Messi le comunica al Barça que se quiere ir

Enhorabuena, Messi, por la sabia decisión.
Seguramente tu y tu familia sereis más felices.
Es muy incómodo vivir en Cataluña donde a toda la gente se le abduce para que rechace el español.
Yo no me pienso ir, porque soy muy insociable, por eso me expreso en este foro,
no me molesta que me pongan mala cara cuando me oyen hablar en español,
al revés, me divierte, me da mucho gusto verles la cara de vinagre, cómo sufren!
No pienso hablar jamás ni una sílaba en ese idioma que se han inventado para excluir a la gente.
Que tu vivieras en Cataluña ha sido una pista falsa para muchos argentinos que pensarían
que aun así serían aceptados, llegaron a Cataluña y se encontraron con el mal rollo.
Has servido para una propaganda falsa, que te has cobrado muy bien.
La propaganda para los independentistas de que Cataluña es abierta, cuando ya hemos visto
como se las gastan (Y esto no ha terminado, que siguen con la matraca)
Tus servicios como futbolista son impagables, y por eso tienes la libertad de irte donde quieras.
Tienes unos niños pequeños y ahora es el momento de cambiarles al sitio adecuado donde
crezcan con salud mental y sin represión.
Mucha suerte, te sigo viendo en cualquier equipo al que vayas.
 
Enhorabuena, Messi, por la sabia decisión.
Seguramente tu y tu familia sereis más felices.
Es muy incómodo vivir en Cataluña donde a toda la gente se le abduce para que rechace el español.
Yo no me pienso ir, porque soy muy insociable, por eso me expreso en este foro,
no me molesta que me pongan mala cara cuando me oyen hablar en español,
al revés, me divierte, me da mucho gusto verles la cara de vinagre, cómo sufren!
No pienso hablar jamás ni una sílaba en ese idioma que se han inventado para excluir a la gente.
Que tu vivieras en Cataluña ha sido una pista falsa para muchos argentinos que pensarían
que aun así serían aceptados, llegaron a Cataluña y se encontraron con el mal rollo.
Has servido para una propaganda falsa, que te has cobrado muy bien.
La propaganda para los independentistas de que Cataluña es abierta, cuando ya hemos visto
como se las gastan (Y esto no ha terminado, que siguen con la matraca)
Tus servicios como futbolista son impagables, y por eso tienes la libertad de irte donde quieras.
Tienes unos niños pequeños y ahora es el momento de cambiarles al sitio adecuado donde
crezcan con salud mental y sin represión.
Mucha suerte, te sigo viendo en cualquier equipo al que vayas.


Nunca entro en polémicas por política y temas relacionados pero... clama al cielo decir que en Catalunya se pone mala cara cuando se oye hablar español y que el catalán es un idioma pensado para excluir a la gente (n) entre otras lindezas.... ?‍♀️
Simplemente me ha parecido tremendo y doloroso. Pero bueno... allá cada uno con su visión sesgada y subjetiva de las cosas. Y es lo último que voy a decir respecto a este tema.

En cuanto a Messi... espero que le dedique unas palabras a la afición antes de irse porque de momento el tema del burofax queda muy frío y feo, pero entiendo que debe estar hasta las narices de la penosa directiva del Barça. Bartomeu va a quedar sin duda alguna como el peor presi de la historia del club, deberían llevar a cabo una moción de censura y echarle a patadas pero YA.
 
Leo Messi firma el adiós más triste del mundo y el FC Barcelona explota

El deseo del argentino de abandonar su equipo conmociona al mundo culé. En el club azulgrana, abierto en canal, puede pasar cualquier cosa en las próximas semanas.

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Gemma Herrero
26/08/2020 05:00 - ACTUALIZADO: 26/08/2020 09:05

Leo Messi está firmando el adiós más triste del mundo con el FC Barcelona, el club de su vida. Si se le hubiese encargado a un guionista que ideara un final nefasto para la historia de un chaval que llegó de Argentina con 13 años a hacer una prueba con el Barça y que terminaría convirtiéndose en el mejor jugador del mundo, un héroe, una leyenda, el máximo goleador de la historia del club, seis veces Balón de Oro, y un palmarés extenso que incluye 10 títulos de Liga, cuatro Champions, tres Mundiales de clubes, seis Copas del Rey, tres Supercopas de Europa y ocho de España, difícilmente habría acabado con un 2-8 ante el Bayern y un burofax un 25 de agosto comunicando que se quiere marchar. Pero así es. Dejen de frotarse los ojos: está ocurriendo.

Nadie se esperaba un desenlace así, una noticia así, por mucho que la estrella hubiera dejado miguitas de pan por el camino en forma de desencuentros con Bartomeu, contestaciones airadas en las redes sociales, avisos ante los medios de que el desastre se avecinaba y la última conversación con Koeman hace cinco días en la que ya le advirtió de que no se veía en el nuevo proyecto. Nada, absolutamente nada, podía haber servido de colchón pese a las señales continuas de alerta que emitía desde hace tiempo Messi. Las principales emisoras de radio de Cataluña, Rac1 y Catalunya Ràdio, detuvieron su programación habitual para informar de la noticia y buscar la opinión de periodistas, exdirectivos y abogados expertos en derecho deportivo mientras un centenar de aficionados comenzaron a llegar a las oficinas del Camp Nou gritando a las puertas: “Nosotros te queremos, Messi, quédate”. Y en bucle, de la incredulidad al 'shock' y de ahí a la búsqueda de respuestas para la pregunta principal: ¿cómo ha podido pasar algo así?

Las claves del desencuentro

A estas alturas, resulta difícil explicar cómo Messi ha terminado enviando un burofax para irse del Barça cuando lleva años declarando su amor por el club y la ciudad en la que nacieron y se crían sus tres hijos. Eso sí, en el último contrato que firmó en 2017, se empeñó en que hubiera una cláusula, un escape, una vía de salida. "La gente del Barça me conoce y sabe que no hay problemas con estos temas. Lo que siento por este club va más allá de lo que diga un contrato o de cualquier firma, cualquier papel", argumentó hace unos meses cuando le cuestionaron precisamente por la cláusula en cuestión. Ahora, todo ha cambiado radicalmente.

Quizá la marcha de Neymar fue el comienzo de todo, pero el brasileño se marchó porque quiso. Porque él le hacía sombra y el PSG le pagaba más. Y cuando él apretó para que volviera y el Barça se reunió con los jeques que les dieron con la puerta en las narices, la respuesta del astro en una entrevista en 'Mundo Deportivo' fue: “Me hubiese encantado que viniese Neymar. Sinceramente, no sé si el Barça hizo todo lo posible para su regreso”.


Leo empezaba a dejar claro entonces, hace un año, que su conexión con Bartomeu y compañía era nula. La destitución de Valverde tampoco le gustó, y menos cuando Éric Abidal dijo aquello de “muchos jugadores no estaban satisfechos ni trabajaban mucho con Valverde”. La respuesta del capitán fue inmediata a través de su cuenta de Instagram: “Sinceramente, no me gusta hacer estas cosas, pero creo que cada uno tiene que ser responsable de sus tareas y hacerse cargo de sus decisiones. Creo que cuando se habla de jugadores habría que dar nombres, porque si no se nos está ensuciando a todos y alimentando cosas que se dicen y no son ciertas”.

Ernesto Valverde y Leo Messi, en la pretemporada de agosto de 2018. (EFE)

Ernesto Valverde y Leo Messi, en la pretemporada de agosto de 2018. (EFE)

Ni que decir tiene que desde entonces Abidal estaba sentenciado y su relación con el vestuario se rompió en mil pedazos. La contratación de Setién (Messi apostaba por Xavi) tampoco ayudó, y los gestos públicos, los desaires con el segundo, Eder Sarabia, y la frase después de perder contra el Osasuna (“Ya avisé de que así no nos daba para ganar la Champions y no nos alcanzó ni para LaLiga”) cayeron como una bomba en la entidad. Se solventó con una tregua que pactaron Setién y Messi en una conversación privada, pero llegó el Bayern y les dejó a todos en cueros: al presidente al que le gustaba mucho Setién, al entrenador que seguía creyendo que lo estaba haciendo fenomenal y a los jugadores que seguían pensando que eran los mejores del mundo (como afirmó Arturo Vidal, que también ha recibido la llamada aniquiladora de Koeman) en la previa del partido de Lisboa.

Con Bartomeu agarrándose a la silla y afirmando que la crisis era deportiva y no institucional en una entrevista que se montó en Barça TV, comenzó ‘la era Koeman’.

El presidente, un maestro en el arte del escapismo (la última fue que en pleno confinamiento le dimitieron seis directivos), estaba convencido de que descolgando el póster del héroe de Wembley y colocándole como entrenador tenía el asunto resuelto.

Koeman, holandés hasta la médula, no se anduvo con chiquitas.

En la presentación, anunció que hablaría directamente con los jugadores y así lo hizo.

Fue a casa de Messi el pasado jueves y el delantero le comunicó que no lo veía claro.

El lunes, se pulió con una llamada telefónica de dos minutos a Luis Suárez.

Koeman toma el mando y comunica sus primeras decisiones

Además de ser el tercer máximo goleador de la historia del club, Suárez es amigo íntimo del argentino. Viven cerca, sus hijos van al mismo colegio, veranean juntos y hasta sus esposas son socias en un negocio.

El adiós sin miramientos a Suárez no puede haber ayudado en absoluto si Leo tenía dudas. Y un día después, ahí está el burofax que lo atestigua.

La situación en la que queda ahora mismo el Barça es caótica.

Por mucho que el club se empeñe en que el contrato le da la razón y que si Messi quiere abandonar el club debería haberlo dicho antes del 10 de junio, Messi ya ha dicho que se quiere ir.

La única opción que les queda ahora es negociar y que el argentino al menos deje algo de dinero en unas arcas secas, porque parece imposible que nadie pueda pagar los 700 millones de euros que tiene en la cláusula.

El Manchester City de Pep Guardiola es una opción. El PSG de su amigo Neymar, otra.

La hemorragia, se mire por donde se mire, es abundante y no tiene ninguna pinta de que vaya a pararse.

Aunque el club le contestase horas después, también por burofax, pidiéndole que permanezca en Barcelona hasta que concluya su carrera profesional.
Bartomeu ya no tiene donde esconderse.

El parapeto de Koeman no le ha servido de nada, porque la mayor estrella, el héroe, la leyenda, le ha enviado un burofax y el proyecto del holandés nace ya herido de muerte.

Mientras la oposición se lleva las manos a la cabeza y se organiza para presentar una moción de censura, el triste final es que a nadie se le olvidará que después de la derrota más vergonzosa de la historia del Barça, el que se quiere ir es Messi y no Bartomeu.

 
Desagradecido?! Con todos los goles que hizo, todas las copas que ganó!! Por favor... Está en todo su derecho si quiere irse.
Es un desagradecido, se lo debe todo al Barsa, pero vamos, q es un persigue balones. Si hubiera descubierto una vacuna o hubiera hecho algo por la humanidad, entendería tanto fervor, en fin, la gente es necia hasta morir.
 
Los peajes de Lionel Messi: del ocaso argentino a la implosión del Barcelona

Los silencios del ‘crack’ siguen marcando el destino del Barcelona. La sucesión de desastres en Europa y la mala planificación han puesto la lupa sobre el argentino, la persona con más poder en un club sin rumbo y en una selección extraviada

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Messi, durante el partido de cuartos contra el Bayern de Múnich. (Efe)

Pedro Cifuentes
24/08/2020 05:00 - ACTUALIZADO: 26/08/2020 09:49


El fabuloso palmarés de Lionel Messi en el Barcelona permite dos lecturas. Una de ellas es que, con el argentino en el equipo, el club catalán sólo ha ganado una Champions menos que el legendario Real Madrid de Florentino Pérez y Zinedine Zidane. La otra se comenta menos: desde que Messi asumió el liderazgo absoluto del equipo (tras la marcha de Pep Guardiola, en 2012), los azulgrana han conquistado sólo una vez el trofeo de clubes más importante del mundo.

El silencio de Messi desde el humillante 2-8 ante el Bayern preside el descalabro del Barça e impide hacer pronósticos sobre la evolución del club. “No se conoce en la historia del fútbol ningún otro caso de un jugador que haya tenido tanto poder en un club grande”, como reconoce a El Confidencial un exdirectivo culé que prefiere no dar su nombre y meterse “en problemas”. Con Messi siempre sucede lo mismo: muchos hablan en privado, pero nadie se atreve a cuestionarle en público.

La adoración al argentino en la prensa catalana es particularmente unánime (algo muy diferente a lo que sucedió durante años con su gran rival, Cristiano Ronaldo, en los periódicos de Madrid). “Que yo recuerde, no hay ningún columnista u opinador, sea cruyffista o nuñista, en Barcelona que se haya atrevido a tratar el tema del poder de Messi abiertamente”, dice a este periódico un periodista del diario Sport a condición de que no se revele su nombre: “Es una cuestión que solo aparece tangencialmente en algunas tertulias, pero todo el mundo pasa de puntillas. Hasta ahora Messi ha gozado de inmunidad mediática aquí, algo que no ocurre en Argentina”.

Esa inmunidad de Messi revela ahora sus costes, ocho años después de la salida de Guardiola y dieciséis después de su llegada al primer equipo. Además de los 100 millones de euros brutos que cobra el mejor futbolista del planeta (título que conservó durante más de una década, hasta la semana pasada), el capitán del Barcelona tiene una indudable responsabilidad en la crisis estructural de un equipo avejentado, pagado por encima de su valor de mercado y sin hambre, en el que probablemente demasiadas entradas y salidas han dependido de sus célebres silencios: una mirada hacia el suelo de Messi tiene más peso en las oficinas del club que un grito del presidente Bartomeu.



Messi y Suárez, entrenando el día antes al duelo del Bayern. (Efe)

Messi y Suárez, entrenando el día antes al duelo del Bayern. (Efe)

Esta pasada semana, después de la catástrofe lisboeta, Messi convocó un retiro de silencio en una masía de la Cerdanya con sus amigos del vestuario: Jordi Alba, Luis Suárez, Busquets... Todos ellos están lejos de su mejor estado y tienen contratos millonarios garantizados hasta los 35 años. La sobreprotección de Messi y de su círculo íntimo en el vestuario ha hecho del Barcelona el club del mundo con mayor gasto en sueldos de la plantilla: 392 millones anuales, por delante incluso del Manchester City (326) o el Madrid (283). Una desproporción que inevitablemente reaparece en la superficie después del ridículo ante el Bayern.

Ter Stegen, Sergi Roberto, Piqué, Sergio Busquets, Alba, Suárez y Messi son los siete futbolistas presentes en el 2-8 que ya estaban en el equipo que cayó abatido en París, Roma o Liverpool. “Apuntamos a una gestión que no ha sabido frenar esa deriva, pero señalemos también a los que juegan, ¿no?”, escribía esta semana en Mundo Deportivo el periodista Joan Poquí. “Ha habido miedo a no incomodarles y eso es una negligencia, pero también es momento de bajarlos del pedestal. A pesar de lo buenos que son y han sido. Muchas gracias, pero cambiar el entrenador será más de lo mismo”.

El poder de Messi es tan inmenso que ni siquiera el presidente Bartomeu pudo hablar con él en los días posteriores a la eliminación, mientras trataba de tapar vías de agua por los cuatro costados de la institución y cerraba la contratación de Ronald Koeman. Bartomeu sólo logró comunicarse con su padre, Jorge. (El llamado “entorno de Messi” es extraordinariamente cerrado: su padre, su hermano Rodrigo, su asistente, Pepe Costa –empleado del club–, Suárez, Alba... En él no entran ni entrenadores ni directivos).

Esa suprema autoridad de Messi contrasta con su falta de liderazgo en numerosos partidos decisivos del Barcelona, una contradicción aplicable también a la selección argentina (con la que Messi ha conquistado únicamente un Mundial sub-20 y unos Juegos Olímpicos). El trato a la estrella ha sido mucho más duro en su país natal que en España, especialmente tras las repetidas decepciones de la selección en partidos cruciales donde él estaba en la cancha: derrota ante Brasil por 3-0 en la final de la Copa América 2007, derrota por 4-0 ante Alemania en cuartos de final del Mundial 2010, eliminación en cuartos de final de la Copa América 2011 ante Uruguay, derrota en la final del Mundial 2014, derrota ante Chile en la final de la Copa América 2015, otra vez derrota ante Chile en la final de la Copa América Centenario 2016, derrota en octavos de final del Mundial 2018 ante Francia, derrota ante Brasil en las semifinales de la Copa América 2019.

Las críticas a Messi en su país tras los repetidos desastres de la Selección le han llevado a abandonar el combinado en al menos dos ocasiones, 2016 y 2018 (para regresar después en ambos casos). Los argumentos utilizados al otro lado del océano son generalmente aplicables a una discusión sobre el FC Barcelona: que el capitán decidía quién jugaba y que siempre defendía a sus amigos (el célebre caso de Javier Mascherano, por ejemplo, que también vivieron los culés). La excesiva intervención, en definitiva, de un futbolista cósmico convertido en mito nacional, capaz de restaurar por fin el orgullo del fútbol que mayores talentos ha dado al balompié mundial, empobrecido por dos décadas de crisis económica, mala gestión y corruptelas permanentes.

Messi y Mascherano, tras la derrota de Argentina contra Francia en el Mundial 2018. (Reuters)

Messi y Mascherano, tras la derrota de Argentina contra Francia en el Mundial 2018. (Reuters)

El declive del fútbol argentino tiene causas mucho más profundas que el intervencionismo de su mayor estrella y la presunta protección de su camarilla íntima. La albiceleste no consigue una victoria en un torneo importante desde 1993, cuando Messi tenía seis años. Cuando la ‘Pulga’ se retiró por segunda vez de la selección tras el Mundial de 2018, hasta el entonces presidente del país, Mauricio Macri, le llamó por teléfono para tratar de que reconsiderase su decisión. Messi rectificó mes y medio después y anunció que volvía al equipo: “Hay que arreglar muchas cosas de nuestro fútbol argentino, pero prefiero hacerlo desde dentro y no criticando desde fuera”, afirmó el futbolista, perpetuamente presionado por la comparación con Maradona y el Mundial 1986.

Semanas después, tras jugar su primer partido y perder un amistoso ante Venezuela jugado en Madrid, el capitán argentino concedió una entrevista radiofónica para salir al paso de las nuevas críticas: “Se hizo normal, como una costumbre, mentir, pegarme, decir cosas sobre mí, darme siempre que voy a la selección, darme cuando no estoy, continuamente. Y la verdad es que me da un poco de bronca", declaró a la radio 'Club 947 FM' .

El cortijo catalán de Messi, siempre un espacio de tranquilidad y reconocimiento en comparación con el convulso fútbol argentino, terminó de quebrarse definitivamente el pasado 14 de agosto. Todo ha pivotado sobre Messi en el Barça y en la selección argentina desde hace una década. “Pero es que Messi es mucho más que un futbolista”, justifica Andrés Burgo, periodista y escritor, autor de ‘El Partido Argentina-Inglaterra 1986’ y ‘El último Maradona’, entre otros libros. “En todo caso, si siempre fue así, caerle ahora me suena medio oportunista… ¿Cómo era la frase esa del poeta Rilke, que decía ‘quítame los demonios y me quitarás los ángeles’? Somos un todo, con lo bueno y lo malo... Messi siempre fue así; empezar a contarle las costillas ahora, en la derrota, me suena a jugar a ser un Tribunal de Dios, a apuntar con el dedo”.

Burgo rechaza que el 2-8 del Bayern cuestione integralmente el liderazgo de Messi y legitime una rendición de cuentas: “Tiene 33 años ya... ¿Como haces para mantener la motivación si ya ganaste todo? En todo caso, ¿por qué hay que ganar y ganar y ganar y seguir ganando? Es como decirle a Albert Einstein: ‘Eh, después de la teoría de la relatividad empezaste a robar’. Que el Barcelona no tenga un Florentino Pérez (que no sé si es bueno o no) desde luego no es culpa de él”.

En Argentina se han escrito millones de palabras sobre si la selección argentina jugó los Mundiales de 2014 y 2018 bajo un excesivo influjo de Messi o no. (En 2010 el entrenador era otro ‘dios’, Diego Armando Maradona, y en 2006 Messi era un suplente de 19 años). El consenso viene a ser que en 2014 el seleccionador Alejandro Sabella logró imponer su estilo conservador y aburrido, que condujo a una final malograda contra Alemania; y que en 2018 Sampaoli no logró en ningún momento imponerse a la voluntad del comando central del vestuario, dirigido por el ‘10’. Burgo no le da tanta importancia: “Maradona también ponía jugadores. Y Grondona. ¿Y en España Tebas no hace lo mismo alguna vez?”

Messi y Jorge Sampaoli, en el Mundial 2018. (Reuters)

Messi y Jorge Sampaoli, en el Mundial 2018. (Reuters)

En el estadio Da Luz de Lisboa quedó claro que un jugador solo (con la posible excepción de Maradona) no puede ganar partidos ni desde luego títulos. Obviamente, resulta más utópico aún si no está en su mejor forma (los tres goles de Messi en esta Champions son su peor cifra desde la temporada 2006-07, y los 31 de la temporada el número más bajo desde la 2007-08). "Ahora lo que habría que preguntarse es si a un equipo de Maradona o de Cristiano o de Di Stéfano les hubieran metido un 2-8 en cuartos de la Champions", ironiza el reportero del diario Sport.

La comparación con el Real Madrid y CR7, un ‘crack’ que jamás gozó de esa divinización en Madrid y se marchó en la cima, es ineludible. El poder del portugués en el vestuario no llegó ni por asomo al de su máximo oponente. No se recuerdan jugadores importantes que tuvieran que abandonar el Madrid por desavenencias o incompatibilidades con Ronaldo. En el Barcelona sobran ejemplos: David Villa, Alexis, Coutinho… Quién sabe si hasta su íntimo amigo Neymar: “Una de las razones por las que Neymar deja el Barça es porque el juego se dirige completamente hacia Leo Messi y Neymar se ve obligado a trabajar para él”, afirmó Unai Emery cuando el entrenador español se marchó del PSG.

El FC Barcelona, como esta misma semana, navega a perpetuidad entre los silencios de Messi. “Hay mucha gente que se dedica a la interpretación de sus gestos”, manifiesta una personalidad relevante del entorno culé con responsabilidades directivas en el pasado: “Si tuerce la cara, si no está participativo... La gente se acojona. A Villa, si no le había pasado un balón, se tiraba directamente sin hablarle hasta la semana siguiente”.

Curiosamente, nada de esto se ha trasladado a la prensa en la última década. No existe (con la posible excepción de Iniesta) ningún otro futbolista que haya merecido ese trato inmaculado. Un periodista barcelonés con carné de socio y 15 años de experiencia en la profesión dice: “En Barcelona ahora algunos están empezando a cuchichear en cenas, pero es más para salvar a Bartomeu que otra cosa. Tienes que ser muy ‘anti’ para hablar mal de Messi, por muchos defectos que tenga. Es mucho más que el puto amo, ¿entiendes? Nunca ha habido alguien así. El apoyo ha sido y será unánime”

Por supuesto, los deseos de Messi no siempre se han cumplido en los despachos barcelonistas. El argentino pidió hace seis años a Andoni Zubizarreta, entonces director deportivo del club, que fichase al ‘Kun’ Agüero como delantero centro del equipo; pero ‘Zubi’, como se sabe, fichó a Luis Suárez. (El uruguayo no se llevaba entonces bien con Messi, pero hoy son amigos inseparables). Tampoco le fue concedido su deseo de traer a Éver Banega, inspirado socio suyo en la selección argentina, al Camp Nou. “Pero no te equivoques: son muchos más los deseos que sí se han satisfecho”, aclara el exdirectivo anteriormente citado.

Gnabry desborda a Messi en el Barcelona-Bayern. (Efe)

Gnabry desborda a Messi en el Barcelona-Bayern. (Efe)

Una de las frases más repetidas en las oficinas del Camp Nou esta semana es que “esto no se arreglará hasta que se vaya el enano”, pero no la leerán en periódicos ni la escucharán por radio o televisión. “Messi es intocable”, repitió Bartomeu varias veces; será el “pilar del nuevo equipo de Koeman”. “Intocable”, “imprescindible”, “D10S”… Las alabanzas al estandarte del Barça son constantes.

La onda expansiva del torpedo del Bayern, no obstante, está lejos de calmarse aún. A Messi le queda una temporada de contrato, y su futuro depende enteramente de su voluntad (más allá de que ningún club vaya a pagar jamás una cláusula de rescisión de 700 millones de euros por un futbolista de 33 años). Su mutismo estresa al barcelonismo: pese a las decepciones en cadena, su respaldo a un nuevo proyecto de futuro otorgaría mucha calma a una nave en apuros.

Además de sus seis Balones de Oro y sus innumerables trofeos individuales y colectivos, Messi ha ganado diez ligas y cuatro Champions League con el Barcelona, equipo en el que ha sido infinitamente más feliz que con Argentina. Los desastres recientes de su equipo marcan el fin del esplendor: tanto el suyo propio como el de la plantilla diseñada en torno a él. Sus silencios siguen definiendo el presente y el futuro del Barça una década después, pero hay una época, casi un régimen, que se cerró para siempre con los ocho goles de Lisboa.

 
Es un desagradecido, se lo debe todo al Barsa, pero vamos, q es un persigue balones. Si hubiera descubierto una vacuna o hubiera hecho algo por la humanidad, entendería tanto fervor, en fin, la gente es necia hasta morir.
Acaso es su culpa jugar bien al futbol y que la gente siga este deporte? Que miles de empresarios, marcas y demás pongan millones en el futbol? Por supuesto que sería mil veces mejor que ese dinero esté destinado a vacunas y medicamentos, lo que sea. Pero no es su culpa, es solo un simple jugador, y si ganó algo de "poder" en el club es porque lo dejaron.
 
FC BARCELONA
El adiós de Leo Messi

Bartomeu se esconde tras su secretario técnico y Messi no tiene intención de incorporarse a los entrenamientos

FRANCISCO CABEZAS
@FCabezas78
Barcelona
Actualizado Miércoles, 26 agosto 2020 - 14:26

El presidente del Barcelona, un día después de que el delantero argentino comunicara su intención de rescindir el contrato, se parapeta tras Ramon Planes: "Debemos intentar que el matrimonio siga adelante"



El Barça no contempla la salida de Messi: "Queremos que se quede" EL MUNDO (Vídeo) // AFP (Foto

Josep Maria Bartomeu, tuvo a bien fotografiarse junto a Francisco Trincao, futbolista portugués de 20 años, ex del Sporting de Braga, que ha firmado un contrato para las cinco próximas temporadas. Lo que no consideró oportuno el presidente del Barcelona fue ya comparecer ante los medios. Qué más da que un día antes Leo Messi comunicara a su club vía burofax que pretende la rescisión inmediata de su contrato mediante una cláusula que la entidad considera ya fuera de plazo. Qué más da que un socio y precandidato a la poltrona, Jordi Farré, iniciara a primera hora de la mañana los trámites para iniciar una moción de censura. Bartomeu prefirió enviar a Ramon Planes a los leones. Fue el nuevo secretario técnico, sustituto de su antiguo superior, Eric Abidal, quien fijó la posición pública del club.

"Lo que pensamos ya lo dijo el entrenador, Ronald Koeman. Y también el presidente. Pensamos en un futuro con Messi. Queremos edificar otro ciclo ganador alrededor del mejor jugador del mundo y de la historia", se arrancó Planes ante la atenta mirada del jovencito Trincao. Eso sí, añadiendo también lo mismo que ya se venía barruntando en los despachos directivos en los últimos días: "El Barcelona se ha reconstruido muchas veces, y siempre vuelve con más fuerza. Estamos en esa etapa".

No quiso entrar Planes en detalle alguno. No le correspondía a él. Pese a que en la junta haya ya quien apueste por encontrar una solución negociada que debería pasar por obtener algún tipo de traspaso por la venta de Messi, el secretario técnico no se movió de la línea oficial. "Lo que nosotros queremos es que Leo se quede. Hay que tener un respeto enorme hacia él. Su matrimonio con el Barcelona ha dado muchísimo, y debemos intentar que siga adelante. Para ello estamos trabajando internamente y dedicamos muchas horas para convencerlo. Ahora es momento de buscar la mejor solución tanto para el Barça como para Leo".

Rechazó Planes que hubiera algún tipo de disputa entre directivos ante la resolución del caso Messi -"no hay ninguna división, quien entienda un poco de fútbol quiere tener a Leo en su equipo"-, y rechazó convertir el cisma en un sainete que ya es tal: "No podemos hacer de esto una disputa pública entre Messi y el Barça. Ninguno de los dos lo merece".

El delantero argentino no tiene intención alguna de volver a vestir la camiseta azulgrana. Tampoco de acudir al inicio de los entrenamientos, programados para el próximo lunes.

 
El dilema de Guardiola: rescatar a Messi de un Barcelona del que él ya huyó

Antes incluso de comunicar su decisión de marcharse del Barça, Leo telefoneó a Pep para ver la posibilidad de recalar en el Manchester City, uno de los pocos clubes que pueden afrontar su fichaje

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Messi, con Pep Guardiola al fondo, durante un enfrentamiento del Barça y el Manchester City. (Reuters)

Kike Marín
26/08/2020 18:50 - ACTUALIZADO: 26/08/2020 19:41

Más allá de los motivos que Messi tenga para querer irse del FC Barcelona, que a buen seguro son muchos, vista la pésima gestión del club catalán durante los últimos años, y que las formas tampoco estén siendo las que una institución como el Barça se merece después de todo lo que le ha dado, lo que es evidente es que Leo ha dejado clara su voluntad de marcharse pese a tener aún un año más de contrato.

Quizá si Josep Maria Bartomeu hubiera presentado su dimisión nada más recibir el burofax del argentino, lo que al mismo tiempo hubiera conllevado la destitución de Koeman, cuya contratación no estará en regla hasta finiquitar la de Quique Setién, la situación aún sería reversible, pero no fue así.


Y, claro, una vez que tenemos claro que después de 737 partidos, 634 goles y 34 títulos Messi no quiere seguir vistiendo la camiseta azulgrana, la pregunta que todo el mundo hace y se hace es adónde puede ir. A la espera de saber si puede irse con la carta de libertad, tal y como pretende, o previo pago de una cláusula de 700 millones, como a su vez pretende el Barça, opciones la verdad es que no hay muchas. Y aún menos después de que el diario 'L'Equipe' informara este miércoles de que el Paris Saint-Germain no puede hacer frente a los 71 millones de euros brutos anuales que el argentino gana en el Barça. La única manera de hacerlo, siempre según el citado diario francés, sería traspasando a Neymar o a Mbappé, aunque ahora mismo el mercado no está para grandes dispendios, tal y como aseguró un experto en la materia como Florentino Pérez.

Otra dirección a la que apunta el futuro de Messi es Italia, donde el Inter de Milán nunca ha escondido que sueña con hacer frente a su fichaje. Lo mismo que la Juventus, donde hace dos temporadas ya recaló la otra gran estrella de LaLiga en los últimos años, Cristiano Ronaldo. Al igual que en el caso del ex del Real Madrid, una salida sin duda mucho menos traumática que la de Messi en el Barça, la gran ventaja que el argentino encontraría en el Calcio es un entorno fiscal mucho más favorable que en España. De momento, con una ley por la que solo se pagan 100.000 euros en tarifa plana por los ingresos obtenidos en el exterior, lo que en el caso del portugués supone el 92% de sus derechos de imagen.

La llamada de Leo a Pep...

Sin embargo, el país hacia donde más apuntan los tiros es Reino Unido. Se habla del Manchester United, uno de los grandes clubes europeos, venido a menos en los últimos años y cuyos gestores verían en Messi la oportunidad de recuperar el espacio perdido. Pero no, es el otro club de esta ciudad, el Manchester City, quien tiene todas las papeletas, sobre todo porque así lo quiere el propio Messi. Especialmente, por un factor clave como es la presencia en su banquillo de Pep Guardiola, además, claro está, de por su capacidad económica.

Una estatua de Johan Cruyff parece indicar a Messi que se marche del FC Barcelona. (Reuters)

Una estatua de Johan Cruyff parece indicar a Messi que se marche del FC Barcelona. (Reuters)

Según informó Catalunya Ràdio, Leo llamó la semana pasada a Pep para consultarle las opciones de poder ir a jugar al Manchester City. Es decir, que fue el argentino quien llamó al exentrenador azulgrana y no al revés. Sabido es lo que siempre ha dicho Guardiola cuando le han preguntado sobre el futuro de MessI: "Mi deseo es que siga en Barcelona". Pero, claro, aunque algunos puedan ver una 'traición' en el hecho de que el de Santpedor ayude al '10' a cambiar la camiseta del Barça por la del City, no es lo mismo que el club inglés se lance a por el fichaje de Messi a que sea el propio futbolista quien se ofrezca y abra esa posibilidad.

Por si la figura de Guardiola no fuera suficiente, cabe recordar que a finales del pasado mes de junio, cuando Agüero sufrió una lesión de menisco que finalmente le impidió medirse al Real Madrid en los octavos de final de la Champions, el delantero argentino viajó a Barcelona para ser operado por el doctor Ramòn Cugat. Ya entonces, el Kun habló con su amigo Leo sobre su futuro y a buen seguro que la opción de jugar juntos en el Emirates salió en la conversación.

Este es el dilema de Pep, quien, todo sea dicho, también acabó muy quemado en su relación con Messi, un futbolista estelar, aunque también tremendamente caprichoso, si no públicamente, sí de puertas hacia adentro. De ahí su reacción nada más conocer la legítima pero torpe decisión de Koeman de no contar con su amigo Luis Suárez. Si algo es importante para un entrenador, es saber gestionar los egos, y el de Messi, aunque las mate callando, es muy grande. Es cierto que se trata del mejor jugador de la historia del FC Barcelona y de LaLiga. Si alguien tiene dudas y no le basta con verle jugar, ahí están sus números. Pero por encima de la figura de cualquier jugador, debe estar la del club.

Nadie mejor que Guardiola sabe lo que supone salir de un club que él siente como aficionado, pero del que profesionalmente, primero como futbolista y luego como entrenador, también huyó. Llegados a este punto, y a la espera de acontecimientos, dos preguntas quedan suspensas en el aire. La primera: ¿tiene el City la capacidad de fichar a Messi sin incumplir —¿otra vez?— el llamado 'fair play' financiero? Y la segunda: ¿ayudará Guardiola a Leo a abandonar el Barça y dejar el club catalán en una situación tremendamente complicada?

 
Messi se va del Barcelona: última hora EN DIRECTO


La noticia saltaba pasadas las 19 horas de ayer como un auténtico bombazo mundial. Como no podía ser de otra manera, la salida del mejor jugador de la historia del Barcelona tras 20 años en la entidad blaugrana bien lo merecía. Si ya había avisado Leo Messi al nuevo entrenador Koeman de que estaba más fuera que dentro, los últimos acontecimientos con la salida de su íntimo amigos Luis Suárez, la falta de resultados remarcables y la irregular relación con la directiva parecen ser algunas de las razones de esta inminente salida.



 
El ofertón del Manchester City a Messi: tres años con Suárez y luego a Nueva York

SPORTYOU 26.08.2020 - 18:24H

ESPN asegura que en Manchester harán todo lo que esté en su mano para traer al argentino.
Messi llamó a Guardiola para saber si el City puede asumir su fichaje.
El apoyo público de Puyol a Messi... y la viral respuesta de Suárez.

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Leo Messi y Luis Suárez celebrando un gol EFE

El Manchester City tiene claro de la ocasión histórica que tienen para hacerse con los servicios Leo Messi, el mejor jugador de los últimos tiempos, y harán todo lo que tengan en su mano para convencerle de fichar por los 'sky blues'.

Con la decisión de abandonar el Barça ya tomada y sin aparente vuelta atrás, la gran lucha de los ingleses será con los otros equipos que buscan traerse al argentino con cifras mareantes.

Por eso desde el Etihad ya planean una oferta que cubra el mayor número de necesidades posibles del todavía capitán del Barça, empezando por hacer lo más placentera posible su llegada, hasta una planificación de retirada, todavía bajo su marco.

La primera parte de la oferta pasa por un contrato de tres años con el Manchester City, que además se compromete a traer también a Luis Suárez, el gran amigo de Messi en Barcelona, a la disciplina 'cityzen'.

Es de recordar que en el club inglés milita también todo un íntimo amigo del argentino como el Kun Agüero, con quien ha compartido a lo largo de toda su carrera en la selección.

Además, un proyecto deportivo encabezado por Guardiola, con quien Messi guarda una gran relación y al que ha destacado anteriormente como "el mejor entrenador de su carrera", con quien podría madurar para mejorar su juego en los últimos años de su vida futbolística.

Por si era poco, a Messi también le ofrecen la opción de retirarse en el New York City, perteneciente al mismo dueño que el Manchester City, ambos propiedad del City Football Group.

De esa manera, el argentino se une al grupo de estrellas como Pelé o Henry que decidieron finalizar en la MLS, la liga estadounidense, donde las grandes figuras provenientes del fútbol europeo suelen lucrarse con los millonarios contratos de patrocinios, más allá de su salario.

 
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