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Fotos inéditas: aquellos cumpleaños felices en el palacete de los Urdangarin Borbón
Juan Urdangarin cumple 21 años con su familia separada y su padre en prisión sin visos de salir en semilibertad en los próximos meses.
La familia siempre se mostró unida
La infanta Cristina y la reina Sofía. (Vanitatis)
SILVIA TAULÉS
29/09/2020 05:00
Eran tiempos felices, tiempos en los que los cumpleaños se celebraban a lo grande. Los abuelos viajaban de Vitoria y de Madrid para estar con sus nietos, decenas de amigos llenaban el jardín de su mansión en Pedralbes, había globos, payasos, magia… La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se han desvivido siempre por sus hijos, y los cumpleaños eran el momento en el que estallaba la alegría de la felicidad trabajada durante años. Nada que ver con la actualidad. Este martes, Juan, el mayor de los cuatro hijos, cumple 21 años lejos de los suyos, lejos de cualquier espíritu festivo.
LEA MÁS: Los Urdangarin convierten Barcelona en su campamento base
Urdangarin no ha logrado su ansiado tercer grado, lo que ha supuesto, como dijo su abogado, “uno de los golpes más importantes” que ha sufrido el marido de la Infanta. Doña Cristina vive en Ginebra, lejos de todo, centrada en su trabajo en la Fundación Aga Khan y en la educación de su hija Irene, la única menor, que sigue escolarizada en la Ecole International de la ciudad suiza. Pablo se busca la vida como deportista en Barcelona, donde vive en casa de unos amigos de la familia, y Miguel estudia, según se ha publicado, en Reino Unido.
La infanta Cristina toma fotos. (Vanitatis)
Juan llega a los 21 años en un momento duro. Aunque su vida no ha sido como sus padres habrían querido. “Juan siempre fue el hermano tímido y reservado, en las fiestas hablaba poco, se mezclaba solo con los niños que conocía, es muy distinto de Pablo y Miguel, que siempre han sido más pillos y bromistas”, nos cuenta Mar, una amiga del matrimonio de sus años barceloneses.
Las imágenes que acompañan estas líneas han sido cedidas por una amiga de la pareja. Son de fiestas de cumpleaños en la casa que los Urdangarin Borbón se compraron en Pedralbes. En una de ellas se puede ver a tres de los cuatro abuelos de los niños, sentados charlando. El rey Juan Carlos I no solía acudir a las fiestas infantiles, algo que no se perdía nunca la reina Sofía. Tanto la Infanta como su madre, tal y como se puede comprobar en las fotografías, solían sacar imágenes de las fiestas. Como decíamos, eran otros tiempos y estas imágenes sirven para comprobar cómo ha cambiado la vida de la familia en los últimos años.
"Se puso a llorar"
En otra de las fotos se ve a un Urdangarin divertido, mientras juega con algunos amigos de sus hijos. La figura del padre siempre ha sido clave en la vida de esos chicos, tal como nos confirman quienes les conocen. “El momento crucial en la vida de Juan fue cuando su padre fue acusado. En el colegio, la Infanta pasó de ser el centro de atención a ser una apestada. Un día, en un partido de baloncesto, a Juan lo empezaron a insultar otros niños, lo llamaban ‘chorizo’ y le decían que acabaría como su padre. El chico se puso a llorar, fue entonces cuando decidieron marcharse”.
Juan Urdangarin, de pequeño, en una fiesta. (Vanitatis)
“Siempre ha sido un niño sensible, tranquilo y muy cariñoso”, nos dice otra persona cercana a la familia que prefiere no dar su nombre. “Juan es un chaval muy majete”, nos cuenta otra persona, “quizás siempre fue un poco infantilón, muy sensible además, pero muy majo. Eso sí, sentía mucha presión encima por ser el mayor”.
Juan Mari Urdangarin, su hija mayor, Ana, Claire Liebaert y la reina Sofía. (Vanitatis)
Los niños Urdangarin Borbón se han educado como una familia normal, dentro de lo que cabe, claro. “La madre estaba siempre encima, les decía que dieran las gracias y pidieran las cosas por favor. Los llevaba de aquí para allá, siempre cariñosa, atenta y muy pendiente de todo -recuerda Mar-. Iñaki siempre hacía bromas, jugaba con ellos, era un matrimonio feliz con unos hijos cuidados, queridos y muy educados”.
Ejemplar del 'Quijote', regalo de los Urdangarin de Borbón. (Vanitatis)
En uno de los cumpleaños de la hija de Mar, la Infanta, su marido y sus hijos le regalaron un ejemplar del 'Quijote'. “Sus regalos siempre eran educativos, cuidados, pensados para que el niño fuera mejor”, nos dice. Lo curioso es que regalar ‘Quijotes’ parece que es una tradición familiar, puesto que el rey Felipe VI suele hacer ese regalo a su ahijados, que son unos cuantos.
Nota dedicada de la familia Urdangarin de Borbón. (Vanitatis)
Todo se truncó en el momento en el que imputaron a Urdangarin. Entonces empezó un calvario que parece que queda lejos de su fin. Ahora Juan es un chico responsable, sigue con su timidez y su reserva, seguramente con más motivos que cuando era pequeño. Hablamos hace unos días con la Fundación Entreculturas, donde el sobrino del Rey estuvo dos semanas de voluntariado y nos contaban cómo ha influido el caso del padre en el hijo. “El chico está muy concienciado a raíz de todo lo que ha hecho su padre, además Iñaki Urdangarin también trabaja como voluntario, por lo que Juan se animó a ayudarnos”, nos contaban entonces.
Iñaki Urdangarin, siempre divertido con los niños. (Vanitatis)
“Está muy comprometido con sus estudios, por eso nos pidió que su voluntariado estuviera asociado con las Relaciones Internacionales porque es lo que él estudia”. Así, Juan Urdangarin dedicó dos semanas a realizar un informe sobre la vuelta a las escuelas de forma digital en el mundo, en especial en Latinoamérica, donde la ONG tiene varios proyectos. “Se enfoca en lo suyo, le gusta mucho, y trabajó con intensidad”.
Juan Urdangarin cumple 21 años con su familia separada y su padre en prisión sin visos de salir en semilibertad en los próximos meses.
La familia siempre se mostró unida
La infanta Cristina y la reina Sofía. (Vanitatis)
SILVIA TAULÉS
29/09/2020 05:00
Eran tiempos felices, tiempos en los que los cumpleaños se celebraban a lo grande. Los abuelos viajaban de Vitoria y de Madrid para estar con sus nietos, decenas de amigos llenaban el jardín de su mansión en Pedralbes, había globos, payasos, magia… La infanta Cristina e Iñaki Urdangarin se han desvivido siempre por sus hijos, y los cumpleaños eran el momento en el que estallaba la alegría de la felicidad trabajada durante años. Nada que ver con la actualidad. Este martes, Juan, el mayor de los cuatro hijos, cumple 21 años lejos de los suyos, lejos de cualquier espíritu festivo.
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Urdangarin no ha logrado su ansiado tercer grado, lo que ha supuesto, como dijo su abogado, “uno de los golpes más importantes” que ha sufrido el marido de la Infanta. Doña Cristina vive en Ginebra, lejos de todo, centrada en su trabajo en la Fundación Aga Khan y en la educación de su hija Irene, la única menor, que sigue escolarizada en la Ecole International de la ciudad suiza. Pablo se busca la vida como deportista en Barcelona, donde vive en casa de unos amigos de la familia, y Miguel estudia, según se ha publicado, en Reino Unido.
La infanta Cristina toma fotos. (Vanitatis)
Juan llega a los 21 años en un momento duro. Aunque su vida no ha sido como sus padres habrían querido. “Juan siempre fue el hermano tímido y reservado, en las fiestas hablaba poco, se mezclaba solo con los niños que conocía, es muy distinto de Pablo y Miguel, que siempre han sido más pillos y bromistas”, nos cuenta Mar, una amiga del matrimonio de sus años barceloneses.
Las imágenes que acompañan estas líneas han sido cedidas por una amiga de la pareja. Son de fiestas de cumpleaños en la casa que los Urdangarin Borbón se compraron en Pedralbes. En una de ellas se puede ver a tres de los cuatro abuelos de los niños, sentados charlando. El rey Juan Carlos I no solía acudir a las fiestas infantiles, algo que no se perdía nunca la reina Sofía. Tanto la Infanta como su madre, tal y como se puede comprobar en las fotografías, solían sacar imágenes de las fiestas. Como decíamos, eran otros tiempos y estas imágenes sirven para comprobar cómo ha cambiado la vida de la familia en los últimos años.
"Se puso a llorar"
En otra de las fotos se ve a un Urdangarin divertido, mientras juega con algunos amigos de sus hijos. La figura del padre siempre ha sido clave en la vida de esos chicos, tal como nos confirman quienes les conocen. “El momento crucial en la vida de Juan fue cuando su padre fue acusado. En el colegio, la Infanta pasó de ser el centro de atención a ser una apestada. Un día, en un partido de baloncesto, a Juan lo empezaron a insultar otros niños, lo llamaban ‘chorizo’ y le decían que acabaría como su padre. El chico se puso a llorar, fue entonces cuando decidieron marcharse”.
Juan Urdangarin, de pequeño, en una fiesta. (Vanitatis)
“Siempre ha sido un niño sensible, tranquilo y muy cariñoso”, nos dice otra persona cercana a la familia que prefiere no dar su nombre. “Juan es un chaval muy majete”, nos cuenta otra persona, “quizás siempre fue un poco infantilón, muy sensible además, pero muy majo. Eso sí, sentía mucha presión encima por ser el mayor”.
Juan Mari Urdangarin, su hija mayor, Ana, Claire Liebaert y la reina Sofía. (Vanitatis)
Los niños Urdangarin Borbón se han educado como una familia normal, dentro de lo que cabe, claro. “La madre estaba siempre encima, les decía que dieran las gracias y pidieran las cosas por favor. Los llevaba de aquí para allá, siempre cariñosa, atenta y muy pendiente de todo -recuerda Mar-. Iñaki siempre hacía bromas, jugaba con ellos, era un matrimonio feliz con unos hijos cuidados, queridos y muy educados”.
Ejemplar del 'Quijote', regalo de los Urdangarin de Borbón. (Vanitatis)
En uno de los cumpleaños de la hija de Mar, la Infanta, su marido y sus hijos le regalaron un ejemplar del 'Quijote'. “Sus regalos siempre eran educativos, cuidados, pensados para que el niño fuera mejor”, nos dice. Lo curioso es que regalar ‘Quijotes’ parece que es una tradición familiar, puesto que el rey Felipe VI suele hacer ese regalo a su ahijados, que son unos cuantos.
Nota dedicada de la familia Urdangarin de Borbón. (Vanitatis)
Todo se truncó en el momento en el que imputaron a Urdangarin. Entonces empezó un calvario que parece que queda lejos de su fin. Ahora Juan es un chico responsable, sigue con su timidez y su reserva, seguramente con más motivos que cuando era pequeño. Hablamos hace unos días con la Fundación Entreculturas, donde el sobrino del Rey estuvo dos semanas de voluntariado y nos contaban cómo ha influido el caso del padre en el hijo. “El chico está muy concienciado a raíz de todo lo que ha hecho su padre, además Iñaki Urdangarin también trabaja como voluntario, por lo que Juan se animó a ayudarnos”, nos contaban entonces.
Iñaki Urdangarin, siempre divertido con los niños. (Vanitatis)
“Está muy comprometido con sus estudios, por eso nos pidió que su voluntariado estuviera asociado con las Relaciones Internacionales porque es lo que él estudia”. Así, Juan Urdangarin dedicó dos semanas a realizar un informe sobre la vuelta a las escuelas de forma digital en el mundo, en especial en Latinoamérica, donde la ONG tiene varios proyectos. “Se enfoca en lo suyo, le gusta mucho, y trabajó con intensidad”.
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