Comenté hace tiempo en este foro sobre Ana, a la que conocí trabajando en mi época de dependienta.
La verdad es que toda su vida inventada me da mucha pena. No le compro nada el discurso de como soy libre he volado y me he ido a Bali porque aquí resulta que sí que tengo la libertad que ansiaba.
La libertad la tenemos dentro cada uno. Si no eres capaz de ser libre y feliz en donde estás, mal vamos, porque el problema no es solo el exterior (que no digo que no pueda ser una dificultad), sino fundamentalmente el interior.
Ana se cansará de Bali y del rollo Zen en breve, y vuelta otra vez a buscar destino y discurso para dar sentido a su vida. El interior es lo que le está fallando. La veo una persona profundamente infeliz, en parte por lo infantil que es para afrontar cualquier cosa, cuando lo que vende es madurez y responsabilidad. Se enfrenta a la vida como una niña de 5 años, si no soy feliz todo el tiempo, en toda circunstancia, en cada minuto de mi vida, es que tengo que "soltar" y "dejarlo todo". Y así estará escribiendo el cuento una y otra vez, quizá hasta que algo sí que la haga frenar en seco y se de cuenta de que la vida no es hacer lo que nos da la gana en todo momento. Si no que se lo digan a las familias que hacen cola estos días para poder llevar un plato de comer a sus hijos. Que lo que tienen que hacer es "soltar" y "dejarse llevar".
En fin. Perdonad la chapa que os he soltado e insisto: fundamentalmente me da pena, porque esa vida tiene fecha de caducidad. Y hay cosas que no volverán cuando se de cuenta del castillo en el que vive.
Es eso, que no esta nunca contenta! Pone mucho "empeño" cuando quiere algo y se pone a tope y cuando lo tiene ya se ha cansado... ¿todo lo que lio con el curso para cerrarlo en nada? ¿la paella para tener esa ansiedad que tenia? ¿irse a una casa perdida de la mano de dios para volverse ese mismo dia?
A todo esto... ¿que fue del libro? ¿lo ira a completar ahora con su vida en Bali?
Que el curso lo tengo y me gusta, pero todo lo que a montado a su al rededor no lo veo