Mientras disfrutaban de un asado, la Reina le dejó claro a Harry que apoyaría en cualquier decisión que tomara. Aunque anteriormente a Harry ya se le había prometido un periodo de prueba de 12 meses, su conversación fue un recordatorio de que si alguna vez Meghan y él quisieran retomar sus roles oficiales, siempre serían bienvenidos”, extractaba hace unos días el diario The Times uno de los pasajes del libro Finding Freedom. “Se les ha dejado muy claro que podrán regresar si quieren, cuando estén listos”, citan a continuación los dos autores del libro a una fuente involucrada en las negociaciones que tuvieron lugar entre el príncipe Harry, Isabel II, el príncipe Carlos y el príncipe Guillermo.
Cuando una semana después del encuentro entre Isabel II y el príncipe Harry los duques de Sussex acudieron a su último acto público, celebrado en la abadía de Westminster con motivo del día de la Commonwealth, se encontraron con que habían sido excluidos de la procesión que escoltaba a la reina y relegados a un segundo plano junto a los condes de Wessex.
La decisión se tomó sin consultarles y, aunque luego la casa real británica trató de suavizar las diferencias entre los duques de Sussex y los de Cambridge eliminando también a estos últimos de la procesión, el daño ya estaba hecho.
Los propios espectadores de la ceremonia pudieron comprobar la tensa relación que existe entre los dos matrimonios. “Mientras que Harry y Meghan saludaron a Guillermo y Kate con una sonrisa, los Cambridge apenas reaccionaron”, recuerdan Omid Scobie y Carolyn Duran en Finding Freedom. “Durante los minutos previos a la llegada de la Reina, Guillermo y Kate se sentaron dando la espalda a la pareja, girándose solamente para charlar con el príncipe Eduardo y Sofía, que estaban sentados junto a los Sussex.
Meghan intentó establecer contacto visual con Kate, pero esta apenas le correspondió”.
Cuando una semana después del encuentro entre Isabel II y el príncipe Harry los duques de Sussex acudieron a su último acto público, celebrado en la abadía de Westminster con motivo del día de la Commonwealth, se encontraron con que habían sido excluidos de la procesión que escoltaba a la reina y relegados a un segundo plano junto a los condes de Wessex.
La decisión se tomó sin consultarles y, aunque luego la casa real británica trató de suavizar las diferencias entre los duques de Sussex y los de Cambridge eliminando también a estos últimos de la procesión, el daño ya estaba hecho.
Los propios espectadores de la ceremonia pudieron comprobar la tensa relación que existe entre los dos matrimonios. “Mientras que Harry y Meghan saludaron a Guillermo y Kate con una sonrisa, los Cambridge apenas reaccionaron”, recuerdan Omid Scobie y Carolyn Duran en Finding Freedom. “Durante los minutos previos a la llegada de la Reina, Guillermo y Kate se sentaron dando la espalda a la pareja, girándose solamente para charlar con el príncipe Eduardo y Sofía, que estaban sentados junto a los Sussex.
Meghan intentó establecer contacto visual con Kate, pero esta apenas le correspondió”.