Actrices que consideréis más bellas de la historia del cine

Me encanta Juliette Binoche, yo quiero envejecer como ella, está divina!
 

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Ana de Armas es increíble lo preciosa que me parece, cara de muñeca y una sensualidad que desprende por los poros, que envidia me da esta mujer y pensar que en un foro, no diré cual pero ese que está lleno de cromañones y todos conocemos en un hilo de creo famosas que consideraban feas, la pusieron a ella, encima con una foto que ojala la encontrase porque real que parecía de otro mundo

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De las actrices clásicas me parecen guapísimas Claudia Cardinale y Natalie Wood; de las actuales me parecen muy guapas Sophie Marceau y la española Maggie Civantos, por poner un ejemplo.
 
A mí de las actuales no me gusta casi ninguna, es que ni siquiera sabes si vienen así de fábrica o se han hecho a sí mismas, como Brie Larson, de apenas 31 años y cuyo parecido con sus fotos de adolescente es pura casualidad, o Ester Expósito, que ya lleva retoquitos con 21 añitos (y sí, sé que gente del pasado venía retocada, como Marilyn y Rita, pero no eran cirugías tan exageradas y se las reconocía).

Jennifer Connelly, por ejemplo, me parecía guapísima hasta el 2003, luego adelgazó drásticamente y perdió toda la gracia.

Merle Oberon. Tuvo una vida muy curiosa.

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Pier Angeli

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Vanessa Hessler. La vi en una miniserie sobre la Cenicienta. Eso sí, como actriz es regulera.

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Los 80 años de Raquel Welch, la bomba sexual con bragas de piel de mamut y mentalidad conservadora
DARÍO PRIETO
dprietoelmundo
Sábado, 5 septiembre 2020 - 02:08
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Rompió la dictadura de las rubias en el terreno de las 'sex symbols' y llega este lunes al octavo piso. Su papel de 'primitiva' en 'Hace un millón de años' convirtió en estrella a esta mujer de origen boliviano.

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Para la generación del 'baby boom' estadounidense había dos opciones (estaba también Brigitte Bardot, pero pillaba algo lejos)a la hora de escoger 'sex symbol': o Jane Fonda o Raquel Welch. La primera representaba la sofisticación, la rubia 'wasp', la niña de alta cuna -hija de una rica heredera y de una estrella de Hollywood como Henry Fonda- que alardeaba de su compromiso político con la izquierda. Welch, en cambio, era una morena de clase media y orígenes bolivianos que con 21 años ya tenía dos hijos. El 'boomer' varón heterosexual podía fantasear con los sujetadores de cristal de 'Barbarella' (1968) o con el bikini de piel de mamut de 'Hace un millón de años' (1966). Sin embargo, fue Welch la que marcó un cambio más importante en la iconografía femenina: con ella se acabó el dominio de las rubias explosivas y comenzó una nueva época en el canon de belleza en el cine.

Jo Raquel Tejada
nació en Chicago el 5 de septiembre de 1940, así que cumple 80 años este sábado. "Mi madre", recordaba en una entrevista con EL MUNDO en 2007, "era una anglosajona nacida en Chicago, y mi padre, boliviano. De él heredé la estructura ósea, el color de la piel, la pasión, la intensidad de carácter...". También una prima, Lidia Gueiler Tejada, que fue la primera mujer presidenta de Bolivia. En Hollywood, al principio, "no estaban precisamente contentos" con esas características. "Querían que me cambiara el nombre de Raquel por el de Debbie, y en la sala de maquillaje siempre hacían todo lo posible por aclararme el tono de la piel. Sin embargo, yo llegué a la conclusión de que quizás esos defectos que en la industria no gustaban podían convertirse en mis mejores bazas. No quería ser una cara más, así que decidí aprovechar mis rasgos. Y la verdad es que funcionó".

Raquel tomó el apellido del primero de sus cuatro maridos, James Welch, su novio del instituto. Con él tuvo sus dos hijos :Damon (1959) y Tahnee Welch (1961), esta última también actriz:aparece como extraterrestre nudista en 'Cocoon' y estuvo con actores como Steve Guttenberg y Jared Harris.

Aquel primer matrimonio duró poco -aunque Raquel se quedaría para siempre con su apellido de casada-, por lo que la joven tuvo que aceptar diversos trabajos, incluidos pequeños papeles en películas como 'El trotamundos' (1964), junto a Elvis Presley. Su oportunidad llegó con el director Richard Fleischer y su película de ciencia ficción 'Viaje alucinante' (1966), en la que daba vida a una componente de un equipo médico que se miniaturizaba para entrar dentro de un organismo humano.

Pero fue como Loana, de la Tribu de la Concha, cuando Welch se convirtió en un icono. 'Hace un millón de años' era una chaladura de la Hammer, la mítica productora inglesa de terror de serie B en la que se mezclaban cavernícolas con dinosaurios. La actriz apenas hablaba tres frases en un idioma 'unga-unga' inventado. Pero el póster de la película, con Raquel ataviada con su bikini de pieles, se convirtió en un icono de los 60. Prueba de ello es el papel que juega la imagen en la película 'Cadena Perpetua' (Frank Darabont, 1994), adaptación de una 'nouvelle' de Stephen King en la que el protagonista (Tim Robbins) intenta evadirse de la realidad carcelaria con pósters de Welch o Rita Hayworth.

Los exteriores de 'Hace un millón de años' se rodaron en Canarias y Raquel acabaría regresando a nuestro país para otros rodajes, como 'Los 100 rifles' (1969) y 'Ana Caulder' (1971). Tres años después ganó un Globo de Oro por su papel de Constance Bonacieux en 'Los tres mosqueteros'.

Su exuberancia le hizo ganarse el sobrenombre de 'El Cuerpo', y su popularidad llegó a ser tal que en el especial televisivo que le dedicó la CBS ('Raquel!', en 1970, una de las mayores superproducciones de la época para la pequeña pantalla)batió récords de audiencia.

"Aquello fue algo que me ocurrió a los veintipocos años", reflexionaría Welch varias décadas después. "Apenas había empezado a descubrir el mundo y mi lugar en él. Era casi una niña e iba improvisando, me dejaba llevar por las oportunidades. Y la verdad es que me sentía un poco asustada ante los continuos halagos hacia mi cuerpo, las sesiones de fotos en bikini y todas esas cosas". Aquellas circunstancias, destacaba la actriz a mediados de la pasada década, la afectaron profundamente. "Retrasaron mi desarrollo personal. Pasé mucho tiempo siendo simplemente un objeto delante de la cámara. Me sentía cada vez más vacía. En mi época de 'sex symbol' era inmadura, insistía en adoptar actitudes infantiles y no llevaba una vida feliz".

Así que se dedicó al yoga y a la gimnasia (haciendo competencia, de nuevo, a Fonda con sus vídeos de ejercicios) y a los productos de belleza:su línea de pelucas fue todo un hit en su momento.

Una mujer hogareña

Apesar de la fama, Welch nunca ha dejado de verse como una chica conservadora y tranquila del Medio Oeste estadounidense.

Ha dosificado sabiamente sus apariciones en fiestas y saraos, igual que sus manifestaciones políticas.

Mientras Jane Fonda se sacaba fotos sonriente en las baterías antiaéreas que Vietnam del Norte usaba contra las tropas de EEUU y bautizaba a su hijo como un líder del Viet Cong, Welch se prestaba a actuar para United Service Organizations (USO), el servicio de entretenimiento para soldados estadounidenses.

Quien trabajó con ella subraya que tiene una cabeza mucho mejor amueblada que lo que decía el estereotipo de las mujeres hermosas en aquellos años.

"Me esfuerzo para que mi carrera se acople a mi vida, y no al revés. Ya no soy una niña, y me alegro mucho de no serlo", sentencia ella.

 
Los 80 años de Raquel Welch, la bomba sexual con bragas de piel de mamut y mentalidad conservadora
DARÍO PRIETO
dprietoelmundo
Sábado, 5 septiembre 2020 - 02:08
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Rompió la dictadura de las rubias en el terreno de las 'sex symbols' y llega este lunes al octavo piso. Su papel de 'primitiva' en 'Hace un millón de años' convirtió en estrella a esta mujer de origen boliviano.

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Para la generación del 'baby boom' estadounidense había dos opciones (estaba también Brigitte Bardot, pero pillaba algo lejos)a la hora de escoger 'sex symbol': o Jane Fonda o Raquel Welch. La primera representaba la sofisticación, la rubia 'wasp', la niña de alta cuna -hija de una rica heredera y de una estrella de Hollywood como Henry Fonda- que alardeaba de su compromiso político con la izquierda. Welch, en cambio, era una morena de clase media y orígenes bolivianos que con 21 años ya tenía dos hijos. El 'boomer' varón heterosexual podía fantasear con los sujetadores de cristal de 'Barbarella' (1968) o con el bikini de piel de mamut de 'Hace un millón de años' (1966). Sin embargo, fue Welch la que marcó un cambio más importante en la iconografía femenina: con ella se acabó el dominio de las rubias explosivas y comenzó una nueva época en el canon de belleza en el cine.

Jo Raquel Tejada
nació en Chicago el 5 de septiembre de 1940, así que cumple 80 años este sábado. "Mi madre", recordaba en una entrevista con EL MUNDO en 2007, "era una anglosajona nacida en Chicago, y mi padre, boliviano. De él heredé la estructura ósea, el color de la piel, la pasión, la intensidad de carácter...". También una prima, Lidia Gueiler Tejada, que fue la primera mujer presidenta de Bolivia. En Hollywood, al principio, "no estaban precisamente contentos" con esas características. "Querían que me cambiara el nombre de Raquel por el de Debbie, y en la sala de maquillaje siempre hacían todo lo posible por aclararme el tono de la piel. Sin embargo, yo llegué a la conclusión de que quizás esos defectos que en la industria no gustaban podían convertirse en mis mejores bazas. No quería ser una cara más, así que decidí aprovechar mis rasgos. Y la verdad es que funcionó".

Raquel tomó el apellido del primero de sus cuatro maridos, James Welch, su novio del instituto. Con él tuvo sus dos hijos :Damon (1959) y Tahnee Welch (1961), esta última también actriz:aparece como extraterrestre nudista en 'Cocoon' y estuvo con actores como Steve Guttenberg y Jared Harris.

Aquel primer matrimonio duró poco -aunque Raquel se quedaría para siempre con su apellido de casada-, por lo que la joven tuvo que aceptar diversos trabajos, incluidos pequeños papeles en películas como 'El trotamundos' (1964), junto a Elvis Presley. Su oportunidad llegó con el director Richard Fleischer y su película de ciencia ficción 'Viaje alucinante' (1966), en la que daba vida a una componente de un equipo médico que se miniaturizaba para entrar dentro de un organismo humano.

Pero fue como Loana, de la Tribu de la Concha, cuando Welch se convirtió en un icono. 'Hace un millón de años' era una chaladura de la Hammer, la mítica productora inglesa de terror de serie B en la que se mezclaban cavernícolas con dinosaurios. La actriz apenas hablaba tres frases en un idioma 'unga-unga' inventado. Pero el póster de la película, con Raquel ataviada con su bikini de pieles, se convirtió en un icono de los 60. Prueba de ello es el papel que juega la imagen en la película 'Cadena Perpetua' (Frank Darabont, 1994), adaptación de una 'nouvelle' de Stephen King en la que el protagonista (Tim Robbins) intenta evadirse de la realidad carcelaria con pósters de Welch o Rita Hayworth.

Los exteriores de 'Hace un millón de años' se rodaron en Canarias y Raquel acabaría regresando a nuestro país para otros rodajes, como 'Los 100 rifles' (1969) y 'Ana Caulder' (1971). Tres años después ganó un Globo de Oro por su papel de Constance Bonacieux en 'Los tres mosqueteros'.

Su exuberancia le hizo ganarse el sobrenombre de 'El Cuerpo', y su popularidad llegó a ser tal que en el especial televisivo que le dedicó la CBS ('Raquel!', en 1970, una de las mayores superproducciones de la época para la pequeña pantalla)batió récords de audiencia.

"Aquello fue algo que me ocurrió a los veintipocos años", reflexionaría Welch varias décadas después. "Apenas había empezado a descubrir el mundo y mi lugar en él. Era casi una niña e iba improvisando, me dejaba llevar por las oportunidades. Y la verdad es que me sentía un poco asustada ante los continuos halagos hacia mi cuerpo, las sesiones de fotos en bikini y todas esas cosas". Aquellas circunstancias, destacaba la actriz a mediados de la pasada década, la afectaron profundamente. "Retrasaron mi desarrollo personal. Pasé mucho tiempo siendo simplemente un objeto delante de la cámara. Me sentía cada vez más vacía. En mi época de 'sex symbol' era inmadura, insistía en adoptar actitudes infantiles y no llevaba una vida feliz".

Así que se dedicó al yoga y a la gimnasia (haciendo competencia, de nuevo, a Fonda con sus vídeos de ejercicios) y a los productos de belleza:su línea de pelucas fue todo un hit en su momento.

Una mujer hogareña

Apesar de la fama, Welch nunca ha dejado de verse como una chica conservadora y tranquila del Medio Oeste estadounidense.

Ha dosificado sabiamente sus apariciones en fiestas y saraos, igual que sus manifestaciones políticas.

Mientras Jane Fonda se sacaba fotos sonriente en las baterías antiaéreas que Vietnam del Norte usaba contra las tropas de EEUU y bautizaba a su hijo como un líder del Viet Cong, Welch se prestaba a actuar para United Service Organizations (USO), el servicio de entretenimiento para soldados estadounidenses.

Quien trabajó con ella subraya que tiene una cabeza mucho mejor amueblada que lo que decía el estereotipo de las mujeres hermosas en aquellos años.

"Me esfuerzo para que mi carrera se acople a mi vida, y no al revés. Ya no soy una niña, y me alegro mucho de no serlo", sentencia ella.


En clase de Prehistoria, la profesora nos dijo que viendo a una sapiens como Rachel Welch, las féminas de hoy parecemos haber "involucionado" en vez de "evolucionado", jajaja... Raquel ha sido espectacular, con esa melena, esos ojos, esas curvas y su piel morena...
 
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