Todo sobre Corinna y el Rey Juan Carlos

Pues yo me creo que hayan ido a amenazarla ....los borbones son unos mafiosos..imagino que el emerito quiso recuperar los 65 millones que ella muy sabiamente se embochaco ...el bobo del campechano debio de creer que estaba enamorada ....
 
Pues yo me creo que hayan ido a amenazarla ....los borbones son unos mafiosos..imagino que el emerito quiso recuperar los 65 millones que ella muy sabiamente se embochaco ...el bobo del campechano debio de creer que estaba enamorada ....
Es que una amenaza de tal calibre no se puede hacer sin pruebas.Se le cae el pelo!!!
 
En su día, Barbara Rey también habló de amenazas.
Después, cuando el CNI le pagó supuestamente con fondos reservados, no volvió a hablar.
Claro que BR no fue tan explícita.
 

Suiza cifra en 82 millones los negocios comunes entre el rey emérito y Corinna​


Suiza cifra en 82 millones los negocios comunes entre el rey emérito y Corinna​

El rey Juan Carlos I en el Congreso, el 6 de diciembre de 2018#{emoji}13; EDUARDO PARRA - EUROPA PRESS#{emoji}13; 08/12/2020

El rey Juan Carlos I en el Congreso, el 6 de diciembre de 2018
EP

CARLOTA GUINDAL, IGNACIO OROVIO, JAUME V. AROCA

23/12/2020 22:05Actualizado a 23/12/2020 06:27

La investigación de la fiscalía suiza sobre las cuentas en aquel país del rey emérito, Juan Carlos de Borbón, elevan a más de 82 millones de euros los negocios en común de ambos en sociedades, cuentas y fundaciones. Según el fiscal Yves Bertossa, el emérito y su compañera compartieron esos ingresos procedentes de Kuwait, Bahrein, Arabia Saudí, México y Marruecos (en este último caso en forma de unos terrenos), quien confirmó estos datos a la justicia espalola a través de una comisión rogatoria enviada hace algo más de un año.

El destinatario del documento, del que La Vanguardia dispone de una copia, era el juez de la Audiencia nacional, Manuel García Castellón. Ahora, la investigación en España está en manos de la Fiscalía del Tribunal Supremo. En su momento, esa documentación sirvió para que la Fiscalía Anticorrupción iniciara una investigación sobre los negocios del emérito, que finalmente han pasado a manos del fiscal del Supremo Juan Ignacio Campos, elegido ayer mismo como número dos de la carrera fiscal.


Parte de esos fondos o bien fueron directamente a cuentas vinculadas al monarca, a través de fundaciones, o bien fueron derivados por estructuras mercantiles del ex monarca a cuentas bancarias vinculadas a quien era su amante, Corinna Larsen.

Uno de los ingresos bajo sospecha son los 4,1 millones de euros enviados a Larsen por negocios en Kuwait​

La empresaria alemana cobró directamente 4,1 millones de euros por unos supuestos trabajos en Kuwait y unos terrenos valorados en 1,6 millones de euros por una donación del rey de Marruecos, además de diversas transferencias desde cuentas bancarias nutridas por Juan Carlos de Borbón. En el primer caso, y según sus propias explicaciones ante la fiscalía suiza, se debió a sus funciones “como alguien que facilita los contactos entre personas, especialmente con miras al establecimiento de empresas en Oriente Medio”. Sin embargo, la investigación helvética matiza que “esa transferencia se realizó varios días después de la visita de Juan Carlos I al emir de Kuwait”.
Juan Carlos visitó ese emirato, los días 9 y 10 de noviembre de 2009, invitado por el jeque Sabah Al Ahmad al Sabah, y permaneció en la región hasta el domingo siguiente, 14 de noviembre; ese día asistió a un premio de fórmula 1 en Abu Dabi, precisamente donde vive desde que el pasado 4 de agosto decidió abandonar España. Gracias al dinero kuwaití, explicó Corina Larsen al fiscal Bertossa, pudo devolver el préstamo de 150.000 euros que en 2009 le había facilitado la Fundación Lucum para sufragar los gastos de dos apartamentos en Villars (Suiza).

En mayo y octubre de 2009, Juan Carlos de Borbón, a través de esa entidad, había entregado 1.242.965 y 324.000 euros, respectivamente, para la compra de dos apartamentos en esa exclusiva localidad helvética. Los préstamos fueron a la sociedad Siam Partner, SA, cuya titular era Corina Larsen. La primera transferencia pasó primero por una cuenta de la sociedad Calden Overseas, propiedad de Dante Canonica, y la segunda fue directamente a una cuenta de Larsen en el banco HSBC abierta en Mónaco.

Según la información que el fiscal suizo remitió a las autoridades judiciales españolas en 2019, fue en 2008 cuando el Juan Carlos I, entonces todavía en el trono y por tanto con total inmunidad, habría contactado con Dante Canónica y Arturo Fassana para que construyeran “una estructura con el fin de recibir una donación del anterior Rey de Arabia Saudita”. Así fue como se creó la fundación Lucum para transferir 64, 8 millones de euros. Cuatro años después, en 2012, a raiz de un endurecimiento de las normas suizas por evasión fiscal, el emérito se deshizo de ese dinero a través de una donación “irrevocable” a Larsen. La fiscalía suiza cree que ese dinero procede una comisión relacionada con la construcción del AVE a La Meca en el que participaron empresas españolas. Sin embargo, fuentes de la fiscalía española explican a La Vanguardia que aunque todavía queda documentación por analizar y está previsto que se practiquen algunas diligencias más es difícil, a día de hoy, poder acreditar que ese regalo fuera una comisión irregular.

A todo ello hay que añadir que con estas cuentas, en concreto la que correspondía a Zagatka, una fundación del primo del rey, Álvaro de Orleans, aunque los investigadores creen que su beneficiario real es el monarca, se pagaron numerosos viajes por valor de 3 millones de euros realizados por Juan Carlos I y Corinna Larsen , según acreditó el propio Orleans, a quien el fiscal considera su testaferro. Éste tuvo que justificar otros ingresos en estas cuentas como los 3,8 millones de euros, relacionados con una mediación en México o 6,5 millones cuyo origen no ha llegado a precisarse.

El gran dispensador de Ginebra​

Juan Carlos I disponía a menudo en efectivo del dinero de las cuentas abiertas en Suiza a nombre de las fundaciones Lucum y Zagatka creadas por Rhone Gestion, sus gestores de fondos en Ginebra. Así lo relata la Tribune de Genève en un artículo publicado el pasado domingo en el que detalla como, antes de una visita oficial a la capital del país, Berna, en mayo del 2011 –tras haber mediado con Libia para liberar a unos suizos secuestrados–, pidió a sus gestores que le entregaran 250.000 euros en metálico. Dicho y hecho: la cifra le fue entregada en el hotel donde se hospedaba, según consta en los apuntes que hicieron en aquel momento y consta en al causa judicial en el país.

En otras ocasiones los empleados del banco, y su asesor personal, le llevaban al monarca a Madrid el dinero. En una de las cuentas, la de la fundación Lucum, quedaron depositados los 64 millones de euros ingresados por Arabia Saudí. El rotativo suizo asegura que fue el empresario Alberto Alcocer quien puso en contacto a Juan Carlos I con sus gestores, quienes, hasta el cambio sobre el secreto bancario en Suiza en el 2012, tenían un buen puñado de clientes españoles.

 
Qué opina la reina Sofía de todo esto?

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Yo creo que como el dinerillo le viene bien, igual no directamente a ella sino a sus hijos y nietos pues no opina ¿para qué¿
Es que tiene que poner cara de enojo porque es parte del "show del yo no sabía".
 
El dinero le llega a ella, a los hijos y nietos .. lo que le debe de indignar no es lo cobrado pero lo regalado..
 

Suiza cifra en 82 millones los negocios comunes entre el rey emérito y Corinna​


Suiza cifra en 82 millones los negocios comunes entre el rey emérito y Corinna​

El rey Juan Carlos I en el Congreso, el 6 de diciembre de 2018#{emoji}13; EDUARDO PARRA - EUROPA PRESS#{emoji}13; 08/12/2020

El rey Juan Carlos I en el Congreso, el 6 de diciembre de 2018
EP

CARLOTA GUINDAL, IGNACIO OROVIO, JAUME V. AROCA

23/12/2020 22:05Actualizado a 23/12/2020 06:27

La investigación de la fiscalía suiza sobre las cuentas en aquel país del rey emérito, Juan Carlos de Borbón, elevan a más de 82 millones de euros los negocios en común de ambos en sociedades, cuentas y fundaciones. Según el fiscal Yves Bertossa, el emérito y su compañera compartieron esos ingresos procedentes de Kuwait, Bahrein, Arabia Saudí, México y Marruecos (en este último caso en forma de unos terrenos), quien confirmó estos datos a la justicia espalola a través de una comisión rogatoria enviada hace algo más de un año.

El destinatario del documento, del que La Vanguardia dispone de una copia, era el juez de la Audiencia nacional, Manuel García Castellón. Ahora, la investigación en España está en manos de la Fiscalía del Tribunal Supremo. En su momento, esa documentación sirvió para que la Fiscalía Anticorrupción iniciara una investigación sobre los negocios del emérito, que finalmente han pasado a manos del fiscal del Supremo Juan Ignacio Campos, elegido ayer mismo como número dos de la carrera fiscal.


Parte de esos fondos o bien fueron directamente a cuentas vinculadas al monarca, a través de fundaciones, o bien fueron derivados por estructuras mercantiles del ex monarca a cuentas bancarias vinculadas a quien era su amante, Corinna Larsen.

Uno de los ingresos bajo sospecha son los 4,1 millones de euros enviados a Larsen por negocios en Kuwait​

La empresaria alemana cobró directamente 4,1 millones de euros por unos supuestos trabajos en Kuwait y unos terrenos valorados en 1,6 millones de euros por una donación del rey de Marruecos, además de diversas transferencias desde cuentas bancarias nutridas por Juan Carlos de Borbón. En el primer caso, y según sus propias explicaciones ante la fiscalía suiza, se debió a sus funciones “como alguien que facilita los contactos entre personas, especialmente con miras al establecimiento de empresas en Oriente Medio”. Sin embargo, la investigación helvética matiza que “esa transferencia se realizó varios días después de la visita de Juan Carlos I al emir de Kuwait”.
Juan Carlos visitó ese emirato, los días 9 y 10 de noviembre de 2009, invitado por el jeque Sabah Al Ahmad al Sabah, y permaneció en la región hasta el domingo siguiente, 14 de noviembre; ese día asistió a un premio de fórmula 1 en Abu Dabi, precisamente donde vive desde que el pasado 4 de agosto decidió abandonar España. Gracias al dinero kuwaití, explicó Corina Larsen al fiscal Bertossa, pudo devolver el préstamo de 150.000 euros que en 2009 le había facilitado la Fundación Lucum para sufragar los gastos de dos apartamentos en Villars (Suiza).

En mayo y octubre de 2009, Juan Carlos de Borbón, a través de esa entidad, había entregado 1.242.965 y 324.000 euros, respectivamente, para la compra de dos apartamentos en esa exclusiva localidad helvética. Los préstamos fueron a la sociedad Siam Partner, SA, cuya titular era Corina Larsen. La primera transferencia pasó primero por una cuenta de la sociedad Calden Overseas, propiedad de Dante Canonica, y la segunda fue directamente a una cuenta de Larsen en el banco HSBC abierta en Mónaco.

Según la información que el fiscal suizo remitió a las autoridades judiciales españolas en 2019, fue en 2008 cuando el Juan Carlos I, entonces todavía en el trono y por tanto con total inmunidad, habría contactado con Dante Canónica y Arturo Fassana para que construyeran “una estructura con el fin de recibir una donación del anterior Rey de Arabia Saudita”. Así fue como se creó la fundación Lucum para transferir 64, 8 millones de euros. Cuatro años después, en 2012, a raiz de un endurecimiento de las normas suizas por evasión fiscal, el emérito se deshizo de ese dinero a través de una donación “irrevocable” a Larsen. La fiscalía suiza cree que ese dinero procede una comisión relacionada con la construcción del AVE a La Meca en el que participaron empresas españolas. Sin embargo, fuentes de la fiscalía española explican a La Vanguardia que aunque todavía queda documentación por analizar y está previsto que se practiquen algunas diligencias más es difícil, a día de hoy, poder acreditar que ese regalo fuera una comisión irregular.

A todo ello hay que añadir que con estas cuentas, en concreto la que correspondía a Zagatka, una fundación del primo del rey, Álvaro de Orleans, aunque los investigadores creen que su beneficiario real es el monarca, se pagaron numerosos viajes por valor de 3 millones de euros realizados por Juan Carlos I y Corinna Larsen , según acreditó el propio Orleans, a quien el fiscal considera su testaferro. Éste tuvo que justificar otros ingresos en estas cuentas como los 3,8 millones de euros, relacionados con una mediación en México o 6,5 millones cuyo origen no ha llegado a precisarse.

El gran dispensador de Ginebra​

Juan Carlos I disponía a menudo en efectivo del dinero de las cuentas abiertas en Suiza a nombre de las fundaciones Lucum y Zagatka creadas por Rhone Gestion, sus gestores de fondos en Ginebra. Así lo relata la Tribune de Genève en un artículo publicado el pasado domingo en el que detalla como, antes de una visita oficial a la capital del país, Berna, en mayo del 2011 –tras haber mediado con Libia para liberar a unos suizos secuestrados–, pidió a sus gestores que le entregaran 250.000 euros en metálico. Dicho y hecho: la cifra le fue entregada en el hotel donde se hospedaba, según consta en los apuntes que hicieron en aquel momento y consta en al causa judicial en el país.

En otras ocasiones los empleados del banco, y su asesor personal, le llevaban al monarca a Madrid el dinero. En una de las cuentas, la de la fundación Lucum, quedaron depositados los 64 millones de euros ingresados por Arabia Saudí. El rotativo suizo asegura que fue el empresario Alberto Alcocer quien puso en contacto a Juan Carlos I con sus gestores, quienes, hasta el cambio sobre el secreto bancario en Suiza en el 2012, tenían un buen puñado de clientes españoles.

Es más. Se cambia de nominación de compañías y vía transferencias bancarias internacionales se mueve el dinero. En Suiza no preguntan los bancos de donde sale el dinero que se deposita en sus bancos. Y hubo una transferencia a nombre de Corinna y ante el fin de las relaciones económicas con Juan Carlos, decidió la alemana cobrarse su comisión final. Juan Carlos la "embarró" porque debido a su amor desmedido al dinero le quiso quitar el pellizco con el que se quedó Corinna. El último porque comisiones anteriores ya debió haber cobrado.

Lo de recibir una suma alta en metálico sin el sigilo necesario para no llamar la atención fue muy tonto. Eso es una práctica común cuando las transacciones se hacen entre las partes en efectivo habiendo "capos" que pagan sus deudas en efectivo y aunque todos se miren las caras al recibir el pago en metálico, no se pregunta porque ya saben lo que se dice de quien contrató tus servicios. Nunca ese dinero pasó por bancos.
 
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