El testimonio es genial, las cosas como son.
Luego tienen el caso de cuando van a la casa del duque de Cádiz. El hijo pequeño estaba allí, le "vieron" . Para tener como 12 años se le veía jugar con juguetes propios de un niño pequeño, trenecitos y cochecitos, como muy infantil todo. El dilema era a ver cómo le decían a un niño que estaba muerto, algo muy duro. Así que le preguntaron si tenía algún perro o mascota y dijo que sí, le llamó por su nombre y el perro vino del otro plano y se puso a correr para conducirlo a la luz, el chaval se fue detrás.
Dijeron que era todo como muy desangelado, el crío estaba jugando solo y en ningún momento preguntó por los padres ni nadie de la familia.
Qué triste! Pobre chaval.
Lo de Carmina, es que cuando he leído lo de la cocaína y lo de los tres maromos, he pensado envella de inmediato.
Tengo que escuchar esos podcasts!