de esa entrevista traducida:
¿Crees que si no tuvieras esto como una coartada extrañamente hermética para Lukis? ¿Cree que habría sido condenado por este asesinato?
Kelley: Por supuesto. No creo que haya ninguna duda. Una vez que obtienes el éxito, construyes el caso alrededor de la cabeza y ya no estás buscando otras pistas de la investigación. Y construyeron una historia de culpa alrededor de Lucas sobre cómo sucedió este crimen. Eso estaba completamente hecho de tela entera (?). Pero el problema es que todo el mundo habría creído eso debido al ADN hallado, y el ADN hace que los jurados, los fiscales, la policía e incluso los abogados defensores reduzcan su visión sobre lo que sucedió con el caso.
 
Aun no leí toda la información del hilo. Pero al leer título me acordé del caso asunta
Si. También hablan de eso. Es decir, la abogada le dice que van a comprobar si ha habido algún tipo de error o contaminación. Y que en el caso de que no hubiera ( que realmente no hubo contaminación en el laboratorio) tendría que valorar otra estrategia legal, ya que él dice que no CREE que lo hiciera, que no se acuerda, pero que PUEDE que sí.

Y según la abogada la pena máxima que le correspondía por el crimen era la capital, aunque creo que al final hubiera sido la perpetua, que es la condena que ponen a los verdaderos asesinos.
 
Gracias, prima, un caso que marcó un antes y un después, en cuanto a la herramienta del ADN a la hora de esclarecer un crimen.
Una herramienta que puede ser muy esclarecedora en algunos casos y nada definitiva en otros, hasta el punto de condenar a un inocente injustamente.
Lo del ADN "no miente" habrá que tomarlo con reservas porque puede confundir, prueba de ello la tenemos en otros casos que nos ocupan.
 
Gracias, prima, un caso que marcó un antes y un después, en cuanto a la herramienta del ADN a la hora de esclarecer un crimen.
Una herramienta que puede ser muy esclarecedora en algunos casos y nada definitiva en otros, hasta el punto de condenar a un inocente injustamente.
Lo del ADN "no miente" habrá que tomarlo con reservas porque puede confundir, prueba de ello la tenemos en otros casos que nos ocupan.
En algunos artículos de este caso hablaban del "Efecto CSI", como que ha sido un arma de doble filo, tanto para bien como para mal, y como puede influir en los jurados. Y estoy de acuerdo contigo en que hay que ir quitándose de la cabeza lo de " el ADN nunca miente"

 
En algunos artículos de este caso hablaban del "Efecto CSI", como que ha sido un arma de doble filo, tanto para bien como para mal, y como puede influir en los jurados. Y estoy de acuerdo contigo en que hay que ir quitándose de la cabeza lo de " el ADN nunca miente"

Prima, aun sigues castigada sin poder calificar? :oops:
 

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