A mi me pasó algo parecido una vez y me dio mucha cosa, como entre pena y vergüenza. Pero en determinados ambientes debe ser lo normal. Yo soy hija de currantes y de una familia de entorno rural, muy rural. Pues conocí en la uni a una chica de esas, no era presumida todo hay que decirlo, era encantadora de hecho. Fue en UK y a lo mejor allí las costumbres son distintas, no se. Pero vamos, a mi claramente me dio la impresión de que no comían (comer, comer comida, de la calefacción no hablemos porque aquella casona era como la habitación de la niña del exorcista toda ella) porque no debían tener una libra. En serio. El padre no trabajaba, la madre idem. Yo no se de que vivían, pero preguntarles a que se dedicaban ya les pareció grosero por mi parte (me lo dijo la hija con mucho tacto). Y yo ver aquella casa de campo, que estaba que se caía, con todos los yesos y los enfoscaos hechos un asco, con unas flechas en los dinteles que no cerraban bien ni las puertas... Y esas cenas de sopa de pescado (de brick) y una gelatina de postre... Dios mío... A mi me daba un apuro... Porque nosotros en casa, pobres pero honraos, siempre hemos agasajado mucho a los invitados con una buena mesa, no se... Igual en Galicia somos un poco exagerados con eso, pero leñe.... Una cosa es cebar al invitado y otra cosa es que el invitado se tenga que ir a un Lild a comprar pan de molde y embutidos (cutres) pa matar el hambre.Una amiga del colegio, con apellido de esos con muchos guiones y que salen en los libros de historia, siempre presumía de todo y más. Un día fuimos a merendar a su casa y hacia un frío espantoso. Cuando se lo dijimos nos dijo que su madre decía que no se ponía la calefacción porque el frío conserva y así se evitaban las arrugas. Nunca supimos si no tenían para poner la calefacción o si la madre era rematadamente tonta.
Lo que más raro me resultaba es que ellos no se morían de la vergüenza. Ni los padres, ni la hija. Ahora eso si, tenían servicio, un mayordomo y dos doncellas, cocinera no se, pero si la tenían su trabajo no la herniaba, vamos.... los trabajadores estos ya no se que coj*nes comerían los pobres, pero me da a mi que igual hasta mejor que los "señores". En todo el fin de semana que pasé allí no me pude dar ni una ducha. Me levanté por la mañana y pedí una toalla y me miraron como si fuera de otra galaxia. Entendí rápido el motivo. No sólo no calentaban la casa. Es que tampoco había agua caliente.
Eso si, en la drawing room había colgadas auténticas joyas. Lástima que los cuadros no puedan comerse.
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