Doña Letizia no perdona al Rey Juan Carlos poner en peligro el trono de Leonor.

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MONARQUÍA
La reina descalza
Doña Letizia no perdona al Rey Juan Carlos poner en peligro el trono de Leonor
La consorte de Don Felipe y el Emérito nunca se han llevado bien. Pero lo que ella no perdona es que la erosión de la Monarquía por sus escándalos la va a sufrir sobre todo Leonor, la Princesa de Asturias.
La Reina Letizia y Don Juan Carlos

La Reina Letizia y Don Juan CarlosGTRES

PREMIUM
  • EDUARDO ÁLVAREZ
Viernes, 24 julio 2020 - 22:08
Comentar
La mala relación entre Don Juan Carlos y Doña Letizia ha sido siempre un secreto a voces. Y hace años que personas allegadas a la Consorte, pese a la gran discreción de su círculo más íntimo, reconocen que lo que no perdona a su suegro es que el grave daño que está causando a la institución quienes lo van a pagar son Don Felipe y ella, pero, muy especialmente, su hija, la Princesa de Asturias. La Reina sufre por el hecho de que Leonor -y en menor medida también la Infanta Sofía- vaya a tener que dar sus primeros pasos al frente de la Corona en el momento en el que más zarandeada se encuentra y por culpa de asuntos que afectan a Don Juan Carlos.
La Reina es una madre extremadamente protectora. Y se ha encargado, aun por encima de muchas críticas y de la opinión de consejeros de Zarzuela, de que sus dos hijas crecieran lo más alejadas posibles de los focos, reduciendo sus apariciones públicas al máximo. Pero sabe que a Leonor le toca ya empezar a ejercer como Heredera -empezó el año pasado con sus primeros discursos en los Premios Princesa de Asturias y en los de Girona- y las circunstancias no pueden ser peores.
Un terremoto hizo tambalear los cimientos de Zarzuela cuando en 2003 el entonces Príncipe de Asturias comunicó a sus padres su noviazgo y la decisión de casarse con Letizia Ortiz, uno de los rostros del telediario de TVE. La profesión levantaba suspicacias, sí. Pero lo gordo era el pasado sentimental de la afortunada, una mujer divorciada. Ni a Don Juan Carlos ni a Doña Sofía les gustó la decisión de su hijo. Pero Don Felipe estaba muy resabiado. Habían conseguido a través de grandes presiones -que incluyeron charlas de sus antiguos preceptores y de los máximos dirigentes políticos, incluidos presidentes del Gobierno- que se resignara a perder a la modelo noruega Eva Sannum. Con la periodista tenía decidido ir a por todas... y lo consiguió.

En el tiempo, no muy largo, de noviazgo, Doña Letizia empezó a conocer cosas de su futura familia política. Aunque el shock llegó entre noviembre de 2003 y mayo de 2004, cuando tuvo lugar el enlace. Por motivos de seguridad, tuvo quetrasladarse ya aquellos meses a vivir a La Zarzuela. Y se topó con una realidad de la que los españoles entonces no sabíamos nada: no existía una Familia Real como tal, sino una familia muy desestructurada. Por entonces hizo su aparición estelar Corinna, entonces princesa Zu Sayn-Wittgenstein.
A Doña Letizia le costó mucho encajar en su nuevo rol. Y nunca ha podido disimular, por ejemplo, la escasa empatíaque le generan los familiares tanto de Don Juan Carlos como de Doña Sofía. Con su suegro siempre ha chocado por una cuestión de caracteres. Doña Letizia ha sido más discreta, pero los amigos de Don Juan Carlos se acaban yendo de la lengua y han dado a conocer los apelativos de "fría", "antipática" o "altiva" que, entre otras lindezas, ha dedicado a su nuera, a la que llegó a considerar un peligro para la Monarquía. Qué ironía.
Los Reyes durante su visita a Tarragona

Los Reyes durante su visita a TarragonaALBERT GEAREUTERS
El estallido del caso Nóos, con Urdangarin y la Infanta Cristina implicados, empezó a romper la magia de la Familia Real. Y, como si de pronto se abrieran las compuertas, el accidente de Don Juan Carlos en Botsuana en 2012 provocó que empezaran a conocerse ya sin parar noticias del todo comprometedoras para Don Juan Carlos. Hasta que se produjo la abdicación y el relevo de la Corona, Doña Letizia vivió un calvario personal que recrudeció una de las crisis matrimoniales que han experimentado los actuales Reyes. La consorte, muy impulsiva, abandonó precipitadamente Palma en el verano de 2013 a modo de portazo. No faltan periodistas que sostienen que Don Juan Carlos animó a su hijo a divorciarse, algo nunca se ha confirmado.
Ya con Don Felipe en el trono, la casi nula relación entre la Reina y su suegro ha sido indisimulable. Doña Letizia no ha hecho ni el intento de guardar las apariencias en ocasiones tan señaladas como cuando en 2016 todos los Borbón celebraron en Palma el 80 cumpleaños de la Infanta Pilar. La Reina, aun consciente de la comidilla que provocaba, declinó asistir. También en la capital balear se han vivido situaciones que reflejaron la tirantez familiar, como cuando el triste rifirrafe entre Doña Letizia y su suegra a la salida de la Misa de Resurrección, en 2018. Don Juan Carlos afeó el gesto de su nuera, aunque aquello fuera una minucia respecto a sus escándalos a punto de explotar.
Fuentes próximas a Zarzuela sostienen que la mala relación familiar se ha dejado sentir también estos últimos años en celebraciones siempre tan embarazosas como la de Nochebuena, que al parecer han celebrado bien separados en algunas ocasiones.
Hoy esa madre tan preocupada que es Doña Letizia se siente, por un lado, más comprendida por la opinión pública, que analiza desde otra perspectiva muchos de sus gestos pasados, y por otro muy entristecida por el sendero de espinas que van a pisar sus hijas.

 
Por favor no le dará verguenza firmar esto. Me va a contar ahora que ella que era republicana es la más limpia de la familia y la que no tiene nada que esconder. Seguro que Santa Letizia no sabía nada ni se daba cuenta de nada. ¿Para qué querer que su hija sea Reina si ella es republicana? Si no tienes vacaciones, ni puedes trabajar de de lunes a viernes. ¿sigo?

A veces se creen que somos más tontos de los que somos.
 
La trepa está enojada? como si ella fuera la artífice de un gran futuro para su hija.

El futuro de Leonor le viene signado por el abuelito, y si se da, bien y si no se da, que se de por agradecida de la gran vida que ella y su familia de sangre tuvieron hasta ahora.

Si alguien debe reclamar al emérito es el pueblo (y la justicia), Esta trepa solo puede estar agradecida de que la hayan sacado de Valdebernardo
 
El título me parece tendencioso y aunque sí me creo que Letizia resienta a su suegro la tesitura en que ha puesto y expuesto a la Familia Real. Ya sabeis que no soy fanática de Letizia pero creo que en su papel de madre está en todo su derecho a velar por los intereses de su hija. Acaso no haríamos lo mismo cualquiera de nosotras? es muy sencillo criticar (yo la primera) pero ninguna persona en su sano juicio querría perder los privilegios que brinda tan elevada e histórica posición.
 
MONARQUÍA
La reina descalza
Doña Letizia no perdona al Rey Juan Carlos poner en peligro el trono de Leonor
La consorte de Don Felipe y el Emérito nunca se han llevado bien. Pero lo que ella no perdona es que la erosión de la Monarquía por sus escándalos la va a sufrir sobre todo Leonor, la Princesa de Asturias.
La Reina Letizia y Don Juan Carlos

La Reina Letizia y Don Juan CarlosGTRES

PREMIUM
  • EDUARDO ÁLVAREZ
Viernes, 24 julio 2020 - 22:08
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La mala relación entre Don Juan Carlos y Doña Letizia ha sido siempre un secreto a voces. Y hace años que personas allegadas a la Consorte, pese a la gran discreción de su círculo más íntimo, reconocen que lo que no perdona a su suegro es que el grave daño que está causando a la institución quienes lo van a pagar son Don Felipe y ella, pero, muy especialmente, su hija, la Princesa de Asturias. La Reina sufre por el hecho de que Leonor -y en menor medida también la Infanta Sofía- vaya a tener que dar sus primeros pasos al frente de la Corona en el momento en el que más zarandeada se encuentra y por culpa de asuntos que afectan a Don Juan Carlos.
La Reina es una madre extremadamente protectora. Y se ha encargado, aun por encima de muchas críticas y de la opinión de consejeros de Zarzuela, de que sus dos hijas crecieran lo más alejadas posibles de los focos, reduciendo sus apariciones públicas al máximo. Pero sabe que a Leonor le toca ya empezar a ejercer como Heredera -empezó el año pasado con sus primeros discursos en los Premios Princesa de Asturias y en los de Girona- y las circunstancias no pueden ser peores.
Un terremoto hizo tambalear los cimientos de Zarzuela cuando en 2003 el entonces Príncipe de Asturias comunicó a sus padres su noviazgo y la decisión de casarse con Letizia Ortiz, uno de los rostros del telediario de TVE. La profesión levantaba suspicacias, sí. Pero lo gordo era el pasado sentimental de la afortunada, una mujer divorciada. Ni a Don Juan Carlos ni a Doña Sofía les gustó la decisión de su hijo. Pero Don Felipe estaba muy resabiado. Habían conseguido a través de grandes presiones -que incluyeron charlas de sus antiguos preceptores y de los máximos dirigentes políticos, incluidos presidentes del Gobierno- que se resignara a perder a la modelo noruega Eva Sannum. Con la periodista tenía decidido ir a por todas... y lo consiguió.

En el tiempo, no muy largo, de noviazgo, Doña Letizia empezó a conocer cosas de su futura familia política. Aunque el shock llegó entre noviembre de 2003 y mayo de 2004, cuando tuvo lugar el enlace. Por motivos de seguridad, tuvo quetrasladarse ya aquellos meses a vivir a La Zarzuela. Y se topó con una realidad de la que los españoles entonces no sabíamos nada: no existía una Familia Real como tal, sino una familia muy desestructurada. Por entonces hizo su aparición estelar Corinna, entonces princesa Zu Sayn-Wittgenstein.
A Doña Letizia le costó mucho encajar en su nuevo rol. Y nunca ha podido disimular, por ejemplo, la escasa empatíaque le generan los familiares tanto de Don Juan Carlos como de Doña Sofía. Con su suegro siempre ha chocado por una cuestión de caracteres. Doña Letizia ha sido más discreta, pero los amigos de Don Juan Carlos se acaban yendo de la lengua y han dado a conocer los apelativos de "fría", "antipática" o "altiva" que, entre otras lindezas, ha dedicado a su nuera, a la que llegó a considerar un peligro para la Monarquía. Qué ironía.
Los Reyes durante su visita a Tarragona

Los Reyes durante su visita a TarragonaALBERT GEAREUTERS
El estallido del caso Nóos, con Urdangarin y la Infanta Cristina implicados, empezó a romper la magia de la Familia Real. Y, como si de pronto se abrieran las compuertas, el accidente de Don Juan Carlos en Botsuana en 2012 provocó que empezaran a conocerse ya sin parar noticias del todo comprometedoras para Don Juan Carlos. Hasta que se produjo la abdicación y el relevo de la Corona, Doña Letizia vivió un calvario personal que recrudeció una de las crisis matrimoniales que han experimentado los actuales Reyes. La consorte, muy impulsiva, abandonó precipitadamente Palma en el verano de 2013 a modo de portazo. No faltan periodistas que sostienen que Don Juan Carlos animó a su hijo a divorciarse, algo nunca se ha confirmado.
Ya con Don Felipe en el trono, la casi nula relación entre la Reina y su suegro ha sido indisimulable. Doña Letizia no ha hecho ni el intento de guardar las apariencias en ocasiones tan señaladas como cuando en 2016 todos los Borbón celebraron en Palma el 80 cumpleaños de la Infanta Pilar. La Reina, aun consciente de la comidilla que provocaba, declinó asistir. También en la capital balear se han vivido situaciones que reflejaron la tirantez familiar, como cuando el triste rifirrafe entre Doña Letizia y su suegra a la salida de la Misa de Resurrección, en 2018. Don Juan Carlos afeó el gesto de su nuera, aunque aquello fuera una minucia respecto a sus escándalos a punto de explotar.
Fuentes próximas a Zarzuela sostienen que la mala relación familiar se ha dejado sentir también estos últimos años en celebraciones siempre tan embarazosas como la de Nochebuena, que al parecer han celebrado bien separados en algunas ocasiones.
Hoy esa madre tan preocupada que es Doña Letizia se siente, por un lado, más comprendida por la opinión pública, que analiza desde otra perspectiva muchos de sus gestos pasados, y por otro muy entristecida por el sendero de espinas que van a pisar sus hijas.



Vaya persona ambiciosa!!!
"No le perdona". ¿Acaso no se da cuenta de que si no fuera por el propio JC -haya puesto en peligro el trono o no-, no habría tal cosa como la eventual posibilidad de un trono "para" Leonor?
 
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