MI SEMANA AZUL & ROSA
JAIME PEÑAFIEL
19/12/2020
CHSSS...
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Como escribe mi amiga y compañera Pilar Eyre: Felipe y Letizia se preparan para la peor Navidad de sus vidas como familia y como institución. Este año, por la ausencia obligada del Rey Juan Carlos, a quien se le ha prohibido regresar en estos días como tenía previsto –¿Un triunfo de la nuera? ¡Of course!–. Esta Nochebuena me recordará la del 22 de diciembre de 2001, cuando la Reina Sofía, con una total falta de sentimientos, decidió mantener la cena. A esa hora, la Infanta Elena, que entonces parecía amar a su marido, permanecía a solas en el hospital Gregorio Marañón, con el rostro bañado por las lágrimas pegado a la cristalera que la separaba de aquel medio ser que era Jaime Marichalar, su marido. El día anterior, 22 de diciembre a las 19.30, había sufrido un gravísimo ictus cerebral, dejándole de ser quien era. A lo peor, Doña Sofía, como hoy Felipe con su padre, pensaba que cada cual lleve su cruz. Así de egoístas y crueles suelen ser las familias reales. ¡Lágrimas de sangre si Don Juan Carlos muere en el exilio!
Según el Premio Nobel Mario Vargas Llosa “el español, idioma universal, está hoy disminuido, silenciado, preterido frente a lenguas locales que hablan minorías”. Los primeros que lo están haciendo son miembros de la Familia Real. ¡Qué diferencia entre el Elíseo y Zarzuela! El recientemente desaparecido presidente Giscard prohibía que en la mansión de la aristocrática avenida Faubourg Saint Honor no se hablara otro idioma que el francés. Para la entrevista que yo mantuve el 8 de diciembre de 1981 con la primera dama Anne Aymone a la que me refería recientemente en esta columna, exigió se realizara en francés aunque ella hablaba un perfecto castellano. Mientras que aquí, en España, los primeros en hacerse eco de las normas exigidas por la Ley Celáa son la Familia Real. Aunque mi compañero Eduardo Álvarez alabó el gesto de Letizia pronunciando en valenciano parte de su discurso y “el impacto que tuvo hace justo un año el discurso de la Princesa Leonor en Barcelona sorprendiendo por su aplomo y sobre todo por su dominio del catalán”, a mí, querido, me gustaría que Zarzuela fuera como El Elíseo y que la Familia Real no silenciara el castellano y lo prefiriera frente a lenguas locales, como pide Vargas Llosa. Mientras, contra el español están Unidas Podemos, Compromis, Más país, PNV, Junts, PdeCat, BNG, CUP, Bildu. A Don Juan Carlos mucho le jodía que Doña Sofía no lo hablara aunque fuera en la intimidad. No solo con su hermana la princesa Irene. También con su hijo Felipe. Testigo de ello fui en la puerta del Hotel Reconquista de Oviedo donde el entonces Príncipe esperaba a su madre, que llegaba de Madrid para asistir a la entrega de los tradicionales Premios Príncipe de Asturias. Cuando se encontraron, lo hicieron hablando en inglés hasta que advirtieron mi presencia y continuaron en español. Este es el motivo por el que Doña Sofía sigue manteniendo, cuando habla, ese deje tan extranjero de toda persona que no practica mucho el castellano. Y a determinada edad ya es difícil. ¿Sería mucho pedir que Zarzuela fuera como El Elíseo de Giscard?
Si un hijo no tiene culpa de los errores de su padre, mucho menos una nieta para que la llamen ladrona en plena calle. (...) Muy doloroso ha debido ser para ella no poder asistir a la boda de su sobrino y ahijado. Ha sido el único miembro de la familia ausente en la boda real. (...) Hablar a estas alturas si soy excelentísima o ilustrísima señora está fuera de lugar siendo como eres, querida, joven y moderna. (...) No creo que Felipe esté, con los que está cayendo, en la Casa Real, para firmar un marquesado. Además, lo de ser marquesa ya no se estila, que diría María Dolores Pradera. (...) El mundo de la realeza está que arde. No solo en España. También en Noruega, donde una de sus princesas protagoniza un vídeo disfrazada de extraterrestre y su compañero de marciano. (...) No las hijas sino las nietas, pijas y cañeras, empiezan a sustituir a las famosas en televisión. (...) Hoy las viudas famosas cuentan su tragedia en las revistas del corazón no enlutadas como antaño, sino vestidas de rojo. (...) No hace ni diez meses que se quedó viuda y declara, la muy frívola, “soy una persona que necesita una pareja”. (...) La princesa no recuerda haber cenado con su padre, coartada de éste para negar haber tenido un encuentro sexual con una menor del que ahora se le acusa. (...) Todo el mundo pensaba que con su matrimonio había desaparecido su depresión. Ahora reconoce que sufre un “trastorno de adaptación”.
JAIME PEÑAFIEL
19/12/2020
CHSSS...
EL MENSAJE NAVIDEÑO DE FELIPE
LA PEOR NOCHEBUENA
¿ZARZUELA COMO EL ELÍSEO?
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Como escribe mi amiga y compañera Pilar Eyre: Felipe y Letizia se preparan para la peor Navidad de sus vidas como familia y como institución. Este año, por la ausencia obligada del Rey Juan Carlos, a quien se le ha prohibido regresar en estos días como tenía previsto –¿Un triunfo de la nuera? ¡Of course!–. Esta Nochebuena me recordará la del 22 de diciembre de 2001, cuando la Reina Sofía, con una total falta de sentimientos, decidió mantener la cena. A esa hora, la Infanta Elena, que entonces parecía amar a su marido, permanecía a solas en el hospital Gregorio Marañón, con el rostro bañado por las lágrimas pegado a la cristalera que la separaba de aquel medio ser que era Jaime Marichalar, su marido. El día anterior, 22 de diciembre a las 19.30, había sufrido un gravísimo ictus cerebral, dejándole de ser quien era. A lo peor, Doña Sofía, como hoy Felipe con su padre, pensaba que cada cual lleve su cruz. Así de egoístas y crueles suelen ser las familias reales. ¡Lágrimas de sangre si Don Juan Carlos muere en el exilio!
Según el Premio Nobel Mario Vargas Llosa “el español, idioma universal, está hoy disminuido, silenciado, preterido frente a lenguas locales que hablan minorías”. Los primeros que lo están haciendo son miembros de la Familia Real. ¡Qué diferencia entre el Elíseo y Zarzuela! El recientemente desaparecido presidente Giscard prohibía que en la mansión de la aristocrática avenida Faubourg Saint Honor no se hablara otro idioma que el francés. Para la entrevista que yo mantuve el 8 de diciembre de 1981 con la primera dama Anne Aymone a la que me refería recientemente en esta columna, exigió se realizara en francés aunque ella hablaba un perfecto castellano. Mientras que aquí, en España, los primeros en hacerse eco de las normas exigidas por la Ley Celáa son la Familia Real. Aunque mi compañero Eduardo Álvarez alabó el gesto de Letizia pronunciando en valenciano parte de su discurso y “el impacto que tuvo hace justo un año el discurso de la Princesa Leonor en Barcelona sorprendiendo por su aplomo y sobre todo por su dominio del catalán”, a mí, querido, me gustaría que Zarzuela fuera como El Elíseo y que la Familia Real no silenciara el castellano y lo prefiriera frente a lenguas locales, como pide Vargas Llosa. Mientras, contra el español están Unidas Podemos, Compromis, Más país, PNV, Junts, PdeCat, BNG, CUP, Bildu. A Don Juan Carlos mucho le jodía que Doña Sofía no lo hablara aunque fuera en la intimidad. No solo con su hermana la princesa Irene. También con su hijo Felipe. Testigo de ello fui en la puerta del Hotel Reconquista de Oviedo donde el entonces Príncipe esperaba a su madre, que llegaba de Madrid para asistir a la entrega de los tradicionales Premios Príncipe de Asturias. Cuando se encontraron, lo hicieron hablando en inglés hasta que advirtieron mi presencia y continuaron en español. Este es el motivo por el que Doña Sofía sigue manteniendo, cuando habla, ese deje tan extranjero de toda persona que no practica mucho el castellano. Y a determinada edad ya es difícil. ¿Sería mucho pedir que Zarzuela fuera como El Elíseo de Giscard?
Si un hijo no tiene culpa de los errores de su padre, mucho menos una nieta para que la llamen ladrona en plena calle. (...) Muy doloroso ha debido ser para ella no poder asistir a la boda de su sobrino y ahijado. Ha sido el único miembro de la familia ausente en la boda real. (...) Hablar a estas alturas si soy excelentísima o ilustrísima señora está fuera de lugar siendo como eres, querida, joven y moderna. (...) No creo que Felipe esté, con los que está cayendo, en la Casa Real, para firmar un marquesado. Además, lo de ser marquesa ya no se estila, que diría María Dolores Pradera. (...) El mundo de la realeza está que arde. No solo en España. También en Noruega, donde una de sus princesas protagoniza un vídeo disfrazada de extraterrestre y su compañero de marciano. (...) No las hijas sino las nietas, pijas y cañeras, empiezan a sustituir a las famosas en televisión. (...) Hoy las viudas famosas cuentan su tragedia en las revistas del corazón no enlutadas como antaño, sino vestidas de rojo. (...) No hace ni diez meses que se quedó viuda y declara, la muy frívola, “soy una persona que necesita una pareja”. (...) La princesa no recuerda haber cenado con su padre, coartada de éste para negar haber tenido un encuentro sexual con una menor del que ahora se le acusa. (...) Todo el mundo pensaba que con su matrimonio había desaparecido su depresión. Ahora reconoce que sufre un “trastorno de adaptación”.